Al final, de una forma u otra nos convencieron para ir a visitar la lechucería. Yo había venido aquí antes con Ivy, pero no dejaba de parecerme igual de sucio, apestoso, e interesante a partes iguales. Por instinto, lo primero que hice fue hacerles una reverencia, como cuando salí por última vez.
A las lechuzas había que respetarlas. Sonreí a Ivy al terminar, aunque por alguna razón estaba muy distraída con Michael y Luna. No importaba, yo había ido para acompañar, nada más. Al parecer, Luna tenía una lechuza propia y Úrsula venía acompañada de Dave, quien no le quitaba ojos a la última.
Por el camino a la vuelta, Colton comentó de ir a habar con los cuadros para preguntar. Pero parecían poco cooperativos. - es impresionante la forma en la que hablan y se mueven. No me cansaría nunca de verlo - sin enchufes, ni nada.
Ya en el comedor....
Ivy y Michael andaban justo delante mío, mientras hablaban. Estaban planificando ir a las 16h a la biblioteca, tal y como más o menos habíamos decidido por la mañana. Por un momento, me sentí como si no estuviese allí. No en el mal sentido, estaba tan acostumbrado a pasar desapercibido en un grupo de gente, que a veces era como una sombra de los demás, y más teniendo en cuenta que estaba inmerso en mis pensamientos.
Michael le dijo un par de cosas riendo entre dientes a Ivy, sobre cómo ella había defendido a Luna, y elogiándola por lo valiente que era. Era verdad, yo no hubiera sido capaz de hacer algo así. Y luego justo empezaron a mencionar la clase de vuelo, y que él tuvo que pensar en el valor de Ivy para poder hacer la clase.
¿ ...de verdad vamos a empezar ya a volar como... - casi se me escapa "como brujas", pues me imaginaba la típica imagen de Halloween. Al fin y al cabo solo vi volar a una persona en toda mi vida, y fue el desastroso y patoso vendedor de varitas del callejón Diagon - ...con escoba y todo? - procuré no sonar muy alto. Tenía que recordar de pasar desapercibido en cuanto a todo lo que no sé de éste mundo. Poco a poco lo iría aprendiendo, sería cuestión de tiempo... pero hasta entonces iba a evitar hacer el ridículo lo máximo posible.
Ivy dijo que tendría que comer ligero. Y yo estaba hambriento! Antes de que Michael marchase a su mesa, pregunté - pero... en qué consiste la clase de encantamientos que a nadie parece gustarle?...- encantar cosas. Podía imaginarme en qué consistiría, pero no sabía bien como explicarlo. Encantar amuletos? encantar flores?...
Tras despedirnos de Michael me dispuse a comer algo. Por mucho que Ivy dijese que tocaba comer ligero... yo... tenía hambre. Así que no dudé en comer bastante asado y muslo, con algo de verdura salteada y una salsa sabrosa que había por ahí y que no tenía ni idea de lo que era. No me salté ni el postre. Las preocupaciones ya las hablaríamos cuando llegasen todos, y cuando pudiésemos reunirnos en la biblioteca al finalizar las clases.
-Oh, es verdad, tenemos que tener en cuenta los deberes. Tengo que tenerlos apuntados en alguna parte. A las 16h nos vemos en la biblioteca todos? - aunque todo sucediese a cámara rápida, en realidad mis preocupaciones volvían a girar en torno a lo que sucedió anoche, con Salazar, y con el mago tenebroso suelto por Hogwarts.
-copio mi post del comedor que había hecho justo antes, para que lo lean todos-
Ivy estaba deseando saber qué era lo que Michael quería decirle, y es que en cierta medida, era maravilloso cuando alguien deseaba compartir algún pensamiento o secreto, pues eso indicaba que entre las personas había una buena conexión. Y eso era lo que la pelirroja sentía por Cramson desde que coincidieron por primera vez. Ambos habían tenido una forma de actuar muy similar y que encajaba dentro de la moralidad y proceder del otro.
Lo que Jade no esperaba era que el joven le recordase lo sucedido en la sala de trofeos, diciéndole que había sido muy valiente en quedarse con Luna y ella se sonrojó, apenas había pensado en ese detalle. En comparación con Nolan, su hermano mellizo, Ivy no había destacado por ser particularmente valiente, pero sí sibilina. Que alguien alabara su atrevimiento le hizo pensar que quizás, no era muy distinta de su padre para algunas cuestiones.
- ¿Te acordaste de mí cuando querías dominar la escoba?.... - La pelirroja abrió mucho los ojos, sorprendida y encantada por las palabras de su amigo. Sin duda, era lo más bonito que un chico podía decirle a una chica.
Ainsssssssss..... ¡Qué mono es!... Piensa que soy valiente.... ¿Le abrazo? ¿No lo hago? ¡Por toda la magia!....
Jade no se lo pensó dos veces más y abrazó a Michael, seguramente empeorando el rubor adquirido en su tono de piel - Michael, muchas gracias a ti por decírmelo... - Y es que las palabras del Ravenclaw habían servido a Ivy para darse cuenta de un detalle, no era cobarde, algo que siempre temió, puesto que era muy difícil alcanzar las cotas marcadas por Nolan.
Tras la separación carnal con el muchacho tocaba hablar de otra cuestión, las siguientes clases. Michael parecía alicaído por encantamientos y no era para menos, Tauris había conseguido ser el horror de sus alumnos.
- Nosotros aún no hemos tenido esas clases, nos tocaba el día que apareció el Hufflepuff desconocido y nos mandaron a la sala común, así que no sé cómo de horrible es, aunque me lo puedo imaginar viendo a la profesora... - Comentó Jade emitiendo una suave sonrisa - Pero debes animarte, conforme antes comience la clase, antes termina... - Y es que ella era única siendo optimista.
Cramson iba a ir a la biblioteca, el sitio donde a Jade le convenía ir, pues al igual que su compañero, los deberes eran cada vez más y deseaba ir al día para poder sacar buenas calificaciones. Además de eso estaba deseando saber qué era un Hinkypunks, algo que el profesor de Defensa Contra las Artes Oscuras mencionó.
- Pues allí nos veremos, cógeme sitio que también quiero tener todo al día... - Comentó la joven, pensando en ser equilibrada con su tiempo, debía poder tener ocio y obligaciones a partes iguales.
Michael se separó de ellos para ir a almorzar, era el momento de reponer fuerzas para afrontar lo que les quedaba de tarde, y para hablar con Kyle. Así podría explicarle en qué consistía la clase de vuelo.
- Oh, va a ser la mejor asignatura del mundo. Te montas en escoba, pisas en el suelo y comienzas a volar. De hecho, el quidditch es el deporte mágico por excelencia, donde siete magos y brujas que forman un equipo, tienen que conseguir más puntos que el equipo rival, y se juega sobre escoba... - Le brillaban los ojitos, estaba emocionada - ¡Sobre escoba Kyle! Todo lo que tiene sentido en esta vida es sobre escoba... - Dijo a modo de broma pero con mucha energía, estaba claro que a Jade le encantaba aquel deporte, y la clase de vuelo la esperaba con la impaciencia de un niño que ve una tarta enfriar.
La siguiente duda de Goldfinch no podía resolverla ella, pues no sabía el motivo - No sé porqué no gusta Encantamientos. Supongo que será por el mal genio de la profesora, porque en casa jamás dijeron algo malo sobre esa asignatura. De hecho, mis padres decían que la historia era aburrida, o que las transformaciones a veces tendían a ser clases complejas, pero lo de encantamientos... Ni idea... - Se encogió de hombros dubitativa.
- Recuerda que no debes inflarte... - Le dijo la pelirroja a su amigo mientras veía como su plato se llenaba sin fin - Y no te preocupes por los deberes, yo los tengo apuntados y vas a venir a la biblioteca con Michael y conmigo, ¿verdad?... - Era como si no esperase un no por respuesta - Pues eso, lo hacemos juntos y así tardamos menos tiempo en terminarlos. Espero que los demás también vengan con nosotros, cuando coincidamos en la siguiente clase se lo diré para vernos allí directamente.
Colton se quedó mirando a Luna como le explicaba el misterio de los baños de chica. A ver, decía cosas con sentido, pero si él casi no sabía tdavía ni donde estaban los de chicos, los de chicas menos... de hecho, más de una vez se había tenido que aguantar el pipí para no quedar como un tonto mientras corría como un pollo sin cabeza buscando un baño. Tenía uno de cabecera en la tercera planta, pero esperaba encontrar más... El castillo era enorme. Parpadeó y reaccionó, se encogió de hombros y la siguió, no sabía donde estaba Úrsula, que eran amigos, pero no le había puesto un GPS.
Subió e hizo caso a Luna al 90%, porque él quería hablar con cada cuadro, pero no, y menos con la miraditas que le tiraba... Sonrió, Luna debía haberse tragado a una madre, era un poco mandona, pero bueno, era una chica, eso era lo que eran, mandonas, así que lo que tenía que hacer es no tomárselo a mal. Uno no se podía enfadar con un gato por maullar o con un perro por ladrar, pues las chicas mandaban, era el orden natural de las cosas....La miró y suspiró
- Bueeeeeeeno, ya vooooooy....
Y entonces vio a Úrsula, y estaba con un chico, y se veía al kilómetro que al chico le gustaba, porque ponía cara de tonto, aunque igual era Hufflepuff, que entonces era normal. Había que irse, no podía chafarle el rollo a su amiga, aunque, que tuviera novio... ¿le fastidiaba? No, tonterías, no le fastidiaba, no le podía fastidiar, ¿Verdad?. Y entonces Luna le dijo que era tonto, y que no dijera tonterías y Colton abrió mucho los ojos, y luego los entrecerró hasta que supo lo que pasaba. Lo tenía claro, Luna no quería dejar a Úrsula sola, porque...a ella también le gustaba aquel chico..... que.... que mala..... y entonces se hizo dueña de la situación y se fue a presentar, y miraba a Úrsula, como disimulando, en lo que debía ser un ritual femenino de duelo. Se iban a batir por Dave, aquello iba a ser una pasada!!!
Miró al chico intentando verle el motivo por el que se iban a pelear pero parecía poca cosa, como Michael, pero debía ser eso, que a las chicas le molaban tranquilitos y estudiosos. Murmuró entre dientes - Estoy jodido - y entonces sonrió - Soy Colton, un amiguísimo de Úrsula, encantado - Y le apretó la mano con firmeza, no es que le quisiera romper los huesos, pero si una pequeña advertencia, con Úrsula no se juega, y si le haces llorar te meteré con el tirachinas entre ceja y ceja. Apoyó la visita a la lechucería y cuando llegaron le dijo a Úrsula
- ¿Ya le has puesto un nombre? Necesita uno guay.... parece una buena lechuza - Le dio un golpecito para que lo pensara y se fue a buscar a Tortícolis. Allí estaba, durmiendo, con su cuello torcidito, tan bonita.... se acercó y la lechuza abrió los ojos y, ¿le sonrió? Coltón empezó a preguntarle
- Oye, ¿Puedes hacer compras en Amazon? ¿Y en ali express? Me vas a tener que contar muchas cosas.... - Le acarició el pico con mucho cuidado - Eres la lechuza más lista del mundo... Vamos a ser amiguísimos, yo seré Falcon y tú Ala Roja, ¿Vale? - Le dio un poco de comida - Pero me tengo que ir, que llego tarde a clase, y ahora que sé donde vives estoy muy contento de ver que estás bien cuidada.
Bajaron, los cuadros seguían sin colaborar, pero, es que no habían probado la insistencia de los Derrick. Estaba seguro que solo tenía que hablar con ellos unos cuantas horas para que le contaran todos sus secretos. Era muy capaz....
En el comedor comió rápido, saludó con la mano a sus compañeros de Slytherin, y tras una comida rápida se fue a la siguiente clase.
-¡Genial!-Úrsula dio saltitos de alegría cuando todos secundaron la idea de ir a la lechucería y se apresuró a seguir a Dave y a Luna que sabían donde estaba aquel sitio.
Mientras subían las escaleras miró de soslayo a Colt un par de veces, sonriendo, pero no le dijo nada.
-¡Guuuuaaauuuu!-exclamó sorprendida cuando llegaron-Gracias por traerme, este sitio es genial... es como una pajarera gigante pero hay ventanas, se pueden ir y venir cuando quieran...-le dijo a Dave mientras miraba hacia todos lados, mirando el sitio y todas las lechuzas que allí estaban. ¿Donde estaba la suya?. Si hubiera tenido nombre la podía haber llamado pero... -No, aún no le he puesto nombre-le respondió a Colt que parecía que le había leído la mente en aquel momento y entrecerró los ojos cuando él le dio dos golpecitos en la cabeza a modo de recordatorio-sí, tengo que hacerlo... pero es que es justo eso, quiero algo bonito para ella... ¡allí está!-corrió hacia donde estaba y supo que ella la reconocía por que inclinó su cabeza mirándola con curiosidad y ululó un poquito, si es que se llamaba así el ruido que hacían las lechuzas-¡Dave! ¡Esta es mi lechuza!, ¿cual es la tuya? -miró alrededor buscando la que su nuevo amigo le indicaba-Hola guapa, ¿como estás aquí?, ¿has hecho amigos?...
Miró hacia sus amigos, lentamente, uno a uno, y sonrió. Pasara lo que pasara con Tauris, ellos eran los que importaban. Se sintió feliz por tenerlos junto a ella, incluso a Dave, que lo había conocido en las escaleras hacia solo unos minutos. Todos habían visto que se encontraba mal y no la habían dejado sola. Como sus hermanos. Ahora ellos lo eran y ella se sintió orgullosa. Tauris sabría mucho de magia, pero no tendría unos amigos como aquellos, estaba segura.
Estuvieron un rato con las lechuzas, dándoles de comer y comprobando que estaban bien, pero alguno recordó que la siguiente clase empezaba en breve y aún tenían que pasar por el comedor así que se despidieron de ellas y bajaron a la carrera por las escaleras hasta el salón. Antes de ir a su mesa, se despidió de Dave-Me ha encantado conocerte, creo que después estudiaremos todos juntos y haremos los deberes, estás invitado a unirte si quieres-le sonrió, sonrojándose un poco-Muchas gracias por... animarme antes. ¡Nos vemos después!.
Se unió al resto en su mesa y picaron rápidamente lo que les dio lugar antes de salir pitando para la siguiente clase. Aquello era un no parar. Pero tenía algo bueno, tanto correr para arriba y abajo haría que pudiera comer todo lo que quisiera, no iba a engordar ni un gramo con tanto ejercicio, escaleras arriba escaleras abajo. Su enfado se había casi disipado eclipsado por el cariño de Dave, Luna y Colt. Úrsula no se sentía sola y eso era algo que valoraba muchísimo.
Aquel chico parecía estar teniendo un efecto muy bueno en Úrsula, porque al volverse hacia nosotros, me pareció que estaba mucho mejor, más animada. Aunque tenía los ojos enrojecidos por haber llorado, la sonrisa con la cual nos recibió ya dejaba claro que lo peor había pasado. Fuera quien fuese, desde luego me alegraba un montón de que se hubiese cruzado con ella y no solo porque de aquella manera, habíamos podido alcanzarla, sino porque había ayudado a que se calmase y olvidase un poco de todo lo que había ocurrido.
Y es que la profesora Tauris, mirase como lo mirase, era tan odiosa que seguro que provocaba el mismo efecto en todos los alumnos… menos en Slytherin, claro estaba, por lo que fijo que ese chico, que no recordaba que fuera de Slytherin, le confirmaba que no tenía que darle tanta importancia.
Otra cosa sería la siguiente clase, pero ya nos enfrentaríamos a ello cuando tocase. Ahora lo único que importaba era conseguir que Úrsula se encontrase mejor.
Al vernos, nos llamó muy animada y nos presentó a su amigo.
Lo que yo decía, no es de Slytherin, pensé cuando nos lo presenté.
-No te preocupes, Úrsula. Nosotros estábamos muy preocupados por ti, así que dejamos la comida para después y corrimos a buscarte –le expliqué, acercándome a ella -. No debes darle tanta importancia. Esa Tauris es verdaderamente malvada.
Miré entonces al tal Dave y sentí que él nos comprendía y que opinaba lo mismo que nosotros. ¡Otro más para la causa contra Tauris!
Acto seguido, Úrsula nos preguntó si teníamos tiempo de ir a ver a las lechuzas. Se la notaba súper emocionada.
-¡Claro que sí! Así también visito a la mía. La verdad es que a pesar de que solo llevamos dos días aquí, parece como si hubiese pasado un montón de tiempo más. Pero después tendremos que darnos prisa y bajar a comer. Tampoco necesitamos mucho, porque de repente siento mucha hambre así que seguro que como muy rápido. ¡Venga, vamos a la lechucería!
Una vez decididos, subimos a la lechucería sin perder tiempo, y nada más entrar, Edwina voló desde su descanso hasta mis brazos, solo para saludarme. ¡Pobre, qué buena era!
-¡Edwina! ¡Hola, bonita! Perdona que no me haya pasado a verte pero es que no he tenido tiempo! –le dije, recibiendo como respuesta un ulular afectuoso, al mismo tiempo que arriba su cabecilla contra mi mano -. Intentaré venir todos los días, aunque sea antes de que acostarme, ¿de acuerdo?
Era una promesa difícil, pero ella también se lo merecía.
Colton corrió también a ver a la suya, Tortícolis, que estaba durmiendo, y empezó a hacerle muchas preguntas que no entendía. Decir frases sin sentido para mí era muy de Colton. Pero lo mejor era lo cariñoso que era con su lechuza. Jamás podría aceptar como amigo a alguien que maltratase a un animal, ya fuese una lechuza… o cualquier otro.
Úrsula por su parte, también buscó a la suya, reconociendo que aún no le había puesto nombre. Eso no estaba muy bien; era como si no terminase de decidirse sobre si quedársela o no. Para mí, cuando le ponías nombre a algo ya lo hacías definitivo y si se trataba de un animal, pues de alguna manera era como si fuese tuyo para siempre.
-Úrsula, tienes que ponerle uno. Cualquiera que se te ocurra valdrá si lo haces con cariño –le dije.
Finalmente, tras unos minutos, iniciamos el descenso para regresar al salón. No disponíamos más que del tiempo justo para comer algo rápido e ir a la siguiente clase, que era la de vuelo.
Cuando llegamos abajo, Kyle, Ivy y Michael estaban ya comiendo. Los saludé agitando la mano, muy animada, y me dirigí hacia mi mesa con Úrsula y Colton.
Ya hablaría con Ivy y Kyle dentro de un rato, de camino a la clase.
-Hasta luego, Dave. Nos vemos –le dije también al nuevo amigo de Úrsula, que parecía un buen chico. Mientras terminábamos de llegar, me acerqué a ella para hablarle en voz baja -. Creo que le gustas, Úrsula.
Bueno, la verdad es que estaba segura, pero eso tendría que comprobarlo ella, al igual que Ivy tendría que hacerlo con Michael. Allí parecía que todo el mundo estaba como encontrando su pareja. Sin poder evitarlo, miré a Colton y también a Kyle. Quizás nosotros lo fuésemos a tener más complicado… sobre todo yo.
Por fin el segundo día se había acabado, en cuanto a las clases se refería, claro. La clase de Encantamientos de Ravenclaw ese había saldado con montón de protestas que los alumnos no tardaron en mostrar, nada más salir de clase. Por su parte, Slytherin había estado en Transformaciones, algo mucho más ameno y sobre todo agradable, porque el subdirector no era igual a la profesora Tauris y les trataba con justicia y paciencia.
Quienes aún no habían vuelto de Historia de la Magia eran los chicos de Gryffindor. ¡A saber lo que estarían haciendo, teniendo en cuenta que la última vez el profesor los había llevado a una batalla de verdad!
Pero el día de clases ya había llegado a su fin y ahora disponíais de tiempo para hacer los deberes en la biblioteca o el gran salón... o hablar de vuestras cosas, que bien pensado, había muchas cosas de las que hablar y que tratar, porque los problemas seguían allí.
El mago que estaba acabando con un alumno tras otro, posiblemente aún siguiese dentro del castillo.
Gryffindor aún está en clases. Los demás podéis decidir dónde vais o qué hacéis pero de momento, os pongo aquí, en común, si os parece bien.
Ivy estaba disgustada. Había salido de clase de transformaciones con una seriedad en el rostro que no era habitual en ella. La joven llevaba un paso ligero, caminaba con brío, como si no quisiera que alguien pudiera darle alcance. En realidad evitaba encontrarse de nuevo con Alondra, su éxito en la clase de transformaciones le dolía y Jade iba a tener que aprender a gestionar su frustración, algo a lo que no estaba acostumbrada.
- Voy a mi sala común para coger los libros de las asignaturas y luego me dirigiré a la biblioteca - Dijo la joven cuando se cruzó con Michael, reventando su frustración con él, como si necesitara una vía de desahogo - Ha sido horrible la clase de transformaciones. Tenía hecha solo la mitad de la tarea y me han castigado a escribir dos pergaminos de trabajo. Además de lo nuevo que ha mandado, como si fuera poco... Si a eso le sumo vuelo, herbología, defensa contra las artes oscuras e historia de la magia, dudo que tenga tiempo ni para bajar a cenar... - No iba a poder alcanzar los excelentes que su madre le exigía y eso era frustrante para ella. Y mucho más, que Sparks la superase.
Quizás hubiera un mago tenebroso en el castillo, pero Ivy sentía dos necesidades inmediatas que distaban mucho de ir a salvar a la comunidad mágica. La primera era hacer los deberes, y la segunda consistía en ir a la sala de trofeos para ver a Salazar Slytherin. Había quedado para lo primero, pero lo más seguro era que se desviara en algún momento para hacer lo segundo, siempre y cuando nadie le acompañase, pues sabía que sus amigos no aprobarían lo que tenía en mente hacer.
- Mejor nos vemos en la biblioteca directamente - Comentó mientras aceleraba el paso. Si nadie le seguía, iría sin preámbulo alguno a la trampilla por donde sus compañeros se escondieron la anterior noche. Si alguien le acompañaba, sería una buena chica e iría a la sala común, cogería sus libros y de ahí partiría a la biblioteca.
Michael salió pensativo del aula de Encantamientos. Había temido que su idea de hablar con la profesora Tauris le saliera por la culata y le causara algún problema, pero la reacción que esta había tenido a sus palabras hizo que se alegrase de haberse atrevido a dar el paso. La jefa de Slytherin seguía siendo borde y despreciando sus esfuerzos... pero en realidad no era tan, tan terrible. "Enfrentaos con prudencia a lo que teméis, y veréis como no es para tanto". Sus padres solían ser como la noche y el día en muchas cosas, pero los dos les decían siempre eso a Michael y a Keira. El chico sonrió, otra vez había comprobado que tenían razón.
Caminaba aún absorto en esos pensamientos cuando una voz conocida le sorprendió en mitad del corredor. Alzó la vista y sus ojos se cruzaron con el rostro de Ivy... que en aquél momento era de pocos amigos.
—¿Eh? ¡Ah! Hola, Iv... Ah, vale...
Fue todo lo que pudo decir tras el anuncio de su amiga de Slytherin de que iba a recoger sus libros, porque la chica pelirroja empezó a hablar rápido y con un tono evidentemente molesto. Así que ella también había olvidado los deberes. No era raro que les hubiera pasado a todos, después de las emociones que habían vivido la noche anterior. Seguro que a la chica le había dolido que fuera precisamente el profesor Partwulf quien la castigase. Cuando Jade mencionó la cantidad de deberes que estaban acumulando, Michael asintió.
—Es verdad, vamos a tener que ponernos las pilas —papá hubiera sonreído al escucharle una frase tan muggle en Hogwarts. Michael trató de pensar algo para animar a su amiga—. Ehm... Bueno... No te preocupes, Ivy. Nos ayudaremos y entre todos seguro que será más fácil estudiar. Ya verás... les demostraremos a los profes lo que da de sí un buen equipo.
No había sonado tan convincente como esperaba, pero Michael se forzó a sonreír para dar fuerza a sus palabras. Se dio cuenta de que Kyle estaba cerca y le saludó.
—¡Hola, Kyle! ¿Qué tal...? —Ivy aceleró el paso para alejarse, y Michael pensó que sería mejor no insistir. Tenía muchas ganas de volver a verla sonreír, pero tal vez prefiriese estar sola un rato—. ¿Cómo te ha ido a ti, Kyle? ¿Tú te acordaste de los deberes? A mí se me olvidaron por completo, he tenido que hacerlos a toda velocidad de camino a clase... No quiero que me pase otra vez, así que hoy será lo primero que haga. ¿Tú vendrás también a la biblioteca?
Se moría de ganas por investigar sobre el nombre que le había transmitido Rowena Ravenclaw y saber más cosas sobre Shadefian y sus posibles intenciones... pero Ivy tenía razón. No podían descuidar los asuntos del colegio, o no tardarían en meterse en problemas. La profesora Tauris ya le había tirado de las orejas al Ravenclaw por sus pobres resultados, y no sería la única si volvía a olvidarse de los deberes y de practicar los hechizos.
Exhaló un suspiro. Nunca hubiera pensado que sus primeros días en Hogwarts iban a ser tan exigentes.
—Bueno... voy a por mis cosas yo también —dijo, apretando el paso para dirigirse a la Sala Común de Ravenclaw—. ¡Ahora nos vemos!
Al fin el fin de las clases. Pero, y ahora que? no tenía muy claro que más querían hacer Ivy y los demás, pero teníamos una cita preparada en la biblioteca. Además de los deberes, teníamos que investigar. ¿teníamos que hacerlo? la duda seguía en mi cabeza, quizás era mejor dejar este tema a los adultos, pero desde luego teníamos que prepararnos para ser capaces de defendernos si hiciera falta...
Acompañando a Ivy, quien estaba muy seria y andaba de prisa, nos encontramos a Michael. Entonces Ivy empezó a quejarse de la clase de Transformaciones. Puse mi cara de poker y alcé las cejas, mirando de reojo a Michael. - Bueno, no ha ido tan mal, al menos no se te ha fusionado el zapato con el suelo como le pasó a Breezy. A mi me salió más o menos bien, por suerte... y si no hubiese pasado la noche en vela no habría hecho los deberes. Pero tranquila Ivy no te frustres, es normal que no pudieras hacerl después de haber pasado la noche -miré a izquierda y derecha para asegurarme que no nos oían-..."allí"... - dije refiriéndome a aquella sala extraña que mencionaron.
-Además, si hacemos los deberes entre todos acabaremos mucho antes, ¿verdad Michael? - busqué su complicidad, y por suerte el chico ser la dio. Ivy seguro que se animaba si hacíamos las cosas en grupo, y no tardaría en ver a los demás.
-Yo también tengo que ir a por las cosas para preparar los deberes, creo que me he olvidado de apuntarme algunos, menos mal que tu los tienes todos anotados Ivy! - fui detrás de Ivy, quien tenía mucha prisa y se la veía realmente estresada.
-Nos vemos allí Michael... espero que de tiempo a buscar información sobre algo que sea útil además, sobre...- no quería hablar más de la cuenta en voz alta - bueno, vosotros me entendéis.
Y dicho eso me fui a por mis cosas. Deberes e investigación. Aún tenía muchas preocupaciones, y desde luego también quería saber más sobre Salazar Slytherin, o tendría pesadillas con él toda la vida. ¿Cómo pudo alguien así formar una escuela y ser renombrado y admirado incluso en ésta época?.
Por fin el segundo día se había acabado, en cuanto a las clases se refería, claro. El día había sido intenso y seguíais teniendo muchas cosas que hacer, por lo que se notaba el cansancio en los rostros de todos vosotros. Por mucho que Historia fuese entretenida, había demasiadas cosas que hacer en casi todo.
Cuando llegasteis al salón, que era el lugar en el que os reuníais siempre, visteis que Ravenclaw y slytherin ya hacía tiempo que estaban por allí y no había rastro de ninguno de vuestros amigos. Quizás estuviesen en las salas comunes de sus casas o en la biblioteca, donde habían dicho que querían ir para hacer los deberes.
Lo importante era que el día de clases ya había llegado a su fin y ahora disponíais de tiempo para hacer los deberes en la biblioteca o el gran salón... o hablar de vuestras cosas, que bien pensado, había muchas cosas de las que hablar y que tratar, porque los problemas seguían allí.
El mago que estaba acabando con un alumno tras otro, posiblemente aún siguiese dentro del castillo.
La biblioteca de Hogwarts era un lugar enorme, preparado para dar cabida a todo Hogwarts si era necesario. Estaba distribuida en varias plantas llenas de libros y mesas para estudiar, dando una sensación de grandiosidad que era difícil de describir. Las plantas estaban comunicadas entre sí por puentes que cambiaban de lugar, y también había libros que viajaban de unas estanterías a otras, como si se ordenasen ellos mismos, por lo que había que tener mucho cuidado con no tropezar con alguno. Habitualmente se movían lentamente, pero algunos, los más finos, aleteaban sus cubiertas y cruzaban todo el lugar de un extremo a otro como si fuesen aves en busca de presas.
Unos alumnos perseguían desesperados a algunos de los libros, que se resistían a dejarse atrapar, mientras que otros huían despavoridos ante el ataque de unos cuantos tomos de la Historia de la Magia, que caían pesadamente sobre sus cabezas.
Aunque aún había alumnos y alumnas que preferían estudiar en las salas comunes, habían demasiados libros allí que debían consultarse como para ignorarlo.
Kyle y Ivy llegaron desde su sala común y Michael y James, desde la suya, todos llevando un montón de cosas a cuestas.
Mi cara no podía ser más absurda. PERO QUE CLASE DE LUGAR MÁGICO ME HABÍA ESTADO PERDIENDO TODOS ESTOS AÑOS?
Era una maravilla para la vista. Un espectáculo. Un lugar sagrado que ni el más extenso internet. Una atracción privada, un lujo, un sueño extraño y maravilloso. Tenía que aceptar de una vez, que el mundo mágico era mucho más de lo que jamás hubiera visto, y que me sorprendería constantemente, hiciese lo que hiciese, fuese donde fuera.
El corazón se me encogía de regocijo, y en parte de lo pequeño que me sentía. Pero luego estaban los alumnos, paseando y yendo de un lado a otro con completa normalidad. Esto era la normalidad. En aquella biblioteca mágica fuera de toda lógica muggle.
-Las bibliotecas mágicas son alucinantes. Los libros muggles están siempre quietos, y desde luego nada se mueve. No sabéis la suerte que tenéis... - dije a Michael y a Ivy sintiéndome totalmente fuera de lugar. *Quien puede estudiar seriamente cuando lo que más me apetece es coger todos y cada uno de los libros que vuelan y se mueven solos?
Mirando hacia arriba con la boca semiabierta mientras caminaba lentamente terminé tocando con la espinilla algo que se movía. De un pequeño sobresaltito, hice un paso atrás y miré abajo, era un libro que estaba flotando sin ningún tipo de problema ni inconveniente por mi intrusión a su camino. -P-perdón - le dije al libro, y me aparté un poco más. Si el libro se enteraba o no, no lo mostraba, seguía su camino sin inmutarse. *Menos mal que no iba deprisa, o pisando fuerte...
Miré a Michael, James y Ivy con cara de "Y ahora?..." - suponía que ellos me guiarían, eran los magos de nacimiento, seguramente expertos en éste tipo de situaciones. Si fuese una biblioteca muggle normal, simplemente iría a una mesa a hacer los deberes, y por lo que vi algunos alumnos de diferentes cursos estaban sentados estudiando. Los más mayores bastante más estresados que los más jóvenes, y eso que estábamos aún en la primera semana de clase. - vamos a... una mesa?... - Michael y James parecían contentos, propio de un Ravenclaw, como dirían algunos Slytherins cuando hablaban de los alumnos de las otras casas.
No sabía como interpretar la expresión de Ivy, había estado bastante callada desde que fuimos a por nuestras cosas y regresamos a la biblioteca.
Colton salió de la clase con mal cuerpo. Por una parte había disfrutado mucho de la clase, al menos la parte en que había derribado a uno de los malos. Aquello había sido un pasote de Lanzarote, piuuuuuum, y la mala estaba poniendo la cara tonta, como cuando te llevaban al dentista y se te dormía la cara, y no podías controlar, y babeabas como un perro pachón... Aquello había molado. Por otro lado, un chico había muerto, y Úrsula casi se suicida con su varita...y aquello no había molado nada. En su cole no es que se metiera en peleas, pero si había pelea podía estar junto a sus amigos. Ahora no, era un inútil, y aunque en esa ocasión había salido triunfante con Luna, ¿Que pasaría en la siguiente?¿Que haría si todo fuera verdad y no una clase?
La angustia le duraba, y aquello, aunque en su mente había sido real, real como las agujetas que tenía en el brazo de haber copiado aquella historia a toda caña. Algo no estaba bien, le estaba dando vueltas a la cabeza sin que supiera que era, pero había algo, algo que no estaba teniendo en cuenta, molesto como una mosca y pesado como una madre que te pedía ordenar el cuarto.
Al llegar al salón busco a sus amigos, menos a Kyle, que Kyle no era amigo porque era un traidor que estaba Alondrizado... Buscando, buscando, y entonces tuvo una revelación, una epifanía, algo que le hizo trastabillar y caerse de culo. Se levantó y miró a Luna, y luego a Úrsula, les sonrió y les dijo
- He tenido un sueño, una visión, algo que pensé que jamás diría, y es que, después de la clase, teniendo a un mago chungo en el castillo...... - Negó - No es que me dé miedo, pero tenemos que aprender muchos conjuros antes de poder ir detrás de él, porque un morcillago de mentiras casi nos derrota.... Creí que no lo diría nunca, pero tenemos que ir a estudiar, y de paso darle en los morros a la cara escarola de Tauris.
Sonrió divertido - Y si somos mosqueperros, podemos serlo también en la biblioteca, y aprender para poder defendernos y así que no nos pase nada malo. ¿Que me decís?... Y no me miréis así, que a mi tampoco me hace gracia ir a la biblioteca....
Cuando dejamos la clase de Historia, me pareció que ninguno de los tres teníamos demasiada buena cara, ni tampoco los demás de la clase, ya que estábamos. Iba a preguntarle al chico que tenía más cerca lo que les había ocurrido, porque no sabía si había sido lo mismo o algo diferente, pero dijo no-sé-qué acerca de que tenía mucho que hacer y se marchó corriendo.
Las clases estaban siendo difíciles para todos, por lo que empezaba a ver.
Mientras bajábamos las escaleras, miré rápidamente a Colton y a Úrsula, preocupado tanto por mí como por ellos. Estábamos todos muy cansados y también alterados.
Cuando por fin llegamos abajo, Colton se decidió a hablar, antes que ninguno. Estaba visiblemente preocupado por todo lo que no sabíamos, y lo entendía. Había tantas cosas que aprender en tan poco tiempo...
-Sí, claro que sí. Vamos a la biblioteca. Además, no veo a Ivy, Michael ni Kyle, así que seguro que también están allí y entre todos fijo que podemos hacer los deberes en un plis. Pero es que...
La verdad era que todo había sido tan complicado que la idea de seguir trabajando se me hacía tremendamente cuesta arriba. Nunca me había importado estudiar ni esforzarme para conseguir algo, pero por primera vez tenía otras cosas en la cabeza, como pasar más tiempo con mis amigos y sentir que merecía la pena todo lo que estaba pasando.
Por eso me decidí a hablar.
-Creo que necesitamos un descanso más que nunca. Sé que es el segundo día de clase, nada más, pero entre lo que sucedió en el tren, y ayer aquí, en el castillo, las desagradables clases de Encantamientos y lo estresante que son las de Historia... definitivamente me parece que deberíamos tomarnos algo de tiempo libre -y antes de que dijesen algo más, añadí todo lo que pensaba -. Sí, sé que tenemos muchas cosas que hacer, y tienes mucha razón, Colt... pero si no lo hacemos ahora, puede que no lleguemos al final de la semana. Podemos hacer algunos deberes, los más urgentes, para mañana... y después ir a la sala que encontramos Ivy y yo. ¡Seguro que podemos conseguir animarnos una vez estemos allí porque me parece que puede darnos lo que queramos! También podemos proponérselo a los demás a ver qué les parece y así, todos juntos, como si fuésemos unos mosqueterneros de esos, seguro que nos sale mejor todo.
O quizás simplemente descansemos unas horas y descubramos que aún hay algo más que estudiar y trabajar, y aguantar profesoras estúpidas.
Para Ivy era frustrante que Kyle no la entendiera. Ella quería ser una gran bruja, y el hecho de no haber realizado bien el hechizo en transformaciones le dejaba una muy mala sensación, más aún cuando a Alondra le salió una ejecución perfecta de la técnica. Y luego estaba el castigo por no haber hecho los deberes, dos pergaminos de trabajo era una labor ardua que le llevaría toda la tarde, y era consciente de eso.
- El problema no es hacer entre todos la tarea. Es que no voy a poder acabarla a tiempo, y si lo hago habré perdido todo el día en ello - Se quejó, aún asumiendo que la tarde iba a ser muy poco divertida.
Ambos jóvenes fueron por las cosas a su sala común mientras la pelirroja seguía refunfuñando, quizás mientras caminaba fuera destilándose su mal humor.
Ida y vuelta. Tras haber cargado la mochila con los materiales necesarios para trabajar, los dos jóvenes de Slytherin entraron en la biblioteca. Aquel sitio era enorme, con estantes llenos de libros que casi podían llegar hasta el techo. Jade no pudo evitar pararse en seco al ver aquel escenario tan sumamente majestuoso, obviando momentáneamente las mesas donde iban a disponerse, mientras Goldfinch alababa el lugar, no era para menos. Las descripciones de su hermano no hacían justicia a aquela sitio que, no sabía, iba a gustarle tanto
- ¿Los libros muggles siempre están quietos? - Aquella afirmación le sorprendió - Hay libros de cuentos infantiles que pueden salir los personajes de sus páginas para narrarte la historia. Yo tengo uno en casa de la Bruja Yakarana, que adoraba convertir a las personas en ranas. Y, a veces, alguna ranita de chocolate salía del libro. Cuando estabas segura de poder atraparla, se desvanecía - Sonrisa divertida - La de veces que he corrido para poder darle alcance - Explicó.
Su amigo tropezó con uno de los manuales que flotaban libremente por el ambiente, dándose en la espinilla. No parecía haberse hecho daño, la cara de Kyle reflejaba la sorpresa por lo que veía y, a decir verdad, Ivy no podía culparle por ello. El lugar era simplemente espectacular.
- Sí vamos a una mesa para ocuparla y así podemos dejar las cosas y guardar sitio a los demás - Comentó ella, buscando una mesa en un sitio lo suficientemente alejado e íntimo como para no ser molestados por nadie. Un rinconcito donde poder centrarse correctamente.
Jade tomó asiento y sacó un pergamino donde apuntaba los deberes - En vuelo tenemos que buscar los nombres de los principales movimientos que se llevan a cabo con una escoba, así como las descripciones de cómo llevarlas a cabo - Comenzó a leer en voz muy baja para no molestar a la bibliotecaria - En herbología hay que elaborar una lista de los usos de las cataplasmas y las familias de las plantas que pueden ser de utilidad. En Defensa Contra las Artes Oscuras hay que leer el primer capítulo del libro que trata sobre hechizos, contrahechizos y malas artes, y hacer un resumen. Por cierto, ¿Qué son los traicioneros Hinkypunks?... - Suspiró - En transformaciones además de la tarea que nos acaban de poner, tengo que hacer los dos pergaminos, y en historia de la magia me gustaría leer un poco sobre los campos de Algor, tengo la sensación de que mis apuntes están incompletos... - Suspiró - Voy a comenzar por Defensa Contra las Artes Oscuras y Vuelo, así al menos no acabaré deprimida... - Y es que viendo el listado, pensó que lo mejor sería ir a la sala de trofeos cuando hiciera la parada para ir al baño, y si podía aguantar, hasta que acabara absolutamente todo lo que tuviera pendiente.
Hago constar que mi pj hace toooooooodaaaaaaaaaa la tarea y no se mueve de ahí, aunque no vaya a la cena ^^uuuuu
Tras alucinar un poco con la historia de los "auto-cuentos" que se cuentan solos, con imágenes que se mueven y salen de los libros, asentí a Ivy y la seguí a la mesa. - ¿Los demás aún no han llegado porque tienen más clases que nosotros? creía que llegarían pronto aquí - dejé el comentario, y pasé a escuchar toda la lista de deberes.
Al ir a buscar todo el material, recordé que entre las cosas que compramos había un planificador de deberes, así que lo apunté todo igualmente, bien ordenado y con letra pequeña. Luego me dispuse a sacar pergaminos para hacerlo todo, o lo máximo que pudiera. Vi que Ivy estaba muy enfocada y seria.
Sin alzar la voz dije mi opinión -Lo haremos más rápido si buscamos la información entre todos. ¿No creéis? Yo voy a buscar sobre la Phalaenopsis mirabilasis, así cuando la encuentre podemos hacer todos la lista sobre sus usos en cataplasmas y otras familias de plantas que sirvan para heridas abiertas. También buscaré cosas sobre los Trasladores que nos acaba de poner el Profesor Partwulf, así Ivy puede hacer los deberes extra sin preocuparse por buscar todo lo demás... - intenté ser colaborador, esperando que eso quitase algo del peso sobre los hombros que tenía Ivy. Además, me vendría muy bien una colaboración en mis primeros deberes en grupo. La magia era demasiado nueva para mí y todo me parecía sorprendente, por lo que cuanto más leía más me podría perder, y necesitaba de esa participación grupal para mantenernos en la línea correcta. Entonces miré a Michael, que miraba distraído la biblioteca, como si tuviera otra cosa en mente - Tú qué harás Michael?... - susurré con tono secretista. Si estaba pensando en buscar información del hombre que atacaba a los alumnos prefería no cantarlo a los cuatro vientos, la biblioteca parecía muy animada pero era bastante silenciosa y se podría oír todo.
Idem, me pongo a hacer los deberes de todo lo que pueda, compartiendo la búsqueda para acelerar el trabajo de los demás.
Michael no tardó mucho en volver de su Sala Común con todo lo necesario para hacer los deberes pendientes. El susto que se había llevado al darse cuenta de que se le había olvidado hacer los de Encantamientos había calado en él, y no quería que le volviera a pasar algo parecido. Pero con todas aquellas emociones se le había pasado por alto el detalle de que era la primera vez que iba a entrar en la Biblioteca de Hogwarts, que tanto había deseado conocer. Lo recordó en cuanto cruzó el umbral de la puerta.
El chico se quedó con los ojos como platos y su boca se abrió en una mezcla de sonrisa y forma de letra "O". Giró el cuello de izquierda a derecha en un lento movimiento para recorrer con la vista todo aquél espectáculo. Si la Sala Común de Ravenclaw era un santuario a la lectura... aquella biblioteca era el paraíso de los libros. Michael se sentía como si se hubieran agolpado los cumpleaños y las Navidades de una década. Estaba seguro de que podría quedarse a vivir en esa sala y ser feliz el resto de su existencia.
Ivy y Kyle estaban ya allí también, la pelirroja aún con cara de pocos amigos y el chico de pelo rizado tratando de lidiar con los problemas de no estar acostumbrado a que haya libros paseándose a sus anchas entre las mesas. Michael apenas pudo escuchar su comentario, absorto aún en la maravilla literaria que le rodeaba.
—¿Eh, qué...? —despegó con mucho esfuerzo sus ojos de las estanterías y se encontró con el rostro de Kyle. Sonrió, divertido por el asombro de su compañero de Slytherin y el relato del libro de cuentos de Ivy—. Mi padre dice que nunca se acostumbrará a estas cosas. Poco a poco se va haciendo a que la mesa se ponga sola, o a que las fregonas limpien la casa sin que nadie las coja. Pero que la gente se mueva en las fotos... Creo que siendo fotógrafo muggle nunca superará eso —terminó riendo.
Asintió a la sugerencia de buscar una mesa. Se moría de ganas de explorar la biblioteca y buscar información sobre Grymanfly y el resto de cosas relacionadas con Shadefian. Pero había prometido que estudiaría con sus amigos y amigas, y su propio montón de deberes no era nada despreciable. Así que se obligó a centrarse en lo urgente, ya habría tiempo para lo demás cuando terminaran.
—Los Hinkypunks son criaturas que viven en pantanos y zonas húmedas —explicó mientras se acomodaba en un sitio y empezaba a sacar sus libros y pergaminos—. Por lo visto les gusta distraer a los viajeros con la luz de sus farolillos en la oscuridad, para hacer que se pierdan. También pueden lanzar fuego si se enfadan y... —se calló, dándose cuenta de que empezaba a darle la razón a Alondra pareciendo un sabelotodo, y se puso un poco rojo—. Bueno... sólo sé lo que me contó mi hermana. Será mejor que lo busquemos en el libro... por si acaso.
Repasó también sus deberes mientras carraspeaba, un poco azorado. Él también tenía que leer el primer capítulo del libro de Defensa Contra las Artes Oscuras. Y eso era todo para el primer día, puesto que los deberes de Encantamientos del lunes ya los había entregado y no había tenido Pociones. Después, sus deberes de Vuelo y Herbología eran casi idénticos a los de Ivy y Kyle. La única diferencia era que en lugar de tarea para Historia de la Magia, lo que sin duda hubiera sido fascinante, tenía que llenar nada menos que cinco pergaminos sobre encantamientos contrapuestos y sus subclases para la profesora Tauris. Maravilloso... Aunque a él no le habían castigado, la jefa de Slytherin se había encargado de mantenerle bien ocupado.
—Puf... y yo intentando ser amable con ella —murmuró, un poco fastidiado ahora—. En fin, no hay más remedio que ponerse.
Asintió a la sugerencia de Kyle de repartirse el trabajo. Había varias cosas que todos tenían que completar, así que sería muy útil que se echaran una mano.
—Vale, pues si tú te encargas de Herbología y Ivy empieza por Defensa Contra las Artes Oscuras, yo puedo buscar los movimientos de Vuelo —dijo—. Así nos quitamos rápido todo eso y Ivy podrá ponerse con el resto de lo que le quede. Yo después tendré que hacer mis cinco pergaminos de Encantamientos, pero luego podré buscar... —bajó la voz, adoptando el mismo tono que Kyle—... otras cosas.
Pues ya somos tres. =)