Partida Rol por web

Fue todo bastante agotador. Bastante sorprendente, Kyle no se hubiera esperado explotar de esa manera, jamás, frente a una chica en una escuela nueva llena de magos y con todo aquello sucediendo alrededor. Pero era la segunda vez que la presión le hacía quebrarse frente al resto. La primera fue cuando les contó a todos lo que le hizo Salazar, pero ésta fue totalmente un descontrol.

Por fortuna Ivy era... pues eso, Ivy. Gracias a ella pude calmarme, lentamente, pero al final lo conseguí. Y además me sentí mucho más cercano a ella que antes, que realmente la veía fuera de otro mundo, completamente lejos de lo que yo podía ser. Era como si en mi mente hubiera pasado de pensar en ella como si la tuviera idealizada, a pasar a formar parte de mi misma realidad, con mis mismos temores y preocupaciones. Aquello fue muy liberador.

Y recibía sus consejos y sus palabras, pero haría falta tiempo para que calaran de verdad. *No soy un asqueroso sangre sucia. Pero así es como me ven todos... es un insulto. - pero ella insistía en que existían muchos magos excelentes medio muggles, y yo tenía que creerla, porque quería creerla y porque no sabía nada en realidad. Yo no sabía nada de nada.  Asentía a todo lo que me decía mientras me calmaba y me limpiaba la cara. El disgusto y la explosión emocional habían sido agotadores, aunque me sentía mucho, mucho más ligero después de que hubiera sucedido.

Ivy permaneció a mi lado mientras me recomponía. Realmente me sentí mucho más cercano a ella, o al menos más abierto. En cierto momento sugirió que probásemos. Si no era con la directora, probaríamos con su hermano, y si no era suficiente intentaríamos hablar con el sombrero. 

-Eso... me parece una idea genial. Hablar con tu hermano. Lleva ya más años aquí en la escuela... - Su hermano no era así, su madre no era así, su abuela fue mencionada por Salazar... bueno, pero Ivy decía que no era mala persona, y tendría que ser cierto, aunque fuese extrema en su forma de pensar. - Lo siento... Por lo de Salazar, por lo que te haya hecho. No es bueno con nadie. Es muy mala persona, sin importar si es el que fundó nuestra casa, hace quien sabe cuantos años.

Alondra pasó de largo actuando como siempre. La seguí con la mirada. Cuando se hubo alejado lo bastante como para que no nos oyera, dije lo que pensaba - Me pregunto como será la familia de Alondra y de los demás. Probablemente sean como ellos. Los Slytherin tienen un modo muy... elitista y racista de ver el mundo. - miré mi mochila.

Asentí decidido, ya recuperado. - De acuerdo, hagámoslo. Tras acabar los dos pergaminos vayamos a buscar a tu hermano. Menos mal que ya tenemos una parte echa por los demás... - era un plan, un buen plan. Sería interesante saber la visión de Donovan, ya que cuando me acerqué al Prefecto esperando una actitud más neutral, me quedó claro que el prefecto era como la mayoría de los demás.

Y a muy malas, si no nos resolvían nuestras dudas, iríamos a ver a la Directora y el sombrero seleccionador. Con Ivy me sentía más seguro. Realmente era bueno tener una amistad como la suya en la que apoyarme... esperaba ser capaz de recompensarle algún día y no decepcionarla cuando me necesitase.

"No eres lo suficientemente bueno"... *Pero si me esfuerzo mucho lo seré. - pensé, luchando contra mi subconsciente. 

Finalmente entramos en la biblioteca, y me puse lo más rápido que pude a hacer los deberes, para acabar y salir cuanto antes.

Sin apenas tiempo para descansar, llegasteis a la clase de Encantamientos con la lengua fuera y la profesora ya estaba a la espera, como era de suponer. Tenía el mismo rostro antipático del día anterior y no parecía haber mejorado su humor. Eso también era de esperar.

Una vez os hubisteis sentado, os miró, por primera vez desde vuestra llegada. En vuestra cabeza todavía estaba lo sucedido el día anterior y todo cuanto habíais descubierto, pero no por ello podíais perder la perspectiva de las clases. La Tauris no permitía distracciones.

-Bien, ya era hora de que aparecieseis. Supongo que habréis hecho los dos pergaminos que os mandé sobre los tipos de encantamientos que existen y también los fundamentos para los movimientos de varita, así que entregádmelos ahora.

El rostro de la profesora se paseó por todos y cada uno de vosotros, consiguiendo que muchos bajaran la mirada o enrojecieran de vergüenza, puesto que si bien había quien sí tenía la tarea, la mayoría no se había preocupado por ello. 

-La verdad es que era de esperar -dijo finalmente la profesora, cuando vio a todos los que no se levantaban para entregarle sus pergaminos -. Eso dice mucho de vosotros y de Gryffindor. Pero bueno, así es mejor, ¿no? Sobre todo ahora que gracias a alguno, la puntuación de las casas refleja la realidad y no la ficción.

Después de dejar los pergaminos encima de su mesa, se volvió con la varita medio alzada.

-Está bien, clase. Hoy trabajaremos con parejas de hechizos que pueden ser útiles, en este caso, con el siguiente. ¡¡ASCENDIO!!

La profesora apuntó a uno de los libros que teníais alguno de vosotros y este empezó a elevarse por el aire hasta llegar casi al techo, mientras la profesora lo guiaba con la varita por toda la clase.

-Como podéis ver, es un hechizo sumamente sencillo, que mantengo gracias a mi varita, pero que en cuanto la retiro... -la profesora bajó entonces la varita y el libro empezó a caer en dirección hacia el suelo y enconcreto, sobre la cabeza de uno de vosotros. Entonces, justo antes de que le diese en la cabeza, volvió a elevar la varita -. ¡¡Aresto Momentum!!

Al pronunciar el segundo hechizo, el libro deceleró su caída hasta posarse tranquilamente en una de las mesas.

-Este segundo hechizo ralentiza el tiempo, por lo que el objeto se mueve a menor velocidad. Tenéis la descripción de ambos hechizos en el capítulo 2 de vuestro libro, practicadlo y anotad las características de los movimientos de varita necesarios. Y deprisa, que no tenemos todo el día.

Ivy aquella mañana estaba más callada de lo normal. A pesar de lo vivido debajo de la sala de trofeos, la conversación con Gryffindor, le costaba trabajo llevar a cabo la línea de pensamientos que tuvo en su momento. Ella era sociable, pero se le tornaba muy complicado socializar, así como llevarse bien con personas con quien no compartía casi ninguna afición o forma de ver la vida. Aún así se había aproximado a varios compañeros de su casa para hacerse notar y escuchar las conversaciones que tenían, mostrando siempre su mejor sonrisa, una que carecía de alma. Eso sí, donde estuviera Alondra, no estaría ella. No tenía ganas de recibir insultos, empujones o tratos vejatorios.

Salió de la sala común por su cuenta, y fue al Gran Comedor sola, sin esperar a Kyle. La pelirroja, tras la información de Colton de la otra noche comprendió algo, a veces era mejor dar distancia a las personas que apreciabas para que pudiesen elegir donde se encontrasen más a gusto. Kyle disfrutaba de la compañía de Sparks, y Jade no iba a estar con ella, el empujón que le dio en herbología determinó que no era un tipo de persona como para forjar una amistad.

Ivy fue a la clase de Encantamientos y se sentó en una de las primeras filas, cerca de Fenrin Weasley, sacó su libro y pergaminos, dispuesta a tomar apuntes nada más la docente entrase en el aula. Lo primero fue entregar la tarea. Jade la había realizado, poniendo particular énfasis a la presentación de su trabajo. Tauris era estricta y no deseaba, bajo ningún concepto, provocar su ira.

- Aquí tiene profesora - Usó un tono de voz educado, volviendo a su sitio rápidamente, sin mirar siquiera alrededor. No deseaba estar en el punto de mira de la bruja.

Tauris hizo referencia a los puntos de las casas. Slytherin iba en cabeza, tal y como la pelirroja había comprobado aquella mañana. En parte se alegraba por ello, a pesar de que fuera Salazar quien se llevara el mérito del esfuerzo de los alumnos que bajo su capa se amparaban.

Slytherin no es Salazar. Somos nosotros... Los puntos son nuestros, no de él...

La clase de la mañana iba a dedicarse a aprender el hechizo Ascendio. Una manera de hacer elevar objetos y dirigirlos a lugares específicos. Jade miró interesada, fijándose especialmente en el movimiento de varita de la docente. Era curioso, cuando la mujer apartó su madera canalizadora de magia, el objeto cayó, y no impactó sobre el cráneo de uno de sus compañeros porque en el último momento, hizo otro hechizo que ralentizó el efecto de caída. 

Y ya tenían trabajo para invertir la mañana. Jade lo primero que hizo fue abrir el libro por el capítulo 2 y leer detalladamente la descripción. Después de eso cogió su varita dispuesta a practicar la magia, desviando por unos instantes la mirada hacia Kyle. ¿En qué momento le había contado tanto y ahora sentía que no podía confiar en él? Aquella situación le molestaba y dolía, pero si sus pupilas se fijaban en Alondra, recordaría que al final, la mejor opción era poner espacio. No pelearía ni discutiría, pero sí se cuidaría de no ser foco de burla de nadie. Se quería mucho como para eso.

Ivy comenzó a leer el libro y se percató de que no entendía prácticamente nada de lo que explicaba el texto. Comprendió que iba mucho más lenta que los demás cuando varios libros comenzaron a volar y ella estaba aún en la fase: "debo girar mi muñeca a la derecha".

- Profesora, ¿podría indicarme si hago bien el movimiento? No termino de tener claro si debo elevar mucho la varita o dejarla a esta altura - Indicó Connor con cierta dosis de valentía y mucha más astucia. Si preguntaba a un compañero la profesora se enfadaría. Mejor dejarse guiar por ella, al fin y al cabo, era la profesional - Usted explica infinitamente mejor que este manual, y desde luego, para aprender magia es mejor dejarse guiar por profesionales - Aduló, sabiendo que eso a Tauris le encantaba. Tenía un ego lo suficientemente marcado como para acudir a él en caso de necesidad.

Aquella noche, Kyle no se encontró a nadie cuando llegó a la Sala común. Fue a su cuarto y se durmió en seguida.

A pesar de todo lo sucedido el día anterior, el último momento con Luna borró parte de mis preocupaciones, y efectivamente "mañana sería otro día". Ni siquiera leí, esa noche. Me tumbé, y me dormí.

Al levantarme fui al espejo meditando más aún sobre mi pertenencia en el mundo mágico y en Hogwarts. Estaba dejando que mis preocupaciones se llevasen por delante todo lo demás, pero tenía que seguir esforzándome. Sí, había un mago tenebroso suelto, y era muy peligroso y daba miedo. Pero los adultos insistían que debíamos seguir haciendo clase. 

Me peiné bien frente al espejo y tardé un poco más de lo habitual en bajar a desayunar. Me costó encontrar a Ivy, y a Alondra. Era extraño, siendo dos chicas que llaman tanto la atención se habían perdido tan pronto en la mesa rodeados de otros compañeros de Slytherin. Intenté dar un saludo con la cabeza a Alondra siempre y cuando no me vieran sus dos amigas, no quería molestarla. Bastante la molesté anoche. Tendría que encontrarme con ella para comentarle que todo fue bien al final... aunque encontrándose Ivy allí sin ningún rasguño, era algo que se daba por sentado. 

Al acercarme a Ivy la saludé - Hola Ivy, buenos días... - pero ella estaba muy ocupada socializando con otros de nuestra casa, y los asientos ya estaban ocupados así que me senté en el primer hueco que había libre. Comí sin hablar con nadie, pero escuchando lo que decían el resto. La mayor parte eran preocupaciones sobre la aparición de una chica "muerta" entre las mesas de ese mismo comedor.

Fue una sensación extraña. Alondra en una punta de la mesa con sus amigas, Ivy en la otra inmersa en una conversación de otros Slytherins, y yo en medio de la mesa en un hueco libre. Cuando me di cuenta, todos empezaban a subir ya hacia clase de Encantamientos.

Cuando llegué, con la lengua fuera, me senté una vez más en el asiento libre mientras miraba la nuca de la pelirroja. Se sentía extraño, desde ayer en la sala de trofeos que la vi rara.

Y la clase dio comienzo. Anulando cualquier pensamiento que pudiera ser ajeno a ésta. Y es que la profesora Tauris sabía como acaparar la completa y absoluta atención de todos. Esperé mi turno para entregarle los deberes, satisfecho por ellos. Suerte que los hicimos antes de que todo el caos sucediese.

Y como era de esperar, sacó a relucir la enorme diferencia de puntos de Slytherin y Gryffindor. Y es que tras la enorme pifia de Colton con las pociones, no era de extrañar. Y más valía no darle la contraria a la profesora.

Y de sopetón, plam, nos muestra el hechizo nuevo de hoy. *Que rápido! cómo lo ha hecho? - tenía que dejar de pensar en cosas no importantes y estar atento. Y cuando lo dejó caer sobre la cabeza de uno de los alumnos que no hizo los deberes se me pusieron los pelos de punta, como si fuese a castigarle. Pero lo paró con otro hechizo.

-Wow!! - dije, probablemente no siendo el único. Anoté a toda velocidad todo lo que hizo, como lo hizo, como lo dijo, y como movió la varita. *Como la telequinesis!! y ralentizar el tiempo!!! impresionante! - Tauris nunca defraudaba. El capitulo 2 del libro tenía otros detalles, pero no era como verlo en acción. Revisé bien bien bien todo lo que apunté y releí el libro, y repetí mentalmente lo que vi hacerle a la profesora varias veces. Creía que lo había pillado bien.

Oí entonces la voz de Ivy, sentada en primera fila y preguntándole indicaciones a Tauris. Alcé la vista para ver si podía oír más detalles al respecto, definitivamente Ivy hacía bien en preguntar. Pero me pareció un poco innecesario el peloteo final. Aunque fijo que a Tauris no le importaría, al fin y al cabo ella era de los pocos que habían hecho los deberes.

Estuve bien atento a la respuesta de la profesora.

Tenía que concentrarme en mis clases.

La noche anterior había estado pensando que en realidad, no tenía la cabeza en donde debía y que de esa manera, mis notas iban a bajar un montón, y bajo ningún concepto podía permitir que gentuza como esa Ivy me superase, sobre todo en Encantamientos, que era la clase de la jefa de nuestra casa, así que aquella mañana me conciencié para darlo todo y hacerlo lo mejor posible.

Cuando Kyle se acercó a mí para saludarme, le miré y le saludé rápidamente.

-Eehhh... hola, Kyle -. Y me giré para ir con las demás a la mesa.

Breezy y Anemone se sentaron a mi lado y estuvieron hablando un montón, pero yo preferí quedarme un poco al margen y no hablar demasiado, aunque no dudé en expresar mi opinión.

-Chicas, chicas. Estáis demasiado perdidas. Si queréis sacar buenas notas, clases de la profesora Tauris tienen que ir en primer lugar. No podemos permitir que asquerosos muggles o listillas de turno nos superen.

Por supuesto, no dudaron en darme la razón, porque la tenía.

Pero al decir todo aquello, miré de reojo a Kyle, que estaba sentado a solas. Me sentía muy rara cuando pensaba en él, como si... me gustase, y sentía que le había dejado como de lado. Algo dentro de mí decía que no podía ser, que aquel chico no era de los míos, pero me había ayudado y se había quedado conmigo cuando hacía falta, y además ambos pensábamos de la misma manera. E incluso me daba la sensación de que poco a poco se había ido dando cuenta de lo falsos que eran algunos de sus supuestos amigos. 

Y a pesar de todo, no terminaba de atreverme a estar mucho tiempo cerca de él, como si... bueno, sabía que mi madre lo rechazaría de plano, seguro.

Cuando llegamos a clase de Encantamientos, me apresuré en sacar los deberes hechos y se los enseñé a la profesora con una gran sonrisa. Ella no les hizo mucho caso, pero desde luego que los vio. Seguramente no quería fijarse demasiado para que los demás no sintiesen envidia.

Fue todo lo contrario a lo que hizo la Ivy, que siempre tenía que llamar la atención. En silencio, la imité, ladeando mucho la cabeza como ella hacía y gesticulando exageradamente, mientras Breezy y Anemone se reían a mi lado. Era una pelota incurable.

Cuando empezó al clase, la profesora empezó a hablar muy deprisa, sin dejar de hablar y mover las manos para mostrar el hechizo Ascendio. Yo copié como una loca, pero la verdad era que me estaba quedando atrás, aunque no me gustase reconocerlo. 

Menos mal que paramos para leer el capítulo 2 y pude recuperarme un poco, pero ya preveía que iba a ser complicado.

A la Ivy también le resultó complicado, solo que ella, como era una recursi, le pidió ayuda a la profesora. Era detestable. Yo también necesitaba ayuda, pero no todos le hacíamos perder el tiempo a la profesora, así que no dudé en recriminárselo.

-Perdona, I-vy, pero la profesora a lo mejor no tiene tiempo de dar clases individuales. ¿Por qué no aprendes a leer por tu cuenta?

Por supuesto, se lo dije con extremada educación, como a ella le gustaba.

La profesora se detuvo al lado de Ivy y la miró de reojo, sonriendo ante las adulaciones de la joven. Sin embargo, la intervención de Alondra acabó con cualquier posibilidad de que la ayudase.

-La señorita Sparks tiene mucha razón, señorita Connor. Mi tiempo es oro y tengo que estar pendiente de todos sus avances. Además, ¿qué clase de Slytherin sería si no permitiese que aprendiesen por ustedes mismos? No, querida mía. Tienes que esforzarte más si quieres superar esta materia y sobre todo, si aspiras a ser alguien especial dentro de mi casa.

Y con aquello, la profesora dejó cerrado el tema de ayudar o no.

Estaba claro que no lo iba a hacer en absoluto.

Con los encantamientos explicados, ahora estaba por ver lo que se le ocurría a la profesora, que podía ser poco o mucho, pero seguramente, insufrible.

-Está bien. Ya he visto que muchos de vosotros no os habéis molestado en atenderme mientras explicaba cómo hacer los hechizos, y puesto que vuestras cabezas no están despiertas lo suficiente como para comprender lo que dice vuestro libro, practicaréis vosotros mismos de manera que sufráis las consecuencias de vuestra ineptitud. Quiero que os pongáis por parejas, todos, y que a continuación os lancéis alternativamente el hechizo Ascendio, os elevéis hasta el techo y después uséis el contrahechizo Aresto Momentum para detener la caída... si es que sois capaces. Así empezareis a daros cuenta de que no atender ni esforzarse tiene consecuencias físicas para todos. 

La profesora se colocó delante de todos y os miró con los ojos muy abiertos.

-Bueno, ¿a qué están esperando? Quiero ver como practican ese hechizo hasta que salga bien. Espero por su bien que sean mejores de lo que parece o de lo contrario, puede que alguno termine pasando la noche en la enfermería.

La profesora estaba disfrutando de lo lindo, de eso estabais todos seguros, así como de que era odiosa y ninguno de vosotros la soportaba.

Ahora había que formar las parejas y eso... iba a ser todo un reto.

Ivy se sentía algo incómoda en la clase de Encantamientos, ya no solo por el hecho de que Kyle no estaba a su lado, como había sido la costumbre hasta el momento. Hubo un momento en el que la pelirroja giró el rostro hacia atrás, pero lo que pudo percibir fue a Alondra haciendo muecas y riéndose, mientras un coro de sus amigas le seguían la gracia. No hacía falta ser Ravenclaw para entender que el objeto de burla era ella misma. Las miradas sobre su persona le asemejaban a Crucios ejecutados con suma maldad. La pelirroja lo dejó pasar siguiendo el hilo de la clase mientras intentaba concentrarse, pero no podía, el capítulo 2 del libro le estaba superando, por lo que decidió pedir ayuda a la profesora.

La voz de Alondra resonó en el aula, indicándole que la profesora no tenía tiempo para ella y que debía aprender a leer. Jade enrojeció sus mejillas, avergonzada, era cierto que no comprendía nada de lo que decía el manual, y pensar que los demás sí eran capaces de comprenderlo le creaba aún más malestar. Para colmo de males Tauris indicó abiertamente que Sparks tenía razón. Lo importante eran los avances, no las personas que se quedaban atrás, como ella.

Soy una inútil... No estoy al nivel de esta clase...

Enmudeció y asintió con la cabeza, dócilmente, pero su fuero interno bullía. Odiaba a Alondra, era capaz de empujarle contra una planta cargada de pinchos, de reírse de ella a sus espaldas y de poner a los profesores en su contrar, incluso de llevarse a Kyle a su terreno. El amargor que sentía la joven era tal que deseaba desaparecer del aula, daba igual lo que hubiera hablado con Gryffindor, allí, rodeada de Slytherins no era feliz.

La pelirroja miró de nuevo el libro, afanándose por comprender algo. No quería fracasar, pero por cada página que pasaba tenía más claro que la teoría era excesivamente compleja, así que lo interesante sería memorizar los giros de muñeca para llegar a realizar el efecto deseado. Y aún así no estaba segura de si tendría éxito.

Lo peor estaba por llegar. La profesora, alguien que no había desarrollado ni un ápice de empatía en su vida, les instó a que ejecutaran los hechizos sobre sus compañeros. Jade se puso algo nerviosa, no tenía pareja con la que hacer el ejercicio, se levantó y miró a Kyle por unos instantes.

- Seguro que prefieres ponerte con Alondra, al menos ella no te dejará caer. Está claro que ha entendido muy bien los dos hechizos. Yo no soy tan de fiar... - Le comentó a su compañero antes de seguir buscando con la mirada, esperando que alguien se encontrase en la misma situación que ella y diese el paso para emparejarse. Una vez lo hiciera haría el hechizo de ascenso y el de parada de la caída libre, esforzándose en los movimientos de la muñeca, intentando ser lo más precisa posible, sin tener claro si tendría éxito en la ejecución o no.

Alondra me había saludado. Quizás estaba dando por sentado demasiadas cosas... hablaba con tanta arrogancia de los sangre sucia que no pensé que quisiera saludarme delante de sus amigas. Pero fue extremadamente breve. Definitivamente Alondra era una incógnita a veces, sentía que me comprendía, a pesar de lo insoportable que se ponía de vez en cuando.

Decidí que tenía que concentrarme en la clase y dejar de pensar en otras cosas, cuando tuvo que volver a meterse con Ivy. Lo dijo con suma educación, pero era evidente que quería impedir que la profesora ayudase a Ivy.  *Aunque... sabiendo como es la Tauris... cualquiera se atreve a pedir que vuelva a repetir el ejemplo del hechizo después de hoy.

*¿Por qué lo hará?... para caer mejor a sus dos amigas? - evidentemente era una pregunta tonta. Alondra era una Slytherin y parecía una norma general disfrutar metiéndose con los demás... pero Ivy también era Slytherin... y yo también... y éramos diferentes. Y Alondra también tenía algo diferente... cuando estaba sola. Pero era extremadamente competitiva, eso lo habíamos notado todos. Y Ivy no se quedaba atrás cuando se trataba de responderle...

*Hubiera sido mejor ignorarla desde el principio. - Ahora se tenían manía. Se palpaba. No creía que hubiera nadie en toda la clase que no lo supiera. Parecía que estaban compitiendo siempre.

La cuestión es que Tauris no sólo le dio la razón a Alondra si no que encima pareció castigarnos a todos con practicar entre nosotros. *oh dios, no es eso un poco peligroso?... - a nadie le gustó esa idea. Se veía en las caras pálidas de todos.

Tragué saliva y miré a mi alrededor. No le caía especialmente bien a nadie, a parte de a Ivy. No sabía con quién iba a ... "intentar" los nuevos hechizos. La gente se metía prisa en acercarse a aquellos de los que más se fiaban. Y entonces finalmente se me acercó Ivy... para decirme que me fuera con Alondra. 

-¿qué..? - me dejó boquiabierto - ¿Por qué dices...eso? - un día antes me estaba ofreciendo compartir la revista corazón de bruja y ahora parecía que me estaba evitando. Desde la noche anterior estaba rarísima. Pero estaba decidida, buscó a otro alumno solitario y practicó con él, bastante bien, debo añadir. *Tengo que hablar con ella después de clase. Está muy rara... Luna también dijo algo sobre Alondra.

No podía quedarme el último, aunque sí, me había quedado el último. Miré alrededor. Si Breezy y Anemone estaban como siempre tan juntas, Alondra estaría mirando si lo hacían bien o no. Pocas personas se atrevían a ponerse con ella. Miré de reojo a la profesora Tauris antes de acercarme al trío de serpientes.

-...em... queréis probar?... - miraba a Alondra, era evidente - ...espero haberlo entendido bien. - El de ascender me daba miedo, pero esperaba al menos ser capaz de frenar la caída, que era lo más preocupante.

La negativa de Ivy a practicar con Kyle obligó a este a buscar a Alondra y a la primera, a encontrar otra pareja con quien intentar hacer bien un hechizo que le estaba costando lo suyo, como casi todas las clases de Encantamientos. Tras dar unas cuantas vueltas, vio que Wesley Fenrin también estaba solo y este se acercó tímidamente a ella.

-No queda nadie más. ¿Nos ponemos juntos? -le preguntó a Ivy.

Ambos se pusieron frente a frente y como un caballero, Fenrin dejó que fuese Ivy quien comenzara elevándole a él y después bajándolo. Visto lo visto, no lo hizo nada mal, porque a pesar de que el ascenso fue algo irregular, haciendo que el pobre chico extendiese los brazos para mantenerse en vertical, sí que logró bajarlo de manera adecuada.

A continuación le tocó el turno a Fenrin, que agitó su varita con determinación, mientras pronunciaba el hechizo.

-¡Ascendio!

Fenrin también tuvo problemas para conseguir subir a Ivy, más que ella incluso, provocando que en más de un momento la joven temiese caerse de cabeza o simplemente ponerse boca abajo. Menos mal que también él consiguió bajarla lentamente, y que tampoco Ivy tuviese un golpe como doloroso recuerdo.

Mientras tanto, Kyle se había acercado al grupo de niñas en el que estaba Alondra. Anemone y Breezy parecían estar preparándose para probar por su cuenta, así que cuando preguntó, Alondra le miró y asintió en silencio con la cabeza. En realidad, la joven estaba agradecida porque hubiese aparecido Kyle. Sus dos acólitas estaban cada vez más tiempo juntas y menos con ella, o ella tenía menos ganas de compartir el que tenía con ambas, y con Kyle había descubierto que estaba a gusto, aunque fuese todo tan raro e inesperado.

-Está bien, empieza tú -le dijo Alondra a Kyle.

Pero Kyle ni siquiera empezó. No pudo conseguir que Alondra ascendiese más que unos pocos centímetros, aunque eso sí, el hechizo para que no pasara nada después pareció salirle estupendamente.

-Me has bajado tan bien que casi no lo he notado -bromeó Alondra, lanzando una sonrisa que no parecía propia de ella -. Venga, ahora voy yo. ¿Preparado?

Pero el hechizo de Alondra no fue mejor. De hecho, salió hasta peor, porque tras agitar la varita, Kyle notó como si algo le volviese del revés y le empujase por el aire hacia atrás unos metros, aunque lo peor fue cuando le tocó aterrizar. Alondra se apresuró a lanzar el contrahechizo para que al menos pudiese amortiguar el golpe... y lo consiguió; Kyle aterrizó al revés... pero muy despacito.

Con gesto preocupado, Alondra se acercó corriendo a Kyles.

-¿Estás bien? L-lo siento. Es que hoy... no tengo el día. Creo que es esta varita. Desde que la compré me está dando problemas. Tendré que decirle a mi madre que me compre otra.

Y mientras tanto, ¿qué hacía la profesora?

La profesora Tauris se paseaba por toda el aula sin decir nada, aunque a más de uno le pareció que se le escapaba una sonrisa al ver los desgraciados percances que teníais.

Cuando terminasteis de hacer los duelos, subió a la tarima y empezó a hablaros.

-Decepcionante. No me sorprende en absoluto.

Entonces, empezó a hablar muy deprisa sobre las características de los encantamientos opuestos, la fuerza con la cual se debían realizar y un sinfín de efectos contrapuestos.

Y mientras lo hacía, agitaba su varita para elevar algunos de los libros que había encima de su mesa, y después los dejaba caer suavemente de nuevo sobre su superficie, como si fuesen plumas, en una demostración de habilidad y regocijo acerca de la falta de capacidad de los que allí estabais para lograr lo mismo.

A pesar de las caras de enfado de todos, nadie se atrevía a rechistar porque de hacerlo, ya habíais visto cómo se las gastaba Tauris. Podía quitaros ochocientos puntos sin pestañear. Sí, desde luego era mejor no decir nada, copiar... y maldecir cuando acabara la clase. Además, muchos de vosotros lo habíais hecho bastante mal así que por una vez, quizás tuviese algo de razón.

Después de interminables minutos de copiar, la profesora volvió a dirigirse a vosotros como si fuese a explicarlos algo, en lugar de a dictaros.

-Está bien. Puesto que habéis demostrado lo mal que hacéis los encantamientos, tendremos que insistir más sobre ello. Disponéis de dos "juegos" de hechizos contrapuestos, así que probaréis a lanzarlos en un pequeño duelo, en donde podréis atacar o defender, pero no las dos cosas. Es decir, podéis atacar a vuestro contrincante con Movis repello o Ascendio, y quien esté enfrente vuestra, contraatacar o defenderse. Obviamente, quien sea más rápido tendrá la ventaja de poder atacar con mayor posibilidad de éxito. Quiero ver si de verdad sois conscientes de vuestras... habilidades.

Menos mal que Alondra accedió. No quería imaginarme quedarme sin pareja de prácticas en esta clase. Capaz era la profesora de ponerse con cualquier alumno que quedase dispar, y solo imaginarme la tortura bajo su varita seria inimaginable. Más aún tras demostrar lo bien que se lo estaba pasando viendo fallar a los alumnos, incluso a los que caían y se hacían algo de daño. Ni si quiera los demás Slytherin sentían simpatía sincera por la Tauris.

Los nervios eran palpables, había mucha tensión en el aire. Pudimos ver como Ivy se las apañó, a duras penas. Incluso Fenrin hizo lo que pudo. Empecé a ponerme nervioso. Me puse delante de Alondra, y ella me cedió el primer intento. *oh dios... espero que salga bien...

Ahí parado frente a ella, de pie, parada también. Podía sentir que me estaba analizando. *¿Y si le hago daño? Como le haga daño... es Alondra de quien estamos hablando!... por favor que no se eleve muy alto!!..- Tragué saliva - As..cendio! - casi me temblaba la mano. Y evidentemente no logré apenas hacer nada por elevarla. Unos centímetros quizás? definitivamente estaba unos centímetros despegada del suelo, mientras me concentraba en todo su cuerpo, intentando elevarla pero no elevarla, o no elevarla hasta el techo, o no elevarla lo suficiente como para hacerse daño.

*Bueno...ya es suficiente... eh.. - ahora la parte más difícil, controlar su descenso. -Aresto momentum. - ese sí lo dije con confianza absoluta. Dejar que caiga delicadamente. Sí. 

-Que difícil... - comenté casi exhausto con el entrecejo fruncido. Y justo en ese momento Alondra hizo algo inesperado. Dijo una broma, sonriente, sin pullas. Parpadeé sorprendido. No sabía que responder, me salió una sonrisa torcida espontánea y natural. Por suerte ella se dispuso a empezar, así que simplemente asentí con la cabeza con expresión confiada. -Adelante. - Era Alondra, una de las más listas de todo primero. ¿Qué podía salir mal?

Tenerla de frente apuntándome con su varita me hizo sentir emociones mezcladas. Desde el miedo hasta el cosquilleo en las entrañas. Me iban a elevar, como si volase sin escoba! Tragué saliva.

FLUAM!!

Tironazo del revés. Apreté tanto la boca y los brazos contra mi cuerpo del susto que casi sentí dolor. Fue como cuando te montas en una montaña rusa, pero totalmente inesperado. No sabía donde estaba, si arriba o abajo, pero desde luego estaba unos cuantos metros más lejos del punto inicial. Y de repente, caí. Mi cara era un poema del pánico, ojos abiertos de par en par y la boca tan fina que casi era invisible. 

No me dio tiempo ni de cerrar los ojos. Por suerte el suelo se ralentizó antes de que mi frente se estampara contra él. Todo sucedió tan rápido que no pude ni pensar. El corazón me iba a toda pastilla.

Ya en el suelo, me acordé de que tenía que respirar de nuevo, y cogí aire medio temblando. Alondra estaba preocupadísima!! - - n-no pasa nada, es-stoy bien, estoy bien...eh jeje..ehjej.ehe... - con un hilo de voz, me salió la risa nerviosa al final. Como si hubiera sobrevivido a una caída libre inesperada (de hecho... fue eso lo que sucedió). 

Me incorporé y dije susurrando para que la Tauris no se enterase - ...no no, no es culpa tuya. A mí tampoco me salió apenas... - hago un gesto con los ojos hacia la Tauris, como dejando entender que era culpa de la profesora, que se estaba divirtiendo de lo lindo - estos hechizos son un peligro. No bromeaba con lo de la enfermería... preferiría usarlos con "cosas", no con "personas"... - hubiera dicho más, y peor, pero no me atrevía en absoluto a hablar más de la cuenta en esa clase.

Y tal y como era de esperar, Tauris fue tan arrogante como inflexible. Nos dejó clara su decepción, y nos taladró con más explicaciones. Tras los nervios de la caída me costó tanto entenderlo que me perdí enormemente con los efectos contrapuestos. Además no paraba de hablar y agitar la varita elevando libros y dejándolos caer. Intentaba escucharla y prestar atención a lo que hacía al mismo tiempo, con lo cual... no pillé nada de nada.

Cuando ya pensé que era el final de la clase, en realidad no. El tiempo no pasaba nunca. Ahora nos tocaba hacerlo enfrentándonos, como si estar bajo su análisis constante no fuese suficiente presión. Y se notaba que no era el único que pensaba así.

Volví frente a Alondra con cara de circunstancias. - Buena suerte. - tragué saliva de nuevo y me preparé. Había visto como se enfrentaban Alondra y Ivy en otra clase. Esperaba hacerlo medianamente bien en comparación...

Estaba tan nervioso como antes. Quizás por eso no me dio tiempo a ser más rápido que Alondra la primera vez, y desde luego hizo conmigo lo que quiso, apenas pude defenderme. Parecía que esa clase la iba a pasar muy cerca del suelo!! - Uff! 

Cuando me volví a levantar, me preparé mentalmente para la segunda ronda. Si no demostraba un mínimo de iniciativa iba a quedar muy mal ante la Tauris (por suerte no era el único, el aula entera parecía tener dificultades con esta clase en particular). Así que me mentalicé, me puse serio y... no, no iba a usar Ascendio, demasiado peligroso. Era mejor usar...

-Movis repello! - lo dije con seguridad. Sólo iba a apartarla, empujarla, sin hacer daño. Ni ponerla en riesgo. No quería usar un hechizo que no había sido capaz de controlar. Me salió excelente. Sonreí mirando a Alondra. Algo me había salido bien. Suspiré, esta clase estaba siendo de lo más desafiante hoy...

¿Cómo le estaría yendo a Ivy?

Ivy había buscado separarse de Kyle. El joven no comprendería el motivo; pero para ella era difícil estar al lado de un "amigo" que no la defendiera frente a las continuas pullas de Spark, las cuáles siempre eran comenzadas por la odiosa Slytherin, siendo la pelirroja el foco donde destinaba toda su atención y odio. Si Alondra hubiera dicho cualquier mínimo mal comentario sobre Goldsmith, ella hubiera intervenido, pero estaba claro que no iba a suceder lo mismo al contrario. Era más, se había convertido en el amigo de su enemiga, lo que eso le convertía en un compañero más, alguien con quien no iba a pelearse, pero con quien tampoco querría seguir compartiendo tiempo juntos. La lealtad era importante para Ivy, y ella podía entregarse por completo por un amigo, pero qué diablos, como mínimo deseaba ser correspondida. No era el caso.

- Digo eso porque ella es tu amiga y está muy segura de saber leer bien el manual de magia. Yo no he comprendido la mitad, te ahorro el golpe contra el suelo - Fue la respuesta de la pelirroja, buscando finalmente otro compañero con quien compartir su tiempo, una suerte que Fenrin estuviera en su misma situación.

Wesley se acercó tímidamente a Jade y ella le sonrió con simpatía - Claro que sí, pongámonos juntos. Solo espero no hacerte daño. No he entendido mucho de lo que dice el capítulo dos... - Se sonrojó por su incompetencia - Pero he memorizado los giros de muñeca y creo que puedo hacerlos medianamente bien... Espero... - Cierta inseguridad y miedo de dañar a su compañero. Lo único que le faltaba era caerle mal a otro Slytherin para que su estancia en la sala común fuese completamente odiosa.

Ivy ejecutó en primer lugar su hechizo. La joven estaba muy concentrada, consiguiendo elevar a Fenrin; aunque de manera irregular, temiendo que en algún momento pudiera llegar a caerse - No te muevas mucho... - Pidió agobiada, centrándose aún más en el descenso - Vale, creo que bajarte será más fácil... - Y es que comenzaba a relajarse en el ejercicio, creyendo que, en parte, comenzaba a controlarlo.

A Fenrin le costó elevarla, fijándose la pelirroja del esfuerzo que su compañero realizaba, así que decidió hacerle una broma para que al menos sonriera - La culpa no es tuya, son las tortitas que comí en el desayuno, pesan como si fueran las bolas de presos que hay en algunos rincones de las mazmorras... - Comentó haciendo referencia a las herropeas que formaban parte de la decoración.

Debo intentar guardar el equilibrio, si me pone boca abajo se me verá la ropa interior...

Y esa idea le daba pánico. Así que respiró tranquila cuando Wesley la bajó - Lo has hecho muy bien, Fenrin. Al menos seguimos los dos ilesos... - dijo con la mejor de sus sonrisas, ya no buscaba salir con nota de allí, sino entera, que no era poco, teniendo en cuenta que la docente era Tauris.

Ivy había desviado la mirada hacia Kyle y comprobado que, efectivamente, la compañera con la que estaba era Alondra. Suspiró aceptando una realidad, no podía ser amigo de alguien que apreciaba a quien le hacía mal; así que su amistad acabaría tan rápido como había comenzado. Desvió su atención de Goldsmith para centrarse en su nuevo compañero, prometiéndose a sí misma no volver a fijarse en Kyle, ya nada más iba a unirles.

Tauris paseaba por el aula diciendo la palabra "decepcionante" de manera continuada, y como método pedagógico de aprendizaje eficaz determinó explicar, de manera muy rápida, una serie de conceptos nuevos; posiblemente para ver si podía perder la atención de los pocos alumnos que no se habían estampado en su clase.

Maldita bruja. Habría que haberte visto a nuestra edad hacer lo mismo. Arpía antipática...

Obviamente Ivy no dijo nada, no iba a darle la satisfacción de que le castigase, manteniendo su atención en las explicaciones, aunque éstas eran cada vez peores y tenía la sensación de que no podía retener ni el nombre de los hechizos que les obligaría a usar a continuación, justificando como actividad un duelo donde bien se podía atacar o defender.

Yo soy bastante rápida moviéndome, debería atacar mejor que defender... Aunque a Wesley se le ve también ágil...

Dudó durante unos instantes, hasta que se puso frente al compañero con la varita en la mano, esperando lanzar su hechizo, sabiendo que lo que Tauris pretendía era crear conflicto entre ellos. Esa mala víbora iba a enfrentar a los alumnos permitiendo que se dañasen. Los encantamientos siempre le habían gustado, pero con aquella docente impartiendo clase, hasta las ganas de seguir aprendiendo se le habían quitado.

Kyle respiró aliviado al ver que Alondra accedía a batirse con él. Aquellas clases eran especialmente complicadas, la Tauris era insoportable y tener que escoger entre todos los que había por allí, una vez Ivy se hubo borrado, resultaba de lo más complicado.

Kyle efectuó el primer movimiento, lanzando un Ascendio que Alondra logró contrarrestar con rapidez. Desde luego, se había movido muy deprisa, haciendo que pareciese incluso que Kyle no había lanzado hechizo alguno, o que este más bien había rebotado sobre él mismo, porque sintió como un empujón hacia atrás que lo echó al suelo.

Alondra era complicada después de todo.

Pero en el siguiente intento fue él quien reaccionó con rapidez, haciendo que Alondra no pudiera anular su hechizo, cayendo al suelo a causa de la energía que le había lanzado. No fue demasiado grave y cuando Alondra se puso en pie, parecía estar perfectamente.

-Bien hecho. Parece que ya le estás cogiendo el tranquillo. Menos mal porque estaba empezando a pensar que había escogido al mago equivocado y yo nunca me equivoco. Solo estoy con los mejores -dijo Alondra, desviando como siempre la atención hacia ella.

Por su parte, Ivy intentó arreglarlo un poco con Kyle, pues se sentía insegura respecto a sus habilidades y lo que hubiera entre él y Alondra parecía ser demasiado fuerte como para interrumpirlo. Se concentró entonces en trabajar con Fenrin y sobre todo, cuando llegó el momento de los duelos, en procurar hacerlo lo mejor posible.

En el primer intento, Wesley fue más rápido que ella, lanzándole un "Ascendio" que hizo que se elevara por el aire durante un buen rato, hasta que por fin logró ponerle fin. El joven era bastante activo.

Pero en la segunda ocasión, fue Ivy quien reaccionó con rapidez, lanzándole en "Movis repellus" que pareció empujar a su compañero hacia un lateral y hacer que chocase con varias mesas.

El joven Fenrin se levantó con dificultad, asegurando que no le había ocurrido nada.

-Tranquila, estoy bien, estoy bien. Es que has sido muy rápida, Ivy -le dijo Wesley, sonriendo.

Los duelos se sucedieron a todo lo largo y ancho de la clase, con diferentes grados de éxito y consecuencias. La verdad es que el ambiente era muy extraño, con alumnos subiendo y bajando por el aire, y objetos muy diversos escapándose de sus dueños.

Al menos fue una clase mucho más animada que de costumbre, para ser de la profesora Tauris, se entendía. En algún momento la profesora indicó que todos los duelos debían detenerse y así lo hicisteis, volviendo a vuestros sitios.

-Está bien. Supongo que podría haber ido peor. Quizás consiga algo con vosotros después de todo, aunque no será fácil. Desde luego, la directora no es consciente del trabajo que dais y lo poco que tenéis que ofrecer. 

Obviamente, aquello no sentó nada bien, pero ¿quién se atrevía a quejarse?

Para terminar la clase, la profesora empezó a dictar de nuevo a gran velocidad, esta vez sobre los contrahechizos y sus diferentes clases, lo que obligó a que todos tuvieseis que correr para no quedaros atrás. Aquella profesora quizás supiese un montón de cosas, pero ser agradable y flexible no eran dos de ellas.

Cuando por fin terminó, os mandó más deberes, antes de salir de clase con una sonrisa de satisfacción que ya empezabais a identificar. Cuanto más enfadados estabais vosotros, más feliz parecía ella.

-Quiero cinco pergaminos sobre las características de los encantamientos contrapuestos y las diferentes subclases que existen y aquellos que no los entreguen, en lugar de cinco, deberán entregar diez o suspender definitivamente la asignatura.

Estaba a punto de dar por finalizada la clase, cuando la puerta se abrió y apareció el subdirector, con gesto preocupado.

-Dísculpeme, profesora, pero en clase de transformaciones hemos tenido un pequeño problema. Uno de los alumnos ha creado un traslador defectuoso y han desaparecido él y otros dos compañeros que le han seguido. Necesito que me ayude a intentar localizarlos. Sé que a usted se le dan especialmente bien los hechizos localizadores y cuanto antes los encontremos, mucho mejor.

La profesora pareció tomarse en serio las palabras del subdirector y se puso en pie.

-Desde luego, profesor Partwulf. Iré ahora mismo; claro que no es de extrañar que le hayan salido mal los hechizos. Los alumnos de este año son especialmente ineptos. En cuanto a vosotros, recordad las tareas. Ahora podéis marcharos. Supongo que querréis descansar, sobre todo después de tanta... dedicación.

Por supuesto, la última parte fue cargada de sarcasmo, pero lo importante era que ahora disponíais de tiempo para comer y maldecirla entre vosotros. Claro que todos sentían curiosidad. ¿Quién habría desaparecido?

Las palabras de Ivy cada vez me dejaban más descolocado. Alondra era mi amiga? en realidad sólo había hablado con ella ayer por la tarde, antes de que ocurriese todo aquello en el gran comedor. ¿eso era considerarla amiga...? Quizás crucé la línea con ella, pero parecía que Alondra no me despreciaba tanto como hubiera esperado... o quizás me equivocaba con ella?... A ratos no sabía qué pensar, pero desde luego lo que no entendía era la forma en la que Ivy me estaba ignorando desde la noche anterior, en la sala de trofeos...

Quizás  fuese por todas esas dudas que mis prácticas fueron así asá, aunque a pesar de todo logré hacer un hechizo para empujar a Alondra. Y es que encima ésta me felicitó. Y no sólo eso, lo dijo de tal modo que desvió toda la atención hacia a ella... diciendo que SOY DE LOS MEJORES. ¿Se habían invertido Alondra con Ivy?

Me sonrojé ligeramente -Gracias por dejarme practicar contigo. Eres muy buena, Alondra. Yo no habría sido capaz de detenerte en seco estando boca abajo - para mí, quizás lo había hecho con toda su intención, con gran habilidad. Era una de las mejores al fin y al cabo. Dejé que tuviera su momento de gloria, no iba a ser yo quien la parase en su afán con llamar la atención. Aunque de un modo indirecto me había puesto más atención a mí diciendo aquello. Ya formábamos parte del equipo de Quidditch. Quizás sí que estaba alcanzando a ser un gran Slytherin, lentamente, poco a poco. 

Y hablando de ser un gran Slytherin... aún teníamos una charla pendiente con Ivy sobre aquél tema. *Pero ser Slytherin siendo de los mejores... eso es algo bueno... - pensé con un extraño sentimiento de orgullo que se me mostró en el rostro - ...no?... - para pasar a expresar duda frunciendo el entrecejo. Dudaba de mis propios pensamientos desde hacía tiempo. Quizás estuviera conociendo una parte de mí que no conocía antes... y esa parte disfrutaba mucho de salir a la luz.

Miré a Ivy mientras hacía sus prácticas con Fenrin. Estaba inusualmente distraída. Normalmente hacía mejor las clases. Pero estábamos en clase de Tauris... hasta ese punto entendía que no se interesase tanto. Finalmente, la Tauris se cansó de vernos hacer el mono y nos dejó claro que éramos unos negados. *Te demostraré que puedo ser el mejor. - nuevamente, un pensamiento que me asaltó por orgullo. Esa Tauris no sabía lo que decía. Y era infinitamente irritante. 

Volví a mi asiento apartado y copié como un loco todos los apuntes que dictaba sin parar. No me vería "no anotando" sus clases, eso seguro. Por lo menos que me viera escribir como un loco, como tanto le gustaba vernos. Estresados. 

Apunté los deberes por hacer y en ese momento... el subdirector entró en clase. Sus noticias me hicieron pensar. *Transformaciones?... - nuestra clase anterior fue la de los trasladores. *Un momento... los que tenían transformaciones hoy a esta hora son los de... - inspiré aire y puse los ojos en blanco sólo para ponerme la mano sobre la frente. 

COLTON.

Ese fue mi primer pensamiento. Obviamente. ¿Quién iba a liarla más en una clase que el mismísimo tonto de Colton?. No pararía hasta hacer explotar toda la escuela. Pero... había dicho alumnos. En plural. *oh-oh... - eso era preocupante. Recordé lo que dijo Ivy que podía pasar con un traslador defectuoso... y la imagen de alguien despedazado me vino a la mente.

La profesora parecía respetar bastante al Subdirector Partwulf. Aquello era interesante. Pero no me paré a pensar mucho más en ello, en cuanto nos dio el permiso para marcharnos... salí con el resto de la clase, y esperé a Ivy. Todos estaban susurrando curiosos sobre lo que había dicho Partwulf.

En cuanto la vi salir al pasillo, me acerqué y le dije susurrando - Tengo un mal presentimiento. Me temo que los involucrados sean Colton con los demás. Espero que nadie haya sido desmembrado... o que haya explotado... - se me pusieron los pelos de punta. Colton ya había hecho explotar los calderos una vez en clase. Pero es que tras recordar lo que dijo Ivy en nuestra clase de los Trasladores...

- A veces pasa, por eso los trasladores se suelen poner en sitios extraños donde no haya mucho trasiego de muggles ni de magos - Explicó - Ha habido casos realmente espeluznantes. Una vez, una bruja anciana puso un traslador con forma de caramelo en la puerta de un colegio y claro, un niño ingirió el dulce, así que el chaval muggle reventó delante de su madre... - A su abuela le encantaba contar aquella historia sobre su amiga Hermenigilda - A la bruja le retiraron la varita durante un tiempo y a todos los muggles que vieron la escena, les borraron la memoria... - No dijo nada del niño, pero estaba claro de que algunas cosas, o personas, si se dañaban eran irrecuperables.

-Quieres ir al comedor a ver si están todos allí... y bien? - esperé la respuesta de la pelirroja. Estaba muy extraña hoy. Aunque de algo estaba seguro, no dudaría en ir a ver si los demás estaban bien o no.

En la clase de Tauris no había un solo alma que no se esforzara por hacer los ejercicios. El nivel de concentración era máximo, así como el nerviosismo de los alumnos cuando la magia no emergía de la manera adecuada. Ivy había decidido separarse de Kyle pues su amistad con Alondra, en el fondo, le molestaba y hacía daño, comprendiendo que él jamás movería un dedo por ella para ayudarla si había confrontación con la otra Slytherin, cosa que sucedía demasiado a menudo para su gusto.

En todo el tiempo que había estado en Hogwarts no se había acercado a Fenrin y, quizás fuese un buen momento para saber algo más de su compañero de casa. El joven era rápido usando la varita, así como hábil al elevarla, mientras Jade sentía un leve hormigueo en la boca del estómago, el nerviosismo propio de quien piensa que puede caer en cualquier momento. Luego llegó su turno, y la pelirroja hizo un hábil giro de muñeca que provocó el empuje de su compañero a un lateral, haciendo que éste chocara con varias mesas.

- ¡Lo siento Fenrin! ¿Estás bien?... - Se había preocupado. Bajo ningún concepto habría deseado hacerle daño. Una suerte que el joven se levantase con ímpetu y le asegurara de que estaba bien, reconociéndole su rapidez - Tú sí que eres rápido, en el primer intento ni te vi venir... - Y le sonrió con amplitud, el joven demostraba ser agradable y alguien muy capaz con quien trabajar. Podría ser un buen compañero con quien pasar el tiempo en la sala común, ahora que sus expectativas eran estar completamente sola.

Y así fue como estuvieron trabajando hasta que la Señora Tenebrosa, Tauris, les dio la orden de parar para felicitar el trabajo de su clase; pero por supuesto, a su manera, reconociendo que no eran inútiles del todo.

¿Gracias por el halago?.... Maldita arpía....

A pesar de los pensamientos negativos de Jade hacia la profesora no abrió la boca, aceptando sus palabras. Y es que estaba deseando sacar una buena nota en la asignatura. Por ello, cuando la docente comenzó a dictar nuevos apuntes, Ivy comenzó a copiar con rapidez sobre el pergamino, no olvidando apuntar los deberes para el próximo día.

¡Cinco pergaminos! ¡¡¡¡CINCO!!!!.... Está completamente loca.... Esto me llevará mucho tiempo...

El ánimo de Jade decayó de nuevo. No podía arriesgarse a perder el tiempo con sus amigos habiendo tanta tarea. Y era más, si Gryffindor y Ravenclaw no habían tenido esa clase aún, tampoco hacerlo en conjunto era algo que le beneficiase, porque perdería mucho más tiempo yendo a la biblioteca, poniéndose al día de las cosas que tenían que contarse y, seguramente, si pensaba en acabar rápido, posiblemente la labor fuese deficiente. Lo mejor era retirarse a su sala común para estudiar, al fin y al cabo allí nadie le iba a hablar. Mejor para concentrarse.

El profesor Partwulf entró en el aula, pidiendo a la profesora que fuese a la clase de transformaciones, puesto que un alumno había creado un traslador defectuoso, desapareciendo él con varios otros compañeros. Ivy miró horrorizada al docente, deseando con toda su alma de que no fuese nadie conocido, pero se sentía con cierto bloqueo mental, pensando solamente en los cinco pergaminos que debía entregar para la siguiente sesión.

La idea de Jade era ir directamente a la sala común, no pasando ni por el gran comedor, pues en Slytherin podía picar algo de fruta mientras comenzaba a realizar sus deberes. Lo que no esperaba era que Kyle se acercase a ella y le dijera que pensaba que uno de los desaparecidos podía ser Colton.

- ¿Colton?...¿Y los demás?... - Pestañeó un par de veces viniendo la imagen mental de sus amigos Gryffindor - Luna y Úrsula... Ains no... - Jade comenzó a caminar muy rápido en dirección al comedor, tenía encogido el corazón por el miedo que sentía - Sí, voy para allá para comprobar que estén bien... 

Pero, ¿y si no lo están? ¿Qué hago?... ¿Dónde podría buscarles?... No, no pienses eso. Luna es muy buena bruja, seguro que no son ellos...

No tenía la certeza de qué podría hacer si sus amigos fueran los desaparecidos, así que por su propia salud mental, decidió bloquear los pensamientos negativos mientras avanzaba. ¿Y qué mejor manera que diciéndole a Kyle parte de lo que pensaba? Aunque como buena Slytherin, nunca directamente, sino a base de indirectas.

- Espero que te haya ido bien la clase con tu amiga Alondra. ¿Luego has quedado con ella para hacer los deberes? - Se sentía molesta - Espero que no me critiquéis mucho mientras pasáis el tiempo juntos... - Aunque en realidad sabía que, si eso sucedía, Goldfinch no se pondría del lado de Jade, se callaría como ya había pasado antes. Con estos comentarios lo normal era que Kyle supiese, con total seguridad, de que Jade estaba desencantada con él. Y aún, yendo hacia el comedor, podía haber tiempo hasta para discutir, porque la pelirroja era agradable de manera general, pero también podía mostrar un fuerte carácter en según qué situaciones.

Fue chocante ver a Jade y notar que ni siquiera se había planteado la posibilidad que fuesen los demás los que la hubieran liado. O estuvieran en un lío. Era lo mismo, lo mirases por donde lo mirases. Conociéndola, hubiera creído que su primer pensamiento era el de estar preocupada por ellos.

Fui con ella hacia el comedor a paso rápido, en cuanto pareció darse cuenta de que podrían estar... mal? heridos? desmembrados? La clase anterior de los trasladores fue un poco traumática en ese sentido, pero por suerte a nosotros nos salió todo bien. *No es suerte Kyle, fue tu habilidad natural. - ... - que pensamiento contradictorio. *Sí, mucha habilidad natural, pero en esta clase casi no he mostrado nada de todo eso. - Estaba a punto de mencionarle la desastrosa clase de hoy cuando ella misma introdujo el tema...

Y que forma de introducir el tema. 

-¿...qué?... ¿a qué viene eso?  y por qué no quisiste practicar conmigo? - estaba confuso y la miraba mientras caminábamos. Aquí estaba pasando algo raro. De hecho estaba rara desde la noche anterior. Intenté hablar más bajo para que no se enterase todo el pasillo - ¿Pasó algo malo ayer con los fundadores? estás muy ... rara, desde que te vi en la sala de trofeos anoche. Estaba muy preocupado por vosotros después de que atacasen a esa chica en el Comedor!... Y hoy parece que me estés... evitando?. ¿Por qué me has dicho que fuese con ella? - no entendía mucho su actitud, era evidente que estaba increíblemente molesta. Pero fue ella la que me dijo que practicase con Alondra y se buscó a otro alumno para hacer la clase. Y... acaso acababa de decirme que "no la criticase mucho" con Alondra??? en serio?? Mi entrecejo estaba cada vez más fruncido.

-Luna también me dijo que quería hablar conmigo sobre Alondra. ¿Qué pasa con vosotras dos? - obtuso era quedarse corto. No era capaz de ver lo que estaba pasando. - Ayer casi me choco con ella en los pasillos después de discutir con Colton y cuando llegamos al comedor vimos a todos histéricos por el ataque. Salimos corriendo de allí y luego fui a buscarte. A buscaros. ¿qué ha pasado con Alondra? por qué dices cosas tan raras? - era cierto que había llegado a hablar con ella más en los últimos dos días que en todo el inicio del curso, pero de ahí a llamarla amiga y de hacer los deberes juntos. ¿con Alondra? como si a ella le interesase siquiera! Quiero decir, habíamos hablado... y yo la saqué a casi a rastras del comedor. Si un caso me parecía extraño que Alondra no me odiara y me tratase como el Sangre Sucia que yo era.

De hecho Alondra no me había tratado mal en absoluto. Prácticas "fallidas" a parte. Poco a poco empezaba a tener claro que no era tan mala persona como quería aparentar.

-¿Cómo se te ocurre decirme que "no te critique mucho"? Si eres mi amiga! - estaba empezando a alterarme. Ivy era completamente diferente a como la creía conocer. Ni si quiera podía empezar a imaginarme haciendo los deberes en la biblioteca con Alondra. ¿O sí? con las otras dos amigas suyas en medio? Dios... que escena tan extraña sería. *Rodeado de los más fuertes de Slytherin. - ... - pero no me imaginaba a Ivy allí, entre las 3. Sonaba de lo más absurdo en mi mente, completamente abstracto.

Una charla, quizás eso era lo que había pendiente entre los dos Slytherins para poder recobrar de nuevo la confianza, o todo lo contrario, perderla para siempre. El caso es que estaba claro que Jade estaba molesta, mientras que Kyle se mostraba confuso; un hecho más que notable entre ambos, conforme caminaban tras la estela de sus amigos, si es que se encontraban donde debían, en el Gran Comedor.

Era bien cierto que Jade parecía abstraída, a ello colaboraba: la dureza de las clases, el estrés de los deberes interminables, el miedo a no ser lo suficientemente buena como para poder mirar a su familia a la cara y sus problemas de relaciones sociales; el conjunto hacía que su capacidad empática disminuyera mucho, hasta el punto de estar obcecada con el hecho de cumplir los objetivos impuestos por Tauris antes de pensar siquiera que sus amigos podían estar en peligro.

- ¿Por qué no quise practicar contigo?... - Le sorprendía que hiciera esa pregunta cuando era tan obvia - Pues porque tú prefieres estar con Alondra - Que él usara un tono bajo de voz ayudó a que ella también lo hiciera, no generando un espectáculo entre el resto de los alumnos - No pasó nada malo con los fundadores. De hecho, hablé con Gryffindor y me dijo que era una verdadera Slytherin. Fue muy amable y me ha hecho pensar que quizás mi sitio si sea estar en esta casa y no intentar cambiarme a otra... - Pero aquel no era el asunto que a Goldfinch le interesaba, puesto que incidía que estaba muy rara desde la noche anterior, justo cuando las palabras de Colton fueron dichas, las cuáles le sentaron tan mal que no tenía claro qué esperar de Kyle.

Jade suspiró con pesadez antes de comentarle a su compañero lo que se le pasaba por la cabeza, creyendo que lo mejor era ir de frente y que supiese lo que se le pasaba por la mente - Anoche me dijo Colton que ibas de la mano de Alondra. Comprendo que cuando alguien hace eso con otra persona es porque la considera especial. Si a esto le uno que cuando me empujó contra la Testia temporis no le dijiste nada y ni te enfadaste con ella, pues deduzco que vuestra relación es más especial que la que tenemos nosotros... Si ella te hubiera empujado hacia la planta, yo habría actuado de alguna manera Kyle... Yo defiendo a mis amigos y tú dejas pasar todos los comentarios que ella hace sobre mí... Son muchos, ¿sabes?... Hasta el punto de que no puedo ni pedir a la profesora que me explique nada de nuevo porque ella va a intervenir y a dejarme mal, a ridiculizarme, como ha sucedido en encantamientos. Y mi único amigo de Slytherin, el que podría ayudarme a estar mejor dentro de la casa, es amigo de la que claramente es mi enemiga... - Tenía los ojos vidriosos, estaba dolida y sentía ganas de llorar - No me sabe bien esto, pero si aprecias a Alondra, lo que hace y cómo se comporta, entonces te gusta cómo es, y por tanto, los desprecios que me hace te parecen correctos. Yo no quiero tener amigos que no den la cara por mí. Para eso prefiero estar sola.

Y así se veía en realidad. Michael y Percy estaban en Ravenclaw; Úrsula, Colton y Luna en Gryffindor; mientras que ella se sentía como una extraña en Slytherin. Con Kyle parecía haber encajado muy bien, pero la indefensión ante el continuo acoso de Alondra había hecho mella en la confianza hacia su compañero. Un consuelo al menos que Fenrin le había tratado con algo de amabilidad, solo esperaba que la mano podrida de Alondra no marchitase también aquella posible amistad futura.

- Por eso te he dicho que te pongas con ella, que hagas la tarea con ella y que no te sientas obligado a ponerte conmigo. Yo te voy a seguir tratando bien... - Y eso era cierto, siempre y cuando Kyle le respetase, Jade no le faltaría al respeto - Pero no puedes estar entre dos bandas y pensar que no haces daño alternando entre una y otra... A mí me duele cuando se meten conmigo y te callas... - Dicho había quedado, exponiendo sus argumentos. Aunque posiblemente el joven Goldfinch tuviese algo que decir, y eso fuese aún más doloroso para Jade, la cual estaba esperando un posible desenlace sin vuelta atrás.

*Que yo prefiero estar con Alondra?? - de dónde estaba sacando esa idea!?... La respuesta no tardó en llegar.

Colton.

Me tragué todo lo que me decía sin abrir la boca. Incluso cuando se le pusieron los ojos vidriosos, recordándome a cuando nos abrazamos en el pasillo tras desahogarnos por no querer pertenecer a la casa de Slyherin. Qué lejos parecía aquello, y eso que sucedió hacía nada.

Bastó eso, de la noche a la mañana. Un comentario de Colton. Bastó con eso para que Jade me tachara o etiquetara. ¿ir de la mano de Alondra? así fue como lo llamó?. Podía imaginármelo perfectamente, burlándose de mi para hacerme quedar mal frente a Ivy y los demás. Seguí escuchando todo lo que al parecer Ivy había estado pensando de mí, incluso durante la clase de herbología. No, al parecer Ivy no quería ser amigo de los que no saltaban a defenderla en mitad de clase. Ella prefería ser amiga de Colton.

A quien iba a engañar. Era evidente. Eran un grupo de super amigos y se defendían continuamente y iban a buscarse cuando estaban en peligro. Claro que yo también lo hice, fui a buscarla en cuanto vi el cuerpo de la chica muerta, cagado de miedo y sólo por el castillo. Pero yo no era valiente ni alzaba la voz delante de Alondra. Claro. Eso es lo que Ivy pensaba de mí. Era evidente. Sólo quería amigos como Colton. O Luna.

Con todo lo que me había abierto con ella, como nunca antes con otra persona, y eso era lo que se sentía cuando te criticaban en la cara de esa manera. Básicamente me estaba criticando a mí, por ser como soy... ¿apreciar a Alondra? ¿no quiere tener amigos que no den la cara? ¿Estar mejor en ésta casa?... ¿no se suponía que Ivy me iba a llevar con su hermano para que hablásemos los dos sobre ese tema de las casas?... ¿no tenía un plan?... ¿no estábamos juntos en ésto? *Es evidente que no - sonó el pensamiento en mi cabeza, con una voz retorcida. Apretaba los labios mientras mi expresión se volvía cada vez más inexpresiva, fijando mi vista en su cara, a medida que Ivy seguía desahogándose. 

Que mi relación es más especial con Alondra porque Colton le dijo que nos vio cogidos de las manos. Que ella me habría defendido. Que yo tendría que intervenir cada vez que Alondra y ella se pelean. Que me gusta como es Alondra. Que Ivy me seguiría tratando bien aunque no quiera ser mi amiga. Y finalmente, que le dolía cuando Alondra se metía con ella y yo me callaba.

Y en eso último terminó. Fue como un porrazo con un cubo de agua helada. Se me encogió todo por dentro. Estaba claro que no conocía tanto a Ivy como pensaba creer, pero también estaba claro que Ivy era así. Emocional, explotaba. Como una llama.

Me había quedado parado en el pasillo. Pasaron unos eternos 10 segundos antes de que tragara saliva y respondiera ante tantas acusaciones. Y respondí sin emoción. 

-Lo siento. Si no te gusto. Como amigo - porque no era Alondra el punto, era que yo no la defendía cada vez que se peleaban - O si no soy lo bastante valiente para defenderte cada vez que discutís en clase - alguna vez sí lo hice, cuando la conocí. Antes de saber que yo era un sangre sucia en una casa llena de serpientes, el primer día. No iba a extenderme con explicaciones del porqué no la defendí al segundo cuando se cayó sobre mí cuando Alondra la empujó en clase de herbología. Ni siquiera pensé que fuera a ser algo tan grave. Pero para Ivy lo era. Pero ese no era el punto. A Ivy no le gustaban los amigos que no eran tan valientes como Colton y los demás. O estúpidos. O impulsivos. Pensar en ello era irritante. Colton hablando mal de mí a mi única amiga de mi casa 

- Me choqué con ella en el pasillo ayer. Llegamos al comedor y vimos a la chica muerta. Todos estaban asustados. Alondra se asustó y me cogió la mano. No pensé. En segundos, tiré de ella para salir de allí. Creí que estarías en peligro - hablaba como un robot, explicando las cosas sin puntos de vista, tal cual sucedió, pero con una inexpresividad congelante - También me puse frente a ella cuando el ataque de Salazar. Por impulso. Supongo. - seguía inexpresivo.

-Tiré de ella. Le dije que iba a ir a buscaros. No quiso venir. Se enfadó. Estaba asustada - y yo. Estaba asustadísimo ayer. Preocupadísimo. Fui sólo, sin saber qué me encontraría allí, o por el camino. Pero no era suficiente para ser amigo de Ivy. Porque no la defendía ante las críticas de Alondra.

Una voz sonaba en mi cabeza. Si los amigos se defienden entre sí, ¿porqué nadie me defendió ayer cuando Colton se burlaba de mí frente a todos? me llamaba gallina, dijo que apestaba como a mierda, y me respondió fatal cuando le conté el plan para que James nos ayudase a Michael y a mí en la biblioteca. Colton era un egocéntrico. Él hubiera preferido que hubiera dicho el nombre de cualquier otro en vez del suyo al contar la mentirijilla. Una mentirijilla absurda que no hacía daño a nadie, que encajaba perfectamente para ayudar a la investigación. Menudo amigo. El tipo de amigo que quería Ivy. Y yo NO era como Colton. Ni quería serlo.

-Por cierto... no hace falta que hables con nadie por mí sobre el tema de cambiar de casa.  - a estas alturas era evidente que Ivy se había olvidado de lo que me dijo - No creo que pueda cambiar de casa de todas formas. Y es posible que sí entienda que sea un Slytherin al fin y al cabo. - *sobretodo si soy tan mal amigo como dices. - Cuanto más leo del tema más empiezo a entenderlo. - me perdí un momento mirando hacia la pared. Estaba muy serio - Me alegro que el otro fundador fuese amable contigo y te dijera que eres una Slytherin. - le sonreí con mi practicada máscara. *Bien por ella.

En realidad era cuanto más vivía cosas intensas que empezaba a entenderlo. Las diferencias entre las casas. Quizás era muy exagerado, pero en el fondo parecía que eran ciertas.

- ... ¿Sabes? vosotros también habláis mal de Alondra. A diario. Y además ella lo sabe. Me lo dijo. - y creía que un caldero hirviendo explotándote en la cara seguía siendo mucho peor que empujar a alguien a una planta. - Pero un gran grupo de amigos se apoya. ¿no?. Supongo que si no quiero hacer de ella mi enemiga, no te bastará para ser mi amiga. Lo entiendo. Será mejor que vayamos ya al comedor - empecé a caminar hacia el comedor mirando hacia adelante - Tu amigo Colton estará allí. Y los demás. A no ser que hayan hecho un desastre y se hayan metido en un lío muy gordo. - y yo aquí, que me había preocupado por ellos por un desastre que era muy probable que fuese obra suya. 

-Supongo que si eres amigo suyo es porque aprecias a Colton, y cómo se comporta. Incluso cuando hace cosas que puedan hacer daño a los demás - no la miraba a la cara, y seguía hablando inexpresivamente. - A mi Colton no me cae bien. Me habla mal y me insulta. Y te va contando cosas a mis espaldas para caerte mal. Pienso que es un idiota maleducado. - hablaba como quien comentaba el color de las paredes - Aunque nunca pensé que por ser amigo tuyo, a ti te parecía bien su actitud - fue un reflejo inmediato a su frase "si aprecias a Alondra, lo que hace y cómo se comporta, entonces te gusta cómo es, y por tanto, los desprecios que me hace te parecen correctos".- Claro que él sí que es valiente y te defiende frente a Alondra. Eso debe ser más importante.

-Aunque ahora que lo pienso. Alondra piensa lo mismo que yo sobre Colton... - alzo las cejas, aún caminando y sin mirarla - ah... entonces es por eso que soy "amigo de Alondra"?. ¿Porque pensamos los dos que Colton es un idiota? o ¿porque no te defiendo cuando discutes con ella? - estaba en absoluto modo máscara, con tonos irónicos. Estaba imitando a la perfección a todos aquellos adultos que falseaban las frases y decían las cosas de manera irónica como quien intenta marcar un punto.

Pero Ivy había dejado claro sus preferencias. Aunque era evidente que estaba dolida. Pero a mí también me había molestado que no hubiera tenido si quiera la idea de venir a preguntarme si lo que decía Colton era verdad o mentira. Eligió creerle a él. Después de haberme visto llorando en mitad del pasillo. No me dio ni la oportunidad de la duda.

Finalmente me detuve y la miré. - Lo siento. Entiendo si no quieres ser amiga mía. - ¿dónde había quedado todo aquello que me dijo en el pasillo tras desahogarnos? - No hace falta que te esfuerces. Yo te seguiré tratando como siempre. Aunque hables con gente que no me caiga bien. No creo que pueda defenderte cada vez que Alondra y tú os peleáis en clase. No soy ese tipo de persona... supongo que no doy la talla. -seguía hablando como quien comenta el color del cabello de alguien - Debo ser tan asqueroso Slytherin como los demás. Además de un sangre sucia asqueroso. Como tu amigo Colton. Créete todo lo que te diga. Pero en eso tengo que darle la razón a Alondra... "cuando alguien es idiota, lo es y punto" - repetí sus palabras nuevamente.

-Espero que si algún día hablo con Alondra, no me critiques como hace Colton. Aunque si no quieres ser amiga mía, entonces no hay nada que pueda hacer para evitarlo.

Me sentía como un carámbano de hielo. Había encogido todas mis emociones en la frialdad del sarcasmo y falsedad en mi expresión despreocupada. Ivy no quería ser amiga de un cobarde como yo. Menuda forma de elegir amistades. No era quien yo pensaba, quizás me había hecho ilusiones muy rápido creyendo que era alguien con quien no sentirme sólo. Aunque no iba a cerrar la amistad con Ivy, quizás se disculpase o quizás no, quizás no se interesase en absoluto o quizás sí.

Pero después de haberme dicho que no quería ser amiga mía... por todas esas razones suyas... pues no iba a obligarla, no?