Partida Rol por web

Había empezado.

Sabía que desde hacía dos días, había entrado en la última semana antes de la Luna Llena, lo que significaba que por primera vez mientras estaba en Hogwarts iba a sufrir mi problema y enfrentarme con lo que de verdad me sucedía. Sería también el momento para comprobar hasta qué punto las palabras de Ivy eran ciertas y no solo era mi amiga de palabra, sino también al ver en lo que me transformaba, porque la verdad era que daba auténtico miedo verme y mucho más darme cuenta en la criatura abominable en la cual me había convertido.

Confiaba en ella y sabía que no lo había dicho solo por decirlo pero aún así, tenía miedo.

Y por supuesto, luego estaban los demás, que no sabían nada de nada pero que no tardarían en preguntarse qué me ocurría, y si no era esta vez, sería la siguiente, porque se repitiese el mismo fenómeno.  Ellos no eran tontos ni mucho menos, así que tarde o temprano tendría que tomar una decisión y confiar en ellos… o separarme para evitar incómodas preguntas.

Era la peor semana de toda mi vida, peor incluso que la primera vez que me había ocurrido.

En cuanto empezó la semana, me había sentido mal, débil, con nauseas y temblando de pies a cabeza, así que había ido corriendo a decírselo al profesor Goldhurn y él se había encargado de hablar con la profesora Potts para que me diese la poción y fuese tomándola. Así que allí iba yo, con mi pequeño termo lleno con aquella asquerosa poción que sabía muy amarga y de la cual tomaba un sorbo cada vez que tenía un momento.

Me resultaba difícil seguir las clases sintiéndome como me sentía, pero no me quedaba otra porque no podía perder toda una semana sabiendo que durante los tres días que durase la luna llena iba a estar fuera de escena.

Eso sí que iba a ser duro.

Cuando llegamos al aula, el profesor estaba ya esperándonos, como hacía habitualmente, en su forma lobezna, aunque no tardó en transformarse. Verle cambiar de aquella manera, a voluntad, me hizo sentir envidia de él, de lo que era capaz de hacer, porque yo no podría cambiar lo que tenía por lo mismo que era capaz de hacer él.

El destino había sido muy cruel conmigo.

-Buenas tardes, profesor –le dije, mientras me sentaba, al escuchar su bienvenida. Busqué mis actividades y las preparé para que pudiera verlas. Trabajar entre todos en la biblioteca había sido una gran idea, aunque últimamente los ánimos estaban un poco caldeados, muy diferente de como estábamos unos días atrás, y todo desde que Kyle había pedido ayuda a James en la biblioteca, y por supuesto, desde que había mostrado más confianza con Alondra.

No había tenido tiempo de reunirme con él a solas para preguntarle, y por supuesto no iba a hablar con Alondra, así que lo tenía como tarea pendiente… si es que podía no vomitar o caerme al suelo, porque cada día parecía ser peor que el anterior.

Mientras acababa de pasar por todas las mesas, me llegó una nota de Michael en la que me preguntaba si estaba mejor. Me volví hacia él y le miré con la mejor sonrisa que pude reunir, aunque no fuese muy buena, y después le escribí una respuesta en el mismo pergamino.

Regular, pero me ocurre todos los meses. Se me pasará. Gracias.

Y se la entregué para que se quedara más tranquilo. Me sentía muy bien al ver que mis amigos se preocupaban por mí, pero también culpable al no atreverme a contarles lo que de verdad me sucedía, por mucho que estuviese convencida de que iban a aceptarme sin problemas.

Cuando el profesor terminó de pasarse por todas las mesas,  se colocó delante de todos para empezar su clase, y nos dijo que íbamos a trabajar transformaciones de objetos útiles. En realidad no comprendía bien lo que significaba eso, teniendo en cuenta que todo era útil, pero cuando realizó aquel hechizo, PORTUS, sobre el libro, y lo tocó y desapareció… me llevé una mano a la boca, sorprendida.

El profesor apareció casi al instante en el marco de la puerta y en seguida nos dio la explicación.

Claro, un traslador, pensé. ¡Eso sí que es útil!

Rápidamente, anoté el hechizo en palabras muy grandes, aunque todavía no supiese cómo se realizaba el hechizo. Cuando empezó a describirnos los movimientos, dejé a un lado todas mis molestias y procuré concentrarme en tomar nota de todo porque aquello sí que era un hechizo que de verdad me apetecía aprender, muy práctico, aunque entendía lo de peligroso porque si no se hacía bien, quizás solo se trasladase una parte del cuerpo, o a lo mejor dentro de una pared o algo así.

Además, tal y como nos dijo, era difícil, y al intentar efectuarlo me di cuenta de ello. Con razón solo duraba nos momentos. Seguramente haría falta mucha capacidad mágica para hacerlo definitivo.

Cuando llegó el turno de preguntas, Michael levantó la mano, muy dispuesto, y preguntó sobre la seguridad de Hogwarts. Enseguida me di cuenta de que estaba refiriéndose a la forma en la cual Shadefian habría podido entrar y sonreí. Hasta en clase estábamos intentando obtener respuestas.

En ese momento me dio un escalofrío, así que mientras esperaba la respuesta, abrí el termo y me serví un vasito más de la poción.

Seguía estando asquerosa y no pude evitar adoptar una mueca de asco al beberla.

También Colton preguntó algo, aunque por supuesto, yo solo pude entender una parte y me parecía que los demás compañeros pues más o menos igual. Poco a poco todos iban conociendo las maneras de Colton y vi unos cuantos ojos muy abiertos en señal de confusión .

Pero su pregunta se transformó rápidamente en otra más de las que todos hacíamos para sacar más información sobre Shadefian. Los viajes en el tiempo sonaban geniales, pero en aquel caso en concreto, podían tener el secreto de todos los problemas.

Interesada por la respuesta que le fuese a dar el profesor, me volví hacia él y permanecí atenta a lo que dijese.

Un nuevo día, más clases. Saltó de la cama como si le hubieran pinchado con una aguja, porque aquello le estaba gustando aunque aun le costara lo más grande que le salieran las cosas pero, hoy, iba a ser un buen día. Empezaban con una clase que molaba.

Así que no tardó nada en prepararse y bajar las escaleras casi a la carrera junto con Luna a la que no le quitaba la vista de encima desde hacia algunos días. A su amiga y compañera de casa le pasaba algo, pero no le había dicho nada, al contrario, siempre le decía que estaba bien, pero tenía cara rara y Úrsula sabía que algo no andaba bien del todo. Así que se pegó a ella como una lapa todo lo que podía. De hecho, se intentaba dormir después de escuchar como la respiración de su amiga cambiaba, indicando que estaba dormida-Venga, va. No podemos llegar los últimos, tengo que coger un buen sitio para ver bien lo que haga el profe. ¡Hoy quiero primera fila!

Cuando llegaron ya había alumnos eligiendo sitio pero se apresuró a ir a las primeras filas y poner el culo en uno de los bancos libre en primera fila. ¡Misión cumplida!. Y entonces fue cuando lo vio. El profesor ya estaba allí, en forma de lobo, esperando a todos. Lo saludó con una inclinación de cabeza y, resoplando por la carrera, se volvió a ver donde andaba Luna, pero se encontró en su lugar con Colton-¡Buenos días! ¿Sentarte...conmigo....? -se inclinó un poco a su derecha para ver, por detrás de Colt, como Angeline entraba en la sala buscando un sitio libre-¡Claro!-lo siguió con la mirada y se lo quedó mirando sin pestañear un instante mientras se sentaba. Le había sorprendido que no se sentara con la rubia, no por nada, pero como estudiaban mucho juntos pues pensaba que quizás se querían sentar juntos, pero ella también era su amiga así que... ¡vale!. Hoy se sentaba con Colt. Miró a Luna, que cogió un buen asiento también tras suya y le susurró-Estoy nerviosa, hoy quiero que me salga todo.... bruuuuu. ¡Hola Michael!-saludó a su amigo con la mano cuando sus miradas se cruzaron.

Comenzó la clase y, con ella, las preguntas por los deberes. Puso sus pergaminos sobre la mesa. ¿Estaría todo bien?. Cogió aire y lo soltó despacio. Aquella clase le gustaba. Aguantó la respiración cuando el profesor revisó sus pergaminos y sonrió cuando no le dijo nada malo sobre lo que había escrito. ¡Misión cumplida hoy!. Sí, tenía pinta de ser un buen dia.

Transformación de objetos... vale, guay, hoy no jugamos con transformar bichos... no hay peligro.

Su mirada siguió al profesor cuando cogió un libro y lo puso en el suelo, cuando hizo el movimiento con su varita y no pasó nada, lo que hizo que ella levantara las cejas, expectante, y cuando se agachó, lo tocó y ¡desapareció!

-¡Oh!-exclamó al perderlo de vista, sorprendida, para verlo aparecer junto a la puerta envuelto en una nubecita de algo parecido a la niebla que no tardó en disiparse. Escuchó la explicación de lo que había hecho y una sonrisa tonta apareció en su cara.

Eso puede hacer que vaya a casa a verlos a todos y vuelva aquí en un suspiro. ¡Como me mola esta clase!.

Y fue todo ojos para aprender como había que mover la varita. Era fácil con aquel profesor, lo explicaba todo mil veces si era necesario. Así hasta la magia parecía fácil de hacer. 

Y, entonces, Colt hizo una pregunta. Úrsula se volvió hacia él al escucharlo y se lo quedó mirando pasmada. ¿Había su amigo hecho aquella pregunta?. Parpadeó varias veces. Sabía lo que quería saber pero la forma de hacerle la pregunta al profe.... ¡Todo se pegaba! ¡Angeline lo estaba cambiando!. Resopló para ella y se volvió a ver cual era la respuesta del profesor. 

El profesor Partwulf parecía ser bastante más comprensivo que la profesora Tauris, pero su mirada transmitía por momentos algo muy diferente, sobre todo cuando vio como algunos de vosotros no habíais hecho las tareas que había mandado. No varió el gesto con ninguno de vosotros, pero miró a Nolan de mala manera porque el joven se había olvidado de hacer la mitad de la tarea.

-Señor Connor, espero que en lo sucesivo incremente su nivel de trabajo. No me gustaría tener que mandarle deberes adicionales en compensación de todo cuanto no está haciendo -le dijo, en tono duro... pero no cruel.

Después de revisar las tareas, hizo aquella demostración al transformar el libro en un traslador, consiguiendo así la máxima atención en todos, además de una buena dosis de sorpresa en los rostros de algunos que como Kyle, ni siquiera habían oído hablar de que algo así existiese.

Por supuesto, los brazos no tardaron en alzarse lleno de preguntas.

-¿Podría prepararse un traslador con un bolígrafo?

-¿Podría trasladarse solo una parte del cuerpo y no la otra?

Pero las explicaciones del profesor dejaron claro que para generar un traslador potente hacía falta mucha magia y mucha habilidad, algo que ninguno de vosotros tenía... aún, y dejar una pierna en un sitio y el resto del cuerpo en otro no parecía ser muy recomendable, así que con una mirada del profesor fue suficiente para cerrar aquella discusión absurda.

Sin embargo, Michael no tardó en preguntarle sobre las medidas de seguridad en Hogwarts y el profesor asintió con seriedad.

-Efectivamente, es una medida de seguridad del colegio y a todas luces, impenetrable, por lo que nadie puede entrar o salir con un traslador. En el pasado hubo pequeñas fisuras mágicas que permitieron cosas así, pero en estos momentos ya no es factible. Así que si está pensando en cómo un mago como Shadefian podría entrar en Hogwarts a su antojo, olvídelo. Es imposible.

La pregunta de Colton, por su parte, hizo que la clase entera se centrase en el profesor para ver cuál era su respuesta.

-Viajar en el tiempo no es lo que estamos tratando en esta clase, señor Derrick. El espacio y el tiempo no tienen nada que ver cuando se trabaja con magia sino que funcionan de manera independiente y por tanto, lo que usted está proponiendo requeriría otra clase de magia a la que estamos viendo ahora. 

Cuando acabó, se volvió hacia todos.

-Está bien. Esto es lo que vamos a hacer. En primer lugar, se pondrán todos en pie. A continuación, con ayuda de todos, crearán un vacío en  aula, desplazando todas las mesas y las sillas hacia los laterales. De esta manera dispondremos de un buen espacio en el que trabajar. Cuanto mejor apilen todo, mayor será el espacio que tendremos. Finalmente, cojan un objeto de su elección, colóquenlo aquí delante y efectúen la transformación, visualizando un punto del aula que esté despejado. Cuando estén listos, podrán probarlo para ver si ha surtido efecto. Eso sí, háganlo por turnos. Dispónganse en una fila y uno tras otro vayan tocando su objeto. La fila empezará detrás de mí, a partir del punto en el que me encuentro, y una vez toquen el objeto, o bien serán transportados o si han lanzado mal el hechizo, no ocurrirá nada, por lo que deberán recoger su objeto, separarlo, volver a intentar transformarlo y colocarse de nuevo en la fila. ¿Lo han entendido todos? Estupendo. Pues vamos a ello. Con calma y orden.

Después de decir todo aquello, empezasteis a apartarlo todo para dejar el aula libre y después, todos escogieron un objeto, los depositaron en el suelo y lanzaron su hechizo, formando a continuación la fila detrás del profesor. Había muchos nervios por ver si habían tenido éxito o no y dentro de poco, lo sabríais.

Colton miró a Úrsula cuando le preguntó si quería sentarse con él sorprendido. ¿Es que ya no eran amigos? Pues claro que se quería sentar con ella, si era su más mejor amiga, ¿Con quien se iba a sentar si no?. Sonrió cuando dijo que sí y se sentó a su lado mientras veía Úrsula como mirar para atrás, haciendo movimientos raros con el cuello como si fuera una lechuza. Colton llegó a la conclusión de que su amiga tenía tortículis y se puso a sacar el material de la clase mientras saludaba con la mano a Michael también. Miró al pobre de Nolan que se había hecho mal los deberes y le sonrió, haciéndole señas para que estuviera tranquilo. Había sido un pequeño olvido, pero no había para tanto y él podía ayudarle si le costaba.

Molaba mucho estar con Úrsula porque se sorprendía de las mismas cosas que él, sabía lo mismo que él, y si hablaba de algo friki le entendía. Eso le hacía sentirse mejor, porque a veces parecía que hablara en chino, especialmente le pasaba con Ivy, pero le caía bien, así que se tenía que esforzar en hablar en mágico y no en muggle, y así todos se enterarían. Le dio con el codo a Úrsula y le dijo

- ¿Mola eh? Me ha recordado a rondador nocturno, pero sin nube apestosa de azufre... Mola mucho... ¿Te imaginas poder hacer un traslador para que te lleve a la cama? Se acabarían las escaleras, y por la mañana podríamos apurar en la cama y dormir 15 minutos más...

Michael hizo una pregunta muy chachi sobre los trasladores y Colton hizo otra, y la gente le miraba como... como si estuviera saliendo un sarpullido, o tuviera monos en la cara. Hasta Úrsula le miraba así. Le devolvió la mirada y le dijo

- ¿Que pasa? No me digas que me estan saliendo cuernos, berrugas o algo así....- Pero Úrsula resopló. Debía haber hecho algo mal, aunque no sabía que...La pregunta de Michael fue contestada, pero la contestación parecía un poco de "versión oficial" y en ésta era imposible, ¿pero si era imposible entonces como es que estaba dentro eh? El profe no se enteraba, porque si se enteraba ya le habría pegado un bocado en el culo al Shadefian en su forma de lobo. El preguntó sobre los viajes temporales y según el profe el viaje en el tiempo y en el espacio no tenían nada que ver. Colton sonrió y dijo

- Gracias profe.

Pero él sabía verdad, estaban relacionados porque velocidad = espacio / tiempo. Así que si se cambiaba la velocidad, y se mantenía el espacio.... entonces el tiempo podía variar, era física elemental, tal y como la entendía Colton, que sacaba sufis rascados en física siempre. Suspiró, aquello no le iba a dar información adicional así que volvió a la clase. Tenían que hacer un vacío en la clase, y aquello le dio la oportunidad de moverse, porque cuando se movía pensaba mejor. Empezó a mover pupitres y sillas al grito de

- PASO QUE ARRASO!

Y tras unos cuantos de ruidos de muebles moviéndose lograron un buen espacio para probar. La fila se formó detrás del profesor y Colton cogió una pluma como objeto para hacer el traslador. Tenía que visualizar un sitio de la clase que estuviera vacío, y entonces miró hacia arriba. La lámpara, pero, ¿y si se caía o le regañaban?. Nada, decidido, se mantendría a nivel de suelo. Se colocó en su sitio, y cuando le llegó su turno se concentró. Iba a aparecer de pie sobre su pupitre. Dejó la pluma en el suelo. Cogió la varita con fuerza y se concentró.

- PORTUS!

Colton desapareció, reapareciendo sobre su mesa de pie, tal y como había planeado. Su rostro se iluminó con una gran sonrisa mientras decía

- Oh Capitán, mi capitán.

Michael no fue el único que hizo preguntas al profesor Partwulf tras la lección, pero la pregunta de Colton hizo que el Ravenclaw le mirase sorprendido. Era una pregunta muy buena, pero lo alucinante era la manera de formularla, sobre todo viniendo de Colton. De hecho, la mayoría de compañeros le miraban como si no hubieran entendido la mitad de lo que había dicho. Pero él le había comprendido muy bien, y seguro que Cletus también. Michael sonrió mostrándole con discreción a su compañero un pulgar levantado. La investigación continuaba. Miró al profesor, esperando que resolviera las dudas.

La respuesta a la pregunta del propio Michael era la que el chico había esperado. Ya sabía que el profesor le confirmaría lo que había leído, pero le interesaba sobre todo ver la seguridad con la que lo hacía. Y Cletus parecía totalmente convencido de la infalibilidad de aquella salvaguarda. Sin embargo, ese pequeño comentario acerca de las "pequeñas fisuras mágicas" en el pasado, le hizo alzar levemente una ceja. Así que, después de todo, no era un sistema infalible. O mejor dicho, no lo había sido en el pasado... lo cual era aún más interesante. Reflexionó un momento sobre aquello, pero no había tiempo para pensar en profundidad, así que tomó una nota rápida para darle vueltas al tema más tarde.

Por desgracia, la respuesta a Colton se pareció más a una evasiva sutil. Michael rumió su fastidio, pero no dijo nada. Hubiera resultado muy interesante tener más detalles sobre los viajes mágicos en el tiempo, pero el profesor no tenía un pelo de tonto y ya sabía por dónde iban los tiros con aquellas dudas. Y por supuesto, no sería inteligente insistir. Así que era hora de volver a centrarse en la clase, ya investigarían aquello por alguna otra vía.

A una instrucción del profesor Partwulf, despejaron la clase tan bien como pudieron y enseguida hubo un hueco amplio en el centro. Michael tomó uno de sus libros, dispuesto a convertirlo en el primer traslador de su vida. Y entonces, de golpe, vinieron los nervios. Pudo ver en su mente el rostro de su abuelo, advirtiéndoles a Keira y a él que jamás se les ocurriera hacer eso. Pero... ahora estaba en clase, era seguro intentarlo. Pero... el abuelo decía que era peligroso. Pero... el profesor no dejaría que le pasara nada. Pero... el propio Cletus les había advertido que tuvieran cuidado. Pero... seguro que todo iría bien... Pero...

La varita se volvió resbaladiza de repente. Las manos de Michael temblaban. ¿Cómo era el movimiento? Se le había olvidado por completo... ¡Ah, ya! Lo repitió un par de veces mentalmente. Y tenía que acordarse de decir el conjuro. 

—Portus... Portus... —murmuraba. Aquello no iba a salir bien. Nada bien...

La fila fue avanzando, y uno tras otro fueron realizando el hechizo con mayor o menor seguridad. Cuando le tocó el turno a Michael, se obligó a apuntar al libro con su varita y a moverla como se suponía que debía hacerlo.

—¡PORTUS!

A Colton el hechizo le había salido redondo. Había desaparecido y reaparecido al instante sobre su mesa, y hasta tuvo la confianza necesaria para soltar una cita guay. Michael tragó saliva, era su turno para comprobar qué tal lo había hecho. Pudo notar los latidos de su propio corazón mientras aproximaba su mano al libro que ahora era un traslador. Por fin, lo tocó y... desapareció. Sin más...

La verdad era que crear un traslador sonaba verdaderamente chulo, aunque tal y como me sentía, lo mismo echaba todo el desayuno cuando al final lo usara. Todas las veces que había viajado con mi madre a través de los polvos flu habían sido como poco, una aventura, y me pregunté si con un traslador sería igual.

Desde luego, me daba que había cierto riesgo.

Me tranquilizó saber lo de las medidas de seguridad, porque no solo significaba que Shadefian no entraba, sino que si me equivocaba, tampoco iría a parar demasiado lejos. Sospechaba que no estaba en muy buenas condiciones y lo mismo podía trasladarme al fondo del lago.

Sí que intenté concentrarme en la respuesta del profesor a la pregunta de Colton, aunque me dio la sensación de que intentaba que nos olvidásemos de ello y nos centráramos en la clase.

Definitivamente, pocos profesores iban a ayudarnos y menos aún, el subdirector del colegio.

Sin embargo, no pude darle muchas vueltas más a todo aquello porque el profesor nos dijo que empezáramos a hacer hueco en el aula, que cogiésemos un objeto y lo convirtiéramos en un traslador.

Por supuesto, después teníamos que utilizarlo, lo que significaba que si no nos salía bien… pagaríamos nosotros mismos las consecuencias.

Los demás parecían súperemocionados pero a mí no me hizo ninguna gracia y por lo que pude ver… tampoco a Úrsula, que sabía que últimamente estaba teniendo problemas con sus hechizos.

-No te preocupes, Ursula. Seguro que te sale bien –le dije, intentando tranquilizarme a mí misma también.

No había necesidad de utilizar objetos muy especiales, así que cogí mi pluma y me coloqué en la fila. Al mismo tiempo, vi como Colton se preparaba para hacer la transformación usando también su pluma. Con nervios, observé como efectuaba el hechizo, que me parecía había hecho bien, mientras yo lo repetía mentalmente, y entonces, Colton tocó la pluma.

Dejé pensar en el hechizo y observé atentamente lo que ocurría. Colton desapareció al instante y reapareció encima de la mesa, haciendo que tanto yo como otros prorrumpiéramos en un montón de aplausos.

Le había salido genial.

Uno detrás de otro iban usando el hechizo, pero no presté tanta atención hasta que no le llegó el turno a Michael, que parecía especialmente nervioso.

En aquella ocasión, iba a hacerlo con un libro. Me pareció que dudaba a la hora de hacer el hechizo, pero yo confiaba en él.

Seguro que le ha salido estupendamente, me dije.

Pero cuando tocó el libro… Michael simplemente desapareció del aula. Miré entonces hacia la puerta, a mi alrededor, en todas direcciones, y no lo vi, lo que significaba que… ¿en dónde estaba? Mis peores temores se habían hecho realidad, solo que no en mi caso, sino con Michael.

-P-profesor, y… Michael. ¿Dónde está Michael? –le pregunté, sin moverme de mi sitio, porque no pensaba hacer ningún hechizo hasta que Michael no volviese. Tampoco iba a permitir que Úrsula probase suerte. Si el profesor no nos garantizaba que Michael estaba bien, ¿era sensato arriesgarse?

Por otro lado, quizás pudiera ir hasta donde se encontrase él… pero ¿a dónde exactamente? Como no sabía a dónde había ido, solo que estaba solo, únicamente existía una forma de llegar hasta él y no tenía mucho tiempo porque el profesor había dicho que el efecto duraba poco, así que corrí hasta el libro y lo toqué, decidida, mientras cerraba los ojos y me preparaba para vomitar cuando terminase de trasladarme.

Aquella clase le resultaba sumamente interesante, mucho más con la perspectiva de un viaje sorpresa a casa. Ida y vuelta en un chasquear de dedos. No, si al final, aquello de la magia le estaba gustando más de lo que había pensado los días anteriores. Porque por lo menos, ahora parecía enterarse de algo más o, por lo menos, no le sonaba todo a chino. Otra cosa es que después consiguiera hacer el hechizo que el profesor estaba explicando, eso ya eran palabras mayores, pero bueno, habría que intentarlo.

También es cuestión de estudiar. Los niños magos ya lo saben todo, yo tengo que estudiar el doble. Colton ya se ha puesto con Angeline. Yo tengo que hacer lo mismo. Estudiar, digo… pero no con Angeline, eso para Colt solo yo… no los voy a molestar, ¿no?, pero si a Colt le está dando resultado a lo mejor a mi también... miró a Angeline unos bancos más allá mientras, sin darse cuenta, mordisqueaba la pluma.

Consiguió centrarse en la clase y atender a las respuestas del profesor a cada una de las preguntas que muchos estaban formulando. Aquella vez, después de escuchar la pregunta de Michael supo que era correcta y estaba dirigida a obtener información práctica que les ayudara a entender como Shadefian podía estar actuando, así que no preguntó sino que fue todo oídos.

“….nadie puede entrar o salir con un traslador…"

Ya, pero ¿y si está dentro?. Técnicamente no saldría ni entraría, solo se movería en… ¿el tiempo? Úrsula seguía mordiendo la pluma mientras cavilaba y cruzaba una mirada significativa con Colt que tuvo que caer en lo mismo que ella pues preguntó sobre la marcha sobre eso mismo.

¡Oh!¿Me ha leído la mente? Abrió los ojos con sorpresa pero no dijo nada sino que se volvió rápida hacia el profesor a ver qué respondía a eso. Pero la respuesta no fue la esperada.

¡Oh! Así que esto solo sirve para desplazarse de un sitio a otro pero siempre en el mismo “ahora”… Volvió a cruzar su mirada con la de Colt, ahora sabían que no era un traslador lo que Shadefian estaba usando, sino otro tipo de magia que aun desconocían. De nuevo en un callejón sin salida cuando parecía que habían visto un poquito de luz al final y una posible explicación para las apariciones de aquellos niños sin alma. Se repanchingó en el asiento mientras escuchaba lo que tenían que hacer para la práctica de aquella clase y saltó de su asiento para ayudar a hacer espacio en la habitación, deseando probar aquel truco. Si conseguía dominarlo bien, algún día podría ir a casa. Pero tenía que dominarlo bien y tener una magia muy potente, porque no quería dejarse ninguna pierna ni ningún brazo por el camino y, ni mucho menos, aparecer donde no quería.

Lo colocaron todo en los laterales de la habitación y se pusieron en fila, nerviosos por ver como le iba a cada uno su hechizo.

-No sé yo, Luna… sabes que no se me da demasiado bien esto y…. –cogió aire y lo soltó con un pequeño silbido-Espero que el profe sepa dónde buscarme si la lio bien liada. ¡Suerte a las dos!-exclamó, emocionada. Quería que le saliera bien hoy y, ante todo, había que ser positiva. Ya llegarían las lágrimas si tenían que llegar, pero estaba dispuesta a hacerlo todo perfecto aquella mañana.

Colt fue de los primeros y ¡oh!, ¡lo consiguió!. Úrsula dio saltitos de emoción cuando lo vio desaparecer de la fila y aparecer encima de su mesa justo casi al instante. Aquello molaba, ¡mucho!. Después fueron otros niños, que desaparecían de la fila y aparecían en otro sitio. Delante de ella iba Michael y, cuando llegó su turno, ella lo observó con atención, ¿qué sitió habría elegido para aparecer?. Estaba siendo sumamente entretenido averiguar el destino elegido por cada uno y verlos aparecer de repente. Michael levantó la varita, la movió y dijo la palabra mágica, desapareció y….¡no aparecía en ningún sitio!. Miró a un lado, a otro, detrás. No había rastro de Michael. Y se hizo el silencio en la clase, roto por la pregunta de Luna, tras ella en la cola. Todos miraban al profesor, Úrsula incluida.

¿Dónde está Michael?

De repente, el ejercicio había perdido diversión y se había tornado en algo… ¿peligroso? ¿oscuro?

Más que verlo, sintió un movimiento tras ella, y vio un instante después como Luna corría hacia el libro que había tocado Michael. Úrsula se extrañó de aquella acción pero la luz se hizo en su mente y lo entendió. Aquello no solo funcionaba con quien lanzaba el hechizo ¡sino con todo el que tocara el traslador!

¡Venga ya! ¡Ni locos os vais a perder solos!

El profesor les encontraría pero, mientras tanto, ella no podía dejar a Michael solo asustado en vete a saber donde y a una Luna que llevaba varios días muy rara. ¡Necesitaban al tercer mosqueperro!. Y no se lo pensó mucho más. Corrió detrás de Luna y tocó igualmente el libro.

La fila de alumnos iba creando los trasladores y al tocarlos, desapareciendo y apareciendo en diferentes lugares, pero siempre con relativo éxito. Nolan, que fue uno de los primeros en intentarlo, ejecutó la transformación de su traslador en el papiro que tenía con los apuntes, pero lo hizo con tanta prisa que al tocarlo, apareció boca abajo en la mesa del profesor.

Sin embargo, al resto no les fue mal del todo. 

Angeline logró aparecer a un par de metros de distancia; James, que también había corrido para colocarse de los primeros en la fila, usó su propio libro de Transformaciones, aunque solo cubrió un paso de distancia.

-Pues vaya, para esto ni siquiera me hubiera molestado en hacerlo -exclamó, visiblemente frustrado.

Colton, por su parte, lo hizo sumamente bien, haciendo que en su caso sí que mereciese la pena, además de ganarse, al igual que todos aquellos que habían superado aquella prueba de forma destacada, unos buenos aplausos.

Pero cuando le llegó el turno a Michael y desapareció... sin volver a aparecer... un silencio sepulcral se hizo en toda el aula, hasta que Luna lo rompió preguntándole al profesor en dónde estaba.

El profesor Partwulf parecía estar elaborando una respuesta apropiada, o un curso de acción adecuado, pero eso era demasiado tiempo para Luna y para Úrsula, porque primero una y después la otra, se abalanzaron hacia el libro que Michael había transformado en traslador y ambas desaparecieron en sendos "plops" que hicieron que el resto de vuestros compañeros se quedase con la boca abierta.

-¡NO TOQUÉIS EL LIBRO! -exclamó el profesor... pero demasiado tarde. Entonces, malhumorado, se dirigió a toda prisa hacia el libro -. ¡Dejadme sitio, apartaros!

Obviamente, el profesor había pensado que en donde estuvieran, mejor que él también se encontrase, pero cuando llegó al libro y lo tocó... el efecto del traslador ya había desaparecido.

-¡Malditos mocosos! -gritó, malhumorado.

-Está bien. Quiero que no os preocupéis. Vuestros compañeros no pueden haber ido más allá de los límites del castillo, lo que significa que estarán a salvo, salvo que... bueno, el bosque prohibido no es el mejor lugar para aparecerse, pero lo mismo están simplemente en las mazmorras. Voy a avisar a la directora y procuraremos encontrarles lo antes posible. Para los demás, la clase ha terminado. 

Y tras decir aquello, desapareció a toda prisa por la puerta.

Aquella era la última clase antes de la comida, así que podíais iros a donde quisierais porque disponíais de algo de tiempo antes de que Slytherin y Hufflepuff saliesen de sus clases y se uniesen a vosotros.