Shamil escucha con mucho cuidado el pedido de su hermano, seguía sentado, con los brazos cruzados y con ambas piernas sobre el impecable escritorio de Dante, si era otro vampiro el que llegase a realizar tal acto, probablemente el Barón ya le hubiera hecho cenizas, sin embargo, él era familia y sabia hasta donde podía atreverse a realizar ciertos actos, era ubicado y centrado y justamente por estas dos características sabía que su solicitud no era buena idea.
Llevar a los Danzantes de la Espiral Negra a ese lugar, era simplemente como soltar a un grupo de psicópatas internados en medio de una junta de negocios, sin embargo, miraba al grupo y notaba que los números no los acompañaban, la tal Suki y su paupérrimo esposo era un par que desgraciadamente eran excesivamente necesarios para este tipo de movidas, pero ante sus actuares, quizá, solo quizá, tener a un par de locos en vez de esos “artistas” no era tan mala idea.
- Leona, Corbin y tu chica rubia, mejor que se vayan a investigar lo que Rick aquí presente ha informado, puede que sea poca cosa o nada, pero es mejor prevenir antes que cazar… - baja las piernas de golpe y se levanta con la misma violencia – …iré a hablar con Engel, sobre las balas de plata…están ahí en la mesita junto al crucifijo, el ajo y la biblia…vaya soldado eres para no traer ese tipo de equipamientos muchacho – le dice en un tono tajante y seco mientras sale y cierra la puerta -