Partida Rol por web

7 de septiembre, 2018

-10°

08:12 hs.

Habian pasado poco mas de dos horas desde la reunion con Dante. Habian recorrido el camino hasta el Tumulo de los Danzantes en la camioneta de Shamil. A pesar de ser mediodia, la noche del polo norte que duraba meses era cerrada y estrellada. El Nagaraja les habia asegurado que conocia bien a los habitantes, asi que Martin y Rick no debian preocuparse... Pero aun asi, era cuanto menos perturbador ir directamente hacia el cubil de unos hombres lobos que, segun toda fuente, estaban locos de remate.

Con esa idea en sus cabezas, ambos cainitas deciden partir hacia el túmulo, lugar que Shamil parecia conocer perfectamente debido a sus tratos con la manada.

Marchan en un rodado hasta un punto y luego comienzan a caminar para llegar hasta lo que antaño fue un lugar de reunión para los garous.

Se trataba de un lugar elevado, no tanto como para considerarlo una escalada, pero si lo suficientemente accidentado para imposibilitar el paso de cualquier rodado.

Había varios árboles en sus alrededores, un gélido viento que soplaba desde el sur y unos ojos que desde lo alto miraban atentos a los nuevos allegados.

Lo que parecían ser los guardias del lugar, estaban en su forma más monstruosa y bestial, su forma de crinos, dispuestos a atacarlos ante cualquier movimiento brusco.

Pero un hombre delgado y apuesto sale de una cueva que tenían detrás dichos guardianes, habla con ellos y se relajan, aunque sin bajar la guardia.

- Ah, Shamil! saludo con los brazos abiertos, como si quisiera abrazar al trio que llegaba. Hablaba con un leve acento ruso - Tiempo sin verte, camarada, tiempo sin verte... Veo que traes compañia! Pasen, pasen por favor, bienvenidos a mi pira, soy Sangre-de-Acónito, pero, llámenme Engel –

Una vez todos adentro de dicha cueva, notan que era una formación natural de hielo y rocas, con un pilar de hielo en el centro mismo, no era un grupo numeroso el que ahí se encontraba, quizá una decena de hombres lobos con distintas malformaciones, una más horrida que otra.

- Que te trae por aqui, amigo mio? – pregunta Engel con una sonrisa mientras se acerca al pilar - Mira el lugar que agenciamos, eh?

Antes de salir de la oficina, Shamil busca unos lentes de sol para que puedan ocultar sus ojos completamente lóbregos, eran lentes especiales, de esos circulares que también contaban con pequeños cristales a sus costados.

Cuando el nagajara observa a Engel enseguida se le suelta una sonrisa para nada tranquilizadora, sabía que estaba entre monstruos, por lo que ocultar sus varios dientes de tiburón y sus ojos ocres era algo absurdo.

Se le acerca y lo abraza como si se tratara de un hermano que hacía años que no veía.

- Como has estado Engel, veo que el lugar es perfecto para la adoración de Shiva –

Para los Nagajara, el Wyrm no es otra cosa que la representación de una de las facciones del Trimurti.

- Hemos llegado bajo el mandato de Dante Morgan, ¿te acuerdas de él? Un líder que desea liberarnos del yugo estúpido de las políticas vampíricas que no hacen nada más que detener el progreso de los nuestros…pero bueno, no quiero aburrirte con detalles sobre nuestra tonta historia mi buen amigo, dime por favor, ¿Sabes algo de este lugar? –

Se voltea para mirar a sus acompañantes.

- Uff, cuanta torpeza la mía, perdonen caballeros, estos son Martin y Rick, ambos compañeros de lucha por la independencia, – sus ojos completamente negros se posan en sus los recién presentados – por favor amigos, no teman, hagan sus preguntas ustedes también por favor, no me dejen toda la cháchara a estas viejas aberraciones – sonríe mientras da un paso atrás para que sus acompañantes también se animen a lanzar sus incógnitas -

Aquel lugar sin duda pondría los pelos de punta a cualquier vampiro si todavía existiera algo de vida en sus cuerpos, la visión resultaba inquietante, varios lupinos les dieron la bienvenida pero Rick pudo oler el aroma de varias criaturas más que sin duda aguardaban agazapados.

Shamil se mostró más que amistoso, sin duda conocía bien a aquellas criaturas pero no había que olvidar que seguían siendo enemigos mortales de los vampiros y aunque aquel tal Engel pudiera simpatizar con Shamil, Rick estaba seguro que no toda la manada tendría aquel sentimiento.

Yo soy Rick dijo el cainita cuando Shamil dió pie a las presentaciones. Parece un sitio acogedor, me encanta la naturaleza.

Martín solía llamar la atención por su tendencia a no portar demasiada ropa, pero la camiseta de tirantes y los pantalones militares que en el despacho de la reunión podían no haber parecido demasiado fuera de lugar, verlo en una cueva de hielo así vestido ahora sí resultaba extraño.

Su porte se había vuelto más serio desde el final de la reunión y desde este mismo momento se había vuelto más parco en palabras. No parecía estar agusto en absoluto rodeado de su enemigo natural. No podía evitar sentir que se había metido de cabeza en la boca del lobo, aquello iba totalmente en contra de su forma de ser. Tuvo que recordarse a sí mismo una y otra vez mentalmente la razón de por qué seguia a Dante. 

Hizo una pausa en su meditación para no hacer algo que pudiese disgustar a aquel hombre. --Mi nombre es Martin, encantado. Bonito lugar.- añadió esto ultimo dando una ojeada alrededor y aprovechando para evaluar el terreno, número de potenciales enemigos, localización de las salidas...

- Pues si…- sonríe levemente, luego se gira hacia Engel y le habla nuevamente - …pues amigo mío, quizá sabrás que hay otros grupos de vampiros cerca, un grupo llamado el Sabbat y el otro la Camarilla, te lo digo así porque quizá no sepas mucho sobre terminologías burdas de chupasangres… –

Shamil no se consideraba un vampiro, él se veía así mismo como algo más, un carnicero, un depredador sin compasión que devoraba carne para seguir viviendo, por eso no le molestaba para nada usar ese tipo de epítetos peyorativos.

- …pues, me gustaría saber si sabes algo de ellos, si han cruzado tus territorios o algo que pueda ayudarnos para acercarnos a ellos, ya me conoces, sabes que no los atacare a no ser que ellos den el primer el golpe, por lo que saber alguna descripción sobre ellos nos ayudaría bastante para intentar realizar algún tipo de negociación –

Engel escucho las palabras de su viejo conocido.

- ¿Ya les has contado como nos conocimos? – le dice sonriente mientras camina un poco más adentro de la cueva – por favor caballeros, síganme – dice con ambas manos cruzadas a sus espaldas –

Los guardias los miran, algunos estaban parados, otros caminaban en cuatro patas, otros más los ignoraban o al menos eso querían aparentar.

Eran criaturas realmente abominables, con gusanos colgándoles, huesos expuestos, pus chorreante y el aroma era simplemente imposible percibir sin tener alguna arcada.

Pero aquel aroma no era nada en comparación a lo que se avecinaba, era una esencia pocas veces percibida por vampiros y mucho menos por mortales, era algo fuerte, como olor corporal de alguien que había sudado mucho entremezclado con la podredumbre de la muerte.

La cueva contaba con dos divisiones naturales o posiblemente moldeadas por los danzantes para realizar a cabo sus reuniones, la primera división era una pared de hielo que quedaba bastante atrás del todo, dejando una especie de sala circular donde se podrían realizar asambleas, la otra división quedaba cruzando dicha pared, dejando entre la primera y la segunda división una pequeñísima cámara donde estaba un cráneo gigante de lo que parecía ser un ser de mitología, una especie de Hydra, cruzada la segunda división, llegan hasta un lugar inenarrable, eran tentáculos o algo parecido, en realidad era una especie de manchas negras reptantes y morbosas que contaba con varios ojos y dientes por todas partes.

Engel camina un poco y se coloca en el borde del pozo donde se encontraba aquella aberración, dejando al grupo detrás de él.

- Bueno, aquí no deberíamos de temer por posibles oídos de personas no gratas… - era un lugar poco ortodoxo para realizar una reunión, pero al parecer era el mejor para hablar sobre el tema que se aproximaba a ser revelado - …los danzantes estamos en guerra mi buen amigo, algo ha ocurrido en Buenos Aires que al parecer ha dividido a nuestras filas, por primera vez en tantos siglos de funcionar como un grupo de choque al servicio del Padre de todos los Secretos, pero ahora ha surgido una brecha que ha separado las ideologías de nuestras manadas…no estamos seguro de que o quien fue, pero sabemos que envió un mensaje del Wyrm: “libérenme” –

Ríe un poco, se voltea para ver aquella monstruosidad.

- Solo fue suficiente esa palabra para crear un verdadero caos, quizá no las conozcas, pero Nina-de-la-Pus, alfa legendaria de América y Valeria-orrr-Gothk, la jefa de Europa, han decidido declararse mutuamente la guerra por eso… - chista molesto - …imagínate, dos criaturas con el poder suficiente para convocar a cientos de miles de guerreros en una contienda que nadie entiende muy bien cómo ha surgido, pareciera que por primera vez los gaianos tienen chance de ganar… - escupe hacia la criatura que bailoteaba sobre sí misma y al recibir el líquido salival, lo devora - …por estos lugares aún no ha llegado la noticia, pero me temo que no tardara, por lo que estamos dispuesto a colaborar con cualquier criatura que nos ayuden en nuestra causa…lo que me sabe mal ya que hemos aceptado colaborar con el Sabbat, lo siento Shamil, no sabía que vendrías –

Se oía sincero, volteando nuevamente hacia el grupo.

- Así que…podemos colaborar, pero no me pidas que traicione el pacto que ya tengo con ellos, darte cualquier información, seria faltar a mi código de honor, que sí, créanlo o no, entre los danzantes tenemos cierto nivel de ética…sobre la Camarilla, me temo que no me he topado con ninguno de ellos, pero en caso de verlos, te avisare, aunque para eso necesito tu numero personal – sonríe de manera inquietante –

La caverna dentro de la roca resultaba espectacular, lo que parecía una simple cueva vista desde fuera realmente era un espectaculo a la vista de muy pocos. Los enamorados parecieron comenzar a cortejarse, a Rick no le hacía gracia el tono despectivo con el que Shamil trataba a los de su especie aunque no le dio demasiada importancia entendiendo que formaba parte del cortejo.

Una cosa era despreciar la filosofía del sabbat y la camarilla y otra poner a los licantropos por encima de ellos. La criatura comenzó a contar los propios problemas de sus manadas, algo en lo que ningún vampiro en su sano juicio se involucraria activamente.

Tras una breve esposición al fin el lobo mostró la verdad de lo que allí había, podía ser que tuviera una especie de amistad con Shamil pero tenía muy claro que los negocios estaban por encima de aquella falsa apariencia relación intima.

Parece que se nos han adelantado, ¿Podemos saber que pacto tienes con ellos? nos vendría bien para no pedirte algo que cruce esa línea.

Shamil escucha muy interesado todo lo comentado por Engel, trata de voltearse para fijarse en Rick y Martin, para su poca sorpresa, ni uno parecía atento a las terribles palabras de lo que aquel Danzante estaba tratando de explicar.

Vampiros…

- Es muy grave amigo mío, ¿pero estas seguro de susodicha guerra? Quizá solo fue un malentendido de intereses por parte de los europeos y de los sudamericanos… - cada palabra era una llamada tonta a la esperanza - …pero…en caso de que este confrontamiento llegue a la ciudad, ¿cómo crees que afectaría a la zona? Por los dioses…tengo que contárselo al Barón, esto es realmente increíble –

Tenía sus cálculos, quizá no eran acertados, pero en caso de que aquella contienda llegue a Erebo, posiblemente los Danzantes de la Espiral Negra se verán inmiscuidos en una batalla de niveles incalculables, lo que puede causar golpes colaterales de inocentes e incluso de otros vampiros.

- Muchas gracias Engel por tu tiempo, por favor, ten mi número, llámame para ver si puedo ayudarte en algo – le pasa una tarjeta que tenía en su gabardina y se dispone a salir.

Martin no se movió durante toda la reunión hasta que su compañero mostró la intención para irse.

Llegado este momento sutilmente le hizo un gesto con la cabeza al hombre con el que se había reunido a forma de despedida y se acercó a Shamil como si se tratara de un guardaespaldas profesional.

Engel mira a Dawson y con rostro pétreo le responde.

- Puedo organizar una reunión entre su agrupación y la de ustedes, así acordamos quienes pueden ser asesinados y quienes no, – suelta una risa para nada tranquilizadora – hablare con ellos y veré que piensan al respecto –

Camina encabezando nuevamente al grupo y se dirige hacia la salida, despidiéndose de cada uno con un fuerte apretón de manos.

- Por favor, tengan cuidado con la información brindada aquí, es sumamente delicada –.

Rick no sonrió desde luego el humor del tal Engel no le había echo demasiada gracia sobre algo que Rick había dicho muy en serio. Shamil dio por terminada la reunión, parecía que el cainita no esperaba aquella respuesta pero tampoco peleo el resultado del encuentro. Era mejor dejarlo así, Shamil parecía conocer aquella manada y si no había insistido sería por algo.

Cuando Engel apretó la mano de Rick este respondió de igual manera. Suerte en vuestros asuntos, tal como lo cuentas sin duda va a hacer falta.

Shamil mira a Engel, se atusa un poco la barba y bastante interesado le dice:

- ¿Crees poder organizar la reunión ahora mismo? –

No era una jugada inteligente, de hecho, era algo bastante arriesgado, él lo sabía perfectamente, pero a veces la mejor defensa es el ataque.

- Lo siento mi buen amigo, eso es imposible por lo dicho anteriormente –

Con esto como punto final, todos caminan hacia el rodado.

En el camino, Shamil recibe una llamada y este al parecer concreta algo con el interlocutor.

- Bien, me temo que he conseguido otra reunión con un viejo colega, si quieren pueden acompañarme, caso contrario, los dejare en algún lugar –

Una vez puesto el vehículo en marcha, el Nagajara habla con sus acompañantes.

- ¿Y bien, tienen algo que agregar a todo lo sucedido? –

Martín al montar en el coche cambia de nuevo su personalidad y vuelve a parecer una "persona" en lugar de un Golem. -Lo cierto es que si vamos a citarnos con el enemigo me gustaría coger un par de estacas, solo por si acaso.-

La reunión había terminado y los cainitas volvieron rumbo al coche cuando Shamil tuvo otra llamada... ¿Esta es una amistad de verdad o como esta última? Ese tal Engel ha dejado claro que no tendrá tratos de favor y ya tiene tratos con el Sabbat. Parece que se están moviendo más rápido de lo que hubiera esperado.

Los vampiros entraron en el coche con un nuevo rumbo, Shamil no había tenido la culpa de lo sucedido pero no estaba mal como recordatorio de que en su mundo las amistades eran cuando menos peligrosas.