Partida Rol por web

Silvano meditó un segundo las palabras de Daga, en especial aquellas que hacían referencia a su casi cercenada pierna. 

-¿Y cuánto dices que vamos a tardar en llegar a la otra punta del Claro? No me gustaría ser una carga para cuando estemos todos. Lo digo más que nada para ver el tiempo de reposo que me voy a tener que tomar en serio mientras vamos en barca.

- Tú no te muevas y te recuperarás. - Daga le echa un vistazo. - Gork ha hecho un buen trabajo. - Dice dedicándole una sonrisa al zwerg. - Eso era sólo un rasguño comparado con las cicatrices que tiene Lancelot. Aunque espero que al menos te sirva de recordatorio para actuar con más cautela. 

Daga mira río arriba. 

- Deduzco que estamos a un par de días de Extremo del Claro, pero quizás pasamos una semana allí, al fin y al cabo no sabemos si la otra parte del grupo ha tardado más o menos que nosotros. 

Así pues, la embarcación se puso de nuevo en marcha, dejando atrás al caballo de Daga que serviría como regalo a algún desconocido. Tras varios días de viaje, mucho más tranquilos que los anteriores, por fin alcanzaron a ver la muralla que rodeaba Extremo del Claro. Aquello más que un pueblo parecía una gran ciudad, pero lo cierto era que había ido creciendo con el tiempo. Del "Claro" poco se podía ver, pero lo de "Extremo" era bastante acertado, al otro lado de las murallas se podía ver el inicio de un bosque oscuro como la noche, los pantanos que eran hogar de los Suswant. 

Y así terminó la primera parte del viaje de Silvano. Pals no apareció, y eso era algo que podía llenar de temor el corazón de Silvano, ¿Y si habían acabado con él? Si Pals había caído, ¿Como iba a sobrevivir el resto del viaje...? Las palabras de Daga seguían resonando en su cabeza, ahora era cuando venía la peor parte. 

[FIN DEL CAPITULO 1]