Partida Rol por web

El mensaje había sido recibido sin inconvenientes y, tal como se aclaraba en el mismo, Gholas se presentó en la puerta del dormitorio de Erik esa mañana. Erik ya se había levantado temprano a propósito dicha mañana, y lo esperaba sentado en su escritorio. Apenas usaba dicho escritorio, pero era un buen lugar para realizar reuniones. Zaziel, que llevaba tiempo plantado cerca de la puerta, la abrió de inmediato, cosa que evidentemente por su rostro pilló por sorpresa a Gholas. 

- Buenos días Lord Erik. - Dice Gholas, mientras se toma la libertad de entrar en la sala y Zaziel cierra la puerta. - Me sorprendió la hora a la que me hiciste llegar el mensaje y la brevedad del mismo, así que auguro que es algo urgente. 

Gholas no era muy amigo de las formalidades, y siempre trataba los temas con seriedad y agilidad, para despacharlos rápidamente. Pocas veces se le oído cotillear o hablar de cosas triviales y, al menos en el pasado, su expresión siempre era un ceño fruncido. Por otro lado, era un gran compañero y trataba a la gente con el mismo respeto con la que lo tratasen. 

- Ayer un enfermo de la plebe atacó a un miembro de la guardia real. ¿Sabes lo que quiere decir eso, Gholas?

Gholas quería brevedad, como de costumbre. Y como de costumbre, se la daría.

Gholas había tomado asiento y Zaziel le había ofrecido al de beber. Él lo había rechazado educadamente pero también de forma firme. 

- Es algo preocupante, si te refieres al escaso entrenamiento de la guardia. Y algo lamentable, si hablas de la situación por la que está pasando el pueblo. Pero no entiendo a donde quieres llegar. No es la primera vez que atacan a un soldado, siempre hay ciudadanos conflictivos y siempre se les acaba encontrando. 

- Hablo de la situación lamentable, aunque reconozco que también pueda ser preocupante. El pueblo llano no está contento, los bandidos atacan por todas partes, los golems se vuelven locos y un dios al que nunca he visto tiene más poder que el mismo rey. Esto es algo más que un ciudadano conflictivo. Es la mayor crisis a la que nos hemos enfrentado. Esto necesita una solución, o nuestros cuellos colgarán de árboles antes de que nos demos cuenta.

- Lord Erik. - Gholas parece sorprendido. - Es cierto que el futuro no está a nuestro favor, pero no creo que sea necesario ser tan extremista. ¿Que le hace pensar que el conflicto está tan cercano? 

No podía decir de forma directa que yo sería la chispa que hiciera explotar todo.

- El pueblo está revuelto, los golems campan a sus anchas y por cada bandido que matamos aparecen cinco. Por si fuera poco, el gobierno de Helltia tiene a más Kihnenses que Hellitas, que no ponen de su parte para evitar todo eso. ¡Si esto no es la señal de un conflicto, que me parta un rayo!

Gholas se queda varios segundos, que parecen eternos, pensativo. 

- No voy a negar que la situación no pueda desencadenar en un conflicto. Pero ahora mismo no hay nada que... Espera. - Seguramente estuviera mirando fijamente a Erik, consternado. - ¿No pretenderás...? 

- ¿Arreglar el reino? ¿Hacer lo que los Monzward no han hecho? Bueno, es lo que pretendo. Sinceramente, esperaba tu apoyo. Has nacido, crecido y vivido toda tu vida en Helltia. Le debemos algo más que lo que podemos ofrecerles ahora, ¿no crees?

- Es una locura, Erik. - Dice Gholas, ya tan alertado que había perdido las formalidades. - A mi también me gustaría encontrar una forma de cambiar las cosas pero ponerse en contra de los Monzward es ponerse en contra de la Iglesia. Ni con nuestras fuerzas, y quizás la de los Hollster, unidas podríamos contra su ejército. 

- ¿Es tu única razón? ¿La potencia militar?

Pregunto inquisitivamente, y realmente interesado por la respuesta.

- Las repercusiones, Erik. Está claro que provocar el conflicto podría llegar a provocar una guerra, y aunque por algún casual consiguiéramos ganarla. ¿Que habríamos ganado realmente? El pueblo se muere de hambre ahora que estamos en paz, una guerra nos dejaría en la nada. 

- Sí, tienes razón, quizá sea una locura. No sé como pensé que eso podría salir bien. Aunque sigo considerando que un cambio haría bien en el reino, no soy el adecuado para llevarlo a cabo.

Me levanto, en señal de que la reunión ha finalizado.

- Gholas, te agradezco que te hayas tomado la molestia de escuchar mis inquietudes. Sois una gran ayuda en estos tiempos difíciles.

Gholas se levanta. 

- Y los escucharé siempre que sea necesario y tenga la oportunidad. Sólo te pido que no cometas ninguna locura, viejo amigo. 

Gholas le coge el brazo a Erik en gesto de cariño. 

- Aún así pensaré en lo que hemos hablado, el cambio es necesario, pero tiene que haber alguna forma de reducir las consecuencias del mismo. 

"Oh, y las hay. De los 4 problemas que asolan el reino, puedo terminar con 3 en un solo movimiento."

- Tranquilo Gholas, no haré nada de lo que me pueda arrepentir.

Una vez Gholas se marcha, me quedo de nuevo a solas con Zaziel. No digo nada, simplemente estoy sentado dando golpecitos a la mesa.

Arreglar el reino sería difícil. Pero aún lo sería más convencer a la gente de que podía hacerlo.

[FIN DEL INTERMEDIO]