El soldado del espadón frunce el ceño, y parece que va a decir algo más, pero de pronto el enmascarado comienza a dar pasos hacía adelante, en dirección al hueco que han abierto para pasar.
- Te estás complicado demasiado la vida... - Dice con tranquilidad y un ligero toque de diversión. - No es cómo si estos bufones fueran a suponer una amenaza los tengamos de frente o detrás.
Da la impresión de que el enmascarado se encoge de hombros, pero al mismo tiempo que lo hace, se escucha el sonido de una cadena golpeando contra el suelo, a sus píes. Ambos soldados miran al suelo alertados, y pueden ver cómo debajo de la túnica del enmascarado cuelga una cadena que parecía estar sujeta por dos lados. Los soldados parecen dispuestos a emprender alguna acción, mirando al enmascarado con desconfianza, pero en ese momento el enmascarado ya se había colocado entre ambos hombres. El enmascarado saca por fin sus manos de debajo de la túnica y con ello deja al descubierto sus armas.
En cada mano sostenía una hoz, con la forma de una pequeña guadaña [*], y ambos mangos estaban conectados por una larga cadena. En un rápido movimiento que le cuesta seguir a todos los presentes, el enmascarado corta con ambas hoces el cuello de ambos soldados, haciendo que la sangre comience a brotar de ellos y salpique por encima su túnica. El soldado de la espada cae al canal, sin apenas fuerzas para debatirse, y deja de moverse rápidamente en la superficie del agua. El soldado del espadón suelta su arma, apoyado contra la pared y tapándose la herida por la que no dejaba de brotar sangre, totalmente aterrorizado y fuera de sí.
El enmascarado se gira un momento hacía Gustav y dice con normalidad.
- Acaba con su sufrimiento. - Le hace un gesto en dirección al hombre que se estaba desangrando, parecía querer gritar pero no podía. El soldado restante, el joven y atemorizado, comienza a alejarse y hecha a correr. El enmascarado se gira hacía él. - Lo siento por ti, Sey, pero te has ganado una entrada gratuita al infierno.
El enmascarado va tras él, y blandiendo una de sus hoces por la cadena, la lanza contra el soldado. La hoz se clava en la espalda del soldado, haciendo que el mismo suelte un horrible grito de dolor, y con un fuerte tirón el enmascarado hace que el soldado caiga al suelo. Con tranquilidad, el enmascarado se acerca al joven que se debatía de dolor en el suelo, se pone de cuclillas a su lado y termina con su vida clavandole la punta de su segunda hoz en el cuello.
El enmascarado se vuelve a poner derecho, se ríe brevemente, cómo si disfrutara aquello, y se dirige a Gustav.
- Si llevaras en el Jarad tanto cómo yo, sabrías que lo peor que podemos hacer es dejar testigos con vida.
[*] Algo así, pero sin ser tan edgy: http://www.fleppy.com/WebRoot/StoreES2/Shops/eb1268/4AF3/2D4C/06C3/3808/0C82/52DF/A3D8/59A4/5141.jpg
Casi sin mirar al último hombre paso a su lado y le hago dos cortes. Un corte empezando en el riñón y acabando en el hígado cortando el torso por la mitad y otro corte por el que separo su cráneo en dos haciendo un corte en la mandíbula.
Aparto lo que queda del cadaver para tirarlo al agua, intentando no mancharme de sangre.
- Conoces la reputación del azote del infierno. Dar una via de salida a los soldados me ha hecho ganar más batallas que aquellas veces que mi crueldad se ha mostrado. -
Motivo: Destreza
Tirada: 1d6
Resultado: 6(+4)=10
Motivo: batalla
Tirada: 1d6
Resultado: 2(+4)=6
-Y por eso prefería dejarlos pasar sin ser vistos... -dice Silvano apartando la mirada de los cadáveres. -En fin, ya están cubiertos de inmundicia como pretendían... -añade mientras mientras hace un gesto religioso estándar en señal de duelo.
"-¿Acompañarnos hasta la salida? ¿Qué clase de tontería era esa? En fin, ellos se lo han buscado, era lo más sensato que podíamos hacer." -reflexiona Silvano apoyando mentalmente la decisión del enmascarado.
El enmascarado se encoge de hombros, y entonces se desprende por fin de su túnica y su máscara, totalmente ensangrentadas, las cuales acaban también en el canal. Era un chico bastante joven, para sorpresa de todos, y mostraba una gran sonrisa de oreja a oreja, mientras que empujaba sin marcharse el cuerpo del soldado restante también al canal.
- La guerra está al caer, y pronto todo lugar se convertirá en un campo de batalla. - Dice divertido. - Las viejas estrategias ya no servirán... Viviremos en un mundo que en el que la compasión no tendrá lugar. Así que tendrás que acostumbrarte, Araña.
Saca un trozo de tela y limpia su arma, distraído.
Hannah no parece conforme con estás palabras, de hecho se había mantenido en un silencio tenso todo el tiempo. Smith estaba un poco más traumatizado, cogido de la mano de Hannah, pero sin dejar de mirar los cuerpos que ahora flotaban en el agua.
Una vez que Crow ha terminado su tarea, tira el trapo al canal también. Entonces, vuelve a colocar el arma en su sitio, esta vez a la vista, y se enfoca hacía el grupo.
- Por cierto, creo que no me he presentado. Hannah ya me conoce, pero para el resto... Podéis llamarme Crow. Aunque mis enemigos me conocen como la "Muerte". - Sonríe de forma macabra.
Si, lo se, es tan edgy que os pincha.
-¿Podrías no hacer eso con los dientes? Me estás poniendo nervioso. Deja algo para las chicas. -dice Silvano contrarrestando amigablemente la sonrisa con otra sonrisa. -Creo que ya me conoces, pero por si acaso, soy Silvano, un placer.
Detrás de las vendas pongo una cara de asco.
"¿Acaso cuando me lanzo a la batalla con la intención de teñir de sangre todo el campo mis aliados me ven como a este niño? "
- Gustav. - Digo de forma seca. - Crow, permiteme un consejo. Cuando nos encontremos en el infierno espero que hayas aprendido a enorgullecerte de las vidas que has salvado. No de las que has terminado antes de tiempo. -
Dicho esto añado. - Ahora debemos buscar la forma de llegar a nuestro próximo destino. -
Crow pone cara de incredulidad ante el comentario de Silvano, perdiendo su sonrisa, pero después lo saluda con la cabeza. Cuando toca el turno del comentario de Gustav, frunce el ceño y le dedica una mirada de disconformidad. Parece que va a decir algo, pero en vez de eso se da la vuelta, asqueado.
- Sigamos adelante, no estamos muy lejos de la salida. - Parece algo mosqueado.
El grupo sigue avanzando, cambiando de rumbo en diversas ocasiones, pero al final el camino se vuelve un largo túnel en línea recta que da hasta unos barrotes por los que entra la luz de la luna. Cuando llegan hasta ellos, el grupo puede ver una oxidada puerta que ya se encuentra entre-abierta y salen al exterior al fin, librándose del denso olor del canal (Al menos parcialmente).
Estaban a pocos metros de la muralla de la ciudad y se podían ver las luces de los distintos campamentos del ejército no muy lejos de allí, pero no había gente cerca vigilando. Aprovechando las sombras de la noche, el grupo se aleja lo más sigiloso que puede del lugar, y cuando las murallas de Vado Verde se convierten en una parte del escenario, deciden parar a hablar. Estaban en un sencillo claro rodeado de árboles.
- No creo que te busquen fuera de las murallas, al menos no todavía. - Comenta Crow. - Así que es el mejor momento para decidir el siguiente paso. Comienza contando aquello tan importante que has descubierto, Araña.
Puedes resumirlo si te da palo decirlo con tus palabras, pero intenta que sea claro porque tiene que enterarse Silvano.
- Seré breve. Lord Escorpión ha robado un artefacto que ha hecho que los Golems salgan de sus tierras, atraviesen Helltia y se dirijan a Kihn. Esto significa que Lord Escorpión en el peor de los casos tiene el control sobre unas criaturas que pueden destruir una ciudad si se lo proponen y en el peor de los casos puede hacer que sigan el objeto hacía las tierras de Kihn. ¿Qué información tenia el Jarad sobre los golems?
Crow frunce el ceño, no parecía del todo convencido. Hannah, sin embargo, parece bastante sorprendida, al menos ella si que parecía creer en Gustav.
- Teníamos teorías... Los Golems llevan en las montañas desde tiempos anteriores al Imperio de Emphart incluso, por lo que han sido el origen de cientos de leyendas. - Medita unos segundos. - No descartábamos la posibilidad de que la guerra que quiere provocar Lord Escorpión tuviera alguna relación con la ruta que están tomando ahora los Golems. Pero no sabíamos nada de ningún artefacto, y ningún escrito habla de algo por el estilo... Si de verdad ese artefacto le otorgara a Lord Escorpión control sobre ellos... - Sonríe, y deja sus palabras en el aire. Al rato vuelve a hablar, aún algo indeciso. - ¿Pero cómo estás tan seguro de todo esto? ¿Quién es tu fuente?
- Mi fuente era Whilheim Moretti. Uno de los comandantes del ejercito de la casa Escorpión. Ahora mismo está yendo de la ciudad porque se estaba acercando demasiado a la verdad. No me ha podido confirmar los detalles del objeto pero la relación está ahí y confio en la palabra de Whilheim con mi vida. -
Crow sonríe divertido, mirando a Gustav.
- Por extraño que te parezca, hemos oído hablar de él, aunque yo no lo había visto en persona hasta esta noche, por lo que no le he reconocido... Algunos de los hombres de la Casa Escorpión, bastante conservadores en lo que respecta a sus motivos, iban detrás de él... Y le exigieron información a uno de nuestros informadores. - Se encoge de hombros. - Por supuesto, nosotros nos negamos a trabajar gratis... Pero aún así intentamos indagar un poco sobre el tema. Si sus teorías son ciertas, no es de extrañar que se lo quisieran quitar de encima... - Suspira, algo asqueado. - Está bien. Supongo que no me queda otro remedio que compartir está información con los jefes... Si es tan importante cómo parece estoy seguro de que no les importará que los moleste. Los planes del Jarad podrían cambiar mucho...
El grupo se queda silencio unos segundos, pero de pronto Crow mira a Silvano, con curiosidad.
- Por cierto, Silvano, Hannah me comentó que andabas detrás de tus compañeros, y que los mismos debían de encontrarse en tierras de los Phal a estas alturas. Tendré que viajar hasta ahí si quiero llegar al desierto... Así que podrías acompañarme.
Silvano atiende con especial atención ese último comentario de Crow mientras pequeñas piezas de un rompecabezas iban encajándose en su cabeza.
-Ohh, el dios de la Muerte me sonríe en persona. Sería muy descortés por mi parte desaprovechar esta ayuda que se me brinda. Si sabes el camino hasta llegar a Phal, gustoso te seguiré hasta allí. -dice mientras examina el rostro de Hannah en busca de una señal de aprobación.
Parece que Silvano pilla a Hannah algo desprevenida cuando la mira. Hannah sonríe y se encoge de hombros.
- Siguiendo con nosotros sólo vas a conseguir alejarte de tu objetivo, así que no me parece mala idea que sigas tu camino con Crow. - Y añade algo menos convencida, echándole una mirada de reojo a Crow. - Espero que al menos tú viaje sea más tranquilo y seguro que hasta ahora...
Crow parece darse cuenta de que Hannah le esta mirando, pero por lo visto sólo le resulta divertido a juzgar por su expresión. Después de que Hannah hable, se adelanta un paso Smith.
- Espero que tengas suerte encontrado a tus compañeros, Silvano. - Dice sonriente.
Y de pronto, cómo si hubiera sucedido un acuerdo silencioso, todos miran a Gustav, cómo si esperaran también que añadiera algo a aquella despedida improvisada.
- Suerte en tu misión.- Después de un instante añado. - Vigila en las tierras de Phal, los terrenos son traicioneros. -
Aceptando las palabras de todos, y viendo que ninguno tenía problema con verlo marchar, Silvano no tiene ninguna duda ya de que acompañará a Crow en su viaje.
Pocas palabras más fueron compartidas antes de que el grupo diera su reunión por finalizada. Al amparo de las sombras de la noche, el grupo se dividió en dos partes. Se despidieron una vez más y se desearon suerte en su viaje... Y en lo que fuera que estuviera por venir.
[FIN DEL CAPITULO 3]