Partida Rol por web

Los disparos de los defensores hicieron retroceder de nuevo a los sakkra. Y otra vez más. Y otra.

El combate se prolongó durante muchas horas aunque es imposible decir cuántas. La guarnición del reducto fue testigo mudo de cómo el enemigo abría brecha en los muros del Bastión Terheiden y cómo sus cañones enmudecían uno tras otro. La sensación de impotencia se sumó a la neurosis de guerra, el cansancio y la desesperación.

Cuando sus armas se vaciaron de munición, recurrieron a los cuchillos, las piedras, las garras y los dientes para vender sus vidas tan caras como pudieran. Finalmente, los soldados mrrshan cayeron uno tras otro. Los sakkra siguieron llegando en oleadas cada vez más grande, una interminable marea de bestias escamosas dispuestas a cumplir con su misión a cualquier precio...

"-Y sólo yo viví para contarlo"-concluyó Snar después de la larga (y detallada) historia.

... y antes de caer V'fogan, el último tras lograr que Snarr se ocultara en la cámara segura, apretó el botón de autodestrucción del bastión para que no cayera información ni electrónica en las manos del enemigo, con el que ojalá alguna vez logremos la paz.

 Sonrió al apretar el botón y su rugido de desafío se fusionó con el de la explosión.