Partida Rol por web

El olor denso y agobiante del contaminado aire de la plataforma de aterrizaje se vio sustituido por el viciado y sucio del interior de la Onyx Flatenroy. Aunque olía a ropa sucia y sudor de diferentes especies, para la atribulada tripulación era como el olor del hogar.

-¿Estamos todos dentro?-preguntó Sebrance por megafonía-¡Nos largamos!

Toda la estructura de la nave tembló una vez más al coger altura. Algunas cosas habían cambiado: un enorme armatoste con aspecto de computadora estaba conectado con gruesos cables a los cogitadores de energía. Y en la cocina, detrás de una plancha de la pared, había una puerta nueva que daba a una pequeña habitación con un ordenador dentro.

-Ruta fijada para salir del sistema. Todos los permisos en regla-recitó Sebrance alegremente-Decidme, muchachos, ¿qué tal es una colonia klackon?

Tllk, suspiró aliviada al entrar a la Onyx.  ¿Todos bien? -preguntó y los contó uno a uno, de izquierda a derecha, de arriba a abajo, para asegurarse que no faltara ninguno.  

Sr. Sebrance, ponga rumbo a las coordenadas del accidente aquel donde el carguero klackon se encontró con una lamprea gigante.  ¡Tenemos una reina que rescatar!   Y de paso, cargamento a obtener de salvamento, que nuestras finanzas andan medio malas.

Como puede ver, madame, -le dijo a Leashrra- nos especializamos en rescatar nobleza, aparentemente, ahora.  ¿Se encuentra usted del todo bien, vivita y coleando?  

Fíjese que su ritual de apareamiento estuvo a punto de salir más caro que lo que uno quisiera contabilizar.  Miró a donde antes había estado su tercera pata. Necesitamos reescribir su contrato de protección y aseguramiento, para incluirle este su paquete prenupcial.  Ese Duque es algo tremendo. Puede ir viendo con el Sr. Meson las condiciones del mismo.  

Se giró en la silla.  Por cierto, Dwalas, el padrino androide nos dejó un recuerdito de la fiesta de su "despedida de soltero" del duque -jeje.  Le pasó una de las dos pistolas superpoderosas que había conseguido.  Gran batazo por cierto, y muchas gracias.  Usted también Sr. Zeke, gran tiro, mil gracias.  Le pasó la segunda pistola.

Ahora a arreglarme, ¿una prostética bioingenierada biónica?   Sr. Ozolónido Cocinero en Jefe, ¿tenemos un 3D printer en nuestra bahía médica?  Se me hace que hay que ir imprimiéndonos una pata nueva.  

Puede pedir que le manden la "plantilla" por paquete de datos ahorita que estamos todavía en sistema klackon.  Gracias.  Hizo una mueca de dolor, pero se esforzó por mantener las antenas sonrientes. 

La Onyx tomaba velocidad y la capitana sentía esa felicidad que sólo los parsecs pasando a casi la velocidad de la luz pueden dar.

Leashrra apoyó la espalda en la primera pared que encontró al entrar en la nave. Se fue deslizando hasta quedarse sentada en el suelo, su vestido cayendo hacia todos lados y lleno de porquería espacial y terrestre. Suspiró entre respiraciones agitadas y miró a la capitana con una mueca. ¿Cómo podía esa klackon hablar con tanta tranquilidad cuando le faltaba una pata? Atribuyó ese mérito a una característica propia de su especie, porque de otro modo no lograría entenderlo.

Se pasó ambas manos por el pelaje de la cabeza, asegurándose también de que sus joyas siguieran en su sitio y bien puestas. Cuando al fin recuperó el aliento, se levantó rápidamente y se sacudió la ropa. Si la vieran en su hogar se morirían de vergüenza ajena, pero empezaba a darle igual: poco le había faltado para acabar en las manos de ese malnacido duque. Si no fuera por su naturaleza pacífica, lo hubiera estrangulado con sus propias garras antes de abandonar el planeta.

- Muy bien, señora capitana.- respondió con un deje de condescendencia.- Prepararé un contrato para la tripulación de la Onyx. Si conseguís mantenerme viva y a salvo, como habéis hecho ahora mismo, supongo que serviréis para el trabajo. De momento, podéis quedaros esto.- se quitó el brazalete de spirixium con gemas engarzadas de aklutriam y se lo ofreció cuidadosamente a la capitana.- Calculo que esto valdrá unos 1000 créditos. Os daré más en cuanto tenga la certeza de que no vais a abandonarme en el primer planeta al que lleguemos.

Se quedó con el brazo extendido, esperando que cogiera esa joya. No le gustaba deshacerse de ella, pero era necesario. Además, tenía que pagarles por sus servicios. Aunque le doliera aceptarlo, si no fuera por ese circo ambulante de monstruos y marginados sociales, en ese instante estaría camino a Fieras y preparándose para la boda de su vida. La boda que no quería, claro está.

El humano al entrar en la Onyx no pudo evitar sentirse aliviado. -Si que fue una experiencia agitada... he!. Les dice a sus compañeros con una sonrisa en el rostro a pesar del sudor, suciedad y el cansancio.

-Y ahora que estamos a salvo Capitana, ¿cómo es que lograron escapar?¿Eliminaron al androide y al Mrrshan o sólo los distrajeron?

Mientras esperaba respuesta alguna por parte de sus compañeros, recordó que la misión de encontrar algún  piloto en la colmena klackon fue fallida, tendrían que arreglarselas para pilotear la nave; bueno... a menos que las mejoras que le hicieron en ese planeta tenga algo que les facilite el trabajo.

-Y tú Sebrance... ¿Cúal fue el mensaje que intentabas dar por los comunicadores? Al parecer la señal no era tan buena dentro de la colmena.

Tomo la pistola que le ofreció la capitana, y miro de reojo lo que hablaban las personas de la nave, respiro profundamente guardando el arma entre sus ropas de manera que no se viera. miro los actos de la noble marrshan con perspicacia, es evidente que ella oculta algo, las armaduras de los guardias de su prometido estaban marcadas con condecoraciones de alto rango,  mmm la luna invertida mmmm ... los pensamientos de zeke fueron interrumpidos por la impresión de ver a la doña despojarse de una de sus joyas. el ambiente había cambiado

-No quiero ser importuno, pero supongo que me aceptara en su nave Capitana- miro a el Space cowboy -El señor Inirgol y yo lo derribamos- una sonrisa se dibujo en su cara recordando todos los disparos fallidos que cometio.- ¿Seguirán disfrazados ? - una pequeña carcajada se escapo de su boca, fue una risa un poco nerviosa.  

- Disculpe Capitana noto que ustedes tienen cosas que discutir- suspiro- me siento torpe y practicar mis habilidades me ayudara a limpiar la mente ¿hay un lugar en esta nave donde pueda liberar estrés- 

Miro al señor Inirgol - no fumo puros ni Bebo alcohol- recordando unos momentos antes como juntos derribaron al Droide,   se reclino en la pared  esperando respuesta de la Capitana.  
 

Si va mal olor en esa nave a Dwalas se le escapaba de percepción, aunque su percepción de si no era tan buena al vivir tantos años trabajando en la mina. Aunque también podía ser por sus cigarros que de una u otra forma lo habían dejado inutilizado en esa área.

Se quedo en un segundo plano viendo como la capitana alegremente hacia los negocios con la noble a pesar de haber resultado herida en medio de un tiroteo. “No fue nada Capitana.” Dijo con un humildad la verdad ahora que lo pensaba mejor y veía las pistolas se daba cuenta que se había arriesgado mas de la cuenta. “Entonces…no le duele capitana?” pregunto señalando con la mirada a su pata faltante, de paso averiguando si era algo que ver con la raza o era cosa de ella.

Asintio a lo dicho por Zeke cuando Keve pregunto como habían escapado. “Si, es mas o menos eso. Yo le golpe con esto…” dijo mostrando su gran llave de mecánica* que tenia en la mano y que el explorador se podía imaginar que pudiera hacer mucho daño con ella. “Luego Zeke lo termino de derrotar con un escupitajo. Asi que no habrá mas peligro con este.” Dijo casi riendo por la forma en que sonaba luego de decirlo.

Se apuro a sacarse su disfraz aunque presentia que no se lo había dicho a él. “Que mala vida vives entonces Zeke.” Le respondio de vuelta en broma.

Sus antenas se doblaban hacia abajo reflejando el dolor reprimido valerosamente.  Las klackon eran una raza que podía resistir el desmembramiento parcial sin afectar la integridad del resto de su cuerpo (las ventajas de tener exoesqueleto), pero de que les dolía, les dolía. 

Gracias.  Con su compermiso, creo que iré ahora a la bahía médica.  Vayamos a velocidad media en lo que Dwalas y "la colonia de ingeniería" (se refería a sus ahijaditos) checa que el aparato engañalampreas esté funcionando y haya quedado bien instalado.  Se acordó del *crash* que oyó cuando los droidines esos entraron a la Onyx, y sus antenas temblaron tantito, puso cara de ojalánohayapasadonada.

Regresaré al pilotaje, que ya me acordé de cómo es la cosa, pero les dejo mis algoritmos de navegación ya inicializados por si alguien quiere irnos manteniendo en rumbo aproximado.

Y si Zeke, queda usted oficialmente invitado a formar parte de la tripulación.  Bienvenido. 

Gracias, compermisin.   

Y se fue a ver eso de la nueva pata 3D-impresa.  Creo que me haré una acá más chida, como con espolones. -pensó.

Al ver que la capitana estaba decidida a continuar con la misión, el explorador se sintió algo agobiado, necesitaba un descanso después de tanta adrenalina en esa colmena.

-No, debemos ir cuanto antes a la zona del accidente... el tiempo corre y la esperanza de vida de los sobrevivientes se agota.

-Creo que podría ayudar con la navegación, la capitana ha dejado los algoritmos precargados y cualquier duda que tenga podría apoyarme con el manual interactivo que trae por defecto la IA de la nave. ¡Esto es pan comido!

Sin quejarse el humano se dirige a la cabina de mando.

- ya tendré tiempo para descansar un poco durante el viaje.

-Mientras estaban fuera me he tomado la molestia de rellenar el depósito de combustible-explicó Sebrance-Y he estado preparando las coordenadas para...

En aquel momento, el joven Meson entró en la cabina y se sentó con entusiasmo en la computadora a pulsar botones:

-Creo que podría ayudar con la navegación, la capitana ha dejado los algoritmos precargados y cualquier duda que tenga podría apoyarme con el manual interactivo que trae por defecto la IA de la nave. ¡Esto es pan comido!

Y apretó el botón de salto ante la mirada de ojos muy abiertos de Sebrance. El universo entero contuvo el aliento cuando los hipermotores de la vieja nave rugieron una vez más abriendo un boquete en la realidad y metiéndose dentro. 

-Te sobra entusiasmo, Meson-masculló secándose el sudor de la frente.