Wombagoo se asomó al balcón al ver cómo su compañero caía al vacío. Alargó un brazo pero ningún gesto podía arreglar lo irremediable. Cerró los ojos esperando oír el sonido metálico que debería hacer Y-654-Row al caer.
- Mierda...- musitó asustado.- ¿Estás bien, colega?- le preguntó entre risas nerviosas.
Era un tipo cibernético, pero le caía bien. No le gustaría encontrárselo hecho pedazos, literalmente.
El visor de Y-654-Row se iluminó con una larga lista de datos sobre sistemas que habían quedado dañados con la caída. El hombro izquierdo estaba roto, el actuador de la cadera se había desencajado, el sistema conductor tenía una fuga de fluido refrigerante... no estaba nada mal, si lo pensaba bien, para una caída de siete metros. Buen chasis que decían en su planeta natal.
Despacio, el cyborg alzó una mano hacia su compañero indicándole con un gesto que estaba bien. No plenamente operativo, desde luego, pero todavía en condiciones de seguir actuando.
Wombagoo empañó el interior de su casco con una mezcla de sudor frío, jadeos asustados y suspiros de alivio. Quizás saltar no fuera tan buena idea, después de todo, ni siquiera para una especie arborícola como la suya. Reparó que, a pocos metros de donde había caído su compañero, había una trinchera de cajas y sacos de arena en cuyo interior había un montón de piedras tiradas de cualquier manera: cadáveres de silicoides.
También notó, cuando dejaron de latirle los oídos, que había comenzado un tiroteo entre los asediados y los asediantes.
Parece que esos px gastados en puntos de vida no eran tan mala idea después de todo...
Row observo con una calma inusual para otro ser que no fuera un androide, los detalles de los daños que tenía en todo su cuerpo. Si bien cualquier otro habría gritado de dolor ante tanto golpe pero el androide había desactivado su sentido del dolor antes de dar con el suelo, gracias a la altura de la caída.
El gesto con su mano le costó más de lo calculado pero esperaba que fuera tan convincente como los demás seres decían. Sin embargo no quizo solo mostrar eso por lo que hizo esfuerzo para levantarse de pie.
“Compañero…” dijo al micrófono de su casco esperando que aun funcionara. “¿Alguien esta disparando?” pregunto bastante perdido de lo que pasaba a su alrededor. Con mucho cuidado continuo haciendo el esfuerzo para pararse derecho pero no le era posible ahora. "¿Alguna idea?"
Wombagoo sonrió cuando su compañero alzó el pulgar para dar a entender que estaba bien. No esperaba menos de una especie de robot alienígena.
- ¡Espera, voy para allá!- le dijo por radio.
Bajó por las escaleras interiores, evitando los pedacitos que habían quedado de los silicoides. Si pisaba una de esas rocas, corría el riesgo de resbalarse. Además, pisar un cadáver nunca era agradable, ni siquiera cuando no eran más que gravilla. Al llegar a la calle, se acercó a Row y le dio una palmadita en el hombro para animarle.
- Bueno, creo que el asalto ha empezado. Al menos nos hemos librado de éstos.- señaló hacia el interior.- Usaban el balcón para disparar desde lejos...- se rió nerviosamente imaginando sus sucios trucos.- Deberíamos ir a ayudar a los colegas. Muchos de ellos son unos novatos.- volvió a reírse y le hizo un gesto a Row para que se pusiera en marcha.- Vamos, sigamos el ruido.
1d3 px para cada uno. Damos esta escena por cerrada y, hala, a matar silicoides.