Partida Rol por web

Un golpe en mi cuello,mientras caía no pude dejar de pensar lo humillante que fue ser derribado con un simple golpe lo que realmente me preocupaba era que no sabía que un me había golpeado y peor aún pude sentir como la jeringa me fue arrebatada lo cual no podía permitir.

Rápidamente me quise levantar del piso sacando mi bisturí del brazo y tomando mi nueva arma totalmente decidido a eliminar a quien hiciera daño a Kazuhiko y a la medicina tome el frasco intentando salvar algo del líquido,pero ver a ese espeluznante sujeto lejos de aterrarme solo me enojo más -Dame esa jeringa o te mato- mi rostro mostraba que no mentía y estaba dispuesto a matar sin lamentaciones.

Aquel adolescente espeluznante trató de ofrecer su ayuda para levantar a Takumi Akio, pero en el último momento decidió no hacerlo, a fin de cuentas, el Ultimate Tailor parecía lo suficientemente capaz para levantarse solo, lo suficientemente molesto como para clavarle el bisturí en la cara y lo suficientemente asustado como para cometer acciones estúpidas.

Por supuesto, es todo tuyo, toma.

Disculpa por el golpe, me sobrepasé.

Pensaba que eras el Oso Rosa... se me escapó...

Con esto dicho, con un simple lanzamiento giró la jeringa en el aire para volver a recogerla y ofrecersela, por la parte no-puntiaguda a Takumi Akio, a la par que mostraba aquella sonrisa tétrica. Por lo demás, aquel estudiante parecía ser hábil en el combate cuerpo a cuerpo, armado o no.

Dime, Takumi-Kun... ¿Te acuerdas de mi?

¿Me está devolviendo la jeringa?- Aún enojado tome la jeringa y cuando estaba nuevamente en mis manos se pudo notar mi alivio pero aún así me tenía sin cuidado aquel sujeto -No tengo ni idea de quién eres,solo se que estas en la habitación de Kazuhiko- mire Al sujeto no tenía l menor idea de quién podría ser pero parecía conocerme si era posible quería hablar de forma civilizada ese tipo parecía ser capaz de darme problemas si peleábamos.

Una leve mueca de tristeza o frustación pasó por el rostro de aquel misterioso individuo; con un leve suspiro, este se giró, dando la espalda al Ultimate Tailor, y comenzó a desabrocharse el uniforme, tardaría unos cuantos segundos, en completo silencio hasta que finalmente logró quitar la chaqueta y mostrar, aún de espaldas y con los brazos aún metidos en ella el cuello de la misma.

Para Yûshi-kun de tu amigo Takumi

Bordada en el cuello de la chaqueta en hilo dorado, se encontraba una dedicatoria para un tal Yûshi; lo que era de extrañar era que estaba firmada por Takumi Akio, así como el tipo de tipografía en el que estaba escrita concordaba con el estilo refinado y circular que Takumi usaba. Sin lugar a dudas, esa letra era la de él.

¿No recuerdas nada? ¿Cierto?

Por eso mismo vine a hablar con Kazuhiko-Kun...

Leí la dedicatoria sin darle mucha importancia no recordaba al tipo y realmente no me importaba tenía más cosas que hacer -Bien según eso somos amigos,pero el dolor de cuello me hace desconfiar un poco- mientras hablaba con el tipo saque del botiquín un trozo de tela y el hilo de acero sentandome en la cama del pelirrojo para hacer una funda y que la jeringa no se rompa -Encontrare a Kazuhiko le inyectaron esto y hablare con el,hasta entonces nada más me importa- Aún cociendo pregunté el nombre del individuo -Por cierto ¿Tu nombre es?.

Aún de espalda, comenzó a abotonarse la chaqueta nuevamente, una vez terminado, este se giró hacia Takumi Akio y aún con una clara cara de tristeza respondió a aquella pregunta que el Ultimate Tailor le había hecho, quizás porque tenía cosas más importantes que hacer o quizás porque directamente no le importaba en absoluto.

Soy Tsubasa Yûshi, Ultimate Local Hero

En ese momento, Tsubasa dio un paso hacia un lado apartándose de la puerta, para que Takumi Akio pudiera salir de la habitación sin mayores problemas. No parecía querer luchar, oponer resistencia, o siquiera tener ganas como para molestar o interrumpir la determinación que Takumi estaba mostrando. Pero antes de nada, le hizo una pequeña petición.

No le digas nada a ningún Monokub, ya sabes, algo sobre que me has visto.

He logrado desmantelar a algunos, solo me faltan dos, el verde y el rosa.

Si por casualidad ves a alguno, no dudes en mandármelo hasta aquí...

Al escuchar el nombre del invasor no pude evitar levantar mi rostro con gran molestia -Hablaste con Kazuhiko- se podía ver cómo estaba enojado al punto que la aguja picho mi dedo aunque no mostré reacción de dolor,no era la primera vez que sucedía pero la última vez que me heri cociendo fue hace años rápidamente metí mi dedo en la boca limpiando la sangre -Kazuhiko escribio tu nombre, increíble que no recuerde las conversaciones que tiene conmigo.

Mientras lo seguía escuchando finalmente termine la funda de la jeringa guardandola en uno de los bolsillos más acolchados que tenía, aunque la presencia del héroe me molestaba al oirlo no pude evitar verlo mostrando cierto brillo y alegría en mi mirada cuando escuché que desmanteló a varios Monokuma poniendo mi mano en su hombro -Me harías un gran favor si eliminas a la panda rosa- segui mi camino hasta la puerta de la habitación -Ahora tengo que buscar a Kazuhiko.

Un adolescente siniestro sonrió nuevamente mientras Takumi Akio se disponía a salir de la estancia, y aunque parecía comprender los sentimientos que Takumi Akio mantenía por Kazuhiko Yamada, ciertamente no comprendía los motivos de los celos repentinos, a fin de cuentas, no sabía absolutamente nada de lo que ocurría más allá de ideas generales y generalidades.

¡Mucha suerte con eso de ayudar a Kazuhiko!

¡Me alegra ver que no todo es distinto!

¡Recuerda sobrevivir y no perder la esperanza!

Aún si saber dónde podría estar el pelirrojo no me podía arriesgar a llamar a Monokuma por esa información no si quería ver a la panda rosa fuera de mi camino asi que lo único ir podía hacer era deambular en su búsqueda a paso apresurado.

Deambulando por los pasillos de la primera planta, Takumi logra encontrarse con Kazuhiko, aunque de reojo tan solo, al parecer este estaba en el comedor, junto con Tsumiko Komachi y Katsumoto Obinata. Parecía que acababan de llegar, y a juzgar por el rostro del pelirrojo, había pasado una noche en vela... Aunque vestía el traje que le hiciste.