Partida Rol por web

Escucháis como la puerta de la habitación se abrió, y tras pasados unos minutos, volvió a abrirse. Tras eso no se escuchó más ruido, de ningún tipo, en la habitación de Kazuhiko Yamada, y eso que habían pasado unos cuantos minutos de todo aquello.

"¿Cómo va a ser mentira?" susurré molesta. "Te recuerdo que fue esa justo la premisa del caso anterior. Nagory Zinc se cargó a Lifegod invitándole a salir de noch-" entonces me interrumpió la puerta del chico abriendose, y saliendo. "...Joder, me siento como una voyeur... Vale ya con el espionaje. Suficiente, vámonos."

No esperé a que contestaran, simplemente salí. Que ya iba siendo hora de dormir. Pero me detuve unos instantes, cuando una idea me pasó por la mente. De espaldas a ellos, dije una última cosa antes de desde los pasillos volver a encaminarme hacia mi cuarto. "Gatita gatita. Te leo la mente. Espero que no se te ocurra aprovechar que el costurero y el principito han salido de la habitación para colarte a investigar la habitación del psicópata..."

Yo también estoy bastante seguro de que es verdad ¿qué sentido tiene no poder invitar de noche? - añadió a lo ya aportado por Tsumiko. Despegó la oreja de la pared, decepcionado a la par que preocupado. - Creo que has tenido una interferecia Tsu-Tsu, porque el que quiere investigar la habitación soy yo. - se le veía ciertamente preocupado. - Quiero decir... No tiene sentido que nadie haya dicho nada allí dentro ¿no? Lo normal es que si invitas a alguien a tu habitación, habléis un poco. Además ¿por qué se ha abierto dos veces la puerta? Eso es muy raro... - se echó una mano a la cabeza, pensativo con los ojos cerrados, hasta que finalmente suspiró. - Me gustaría, al menos, comprobar que está todo bien. Simplemente con ver que, o bien están los dos dentro o que no hay un cadáver, creo que ya nos podríamos ir a dormir.

Lo sabía. Me llevé la mano a la frente y me giré hacia ellos. "La puerta se ha abierto dos veces porque Takumi Akio habrá salido de la habitación de Kazuhiko Yamada. Lo que me pregunto es por qué. ¿Qué estarán haciendo esos dos?" me crucé de brazos, y una idea morbosa y poco probable me vino a la mente. Sonreí con socarronería: "A lo mejor han ido a tomarse un bañito nocturno en la piscina, sólos el uno y el otro a la luz de las velas..."

Natsuki se despegó de la pared y escuchó a unos y otros.

¡Pues vaya chasco! ¡No se oía nada! Que la puerta se abriera dos veces significa que ambos salieron por su propio pie. En cuanto a lo de las invitaciones nocturnas... hagamos una prueba.

Natsuki sacó su PDA y empezó a escribir un mensaje.

Ahora es de noche, ¿no? Pues veamos si las invitaciones llegan. Y... ¡enviar! Listo.

Natsuki envió un mensaje.

Cita:

Y por si acaso, también probemos en viva voz: ¡Tsu-chan! ¡Te invito a venir conmigo a mi cuarto ahora mismo! ¡A solas! Será cuestión de minutos. Eso sí, sin pinganillos. Solas tú y yo. ¿Prometido?

Ya había enviado un mensaje a Edward-o-san y a Tsu-chan. Faltaban Obi-sama y Zombi-chan.

Obi-sama, tú y tu Zombi-chan - Dijo señalando a la silenciosa Kaori - Podéis investigar lo que queráis. Pero si fuera tú la llevaba a la cama. La pobre no durmió bien anoche y hoy no es más que una silenciosa sonámbula zombi con puerto USB expectante para hacer nuevas transferencias de ficheros.

Al revisar tu PDA notas que el mensaje no se ha enviado, dado que ha saltado un mensaje automatico.

¡Durante el Periodo Nocturno no se puede mandar mensajitos! ¡A dormir!.

-Monokuma

¡Ajá! Edward-o-san tenía razón. Durante el periodo nocturno no se puede mandar mensajes por la PDA como invitación: Mirad.

Acto seguido, Natsuki enseña ambos mensajes. El de Natsuki

Hola Edwardo-san. Te invito a ir a la lavandería inmediatamente. XxX. Natsuki.

 Y el mensaje automático de Monokuma.

¡Durante el Periodo Nocturno no se puede mandar mensajitos! ¡A dormir!.

-Monokuma

"¿¡Qué mierda!?" ¿A qué diantres venía la invitación? ¿¡Y sin pinganillo!? ¡No tenía ni pizca de gracia! Suspiré hondo y dejé caer los brazos. "Puede que no puedan mandarse mensajitos, pero eso no quita que haya que responder obligada a las invitaciones a viva voz... Tal y como mataron a Zinc."

Me quité el auricular y me acerqué a Obinata-kun. Le agarré la mano, extendí su dedo índice y lo llevé hasta el botón del micrófono del auricular. "Este es el botón del micro, y este es el led que indica si el micro está on y off. Déjalo en off salvo cuando necesites hablar o contestar." dicho esto yo misma se lo puse al chico en la oreja. La vida de River-chan dependía de ello. Levanté tres dedos que bajé tras enumerarle las condiciones: "No me importa si quieres montarte un trío con la rubita y el jardinero y que necesites intimidad, pero no apages el auricular, no te lo quites, y no pulses ningún otro botón." Agarré a Katsumoto de la camiseta y tiré de él, acercándolo a mí con brusquedad. "¡Prométemelo! Te lo presto esta noche porque confío en tí."

Tras asegurarme de que así me lo prometía, le solté y resignada me acerqué a Mei-chan. "Que sepas que si intentas matarme tengo aqui como tres testigos."

Cuando dije sin pinganillo me refería a que no emitieras, no que no recibieras. Si quieres puedes llevarlo.

Dijo Natsuki después de presenciar la escena.

Es más, una cosa es que nos obliguen a acudir a las invitaciones y otra a aceptar las condiciones. En cualquier caso, no tienes por qué preocuparte. Cuando te quiera matar te avisaré antes.

Sonrió, cogió de la mano a Tsu-chan y dándole un pequeño espacio de tiempo por si quería recuperar el pinganillo, la guió hacia su habitación.

Mmm, supongo que Tsu-Tsu tiene razón, habrán salido los dos por ahí, igualmente si ha pasado algo malo lo sabremos mañana. - por lo visto ahora iban a pasar las dos un ratillo juntas, pues Mei acababa de invitar a Tsumiko y esta última le dio el pinganillo. - Confía un poco más en Mei-chan, al menos en su inteligencia, si fuera a matarte tendría un plan en el que no te invitara delante de tantos testigos.

Se esperó un momento para ver si Tsumiko recuperaba su transmisor o si se lo confiaba al escritor de forma definitiva. - Bueno, yo tampoco he dormido mucho, así que vamos a mi habitación, discutamos lo que gustes Shimada-kun y a planchar la oreja. - se podía ver al escritor algo apagado y hablar entre bostezos, un sueño reparados siempre venía bien.

"¿Inteligente? ¿Esta chica?" miré a Obinata-kun y después a Natsuki Mei, y después a Obinata otra vez, como si no entendiera de lo que estaba hablándome. En realidad ya había dicho en el juicio que hay que ser muy astuta como para convertirse en la Ultimate Cat Burglar, pero ssssshhhh... No me oirían repetirlo esta noche. Hice un gesto de desdén con la mano al escritor. "Quédatelo por esta noche. Pero como lo pierdas te mato. Me-metafóricamente, quiero decir..." pasaba de ahora tener que recuperarlo tras toda la explicación, algo de mi orgullo tenía que proteger, si es que quedaba algo hoy con la que me habían liado. "De todas formas, River-chan y Mecha-Anata se van a quedar a dormir en mi habitación también al final, para mi desgracia... Le dije a Anata que se quedara con ella, pero ni caso, que no me entendieron..." quejándome, me dejé arrastrar de la mano por Natsuki Mei a su habitación.

-Sí, será mejor, venga vamos, Obinata-chan, vamos-dijo el jardinero mientras lo intentaba arrastrar- Yo también tengo un poco de sueño- tras eso bostezo, bastante, demasiado.

Y cada uno se fue a su sitio, cerrando la puerta tras de sí. Bloqueandola definitivamente.

Habitación: Nagory Zinc

Corroborando que nadie lo seguía, Kazuhiko Yamada se adentra en la habitación desbloqueada de Nagory Zinc. Era una habitación corriente, igual que la suya, no guardaba ningún secreto, ni una caja fuerte debajo de la cama ni un esqueleto en el armario. Comprobando con cuidado que el cuarto de baño también se encontraba despejado de amenazas, Kazuhiko pudo dormir al fin.

Otro sonido inundó la estancia, unas campanadas hizo que te giraras hacia una de las pantallas de la estancia; en la imagen puedes ver el logo de la academia y tras este a aquel oso que ya habías visto con anterioridad, al parecer quería dar un anuncio importante.

Diiiing - Dooong - Diiiing - Dooong

-¡Buenosos días a todos!. Son ahora mismo las 7 A.M. y el "Periodo Nocturno" ha acabado oficialmente. ¡Es el momento de levantarse y saludar al nuevo día con una amplia sonrisa. Upupupu...

Tras eso la pantalla se apaga.

El infernal anuncio matutino de Monokuma me despertó aún cuando el sueño seguía aferrado a mi cuerpo. Abrí mis ojos con bastante dificultad pero percibí algo que me hizo sentir incómodo. Había una esencia impregnado en el ambiente y me tomó un par de minutos rememorar ese aroma. 

Estaba seguro que lo había olido hace poco: -¡Por supuesto en el Ascensor! Mi compañero de los Yoyos olía así.- El regocijo por haber recordado donde había percibido este aroma me impedía, por el momento, darme cuenta de en donde me encontraba. El olor a cigarrillo se hizo mucho más notorio cuando la imagen mental de estos apareció en mi cabeza. 

De inmediato me levanté, no estaba en mi habitación y eso me asustaba. Me tomó unos cuantos segundos darme cuenta de en donde estaba. El olor a tabaco sólo indicaba dos cosas, o Yoshida Tadayo había estado aquí, o Nagory Zinc también tenía esa mala costumbre. Como este último era el Ultimate Bad Influence, asumí que se debía al mal hábito del primer asesino de la Clase.

Junto con recordar haber ingresado a la Habitación de Nagory Zinc, me acordé de mi vergonzoso comportamiento con Takumi Akio. Había pasado casi media hora antes de conciliar el sueño, intentando borrar de mi memoria esos minutos junto a mi compañero, pero mi "talento" no servía de forma voluntaria. Todavía sentía avergüenza de mis actos, debía callar cuando era indicado.

En ese instante me di cuenta de algo mucho más evidente, yo seguía con vida. Eso me sorprendió, según mis cálculos era muy probable morir la pasada noche, más aún cuando estuve bastante tiempo conversando en los pasillos como un idiota. Por suerte no había llamado la atención de un posible asesino. 

De cualquier manera, me alegraba no estar muerto, todavía tenía que intentar salir de aquí y ayudar al resto de mis compañeros.

Salí de la habitación con rumbo al Comedor, si los demás seguían con vida irían a ese lugar. Era lo más lógico.