Partida Rol por web

Abrí los ojos y me levanté rápidamente. Sin perder tiempo, me puse un bañador bañador normal deportivo y encima un albornoz. Metí en una pequeña bolsa todo lo necesario para ir a los baños, para disimular, y me dispuse a ir hacia los baños públicos para nuestra reunión.

Cuando estaba por salir, me detuve un momento mirando hacia el armario. Con determinación, saqué el sobre con la información sobre los miedos y fobias de Asuka y lo volví a leer para memorizarlo. Después, me fui al baño, los destrocé y lo tiré por el baño. Era más seguro así.

En cuanto estuve segura de que me había desecho del informe, tomé de nuevo el camino hacia los baños.

Habitación: Hana Suzuki

Katsumoto Obinata llegó ante la puerta de la Habitación de Hana Suzuki, comprobando que nadie más lo veía desde los pasillos, se adentró al interior de aquella habitación tras llamar y no obtener respuesta alguna de nadie en su interior. Una vez dentro, un duro golpe en el pecho le asoló, aquella habitación, la habitación que tendría que ser como las demás... estaba en perfecto estado, no como la suya que aún a día de hoy apesta a heces. Aunque sin rastro de Hana. Ni siquiera en el baño.

Como si de su propio cuarto se tratase, se echó encima de la cama, se puso todo lo cómodo que pudo y empezó a plasmar en un pequeño cuadernillo que llevaba encima sus sentimientos y recuerdos.

La puerta de aquella habitación se abre por un instante para luego cerrarla de golpe. Por desgracia para Obinata no tuvo tiempo para ver quién era el que estaba detrás de aquella puerta, la posición de la cama en la habitación así como lo repentino de todo aquello le hicieron imposible verlo.

Obinata al oír el ruido de la puerta se asusta, haciendo que salte de la cama. Sale a mirar, sintiéndose confuso por lo repentino y extraño que había sido.

Abriendo la puerta de golpe, Obinata no vio a nadie por el pasillo; tan solo cuando miró abajo descubrió a un Monokuma asustado, que sin mediar palabra alguna, dejó una pequeña hoja de papel en el suelo y se fue alejando lentamente marcha atrás, hasta estar lo suficientemente lejos de Obinata para girarse y huir corriendo.

Con cara de circunstancia, miró como Monokuma le entregó la nota asustado. ¿Le estaba haciendo de cartero a alguien? ¿Eso era legal? ¿Por qué el director tenía miedo?

Demasiadas incógnitas como para ignorar el papel que le acababa de traer, Obinata asumió el riesgo de que fuera una invitación ¡sabía que si no leía aquél papel no iba a pegar ojo! Sin pensarlo demasiado, lo cogió y se dispuso a leerlo.

La carta iba dirigida a Katsumoto Obinata por parte de Ainam River.

Obinata-chan: Cuida de Tsumiko y Kizoku, son fuertes pero necesitarán tu ayuda. Confío en tu astucia, algo malo me ha pasado...no puedo explicarlo, pero estoy segura de que tu lo conseguirás. Gracias por ser un buen amigo y nunca dudar de mi.

Te quiere, tu amiga Ainam

Obinata sintió como una mano agarrándole el corazón ¿otra vez estaba ocurriendo? ¿Tan pronto? Derrotado y desanimado, volvió a la habitación de Hana Suzuki. Como había dicho antes, lo peor que podrían hacer esta noche, habiendo tantos posibles asesinos y tantas víctimas potenciales, lo peor que podría hacer es ir y dejar que los asesinos acabaran con él también. Debía cumplir la voluntad de Ainam y seguir adelante.

Además, si Hana no volvía... Descartaría una posible coartada falsa.

El tiempo pasó e irremediablemente los parpados de Katsumoto Obinata se fueron cerrando lentamente hasta finalmente caer en un profundo sueño debido al cansancio que este tenía tras sus espaldas, bien provocado por el estress o bien provocado por la diarrea explosiva del día anterior.

Otro sonido inundó la estancia, unas campanadas hizo que te giraras hacia una de las pantallas de la estancia; en la imagen puedes ver el logo de la academia y tras este a aquel oso que ya habías visto con anterioridad, al parecer quería dar un anuncio importante.

Diiiing - Dooong - Diiiing - Dooong

-¡Buenosos días a todos!. Son ahora mismo las 7 A.M. y el "Periodo Nocturno" ha acabado oficialmente. ¡Es el momento de levantarse y saludar al nuevo día con una amplia sonrisa. Upupupu...

Tras eso la pantalla se apaga.

Parece que nadie va a venir aquí... Qué remedio. - se guardó la bola ocho mágica y la carta de Ainam en los bolsillos, no sin antes cubrir la bola de varios cachos de papel higiénico para no mancharse más y salió en dirección al comedor.