El Laboratorio de Biología era un lugar frío y hostil, eso se podía ver incluso antes de entrar, pues en la puerta estaba escrita la frase "Sangre Fresca" en sangre congelada, al igual que el aire gélido abrazaba a Katsumoto a cada paso que daba hacia el lugar; al abrir la puerta lo que debería ser un simple laboratorio se convirtió en un congelador.
Botes llenos de órganos estaban en las vidrieras de cristal, bolsas para cadáveres en el suelo; una mesa recubierta de escarcha con distintos elementos quirúrjicos; y una pared repleta de lo que parecían sersecciones para almacenar a los difuntos. Algunas de ellas tenían diversos nombres grabados.
La PDA sonó en el bolsillo de Katsumoto Obinata.
De Takumi Akio para Katsumoto Obinata:
Se que tenemos roces y problemas pero estaremos en el jardín haciendo un funeral solo quedamos 4 y no podemos estar así desconfiando no ahora,cometimos errores pero podemos arreglarlo,si confiamos entre los 4.
MonoBarter entró a la habitación con curiosidad, aunque las cosas que estaba viendo no eran muy lindas. El frío de la sal no afectaba al oso, aunque comprendía que la temperatura había bajado un poco.
¡UWAAHHH! Que lugar espeluznante, uwu uwu... y taaan frío, ¿por qué será? Como sea, si vas a investigar en este lugar, Katsumoto-san, deberías tener el cuerpo en condiciones... ¿quieres un café negro?
Leyó el mensaje en su PDA, pero decidió no contestar de momento. Tenía la muerte de YoYo en la que habían participado todos muy reciente. Pronto monoBarter le sacó de su pequeña tristeza. - ¡Oh! Gracias pequeño, me lo tomaré gustoso. - clamó con una sonrisa mientras se lo tomaba. No era muy fan del café, pero a falta de té buenos son cafés.
Ahora lo miró con más seriedad. - La verdad pequeño, es que te he traído aquí por algo... Imagino que al igual que Monokuma, eres capaz de ir a cualquier habitación ¿verdad? En la sala de las cámaras, he visto algo... Perturbador. Alguien con la boca llena de sangre, parecía feliz por ello. ¿Tienes alguna idea de si hay alguna sala más aparte de las que tenemos disponibles? También me gustaría que me ayudaras a abrir la puerta que hay justo después de la sala de monitores, la que tiene una cara de Monokuma pintada. - paró de hablar un segundo, estaba pidiendo muchas cosas. - Aunque a lo mejor te meto en un lío, pequeño y no quiero que te pase nada. Así que ayúdame en lo que puedas siempre y cuando no sea algo malo para ti ¿vale? - acompañó sus palabras con una pura y sincera sonrisa, realmente le caía bien aquél extraño oso.
Bueno... - se levantó, pues para hablar con el robot se había puesto de cuclillas. - Esta habitación no se va a investigar sola, voy a ver si encuentro algunos registros o datos en alguna parte. Después creo que revisaré las cámaras frigoríficas. Me gustaría comprobar que todo sigue en su sitio...
Luego de ofrecer aquella taza de café a Katsumoto, el osito mira feliz al muchacho mientras esté le empieza a explicar su plan. Conforme oía más del mismo, la expresión de felicidad de MonoBarter se iba transformando en una de incertidumbre. De duda. Sin embargo, no era una cara de rechazo o asco, por lo que el metálico robot parecía tener algo en mente.
Uwu uwu, es un gran compromiso el que me das, Obinata-san... aquel tipo de los dientes sangrantes me da muy mala espina y creo que tuvo algo que ver con la desaparición de otros ositos, uwu uwu... ¡pero ustedes son mi amigos! ¡Y seguramente algo podré hacer por mis amigos! Uwu uwu... ¡Confío en que sí! Sin embargo, algo que sí te puedo asegurar que puedo hacer por ustedes es...
¡Trueque Terrorífico!
A cambio de 1D3 de Desesperación, puedes intercambiar "1" objeto de la Tienda de Estudiantes: MonoMono Machine por otro objeto al azar. Puedes decidir a quién ofrecerle este trato. Máximo 2 por alumno (por semana, no vale repetir).
Posiblemente, entre TODOS los premios que mi papá puso allí, haya algo que te pueda ayudar a abrir esa puerta. Sin embargo, entiendo si no quieres el trueque, uwu uwu... la última vez que alguien lo acepto, era Tafuna y solo le pude conseguir un peluche, uwu uwu... ¿me pregunto si lo conserva? No importa... inestigaré por tí, Obinata-san, pero dime si quieres hacer el trueque.
Obinata se quedó sorprendido ante la amabilidad del pequeño oso ¿un objeto a cambio de sentirse un poco más desesperado? ¡Ya había visto morir a todos sus amigos! ¿Qué más desesperación iba a sentir? - ¡ACEPTO! - gritó entusiasmado, quizá demasiado, pero pronto redujo su tono a uno más normal. - Confío en ti, pequeño Monokub. Además traigas lo que traigas creo que va a ser el único regalo amistoso tanginle que me habrá llegado desde que entré aquí. Porque ese reloj que va mal y me dio Monokuma... No lo cuento...
En aquella habitación no parecía haber nada interesante, encima de la mesa no había nada que hubiera llamado la atención a nadie y dentro de las neveras para cadáveres -o el nombre técnico que sea-, no había otra cosa que los recuerdos de los compañeros pasados, o sus cadáveres, mejor dicho.
Yoshida Tadayo con su cuerpo lleno de agujeros por los cuchillos.
Los restos descuartizados de Natsuki Mei.
El Cuerpo recubierto en barro blanco de Asuka Mori, con sus extremidades cercenadas.
Los restos de Edward Shimada repletos de tierra y trozos de metralla.
El cadáver carbonizado de Hana Suzuki.
El cadáver con el profundo corte en el cuello y rostro apacible de la "obsesa" de los Tés, Kizoku Anata.
El cuerpo con la marca en el cuello del suicidio de Ainam River.
Los trozos cortados por laser de Neku Sakuraba.
El cuerpo ahogado y con los dos golpes en la cabeza de Kaori Miyazono.
El cuerpo lleno de cortes por los hilos del piano, el de Nagory Zinc.
El cuerpo con quemaduras, electrocutado, empalado y ahorcado de Dean Lifegod.
Pero a parte de esas secciones abiertas en un orden inverso a los eventos sucedidos, también habían otras tantas neveras para cadáveres que permanecían cerradas, y lo que parecía más extraño, ocupadas por algún que otro fiambre. ¿Katsumoto Obinata abriría esas puertas?.
Bueno... Todo está en su sitio pero... ¿Quiénes son los demás muertos? No pierdo nada investigándolo. - procedió a abrir las cámaras que faltaban, sin miedo y con mucha determinación.
El siguiente cajón se encontraba vacío.
Tras este, una musculosa mujer con ligeras heridas en la cabeza estaba tumbada boca arriba con una mirada apacible.
Una joven con graves quemaduras.
Un chico obeso con un fuerte golpe en la cabeza.
Un chico flaco con uniforme con otro fuerte golpe en la cabeza.
Un... bote... de... mantequilla...
Una adorable chica que, sin lugar a dudas, se podría considerar como "best waifu" y nadie podría arrepentirse de ese pensamiento al verla así, de ninguna de las formas... que, por cierto, también tenía un golpe en la cabeza.
Un chico pelirrojo magullado por todos lados. Al cual era bastante conocido como una estrella del Baseball. (Leon Kuwata)
Una chica peli-azul. La cual era bastante conocida como una estrella del J-PoP. (Sayaka Maizono)
Y la primera de todas, era una masa de tripas, la cual parecía que había estallado en pedazos desde dentro, en su mano se podía ver el logo de un lobo.
MonoBarter casi llora de la emoción al escuchar la predisposición de su nuevo amigo; aunque posiblemente no le saldría más que café por los ojos si intentase hacer algo parecido a llorar. Recomponiéndose, MonoBarter se dirige decidido a la puerta.
¡UWAAA! ¡Esta bien, Obinata-san! ¡Te conseguiré lo que pueda encontrar en la tienda, y luego iré a investigar lo que me has pedido! Papá seguramente entenderá que ustedes necesitan ayuda, y que un buen amigo como yo se las puede dar, uwu uwu...
Parecía que el robot sonreía, a pesar de siempre mostrar una expresión insípida. Pero el lenguaje corporal mostraba a un osito esperanzado y con ganas de ayudar. Aún así, se dio vuelta en el último momento y miró al escritor.
Vendré tan rápido como pueda... por favor, cuidate, Obinata-san. No quiero contradecir a Papá, pero... no pareciera que el juego haya terminado...
Y sin decir más, se fue.
Katsumoto escuchó atentamente las palabras de Monobarter. - Si... Yo creo que esto aún no ha acabado. - se veía al chico algo decaído, sobretodo después de haber visto lo que había visto, cosas que harían vomitar a cualquiera.
Se apoyó encima de la mesa para intentar calmarse. - Bueno, te esperaré aquí a que traigas algo pequeño robotín. - intentó decir con una sonrisa, pero rápidamente su expresión cambió a una de preocupación. - ¡Pero traigas lo que traigas que no sea un martillo! ¡Se te podría caer en mi cabeza! ¡Y con la censura televisiva la sangre haría que mi pelo pareciera rosa!
MonoBarter regresó, y entre sus manos tenía algo especial, parecía ser no otra cosa que una llave con el logo de Monokuma en un extremo; era más que evidente que esa llave la había conseguido por métodos ilícitos a juzgar por la expresión que tenía en su rostro, lo cual era bastante complicado de hacer pues era de metal.
¡Wow! - dijo sorprendido Obinata. - ¡No esperaba que me trajeras la llave! Eres genial MonoBarter. No sé quien está ahí detrás, manejando a este pequeño robot, pero créeme que haré lo que pueda por sacarte de aquí también. - abrazó al robot, lleno de alegría.
Lo de esta sala y la anterior ha sido terriblemente interesante, pero con tu ayuda creo que ahora vamos a descubrir la guinda del pastel. - cerró el puño con fuerza y determinación. - ¡Vamos a acabar con esto de una vez!
A la sala de cámaras (otra vez)