Tras aquella puerta se encontraba el Aula 5-C, a diferencia de las otras aulas, esta se encontraba abierta y en su interior se podía ver un verdadero desastre, siluetas de personas marcadas con cinta adhesiva en el suelo, marcas de cortes en las paredes y en el suelo, sangre en el suelo, paredes y techo, el lugar estaba hecho un desastre por completo.
Y en el centro de aquel aula, MonoBarter, tratando de restaurar el estropicio más o menos como podía.
La sala tenía un ambiente bastante desagradable, toda llena de sangre y mensajes bastante... macabros. Pero lo que más llamó la atención del escritor fue que el oso que los había invitado antes a café andaba haciendo cosas por allí. - ¿Monobarter? ¿Qué diantres hacer?
Apenas se percató de la presencia del escritor, MonoBarter se dio vuelta asustado y levantó sus pequeñas garritas; como si de un arresto se tratará. Se lo veía preocupado, corriéndole gotas de aceite por la carita.
¡UWAAAAH! ¡Yo no lo hice! ¡Lo juro! ¡Estaba así cuando llegue! ¡Por favor, no me reteeeees!
El alegre y simpático MonoBarter parecía no estar presente, encontrándose Katsumoto en frente de un osito completamente diferente. Un osito preocupado y nervioso al cual le temblaban las patitas.
Yo no lo hice... yo no lo hice... yo no quiero estas cosas... es Papá... Papá hace estas cosas... Uwahhhh....
Ya se que no has sido tú, mi pequeño obseso del café ¿pero por qué lo arreglas? A lo mejor estaba así porque era interesante para nosotros... O quizá era malo y lo has quitado... - se quedó pensativo un segundo. La verdad es que aquella habitación daba muy mal rollo, toda llena de sangre y estropicios...
Dices que ha sido tu padre... ¿Te refieres a Monokuma? ¿Monokuma ha hecho este estropicio? - preguntó curioso el escritor.
Viendo que el escritor no le acusaba de nada, MonoBarter pudo respirar con tranquilidad. Cuando la pregunta sobre por qué estaba limpiando apareció, el osito verde se quedó callado un momento. Como si estuviese pensando bien en la respuesta.
B-bueno... pues yo... ¡yo no puedo dejar semejante lío en una academia tan fina y pulcra como esta! ¡No cumple con el reglamento de limpieza de las instituciones educativas japonesas! ¡No señor! ¡UWAH!
Frenético en su labor de limpieza, MonoBarter barre con gran fervor. Mas al no tener una palita para levantar los escombros, lo único que hacía era remover las cosas de un lugar a otro. Puede que esa sea la razón por la cual le tomó tanto tiempo limpiar el piano. Por lo menos la limpieza le desviaba la atención de la evidente carnicería que había sucedido en aquel salón.
Ademas, Papa me está haciendo limpiar mucho últimamente... ¡me voy a quedar sin garras para cuando termine el semestre! Uwaaaah... si tan solo sus actividades no generasen tanto destrozo... sus actividades... no mías... yo no quiero esto, uwu... Yo podría descansar más y prepararles ricos cafés a ustedes. Los necesitan: los veo alterados...
Está bien, pequeño MonoBarter, pero no toquetees nada más sin nuestro permiso por favor, cualquier cosa puede ser una prueba aquí. - decía el escritor mientras acariciaba la cabeza del pequeño Monokub. Le sorprendía que alguien que estuviera manejándolo pudiera ser tan buena gente ¿quizá Monokuma también tenía un lado bueno, al igual que sus hijos? Río por dentro, que tonterías andaba diciendo.
Bueno, esta habitación no se va a investigar sola, si me permites... - apartó su mirada del Monokub y empezó a revisar las mesas, en especial la que estaba destinada al profesor de turno. Mientras revisaba las mesas también observaba con detenimiento las manchas de sangre y los mensajes que habían escritos allí. ¿Qué locuras habrían ocurrido allí?
El oso apareció saltando desde detrás de la mesa del profesor, cayendo sobre esta, ante Katsumoto, y tras lanzarle una severa mirada a su Monokub restante, volvió a mirar hacia el escritor de novelas de misterio, y respondió a sus preguntas con claras evasivas.
¡Huolas!
¡Que sepas que no tengo nada que explicar!
¡El juego ha terminado, olvídate de "La Tragedia de Hope's Peak Academy"!
¡No tiene nada que ver con absolutamente nada!
¡Uah! - gritó el escritor de la impresión de ver a Monokuma aparecer de la nada.
Parecía que no iba a enterarse de nada, pues Monokuma no estaba muy por la labor, pero el escritor tenía un último as bajo la manga. - Ya me he olvidado de continuar con el juego Monokuma, pero de lo que no me olvido es de mi talento. ¡Estamos en una academia que se suponía que servía para desarrollar aún más nuestro talento! Como escritor de novelas de misterios y asesinatos que soy, conocer lo que ocurrió aquí me ayudará mucho a desarrollar mi talento, por lo tanto como director y profesor que eres, Monkuma ¡deberías mirar por ayudarnos a mejorar en nuestro talento! - se apoyó en la mesa en la que apareció el oso monocromático. - Si no nos das nada que hacer ni potencias el desarrollo de nuestras habilidades... Me temo que estaremos igual que en el medievo, que la gente como se aburría... Pues tenía chorrocientos hijos...
El escritor de novelas de misterio hablaba la verdad, y eso era innegable.
¡De acuerdo! ¡Te lo diré! ¡Esta sangre pertenece a los Alumnos del Consejo de Estudiantes!
¡Y ellos fueron los pioneros en esto del "Killing Game", aunque aquí tan solo era un burdo Battle Royale!
¡Las imágenes que se sacaron de ese evento fueron realmente encantadoras! ¡Se retransmitió por todo el mundo!
¡Y no veas lo que pasó después, eso sí que fue interesante de ver! ¡Y tras eso! ¡Bufff! ¿Qué te voy a contar?
En resumen, toma.
Monokuma le lanzó dos pequeños Manhwas a Katsumoto Obinata en donde se explicaba de forma detallada los eventos ocurridos en "La Tragedia de Hope's Peak", la consiguiente "Tragedia", también conocido como "The Worst, Most Despair-inducing Incident in the History of Mankind".
MonoBarter limpiaba con gran esmero, o por lo menos él creía que lo hacía. Cuidándose de no alterar ninguna pista que pudiese ser útil para los estudiantes. Mas cuando llegó el oso mayor a la sala, el osito verde dejó su tarea y fue saltando contento a recibir a Monokuma. Mirando a su padre con gran amor y orgullo.
¡UWAAAH! ¡Papá, estás aquí! ¿Al fin vas a firmar los papeles de adopción? ¡No puedo esperar para que me reconozcas frente a la sociedad! Uwu uwu...
Obinata lee detenidamente las cosas que le entrega Monokua.
Entiendo, entiendo... - dijo al terminar lo que le había pasado Monokuma. - Vaya, esta información me será muy útil para futuras novelas. Creo que voy a seguir buscando material para completar mi repertorio aún más.
Me dirigiré ahora al laboratorio nuevo que hay en este piso. ¿Me acompañas pequeño MonoBarter? - acompañó la pregunta con una caricia en la fría cabeza del oso de colorín verde.
MonoBarter estaba atento a algún posible respuesta de su padre, esperando ser reconocido o querido por lo menos una vez en su robótica vez. Pero, como si de un niño con deficit de atención de tratase, al escuchar la invitación de Katsumoto (que venía con una muy apreciada caricia) el osito verde se enfocó en el escritor; dejando la pala y la escba y saltando de alegría hacia la salida del aula.
¡UWAAAH! ¡Por supuesto! ¡Papa, nos vamos a seguir investigando! Como detectives, uwu uwu... ¡después terminaré de limpiar este aula!
¡Ni siquiera me hacía falta que limpiaras nada, esta sala lleva así por bastante tiempo ya!
¡Tan solo estaba esperando que "ese" apareciera a despedazarte, pero se ve que apareció Obinata!
¡Ya te usaré de cebo en otra ocasión!