Partida Rol por web

Tsumiko Komachi siguiendo a Natsuki Mei, logran llegar hasta la puerta del ascensor de la primera planta; no les costó demasiado esquivar el área de visión de las cámaras, yendo por los puntos ciegos de las mismas con los conocimientos de ladrona de Natsuki.

Ahí se encontraban, delante de la puerta al ascensor, la cámara no apuntaba directamente hacia el panel, por lo que sería viable que Tsumiko lo bloqueara pasando su propia PDA en repetidas ocasiones, mientras que Natsuki hiciera su magia usando sus herramientas especiales.

Natsuki guió con sigilo a Tsumiko frente a la puerta de la sala de juicios y habló en voz baja con el cuerpo de ambas pegado a la pared bajo la cámara y al lado de la puerta roja.

Tsu-chan, tenemos que entrar aquí. Es el único sitio que no hemos mirado y cuando se elevaron los atriles vi un conducto de ventilación como el de...

Hizo una extraña pausa en la que se quedó en silencio como si hubiese notado algo y te hizo una seña con el dedo. Unos segundos más tarde, como si algo invisible hubiese pasado y volviera a ser seguro, volvió a hablar.

¿Recuerdas cómo incapacitar la cerradura electrónica para que yo pueda abrir? Necesitamos que lo vuelvas a hacer.

La sala del ascensor... Rápidamente me di cuenta de a dónde quería llevarnos. Durante la ejecución de Shimada, le vimos subir por esos conductos... Quizás nosotras pudieramos utilizarlos, no para intentar escapar y acabar en una muerte segura como le pasó el jardinero... Sino para movernos por el interior de la Academia. Podríamos subir al cuarto piso... ¡quizás Asuka Mori estuviera por esa zona! Asentí una vez más cuando Natsuki me dio la señal, para proceder a pasar mi PDA en el lector repetidamente, permitiéndo a la gatita usar sus garritas para abrir la cerradura...

Tras unos intensos segundos que se volvieron minutos, la puerta del ascensor se abrió con un "clank". Ahora podían entrar en el ascensor y bajar finalmente hacia la sala de juicios sin mayores problemas; y lo que era más importante, no había ni rastro de Monokuma o de sus Monokubs.

Natsuki pulsó el botón de abajo.

Creo que lo hemos conseguido.

Aun así, ella seguía susurrando

El problema cuando lleguemos abajo será cómo activar los atriles, pero una vez los elevemos, creo que podríamos tener acceso a uno de aquellos conductos. Y si es como el que usó Edward-psico, entonces nosotras también deberíamos poder caber por ellos.

"Deberíamos habernos traido a Ainam River... ella seguro sabría del tirón cómo funciona el mecanismo." susurré, acariciando mi cinturón de herramientas, mientras esperabamos que el ascensor llegara. "Tendremos que conformarnos conmigo... quizás mi talento de... 'manitas' definitiva nos pueda echar... una mano." sonreí con picardía. Sí, no era el mejor de mis chistes... y probablemente llegarían otros peores.

El ascensor se paró. Llegamos a la sala que tantos y tantos disgustos nos había dado. Como la que saca el revólver del cinto, saqué un destornillador plano y me dirigí directamente hacia los atriles. Retiré con el pie la alfombra del suelo. "Normalmente estas cosas son embellecedores para esconder los cables y los circuitos... aunque quizás tenga que remover una losa o dos..." antes de usar el destornillador, no obstante, me dirigí hacia el atril de Monokuma. Lo mismo había una solución mucho más sencilla y directa: un panel de control. Después de todo estos mecanismos habían sido diseñados para activar y desactivar segun el antojo del que hiciera de juez... Lo mismo tan solo teníamos que pulsar un botón y no haría falta puentear nada.

Traer a AI-nam-chan...

Natsuki se quedó pensando al respecto. Era una buena idea y habían estado justo al lado de donde ella estaba. Podrían haberla cogido y llegado allí sin ser detectadas. Maldijo para sí misma.

Después se quedó mirando como Tsu-chan intentaba obrar su magia. Por intentar aportar algo (aunque su momento llegaría después de que Tsu-chan hiciera lo suyo) añadió lo siguiente.

Si quieres, creo que si voy yo sola podría traer a AI-nam-chan rápìdamente y sin ningún riesgo... No quería decirlo antes, pero yendo contigo teníamos que seguir una ruta más arriesgada. Estoy segura de que puedo ir y volver sin que nadie me vea.

Habían ido en línea recta. ¿Existía una ruta menos arriesgada que la que habían seguido? Costaba creerlo, en realidad, pero para algo ella era la Ultimate Cat Burglar.

Me llevé la mano al mentón en actitud reflexiva. "Sí... me temo que vamos a necesitarla. Por favor, ve." asentí. Era frustrante, me sentía bastante inútil, pero un paso en falso podría activar cualquiera de las ejecuciones que Monokuma tenía preparadas. Lo último que queríamos era cagarla pero bien hasta el fondo. Era mejor andarse con pies de plomo. Sólo me lamenté de que no se nos hubiera ocurrido antes, en la sala de baños. Igualmente, el ascensor no tardaba tanto. Sólo me quedaba esperar...

Natsuki se dirige a la puerta y pulsa el botón

Vuelvo enseguida

Natsuki Mei se dirige hacia el ascensor y activa el botón interno para subir; mientras las puertas se cerraban, Tsumiko Komachi siguió investigando en la poltrona de Monokuma; pese a que había algún que otro botón que no lograba reconocer, notó la evidente falta de "El Botón", aquel aparato que mandaba al alumno en cuestión a su "justo castigo", el mismo que podía matarlos a todos.

Ya habían pasado un par de minutos y el ascensor no parecía sonar por ningún lado; quizás Natsuki Mei tuvo algún problema en su viaje, quizás al recoger a AI-nam River, o quizás la percepción del tiempo de Tsumiko se vió alterada al estar entusiasmada con la idea de por fin salir de aquel lugar, o al menos descubrir la verdad. Sea como fuere; antes de que nada de esto pudiera siquiera comenzar... un pinchazo en el cuello de la Ultimate Arts and Crafts hizo que sus sueños y esperanzas se tiñeran de negro.

Esperar, en aquel lugar tan frío y cruel, donde tantas cosas malas nos habían pasado... Donde tantos compañeros habían sido ejecutados por sus crímenes... Donde nosotros habíamos presionado el botón para ejecutarlos. Me vi paseándome por alrededor de los atriles... viendo los rostros de nuestros compañeros, profanados con pintadas de Monokuma cual graffiti de gamberradas. Pasé las manos por los atriles, rememorando todas las discusiones, los corazones de todos al descubierto.

Me detuve frente al atril de Sakuraba-kun. Como presentándole mis respetos. No sólo cosas malas habían pasado... En el primer juicio, la desconfianza dio paso a la confianza... Para luego, durante el segundo, ser destrozada por completo por Edward Shimada... ...No, no por Edward Shimada... al menos, no en inicio. Monokuma. Monokuma, ese titiritero que nos controlaba a todos, a su gusto y juicio, como un niño jugando con sus juguetes. Fue él quien sacó los motivos, fue él quien repartió esos papeles con los miedos de todos. Constantemente, eramos empujados de trampa en trampa, como ratoncitos en el laberinto. Y aún aunque intentaramos rebelarnos... él... siempre seguía bajo el control.

Siempre... bajo el control.

"¡...!" Sentí un pinchazo en el cuello. ¿¡Monokuma!? No pude ver a mi agresor... Me desplomé sobre el atril de Sakuraba-kun, sintiéndo cómo mi cuerpo perdía las fuerzas rápidamente. "Mier...da... ...No... Aún... yo..."

Y todo se tiñó entonces de negro.

Natsuki Mei al fin había logrado volver de su "visita a la superficie", aunque lo que se encontró no era algo demasiado agradable, una vez que el ascensor se detuvo, Tsumiko Komachi no se encontraba en ningún lugar visible, ni siquiera para los ojos acostumbrados a la oscuridad de la Ultimate Cat Burglar fueron capaces de encontrarla, fijándose lentamente en cada rincón oscuro algo ocurrió.

*FLASH*

Con un chispazo, los focos y las pantallas se encendieron, cegando por un instante a la "Ultimate Cat Burglar" mostrando a no otro que Monokuma, un Monokuma risueño, de hecho, se encontraba riéndose de la situación tensa en la que la gatita se encontraba, pese a todo, se podía ver el sudor corriendo por la frente de Natsuki.

Upupupupu...

¡Supongo que sabes perfectamente lo que pasará ahora!

Antes de que Natsuki pudiera responder, la puerta del ascensor se cierra, dejando a la Ultimate Cat Burglar atrapada dentro de la sala de juicio, mientras los focos lentamente se iban apagando hasta finalmente sumir la sala de juicios en la más pura y tenebrosa oscuridad.

Finalmente Takumi Akio llegó a la zona de juicios, levantando una baldosa central; logró salir a la superficie; lo cual era algo bastante bueno a decir verdad; a fin de cuentas, estar en la penumbra, suciedad y con riesgo de tropezarse de bruces con un Monokuma que ya había dicho sus intenciones de acabar con el... no era un buen lugar para estar.

-Pssss... -Un susurro heló la espalda de Akio- Akio-Kun. Estoy aquí, me he metido en la silla. ¿Podrías ayudarme cosiendo sin que se note mucho?. Tu eres el experto y yo... bueno...

Al parecer aquel compañero había decidido esconderse en la silla, algo que comprobó en efecto, Takumi Akio cuando sea acercó al asiento de Monokuma. Por suerte para ambos, el oso no estaba por ningún lado, probablemente porque estaba ocupado con el otro grupo de estudiantes.

Caminar por los estrechos y numerosos pasillos era realmente molesto la humedad era incómoda el óxido y los cambios de temperatura tan repentinos me molestaba de sobremanera incluso en un momento así me parecía más cómodo el hecho de estar cubierto de la sangre del pelirrojo aunque eso no era bueno aun así,tener que arrastrarme solo porque Monokuma me dejó encerrado no era agradable estaba corriendo para evitar mi propia muerte injustificada y aun no comprendía porque quería aferrarme a la vida había perdido a mis amigos a mi pareja incluso la confianza de los demás a excepción del estudiante desconocido.

Incluso me sentía inseguro teniendo en mis manos ese pequeño cilindro de toxinas pero era incomprensible como estaba en mi poder solo sabía que era algo simplemente letal por suerte meterlo al botiquín envolviendolo con tela parecía ser más seguro que nada en el largo y tedioso camino que tenía por delante o eso pensé antes de levantar la baldosa cerca al asiento de Monokuma de donde escuchaba los susurros de el estudiante desconocido que me suplicaba ayudar a ocultarlo mejor a lo que solo pude sacar unas pequeñas tijeras para tela y dárselas antes de coser el asiento para ocultarme sentandome en el mientras esperaba al resto de los estudiantes.

Una vez que Takumi Akio hubo terminado de coser el asiento; a la hora de sentarse notó un pequeño pinchazo en su trasero; al poner la mano bajo él, encontró lo que parecía ser un cuchillo con forma de garra de Monokuma, similar al que Edward Shimada había usado para asesinar a Kizoku Anata, aunque a diferencia de todos, el filo del mismo estaba muy mellado y raspado.