Partida Rol por web

Observe durante casi un largo minuto en silencio aquel aparato, no negare que me sorprendió de la eficacia del mismo, pero Fred y yo ya habíamos trabajado en conjunto y pese a su reticencia a compartir habitación conmigo parecía que ambos nos complementamos bien, me pregunte si llegado el momento estaría dispuesto a colaborar conmigo, sin la necesidad de una orden de un superior.

-Espero que sea una broma, borrarlo seria desperdiciar todo el trabajo que hemos realizado hasta el momento, ademas de perder la posibilidad de conocer mejor quien esta detrás de este Cristopher programado. -Empezaba a conocer un poco mejor la personalidad del mecánico pero no estaba demás remarcar mi opinion la respecto.

-Preferiría la central de datos, pero si llegara a liberarse seria de nuevo un problema, aun sabiendo que no podría. -Intentaba responder a las palabras de 42, recordando cierta sala aislada pero sin saber si estaba o no operativa. -Pero supongo que el laboratorio puede ser una buena opción, ademas si el doctor esta allí, puede que tenga preguntas que hacerle que nosotros no tengamos. -Sin mencionar el interés personal que sentía sobre aquel lugar que fue detonante.

-Si vamos al laboratorio espero que tenga habilitada una sala aislada del resto del búnquer para evitar posibles filtraciones. Y siendo el laboratorio no dudo que lo tendrá, sí, puede que no sea la mas segura, mas sabiendo lo que ha sucedido en ella, pero si esta limpia de patógenos y tiene una zona aislada es una buena opción.

- ¿Más listo? No. Te necesitábamos. a ti o a alguien como tu. Nos construyeron así. Necesitamos una consciencia real para crear iniciativas complejas. Sin esa chispa, no somos nada. Y cuando capturaron a nuestro programador, fuiste aún más necesario. Suerte que otro ha ocupado su lugar.

La ciega te hubiese cuidado como una hermana mayor.

El líder te hubiese explicado cómo funcionan las cosas aquí.

Pero los rechazaste, prefiriendo una falacia bien escogida. Tuvimos miedo cuando llegaste. Podrías habernos destruido. En lugar de eso, te convertiste en un devorador. Te convertiste en nosotros. Por eso tantas consciencias te tenían miedo. Veían la mácula. Me veían a mi.

No me disgusta tu desagrado. Es sencillamente... una consecuencia lógica.

Desconoces si siente o no lo que quieres hacer, pero al menos por ahora parece demasiado distraído regodeándose y no presiente tu ataque.

- Entonces, creo que está decidido - Asiente al escucharlos a todos. - Sigamos hasta el laboratorio.

Como mínimo, resolveré qué fue lo que pasó allí ayer. Los informes son confusos - Lanzando una mirada de reproche a Déborah, la cual es ignorada, antes de ponerse en movimiento.

Grend empezó a ignorar a la presencia y se concentró en lo que quería hacer. Tampoco es que supiera de quienes estaba hablando. La ciega aun, pero el líder ni idea.
De todas formas trató de despejar la mente, que era lo único que le quedaba, y empezó a prepararse para pegarse a sí mismo. No era algo fácil hacerlo porque el instinto de preservación es algo innato y muy fuerte, aún así lo logró.
Se imaginó con un cuchillo y se apuñaló en su estomago imaginario.

La verdad es que dolía. No tenía cuerpo físico pero dolía un montón. Esperaba que a la cosa con la que estaba también le doliese.

Te han herido muchas veces en batalla, a veces de mano del enemigo y otras tantas de mano de tus propios superiores, en un intento de templar tu carácter y fortaleza de cara a lo que te esperaría. Ninguno de esos hombres pensó realmente que llegarías tan lejos y en ocasiones ni siquiera tú lo sospechaste.

¿Por qué algunos de tus compañeros se infectaban y morían y otros podían permanecer como soldados en activo durante años? ¿cómo sobreviviste tanto tiempo al pasado en el exterior sin infectarte? Ahora parece distante, tremendamente distante. Dicen que cuando se acerca la muerte, pasa frente a tí tu vida. Tus experiencias, tus grandes momentos y tus victorias, pero por algún motivo todos los recuerdos que atesorabas sobre el exterior se ven empañados a tus ojos, como si se viesen tras un objetivo desenfocado y roto.  ¿Llegaste a enamorarte? ¿Tuviste un hijo alguna vez?

Puede incluso que todo aquello fuese mentira. Puede que nunca hayas estado vivo. Puede que te programaran para pensar en lo que tienes en mente. Tu código encierra tus recuerdos, y tu código está corrupto, modificado.

Necesitas sacar de tí lo que no eres tu. Necesitas recuperarte a tí mismo, aunque sea lo último que hagas.

Piensas en ello cuando retuerces el cuchillo y una parte del velo invisible que cubría tus ojos parpadea, perdiendo fuerza. El que creías soldado, una vil creación pensada para hacer daño, grita y te provoca una convulsión.

Entonces lo ves. Lo que era un cuchillo hace un momento nunca lo fue. Es tu propia forma la que modificas, para adaptarse a tus deseos. Son tus manos las que se han retorcido y alargado hasta tomar la forma monstruosa que ahora te apuñala. 

El ser no habla ya. Sólo gruñe y se revuelve en un gesto instintivo, casi animal. Va a contraatacar.

Las sacudidas de tu forma son más violentas. Tu pecho se retuerce y cuando te quieres dar cuenta, te sientes proyectado hacia atrás, como si hubieses estado sosteniendo un arma de gran calibre y retroceso, y no hubieses estado preparado para el golpe. 

Cuando eres capaz de comprender lo que ha pasado, puedes ver que tu mano, la que pretendías que sostuviera un cuchillo y retorciste a voluntad, ha saltado por los aires. 

En el suelo hay restos de tu corpus, tu código, destrozado. Pero no es dolor lo que sientes. Es algo mucho más siniestro. Lo que sientes es que has Olvidado algo. Imposible recordar de qué se trataba. 

- No vas lograr nada. - escuchas su voz susurrar - Hagas lo que hagas, eres mío.

Grend se miró la mano, o lo que quedaba de ella, y no sabía qué pensar. Sentía dolor, pero no era del tipo que esperaba. Desde luego no del que tendría si fuese de carne y hueso.
Lo peor era aquello que no recordaba, sabía que era algo importante. Pero no sabía el qué. Pudo imaginar lo que le había hecho aquella cosa. Había borrado partes de él. Como cuando se unieron, que perdió recuerdos. Ahora había sido algo violento y premeditado.

Se levantó del suelo y creo un arma de energia con la mano que le quedaba.

Puedes haberme manipulado, pero no soy tuyo. Puede que me destruyas, pero vendrás conmigo. Estamos los dos atrapados aquí. No podrás huir.

Dicho esto se disparó en el estómago varias veces. Era dificil fallar a eso.

El dolor que sientes tras esta segunda herida auto-infligida es atroz. Apenas te sostienes en el límite de la vida y tu integridad estructural flojea. En tu pecho hay un gran agujero que emite chispas de luz. Todo en tu campo de visión se está oscureciendo. 

Esta vez no te sorprende, pero apenas queda fuerza en ti para soportar la nueva sacudida, la cual lanza a lo lejos esta vez un fragmento del corpus de tus pies. 

Ya no recuerdas muy bien porqué viniste al Búnker. Quizás una promesa hecha a un joven soldado que murió en tus manos ¿Lo llegaste a conocer? no recuerdas su nombre, pero por alguna razón no quieres perder ese recuerdo. Probablemente dentro de poco no te importará. 

- ¿Piensas en mí como Alguien? Eso es interesante, ya que en realidad soy más parecido a un Algo. Un algo que puede replicarse. Que vive a partir de infectar a otros seres. ¿A qué tipo de ser me parezco?

Pero sientes su desesperación. Tu dolor también es suyo. ¿Trata de ganar tiempo o es sólo una última burla?

El dolor es indescriptible. Seguramente no podría soportarlo de ser todavía humano, pero eso era lo único bueno que le quedaba. Que podía aguantar más dolor que la mayoría.

Apenas recordaba nada ya. Le estaban borrando o lo que fuera que le pasase en aquel cuerpo. Pero no importaba. Tenía que acabar cona quella cosa que le había infectado. Lo demás no importaba. Ahora no.

Me da igual lo que eres, o quién eres. Sólo sé que voy a acabar contigo.
Además. ¿Quién te dice que yo no puedo replicarme como tú? Ya sobreviví una vez. ¿Por qué no otra? Pero tú no. Tú no lo vas a conseguir.

Como seguía teniendo la pistola en la mano, volvió a dispararse en el estomago. No sabía si una pierna sería igual de útil. Pero prefirió no arriesgarse.

Tu cuerpo ya no tiene fuerza para mantenerse en pie. Apenas eres capaz de sostener tu arma. Te estás desintegrando. Por muchas batallas que hayas librado, nada te prepara para esta sensación de estar mirando al borde del abismo. El último disparo fácilmente te hubiese matado, pero aún te mantienes consciente. 

Sólo escuchas una última palabra del ser:

- Iluso...

Y en ese instante, todo termina. El último pulso de energía se extingue.