Partida Rol por web

La caverna en la que te encontrabas era demasiado perfecta. Casi parecía una formación esferica, si no fuera por el techo y el suelo, a excepción por el gran agujero en medio donde Niero sujetaba a aquel demino con el cuchillo clavado y la bufanda. Por otro lado bueno que tenía esa caverna, es que el único sitio de entrada y salida, era el mismo tunel por el que tu habías llegado. No había otra posibilidad de salida, bueno el agujero... Si querías morir.

Niero te miró con curiosidad cuando empezaste hablar y poco a poco fue levantando su cañon para relajarse - El resultado al encontrarme si ha sido negativo. En cuanto a urgente, me da igual... Tengo cosas que hacer - Aclaró después de dar ese silencio de que podía esperar a más tarde. No obstante mientras seguías hablando siguió a lo suyo preparando al pequeño Delemental mientras soltó un bufido risorio - Uromaki y Luftinuka ¿Que te dicen esas razas? - te preguntó retoricamente y con ironía antes de responderlas el mismo - Puedo verte en la oscuridad, la antorcha no es para mi, ni tampoco para ti... Solo es una pequeña ventaja antes de la tortura real - dijo claro como si acaso pudieras entender que es lo que estaba haciendo siquiera, pero llegado a un punto de tu conversación se paró para girarse y mirarte de nuevo con una expresión incredula en su rostro.

-¿Aprender de mi? - preguntó sarcastico antes de lanzar al Delemental contra la pared de la caverna y acto seguido lanzarle otro cuchillo que clavó directamente en una de sus alas y atravesó la pared dejandolo anclado a esta. El grito que lanzó el Delemental fue igual que el anterior que escuchaste. Poco tardó Niero en acercarse con su aspecto amenazador a ti con una expresión para nada agradable - ¿Y quien te ha dicho que soy un maestro de algo para tener una aprendiz? Soy un hibrido solitario, repudiado por sus razas predecesoras que vaga solo por el mundo sobreviviendo a lo que viene y destruyendo a los que se creen mejor que los demás... ¿Te hace pensar eso que necesito una aprendiz?

Por un momento te miró de arriba a abajo y añadió - Y además, ni siquiera pareces ser fuerte, no tardarías ni un día en huir de mis enseñanzas, y mucho menos aguantarías una hora contra lo que me enfrento yo... Dime entonces ¿Que tiene una humana como tu que pueda interesarme tanto como para que le enseñe a usar la espada que tiene envainada. - No apartó en ningún momento la mirada, ni a pesar de que te hubiera visto entera, y pareció centrarse en todos los detalles que tenías visibles... Y aún así seguías siendo una humana para el.

La cuestión ahora era como convencer a un maestro de la espada cuya soledad ha acabado marcandole, a que te enseñe abandonando dicha soledad.

Tras tu ataque el ave, que apenas lo sintió, volvió a gritar aumentando más su vuelo y elevandose aún más. - Dicen que un mismo truco no funciona dos veces... Veamos si es verdad - Roan volvió a cargar su espada, para realizar el mismo ataque que hizo en lo alto de la torre - ¡Diosa Thira, permiteme usar tu poder para proteger a los inocentes! ¡Relampago! - El rayo ascendió desde su espada para llegar hasta la nube más proxima y allí estallar en un resplandor cegador...

...Con la única diferencia de que el ave esta vez no miró a donde estaba el relampago - Mierda - se quejó Roan mientras seguía viendo al ave volar - Senca... Corre. - dijo para acto seguido correr como alma que lleva el diablo.

Por su lado, el Nore cuando alcanzó la suficiente altura, giró sobre si mismo y dejó de aletear, cerrando así sus alas y cayendo poco a poco en picado sobre vosotros.

Obviamente habías sido precavida como no podía ser de otra manera, y tus torretas estaban en pleno funcionamiento a la espera de tus ordenes y de ser colocadas. La que más sorprendida se hayó después de que el carromato se alejara, fue Vanille al oirte - ¡HELGAAAAAA! ¡Disparale! - gritaba mientras se acercaba ahora a por ti en linea recta y de la misma manera también la bestia que por detrás le seguía, a escasos metros de comerla

El Echo seguía mirandote con su imponente cuerpo a pesar de que no te asustaras de el ni retrocedieras. El estaba dispuesto a dar guerra, más sobretodo cuando encontró el enfado que suponía el que extrageras parte de su elemento fisico de el mismo. Por ello cuando te lanzaste en feroz ataque a por el, el Echo no vaciló ni se defendió, fue hacia alante recibiendo tu primer golpe, que lejos de no hacerle daño, que hasta lo hizo retroceder un paso por el impulso, lo llegaste a notar hasta tu el daño que te había producido en la mano el hecho de golpear la piedra.

Eso era el primer indicio que te dió a ver que si llevaba a protegerse o hubieras golpeado mal, igual el daño hubiera sido en tu contra.

Con el segundo golpe el Echo terminó de retroceder, agitandose así la cabeza y el cuerpo exageradamente antes en uno de esos movimientos, por sorpresa levantar uno de sus brazos y lanzarlo en un potente martillazo contra ti con el proposito de tumbarte y golpearte contra el suelo, presionando entonces la totalidad de tu cuerpo para que no pudieras moverte y al mismo tiempo te hiciera daño.

Justo entonces empezaste a escuchar más pisadas, aunque esta vez parecían de dos personas o más bien... De un animal, aunque estaban muy lejos y no llegarían a entrar en la pelea siquiera.

El anciano se rió - ¿Ah no? ¿Tu crees? ¿Un pueblo tan cercano al bosque del gran Arbol de Mimali, tiene la suerte de sufrir la condena de ser un paramo yermo donde no poder cultivar nada? Si no han hecho nada es porque todos son unos egoistas que no piensan en la tierra - quiso rebatirte de nuevo con sus argumentos - Yo no soy egoista, pues esas vidas han sevido para alimentar a todo este pueblo, y para aquellos que comercian con nosotros, como Trayerta, o las ciudades cercanas al bosque de Laforana. Dentro de poco hasta Guiloria querrá ayudarnos a conseguir hacer que todas las ciudades tengan donde cultivar y cosechar. Aunque el alimento tenga que venir a nosotros por esas ventas.

Mirando por encima de ti a los guardias tras de ti y tu compañero, hizo un gesto con la cabeza como queriendo decir que os encarcelen de una vez, pero justo entonces escuchó tu pregunta y sonrió - ¿Ese es tu último deseo? Supongo que puedo decirtelo, a fin de cuentas, ya nunca más verás la luz. Mi nombre es Beltran... Y entre yo y mi amigo nos encargaremos de que tu y los tuyos recibais un trato especial. Metedlos ya y que se callen. - dijo de manera brusca a los guardias.

"¡Auch!" se dijo Tea mentalmente al momento de chocar su fuerza humana contra la dura "piel" de aquella entidad, no pudiendo (ni debiendo) dudar, sin embargo, dado que retroceder en ese momento significaría quedar totalmente expuesta. Aun así su destino inmediato no fue muy distinto que digamos, siendo que pese a sacudir al gigante con su segundo puñetazo la Cobb fue pronto amenazada por otro ataque del ajeno... ¿acaso no se cansaba o algo así?

La naturaleza de los echoes sin duda era imponente, algo digno de tomar en serio y de respetar, más a la castaña poder al fin advertir eso le serviría de poco, ya que metida en el lío en el que se encontraba debía hacer todo lo contrario: luchar para sobrevivir se antojaba no solo necesario, sino realmente la única de sus opciones, y más todavía cuando no pudo esquivar el martillazo aquel...

Dejando salir un agudo grito ahogado por el retumbar de la sustancia de Terrano, la viajante se estremeció a la par que sentía como si su cuerpo fuese a ser partido, o quizás exprimido gracias a la presión que el echo ejercía sobre su humanidad; Tea pataleó, sin embargo pronto se dio cuenta que ello de nada serviría y que, en el peor de los casos, incluso podría hacerle perder fuerza que no se podía dar el lujo de gastar. Entonces escuchó los ruidos a la lejanía y por un momento hasta llegó a temer que fueran más seres como los que había enfrentado, pues al fin y al cabo solo eso había visto en las cercanías, como si no existiera otra cosa al menos allí.

La Cobb casi estaba por dejarse enterrar bajo un exceso de pesimismo cuando, oyendo que los dichosos pasos se alejaban y encima no parecían pertenecer a otro echo, su corazón le dio una punzada...¿per qué rayos estaba haciendo?

Si Bastian la hubiese visto así, seguro la regañaría hasta dejarla en el piso, mucho más dañino su hablar que cualquier agarre titánico, y es que por incauta Tea olvidó la determinación que tan bien le había hecho otrora, cayendo como novata en uno de los errores más comunes: perder la confianza en sus conocimientos, sus habilidades. Impulsada por la voz de Bastian en su mente, que a efectos prácticos era una curiosa interpretación de su propia conciencia crítica, la castaña buscó concentrarse en medio de la adversidad cerrando sus ojos por incontable vez, segura de que el agarre enemigo era fuerte y peligroso, si, pero no lo peor que hubiese vivido...o que estuviera por vivir. Tan determinada, Tea al fin creyó encontrar la fuerza en su interior para demostrarle al ser elemental que no la aplastaría tan fácil, y así eventualmente la chica comenzó a empujar para apartar esos muros en forma de mano. Mientras no la acabara definitivamente, ella seguiría luchando...

Anya lo mira con duda cuando menciona que el resultado de encontrarlo sí es negativo, pero siguen hablando, y niega con la cabeza a la pregunta de las razas, sin saber a qué se puede referir. No es que sepa un montón de esas razas, la verdad.

- Oh, no sabía que esas razas viesen en la oscuridad. -responde, tranquila.

Desde luego, no parece alguien que tenga vocación de maestro, pero eso no va a hacer que la joven se rinda, sin duda. Pega un pequeño respingo ante el arrebato de actividad cuando se gira a lanzar a la criatura contra la pared y luego lanzarle el cuchillo, más por lo repentino que otra cosa, y mira al Delemental con gesto inexpresivo. No siente lástima por él, a saber qué habría hecho de estar libre, o qué había hecho antes de que Niero lo pillase. No son criaturas buenas, ninguno.

En cualquier caso, él se acerca con aspecto intimidante, haciendo que la muchacha se remueva nerviosa. Son pequeños gestos los que revelan que, si trata de asustarla (lo que parece así al aproximarse con ese porte), puede hacerlo. Aunque no parece presta a huir, por muy intimidante que sea el híbrido. Escucha su respuesta y traga saliva, soportando el escrutinio, y tarda unos instantes en comenzar, aguda:

- Entonces, si me ve huyendo de sus enseñanzas, quiere decir que sí se ve como posible maestro. -¿Un poco sabelotodo? Quizás- No creo que necesite nada... Pero sí creo que le haría la vida un poco más fácil, mientras esté cerca. Podría ocuparme yo de la caza, de su espada, de hacer alguna guardia por las noches... -enumera algunas de las cosas- No creo que lo necesite, pero tampoco creo que le venga mal.

Se la nota resuelta a convencerlo, como mínimo.

- Además, quizás le parezco poca cosa, porque aún soy muy joven, pero entrené unos años con el maestro Ya'tse, que me enseñó los estilos del Soplo de Helios y el Tigre Negro... Quiero decir, seguro que no puedo enfrentarme a lo mismo que usted, pero eso no significa que sea totalmente incapaz en combate. Como mínimo, podré ganar tiempo o derrotar a enemigos menores que los suyos para que no incordien. -concluye.

Por supuesto, ni se le pasa por la cabeza revelarle su naturaleza al híbrido, suena a una idea malísima desde cualquier punto de vista.

Recibí el golpe con toda la entereza que pude, recomponiendome apoyado en la espada, mirando al aire como Roan repetía su ataque, había que hacer algo o la bestia llegaría a la ciudad. Pensé rápido.

Me abrí la túnica y cogí la bola que poseía hielo en su interior, Mujer helada, permíteme usar el objeto que me otorgaste para ayudar a Roan y sus gentes. Con el escaso poder que tendría la bola, y esperando que por favor aquella mujer me diera el poder de los dioses que gobiernan el mundo, salté, sin tener muy claro que es lo que iba a pasar y ataqué a la bestia sin mayor dilación.

Las palabras y gritos de Gauche eran claras, pero Tiki lo tenía grabado a fuego en su alma a pesar de que ella creía no tener, ser solo muñeca. No fue hasta casi el final cuando sintió como el pecho comenzó a arderle, la respiración se le cortaba fuertemente y sentía su vida desvanecerse pero las órdenes eran claras... Debía mantener con vida a ese hombre, ni siquiera había completado el hechizo cuando este la apartó de un manotazo, haciendo que sintiera todos los huesos de su cuerpo ceder ante la presión que Gauche ejercía sobre ella en ese momento. No tenía ninguna expresión en su rostro pero el dolor a causa del veneno era tan fuerte que incluso la muñeca comenzó a llorar. Sosteniendo con la mano que había quedado libre del agarre uno de los dedos del ladrón quien sentía hablar ya de forma lejana, sabía que iba a morir y en ese punto algo en su cabeza hizo click demasiado tarde. Algo que no sabía que tenía, su propia conciencia... Aquellos ojos que en el último momento miraron a Gauche, completamente confundidos y llenos de temor y tristeza segundos antes de perder el brillo... ¿Para siempre?
 

Dejando la mano apoyada sobre uno de los dedos del ladrón, completamente inerte y sin vida aparente, comenzó su pequeña gran batalla pues su respiración, aunque sumamente pausada e ínfima aún indicaba que quería sobrevivir. 

Oscuridad y cadenas, una escena que conocía bien pero... ¿Y el dolor? ¿El sufrimiento? No estaban, se sentía liviana a pesar de estar aún atada. El sonido de las cadenas al ser arrastradas por aquella oscuridad se sentían claras pues el silencio era completo, pero no estaba sola aunque aún no se había dado cuenta. Alzó sus brazos, antes imposible por la pesadez de sus ataduras pero ahora podía, se palpó por encima del pecho izquierdo de donde salía una cálida luz que le indicaba que todo estaba bien.... Ya estaba, acababa para ella... No más, ya podría descansar...

Se preparó para irse pero al contrario de lo que ella creía escuchó una voz, una voz que le hizo alzar la mirada a aquella nada oscura únicamente iluminada por su propia y tenue luz. Al hacerlo se dio cuenta de que... Estaba viendo a Gauche, como si fuera una película podía ver las acciones del mismo, prisionera de su propio cuerpo. Un impulso, un pequeño impulso extraño le hizo removerse e intentar alcanzar a su amo pero las cadenas se volvieron pesadas, dolorosas y una atadura infalible. Le ardía el pecho... Tanto, ella era una muñeca, ¿Entonces por qué? Por qué podía sentir dolor en ese momento, por qué la tristeza era tan profunda y dolorosa, tan agónica. Cayó de rodillas en el sitio, sin poder apartar la vista, obligada por las cadenas a verlo todo pasar ante sus ojos. 

Lo que no sabe es que ya es demasiado tarde...

Otro click, pero este fue completo. Todos los hechizos, todas las enseñanzas que bloqueaban su ser se esfumaron y entonces quedó sin nada, mente en blanco hasta que un aluvión de recuerdos rotos e inacabados, distorsionados y completamente ajenos a ella hasta ahora comenzaron a martillearle la cabeza hasta el punto en que tuvo que sujetarse y gritar del dolor, del inmenso dolor emocional que estaba sintiendo. Cuando todo por fin cesó, los gritos dieron paso a una respiración agitada, apoyando las manos en el suelo y teniendo la sensación de que vomitaría en cualquier momento, solo que no podría aunque quisiera, estaba en su mente.  

La voz, aquella voz volvía... Pero esta vez se sentía cálida, no la torturaba mentalmente y solo... solo necesitaba una palabra. Aquella que salió rota y cortada por un hilo fino de voz desde la garganta del hada.

-Pur....i....f..f..i....caci....ó...n..h...

—Beltrán —dijo Nargu—. Le rezaré a Icycla por que guíe tu alma y la de los tuyos —dijo girándose de súbito hacia el hombre y preparándose para dedicarle un contundante golpe justo en el pecho— ¡MÁSCARAS! —gritó con su grave voz mientras daba comienzo al principio del fin, aún sin saber si lo que comenzaba era el castigo de Icycla a aquellos necios o su pasaje directo a una estadía permanente en aquel lugar, hasta que luego de exhalar su último aliento en un par de meses todo rastro de fuerza abandonase su cuerpo de piedra, extenuado por el asfixiante trabajo por el cual hacían pasar a los prisioneros en aquel lugar.

Helga había colocado las torretas para ayudarse en el combate, era consciente de la dificultad que tenia ese combate, por ello habia desplegado la torreta de ataque en un lado mientras dice a Vaporeon:

Vamos a ayudarle... si viene a por mi defiéndeme ¿Vale?

Decía mientras usaba la torreta de ataque y ella misma disparaba y decia a Vanile:

Vamos, corre

El Echo de tierra al tenerte entre sus garras y el suelo empezó a emitir un ruido muy similar al de una risa profunda. Incluso se agachó para ver como estabas tan indefensa bajo su propio ser... No obstante que todo le temblara le supuso una gran sorpresa tanto que su risa se transformó en un quejido al ver su mano levantarse y finalmente que la apartaras de ti, y por supuesto, eso no le gustó...

Otro rugido enorme soltó el Echo de tierra cuyas almas parecían cada vez más y más agitadas, tanto así que el monstruo golpeó varias veces la tierra a su alrededor batiendola así un poco para después preparar un puñetazo que arrastró toda aquella tierra hasta a ti, siendo que su puño aumentó de tamaño. Literalmente aquel ser no tenía energía, tan solo era un monstruo desbocado queriendo sangre.

Aquel puñetazo parecía que fuera a ser el más doloroso, pues con toda aquella carga de tierra el daño sería arrollador. Bloquear un tanto del daño sería util pero aún así dolería, igual que tratar de esquivarlo pero en caso de fallar te dejaría aturdida... Pero que hacer en una sola fracción de segundo cuando el mundo se movía tan rápido...

Fue en ese momento. Bloqueando, esquivando o recibiendolo sin más estando en mitad del aire por el impacto que suponer recibirlo, cuando todo tu alrededor se paralizó... El tiempo se paralizó, o más bien el mundo dejó de moverse, pero no solo el mundo, sino tu también. No podías moverte, no podías ver, no podías oler ni hablar, ni tan siquiera podías respirar...

Necesitas ser más veloz

De la nada y como si acariciara todo tu cuerpo, y no solo ello sino todo tu ser incluso, una voz vibró en todo lo que conocías de ti misma, haciendote estremecerte pues entre cosquillas, placer, escalofrios, angustias, dolor o simplemente gusto, no podías clasificar que te estaba haciendo aquella voz. De lo que si podías estar segura era de que a partir de ese momento, a través de tu piel, si es que incluso en ese momento también estaba paralizada, o siquiera existía, empezó a notarse la suave y practicamente inerte, timida y ligera caricia de lo que como seda parecía una brisa.

Los seres de este mundo te destruirán con facilidad
Pero tu tienes un poder único que calmará a las almas del pasado
Y puede que con ello, traigas de nuevo la paz al mundo.

Enigmatica como tal la voz resonó solemne y con un eco vacio de nuevo en tu interior dandote aquel mensaje que podría decir tanto y a la vez tan poco. Igual a esto se refería tu maestro Bastian con el destino, o igual esto era una parte de la maduración para llegar a ese destino... Pero de nuevo aquella voz te hizo sentir todo aquello al vibrar, desconcentrandote y al mismo tiempo centrandote, casi como si te arrancara de tu ser volviendote a dejar en el punto que más importaba.

Eras oscuras están por llegar y no existe luz viva que aplaque esas eras...
De la misma manera que no queda oscuridad para esas eras venideras
Y por ello la destrucción es inminente, y nadie podrá evitarlo a menos que el milagro ocurra

Por más que trataras de intentar entenderla a aquella voz, de lo único que podías estar segura es de que cada vez más se aproximaba a aquello que Nayra y Bastian te mencionaron antes de tu partida, y es que el destino podía ser caprichoso, enano y grandilocuente, todo a la vez y al mismo tiempo no ser nada. Tu destino podría haber sido solo una panadera más de Trayerta, la sabia que trajera tregua a los chamanes o una heroina de una guerra venidera sin nombre, pero en ese momento no sabias de lo que hablaba la voz, al igual de lo que tu destino y por tanto tu futuro podía tenerte preparado. La única certeza que tenías es lo que parecía poder ser un milagro... ¿Quizás para el mundo?

Daba igual en ese momento pues tu voz también estaba paralizada igual que tus pensamientos y aunque quisieras pensarlo en tus ojos se grabaron a fuego lo único que sabías que ahora era importante para que aquel sino caprichoso que amenazaba por llegar viniera... Destruir a aquel enorme ser de tierra y rocas el cual era demasiado fuerte y que como siguiera así probablemente te destrozaría tal y como decía aquella voz.

Debes continuar chaman
Debes vencer y seguir adelante
Debes alcanzar tu meta en esta vida y traer la luz de vuelta
Por ello, te otorgo mi poder, aceptalo y usalo por el bien de Sansóläis.

Mi poder es ahora tuyo Tea

Tea Cobb heredera del poder de los chamanes de la raza humana

Tuya es la oportunidad a partir de ahora de convocar los vientos dormidos

Vientos que permiten alejar las amenazas

Vientos que permiten dañar a tus enemigos

Y agotar a aquellos que traten de herirte a ti y a los de tu alrededor

Proclama ahora el hechizo que desde el primer momento de oirme tienes en tu mente

Proclama ahora que mi poder se manifieste a través de ti

Y destruye a tu enemigo.

En tu mente se dibujó entonces una palabra en otra lengua, en otros simbolos que gracias a tu formación, entendiste...

Ante tu primera revelación el hibrido te miró con interes, casi como si viera algo que quería ver de por si, pero entonces ya mas cercano a tu cuerpo y a tu rostro propiamente dicho, tus salidas como una listilla le mosquearon sin dudar - Ser un maestro y dar lecciones, son dos cosas totalmente diferentes unidas a una misma palabra. Otra cosa es como la persona que se haga llamar maestro se de un significado u otro - respondió filosofico

-Y antes que hacerme la vida más facil, seguro que solo incordias produciendo molestias ¿Acaso sabes cazar, destripar, quitar las pieles y los huesos y aprovechar todo lo necesario de la pieza que cazas? ¿Acaso sabes percibir a un enemigo sin verlo, solo escuchando o notando el ambiente de tu alrededor? ¿Acaso sabes como debes cuidar de una espada tan especial como esta? - Lanzó preguntas sin dar apenas segundos de cuartel para que respondieses, queriendo arrinconarte y obviamente lograr lo que no estaba haciendo por tu determinación, que huyeras.

Pero justo al final de tus justificaciones Niero rió apartandose poco a poco de ti - Soplo de Helios y Tigre Negro... modelos de combate tecnicistas. La sabiduría de los estilos de combate con espada no te librarán de una muerte prematura, el dominio perfectos de estos si lo hará... Pero ya que pareces tan decidida a querer mostrarme lo buena que eres en diferentes ambitos que incluyen en todos la supervivencia, está bien. Te daré una oportunidad - Se retiró finalmente de ti y se acercó a por su espada la cual desclavó del suelo con la zurda para girarse y mirarte, con ella preparada aunque no en guardia

-Vamos, demuestrame de que eres capaz - dijo finalmente extendiendo su mano contraria abriendo así cualquiera de sus defensas. ¿Acaso esperaba que le atacaras de manera tan sencilla?

Tras el golpe del Nore con aquel aire devastador, empezaste a no parar de oir un ruido sordo en tus oidos seguido de un pitido que poco a poco te devolvía la audición escuchando muy de lejos la voz de Roan, tanto que ni entendías sus palabras. Aquel Nore os había puesto en jaque, pues apenas el había recibido un gran daño cuando ambos estabais ya con necesidad de recuperaros...

Fue entonces que una salva de flechas volaron hacia el Nore apartandolo un poco y por desgracia frenando vuestros respectivos ataques, pero eso solo hizo que el Nore se enfureciera más y lanzara otro grito ante una nueva salva de flechas que salieron volando sin impactar en el propio ave.

Ese ser solo tenía una intención, pasar al otro lado del continente, y parecía que le diese igual matar a cientos de exploradores inocentes que estuvieran frenandole. Roan te agarró para ayudarte a ponerte en pie pero el Nore seguía allí amenazandoos y entonces empezó de nuevo a alzar el bueno... No obstante, aunque parecía una gran amenaza a punto de lanzar otro nuevo ataque devastador... Tus palabras fueron escuchadas

Un calor intenso empezó a recorrer tu cuerpo en ese preciso instante, un calor tan grande, que parecía que podías desprenderte de toda tu ropa, y es que no solo parecía, es que en ese momento estabas sin ella. Desnudo como si acabaras de nacer, pero con la edad actual que para ti podría ser una incognita o no... Ignorabas el hecho de porque estabas así, y más aún el hecho de que toda la montaña había desaparecido, así como todo el relieve del mundo presentandose ante ti una explanaza lisa e inerte de un color grisaceo azulino.

No obstante quisieras explorar aquello o simplemente mirar a tu alrededor, tu cuerpo no obedeció tus ordenes. No estabas allí por elección propia, aunque tampoco eras prisionero de aquel lugar, por ello no podías bajar tus brazos abiertos en forma de T y por eso no podías cerrar tus piernas que en la totalidad te hacía parecer una X, pero tampoco había un deseo implicito por hacerlo pues a pesar de la sorpresiva circunstancia, aquel calor con el que empezó esta escena, te hacía estar tranquilo.

Nunca has estado solo hijo mio.

Entonces una voz maternal se hizo presente en aquel sordido lugar, inundando todo el ambiente, pero ni el cielo gris ni los horizontes a tu alrededor mostraban una figura ni masculina ni femenina que pudiera dar lugar a esa voz... Allí solo estabas tu bloqueado, sin poder hacer más que prestar atención a lo que ocurría, sin olvidar a ese Nore que ante tí podías ver

Ni ninguna criatura de este mundo
Ni agresiva, ni pacifica.

Siguió mencionando aquella voz que susurró en tu odio derecho y atravesó toda tu cabeza saliendo las últimas palabras de tu oido izquierdo. El estremecimiento de aquella voz maternal, también encendía el cuerpo de cualquiera, casi pareciendo sensual en algunos puntos buscando incluso la lujuria... No obstante, no parecía estar allí para eso

Pero hay seres más peligrosos que este que pondrán en peligro al mundo.
Aquellos a los que buscas, no están solos, y no solo cuentan con seres racionales.

Entonces un chasquido, o más bien una gota, sonó por todo el lugar en un enorme eco que cada vez iba a más y derrepente aquel lugar tembló, pero no tembló su tierra, sino todo el lugar, cielo, tierra, horizonte... Lo único que no se agitó a través de ese golpe sonoro recurrente por culpa de la repetición sonora de aquel lugar vació a excepción de ti, el Nore congelado y la voz, fuiste tu, pues al momento de empezar a vibrar el ave, no solo tembló, sino que comenzó a avanzar a camara muy lenta, tan lenta que incluso podrías advertir durante más de un minuto consecutivo su trayectoria. Podías visualizar incluso veinte formas diferentes de las cuales sus garras, fauces o cuerpo podían matarte y destruirte en aquella situación sin tu poder hacer nada... Y fue en ese momento que el calor actuó más a modo de abrazo

Pero no estas solo, no es solo tu misión.
No debes vagar más por este mundo en solitario buscando venganza.
Debes reclamar justicia, y no por aquellos que cayeron a tu lado...
Sino por todos los que están en riesgo de caer por sus ambiciones egoistas.
Por eso siempre estaré a tu lado ayudandote, otorgandote así mi poder.
Aceptalo

Mi poder es ahora tuyo Senca

Heroe de los elementos Senca Temno de la Tribu Kazibara Usawa

Tuya es la oportunidad a partir de ahora de convocar los tempanos bipolares

Hielos que permiten congelar enemigos

Hielos que permiten curar heridas de los aliados

Y que levantan barreras para proteger y aprisionar a aliados y enemigos.

Proclama ahora el hechizo que desde el primer momento de oirme tienes en tu mente

Proclama ahora que mi poder se manifieste a través de ti

Y vuelve a la vida

En tu mente se dibujó entonces una palabra en otra lengua, en otros simbolos que de normal no entenderías...

Nada más decir la palabra clave, la puerta fue golpeada con un gran estruendo entrando tus compañeros de tu pequeño escuadron de asesinos, dirigiendose directamente a por los guardias que quedaban más atrás, mientras que tu compañero más cercano se encargaba de los guardas justo detrás vuestra.

Tu puñetazo fue sorpresivo para Beltran el cual se dirigió directo contra el suelo, no obstante no era el único obstaculo, pues pronto aquel "rompe mentes" se levantó alzando una mano y lanzando al tiempo un hechizo - HIPNOSIS - y al contrario de lo que pudieras creer, el mago allí presente no te durmió, sino que empezó a romper inicialmente las barreras que conectaban a tu mente con este mundo, hasta penetrar en lo más profundo de tu interior...

¿Como describir el interior más profundo de uno mismo?

Algunos dirían que es un lugar calido, tranquilo, apacible... Llenon de flores, quizás un rio, o en lo alto de las montañas o con nubes que se pudieran caminar. Algunos dirían que su interior es una prisión, un lugar en el que no quieren estar pues cada vez que pueden estar en ese lugar, se torturan así mismo sin ningún motivo. Casi pareciera que en su interior tuviera cientos de pinchos que a nada de tocarlos hicieran el dolor más insoportable, o peor aún, que se tratara de una caida libre sin fondo, cual abismo perpetuo del cual de tanto en cuando pequeños trozos de tierra te golpean y destrozan dejandote lo que queda de tu ser allí dentro dolorido tan solo de tener tu cerebro en funcionamiento...

Tu lugar interior no era nada de eso... Podias luchar contra la hipnosis claro, pero eso conllevaría una batalla ardua en un interior demasiado feliz y doloroso a la vez, pues aquel bosque repleto de objetos que hacian mención a tus recuerdos crueles y felices estaban allí dandote punzadas de emociones retroinversas que no iban a dejarte en paz intentaras o no esquivarlas de tu mirar.

¿Pero entonces con quien tenías que luchar si allí solo estaba lo más importante de ti mismo?

No necesito ojos para penetrar en la mente de cada ser vivo del mundo, tan solo con tener algo que puede resquebrajarse me da el acceso que necesito, una minima grieta y estoy dentro, y no la trates de ocultar, pues tu grieta es demasiado grande para poder cerrarla, y mucho menos repararla como esperas

Aquella voz era la del hombre que te lanzó ese hechizo, el que había obligado a todos aquellos seres sin apenas una expresión vital a absorver esencia

Y tampoco intentes ocultar nada de lo que te importa de mi, no importa lo fuerte mentalmente que seas, todo lo que sabes ahora es mio para usarlo en tu contra y volverte un ser sin vida como todos los demás... Te arrepentirás de haber intentado levantar una guerra en la aldea delante mía y más con tan solo seis hombres... Oh, y sorpresa, hay una barrera a nuestro alrededor... Eres SOLO mio

Dicho eso todo tu interior empezó a removerse como queriendo rebuscar en tu memoria y de hecho lograndolo pues tu cerebro empezaba a sufrir hasta sacar el primer elemento con el que combatirías.

-¿Nargu? - dijo una voz dulce, fina, pequeña, inocente y pura frente a ti... Era ella, aquella hija de mimali que tanto marcó en tu vida - N-Nargu... S-soy yo, soy Angus... ¿Me reconoces? Estoy viva Nargu - se acercó entonces pronto a ti para tocar tu mascara que al instante desapareció y sus manos llegaron a tocar tu piel rocosa - Soy tu querida Angus Nargu. Creeme... El no puede recrearme, no sabe quien soy, ni siquiera por tus recuerdos, y jamás podría saber lo mucho que te he amado desde el día en que te conocí.

Tu torreta empezó a atacar disparando salva de balas que impactaban contra el gran Rawlof frenandolo lentamente haciendo que Vanille pillara la delantera para llegar hasta tu posición, pero el disparo decisivo fue el tuyo, el cual frenó en seco a aquella bestia deteniendose por un momento a mirar el origen de aquel disparo mirando y gruñendo allá donde tu amiga decidió refugiarse, junto contigo

-Gracias Helga - dijo con respiración agitada - Tenía que recargar, he agotado todas los proyectiles y no me ha dado ni una oportunidad para recargar, hasta ahora... Y lo siento por vernos en esta situación, quería darte una sorpresa... pero me cogieron unos bandidos y bueno... tras escaparme me di de bruces con este problema - dijo refiriendose obviamente a la bestia en cuestión. Como debía recargar no había problema que se demorara en contarte su situación, a fin de cuentas no necesitaba apuntar, como tu.

-Por suerte le he agotado bastante... pero por desgracia también le he enfurecido... Lo que no se es como no ha llamado a su manada - se cuestionó pensando que aquella bestia no debía estar sola, aunque por ahora lo estaba.

Por otro lado, y sin olvidarnos de cierto enemigo, cuando te vió y te enfocó, el Rawlof soltó un enorme y gutural rugido que resonó por todos lados, ante de lanzarse de golpe hacia donde os escondiais las dos para arrollaros de un bocado a las dos priorizandote a ti por el último disparo

Acto seguido de que dijeras aquellas palabras, como si de una cerradura se tratase al desbloquearse, o una simple y pequeña campanada resonase al fondo, todo el lugar empezó a colapsar y distorsionandose aquella oscuridad con la luz que había envolviendote y pronto ocurrió.

El agua empezó a fluir desde ninguna parte a través de las cadenas como si fuera una serpiente, recorriendola por dentro y por fuera una y otra vez con un cauce bastante fuerte, hasta que empezaron a envolverte poco a poco a ti, generando pues así a tu alrededor agua en una forma esferica que te elevó de donde estabas dejandote suspendida entre el aire y el agua el cual poco a poco se iba llenando amenazando así de acabar con tu vida si te cubría por completo, pues como podrías respirar bajo el agua si esta te lograba colapsar del todo.

Y así fue como lo hizo en pocos segundos todo tu cuerpo y parte de las cadenas que se extendían fuera de la esfera de agua te recubrieron por completo forzandote a respirar el agua de tu alrededor en lugar de agua... Y con la primera exhalación allí pudiste ver su rostro

Su bello y hermoso rostro que enamoraría hasta el más incauto y menos conocedor de lo que era el amor. Enfrente tuya una hermosura de piel azul, así como su pelo, ojos y labios que poco a poco se iba aproximando lentamente hacia ti posando sus delicadas y suaves manos en tus mejillas

Espero que mis aguas oxiden tus cadenas para ayudarte a escapar de tu prisión.
Así podrás contemplar el mundo con todo tu corazón, y ver la realidad de ti misma.
Y de quienes te rodean.

Obvia mención a Gauche, y obvia mención a tu libertad que no se cortó de decir, al mismo tiempo que no se cortó de reducir aquella dichosa distancia entre vuestros rostros acomodando así sus humedos y blandos labios sobre los tuyos en un beso hermoso a la par que poderoso, pues en aquel instante y desde vuestros labios una luz empezó a brillar y a culminar todo el lugar empezando por el propio agua que te rodeaba...

Lo último que viste en aquel lugar era un mero simbolo que resistía a toda luz y que poco a poco se fundía con tu cuerpo

Y pues en el mundo real tu susurro dio lugar a la realidad, pues dicho brillo llegó a Gauche el cual en mitad de la carrera lo empujó obligandole a soltarte, pero sin motivo alguno a que te hicieras daño, pues aquella esfera de agua te mantuvo a flote mientras la misma pasaba por todo tu cuerpo, interna y externamente limpiandote así de cualquier pequeña porción de malestar el cual pudiera hacerte daño... Heridas, veneno, vejez... Todo se restauró al momento anterior al que tu misma recuperaste a Gauche y este de pie solo pudo quedarse embobado con aquello que estaba pasando, pues no entendía que podía llegar a ocurrir, hasta que la esfera de agua se desvaneció y caiste en tu propio al suelo, o a las manos de Gauche, pues el habil ladrón alcanzó a agarrarte antes de que volvieras a hacerte daño

-Tiki... TIKI... ¿Estás bien? ¿Que ha sido eso? No tienes poderes de agua... N-no te habrán hecho daño... - y automaticamente Gauche alzó su mirada buscando a algún posible enemigo allí donde estabais, en las afueras de Trayerta, pues la carrera le dió al ladrón hasta salir de la ciudad.

Siendo ahora un poco más consciente de todo lo que había ocurrido, aunque aún bajo los efectos de todo lo que habían logrado hacerte para seguir siendo una muñeca, por fin algo empezaba a hacer click, y pequeños dejes de pensamiento efimero trataban de moverse por tu mente para condicionar tu respuestas a ti misma... ¿Pero serían suficientes?

Volví a mi ser tras una visión que no acababa de estar clara. Sin embargo, aún con mis debilidades sociales e intelectuales que gobernaban la desconfianza de cada lugar al que iba, creía haberlo entendido todo.

Parecía que las palabras habían estado allí desde siempre, esperando en el amuleto a ser necesitadas, algunos lo llamarían dios, bajo el nombre que la mitología le daba, pero en mi cabeza sabía que no había sido Icycla, sino la extraña mujer que me dió el amuleto y me instó a rezar cada día al dios, eso quería pensar al menos, esas gentes me salvaban aún desaparecidos bajo el manto de la podredumbre.

Paré unos segundos, que en mi cabeza parecieron horas a pensar sus palabras, hubo algo que me hizo pensar, incluso cambiar mi forma de ser cuando descubriera a qué se refiere.

Pero no estas solo, no es solo tu misión.
No debes vagar más por este mundo en solitario buscando venganza.

¿Qué quiere decir?, Estaba claro que eso significaba algo, ¿Debo buscar aliados?, ¿me ayudarán esos aliados a lo que quiero hacer?, Supuse que mi falta de necesidad en cumplir el objetivo autoencomendado significaba algo, siempre hacía otras cosas en el camino, ayudaba a gentes, investigaba, viajaba y veía cuantos lugares podía, diciéndome a mí mismo que algún día llegaría a encontrarlos, y así sería, de eso no había ninguna duda, pero, ¿Y si esa falta de necesidad en hacerlo ya significaba algo?.

Aquellos a los que buscas, no están solos, y no solo cuentan con seres racionales

Las palabras resonaron en mi cabeza, sin comprenderlas, Mi objetivo había sido mencionado, y dos ideas llegaron a mi mente, ¿Acaso de lo que habla y mi objetivo están relacionados?, ¿Quizá sea una advertencia una vez acabado con lo que sea que se me haya encomendado tras encontrar gente afín a mí?, Era críptico, demasiado críptico para mí, apenas entendía el mundo y se me presentaban acertijos, en ese momento, llegó algo, aquel pequeño ser, contaba cuentos de leyendas, pero nunca tenían una moraleja, había conocido recien nacidos, y madres que contaban cuentos a sus hijos, esas historias siempre tenían un final, un aprendizaje o una moraleja, por qué los de aquel pequeño ser con forma de animal no los tenían, ¿era por que debía descubrirlo yo? 

Por eso siempre estaré a tu lado ayudandote, otorgandote así mi poder.
Aceptalo

Volví en mí ante esta último recuerdo de mi trance, el pájaro seguía allí, Roan estaba allí y me había dado su confianza, buscaría mi objetivo, no pararía hasta degollar uno a uno a cada integrante de aquella maldita torre, eso estaba claro, pero quizá no debiera hacerlo solo, quizá hay gente que deba ayudarme, quizá yo deba ayudarles a ellos en sus objetivos, y quizá todo aquello deba ser después de un objetivo conjunto y aún mayor, había demasiadas incognitas, pero las resolvería sobreviviendo como siempre, y este era el primer paso. 

Había sido aquella mujer ataviada con infinitud de ropas, no había duda, junto con sus compañeros había forjado la espada que mantenía en mis manos, y ella había forjado a mayores la esfera que portaba en mi mano ahora.

Cogí la espada con las dos manos, con la esfera en ellas, y, sin mirar si estaba vestido, cansado, si me faltaba alguna parte de mi cuerpo por su ataque, o si mis heridas sangraban más de lo que debería, decidí hacer caso a la mujer que un día, me enseñó lo más parecido a la paz y un hogar que había visto en mucho tiempo. Salté con la espada delante, en posición de guardia.

Acepto el poder, ¡CONGELAR!

Noto que le gusta que reconozca no saber algo, pero no es algo que me importe: la frase de listilla tenía un objetivo y le causa una respuesta, pero no voy a afirmar que sepa algo que no. Es la forma más fácil de quedar como un tonto, cosa que me enseñó mi madre.

Asiente ligeramente ante su meditación sobre ser un maestro, y no responde ante sus preguntas, quedándose más o menos con ellas, dado que él no lo permite al seguir hablando.

Cuando finalmente le da espacio a responder, indica:

- La primera, depende de lo que cace, las otras dos no. Pero trataré de aprender ambas.

Cuando tras eso la reta a mostrar lo que vale, recuerda que Ya'tse le había dicho que más de uno querría probarla en combate antes de enseñarle nada. No obstante, hay una palabra que le llama la atención en su forma de decir las cosas, y dado que no se ha puesto en guardia, mira ese filo del que él ha hablado como algo especial, tratando de ver algo extraño, mientras responde:

- Dado que menciona la supervivencia y no se pone en guardia, creo que lo primero para tal cosa sería no hacer nada hasta que la auténtica amenaza esté eliminada por completo. -lanza una mirada en dirección al Delemental clavado en la pared- Y lo segundo sería, si me debo enfrentar a usted a modo de prueba, dejar el agujero a un lado en vez de a la espalda de ninguno, la mía por mi seguridad, la suya porque tampoco es en interés de la supervivencia de nadie que importe que usted se descalabre por accidente. -analiza la situación- Y también que si vamos a cruzar aceros, cosa que tampoco haría en serio por mi supervivencia, debería tratar de obligarlo a parar uno de mis golpes con la espada, para averiguar algo de eso que la hace "tan especial". -indica, esperando ir por buen camino- Pero, si lo que quiere es que ataque, solo confírmelo... -a pesar de su juventud, se nota que trata de pensar con la cabeza tan fría como le sea posible, manteniendo una calma casi envidiable.

En caso de que el hombre confirme, sencillamente se prepara, sacando la katana, y finalmente comienza a avanzar hacia él en el estilo del Soplo de Helios, amagando un Céfiro contra su hombro izquierdo cuando está apenas a un par de metros, antes de hacer un quiebro hacia la izquierda, tratando de forzar un contraataque vacío con el cambio de ritmo, atacándolo desde la derecha. Como tiene mucha más experiencia que ella, trata de jugar con sus expectativas, primero con el amago en esta postura y luego con el quiebro, por si espera un ataque más simple y directo. Por supuesto, está lejos de ser perfecto, pero al menos está razonablemente bien pensado.

El tajo con la espada, no obstante, sería hecho de manera muy conservadora, prácticamente a máxima distancia, con lo que solo podría provocar un corte superficial.

Todo este desempeño provocaba que, en efecto, el agujero quedase a un lateral de ambos espadachines, y que si la espada de Niero podía dañar la suya de alguna forma, este daño fuese casi en el extremo de su hoja, haciendo que la pérdida de alcance fuese mínima. Así si él insiste en no enseñarle al menos no perderá mucha capacidad de combate por si la atacan de camino a repararla. Su forma de pelear es absolutamente conservadora, no solo no queriendo dañarle más que superficialmente, sino tratando de mantener abiertas formas de tomar distancia.