Goro apunto estuvo de decirle una mentira a la chica, pero con una nueva resurrección por los lares ya no tenía la mente como para urdir nada coherente.
Esta locura es verdad, le dijo mirándola a los ojos y si has de gritar para darte cuenta grita hasta quedarte sin voz. No, no había sido demasiado sutil, pero prefería eso a convencerla de que no había peligro alguno, si luego le pasase algo Goro no se lo perdonaría.
Jessie como tengo mu mala memoria revise las dos muertes de Luís y postee según lo que ponía...
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Pero la resurrección que tu has citado es más clara así que sí, mejor corramos un estúpido velo xD
Salvatore observó a Geonwoo con una ceja alzada, bastante poco interesado en sus teorías. No estaba listo para escuchar ni analizar siquiera la mitad de aquellas cosas, así que optó por simplemente escucharlo mientras hablaba. “Matar a Andrea”, “Muerte de Andrea”, “Andrea Muerta”, todas cosas que no podía procesar en aquel momento. Sin importar que aquel cuerpo hacia el que ahora caminaba, dejando de lado aquella conversación infructuosa, estuviese absolutamente quemado más allá de lo reconocible, y que su último latido tuviese lugar hacía demasiado tiempo para ser una simple pausa por miedo, el relacionar a su hermana con la muerte era impensable.
Al llegar al cuerpo junto al escritor, Jessie ya estaba atado. Supo que no debía preocuparse más de ello por ahora. Pero las opciones, las posibilidades, lo aquejaban. ¿Cómo saber si agradecerle o matarlo? De todas formas, la idea de que alguien lo obligara le pareció ridícula. No estaba hablando con nadie, y no había razones para pensar que alguien lo estuviese forzando. Todos habían sido testigos del interrogatorio. El extraño viento le advirtió de un cambio, y aunque la luz provenía de algo a sus espaldas, su mirada se fijó en su hermana. Vamos, pajarito… Por favor, por lo que quieras, que sea ella. - rezó a un dios inexistente. Pero no tuvo tal suerte. Se giró y al ver a Janko, no pudo sino preguntarse qué habría hecho él para merecer que su vida fuera devuelta en vez de la de ella, para luego devolver su atención a quién la merecía. No podía dejarla así. No si iba a seguir muerta.
Fue hasta su tienda y tomó el saco de dormir, el cual trajo junto al cádaver y dónde con sumo cuidado, metió el cuerpo de la mujer. La miró unos segundos hincado a su lado y ordenó su cabello con cariño, como cuando la veía dormir en aquellas noches insomnes en que su cerebro no se apagaba. Sonrió levemente, con dulzura, y en silencio cerró el saco, cual improvisado ataúd.
"These violent delights have violent ends. And in their triumph die, like fire and powder, which, as they kiss, consume." – recitó de memoria, como despedida.
Antes de responder a Jessie ya lo habían atado y sujetado bien sujeto. Paco se mantiene al lado de Chechu un momento y se cruza de brazos, pensativo, negando con la cabeza. La inclina dubitativo a un lado. - Vale que sí, que están matando a la gente... Esto es muy punky. - Es la conclusión que saca Paco tras haber tratado de mantener con él la calma. - Hay que ponerse en plan poli. - Dice Paco cuando ve a Chechu decir a Jessie que las manos en la espalda. Pese a la situación no puede evitar reírse por lo bajo un poco al ver a su colega en plan hombre de autoridad.
Se aproxima de brazos cruzados a Jessie, escrutándolo. Se mesa el bigote con una mano y agudiza la mirada. - Supongamos, illo, que eres un justiciero... Siguen quedando dos muertes más sin explicar. La monada y el de la gabardina... - Está diciendo en el momento en que lleno de luz y virtud Janko vuelve a la vida. La sorpresa inunda la mirada del joven granadino, que no se puede creer que vea una resurrección como algo medio normal. - Se supone que al cubano. - Responde a Janko en cuanto formula la pregunta. Se encoge de hombros al no estar seguro de justificarlo o incriminarlo.
No supe cómo reaccionar ante la confesión de Jessie. No le veía como un asesino pero estaba reconociéndolo y nadie reconocía un crimen por gusto, ¿o sí?
Todas las posibles interpretaciones que hicieron tenían sentido, pero yo no creía que Luis hubiera atacado a nadie y concentrarnos solo en eso evitaba que pensáramos en Janko y Andrea. No puse ninguna objeción a que le ataran ya que toda precaución era poca.
-No creo que Luis matara a nadie y no se puede juzgar sin pruebas.- Miré a Jessie con el ceño fruncido.- Si no le viste… “In fraganti”- Levanté las manos para hacer la señal universal de comillas con los dedos.- Le mataste sin motivo y, cuando consigamos contactar con alguien, vas a tener que demostrar que Luis hizo algo. Mientras tanto eres el único que ha confesado un crimen pero no creo que hayas matado a Janko y a Andrea.
En ese momento una luz me distrajo, miré hacia donde estaba el cuerpo de Janko justo a tiempo de ver cómo sanaba por completo y volvía a la vida. A pesar de ser la tercera vez que lo veía, seguía sin ser capaz de asimilarlo. Mi mente analítica lo impedía. A pesar del shock que debía suponer el hecho de estar muerto, Janko continuaba manteniendo un sentido del humor bastante saludable.
-Bienvenido, Janko. Me alegra que estés de vuelta.- Sonreí al hombre pero intentando mantener el respeto que merecían Luis y Andrea.
Sophia se había mantenido en silencio junto a Sam, siguiendo con la cabeza las conversaciones de uno a otro como en un partido de tenis. Sin embargo, al ver al investigador paranormal empezar a brillar y luego levantarse, como habían hecho dos personas el día anterior, sus ojos se abrieron entre asustados y aliviados. Su cerebro no conseguía asumir todavía del todo que eso de las resurrecciones no fuese un montaje, pero lo estaba viendo delante de sus narices un día y otro. Cada vez su mente se abría más y le costaba más no creer que todo lo que sucedía allí era cierto.
Su mirada se dirigió hacia los otros cadáveres, esperando que como el día anterior se levantasen también. Pero tras unos minutos empezó a pensar que tal vez no sucedería y ante la pregunta que Janko había lanzado, se decidió a responder con timidez.
- Pues Jessie ha confesado haber matado a Luis esta noche y la anterior, las dos. Pero no ha confesado porque sí. Sólo lo hizo porque ¿Phil? -explicó, mirando interrogativa al susodicho para asegurarse de que había acertado con su nombre- dijo en cuanto nos levantamos que él había visto a Jessie levantado de noche. - Cambió el peso de una pierna a la otra, sintiéndose incómoda por estar hablando con un desconocido que además al parecer había muerto y resucitado. - Jessie dice que lo hizo porque pensaba que Luis era un asesino, para protegernos, pero no sé... ¿Por qué iba a pensar eso si Luis ya dijo ayer que se había levantado al escuchar ruidos en la tienda de Salvatore?
Después de haber hablado tanto, se encogió de hombros, se calló de nuevo y miró al investigador dubitativa. El día anterior le había parecido que el tipo sabía de lo que hablaba, así que esperó por si él sabía dilucidar el asunto. Mientras tanto, apretó los dedos de Sam con suavidad, buscando su fuerza.
Sus compañeros de viaje no hacían más que acrecentar las dudas que se generaban en el interior de Mike... Aquel joven tenía razón... nadie se inculpaba de un asesinato (doble) porque sí... ¿quizá le estuviesen amenazando? Por otro lado... el joven drogradicto tampoco ha aportado nada, ninguna prueba de que matase al cubano por algo en concreto, sólo porque le vio levantado... Mike no sabía qué hacer ni qué decir...
Este joven debe permanecer atado, al menos hasta que tengamos más clara la situación.
Después se dirigió al investigador recién vuelto a la vida...
Perdona ehh ¿Janko, es tu nombre verdad? ¿Pudiste ver algo anoche que pueda aclararnos esta situación? Lo que sea... cualquier cosa podría sernos de ayuda...
- ¿Al cubano? - Dije, como respuesta al español (Paco), extrañado al ver el estado en que había quedado el cuerpo del fallecido. Entonces me giré hacia la productora. - Gracias, Sasha. Yo también. - Sonreí de medio lado. Aunque luego recuperé el semblante serio. - Lástima que los demás que han caído no me sigan de regreso, pero supongo que eso es mucho pedir. - Dije, pensativo y escuché la explicación de Sophia. - ¿Las dos? - Pregunté sorprendido y negué con la cabeza, dejando escapar por la nariz una carcajada ahogada, cargada de ironía. - Ya.
- ¿Qué vi? ¿Quieres saber lo que vi? - Le dije a Mike y lo miré con dureza. - Vi el brillo del filo de un cuchillo mientras trataba de gritar pero, con gran velocidad, cortó mi garganta impidiéndome decir una palabra mientras me ahogaba en mi propia sangre. - Casi escupía mis palabras - Perforó luego mi pecho, haciendo que mis pulmones agujereados se llenaran aún más deprisa de ese líquido escarlata que solía ser mi motor de vida. Como si eso no bastara, pude sentir en mis últimos momentos de agonía cómo el cuchillo bajaba de mis pulmones hasta mis caderas, atravesando todo mi torso. Aunque los últimos flashes de consciencia me decían que gritara, poco podía decir mientras la vida se escapaba de mi cuerpo. Morí entre estertores y boqueando como un pez fuera del agua. Eso es lo que vi.
Di una larga calada al cigarro, como intentando tragarme la amargura del dolor sufrido. Entonces sonreí.
- ¿Más preguntas?
Luego volví mi mirada hacia el porreta.
- No me creo una mierda. Os contaré qué pienso. - Comencé a caminar mientras hablaba, gesticulando con la mano del cigarro. - Quizá no os resultará creíble o os parecerán majaderías, pero ya os dije que creo que estamos ante una puerta de acceso a otro mundo. Hay varias repartidas por la Tierra. Aunque hay muchas más aspirantes que reales. Yo llevo buena parte de mi vida buscando una que lo fuera de verdad. No porque sea un friki de estas cosas, o no sólo por eso. Tengo mis razones personales para ello. Y, tras muchas experiencias y tras haber aprendido mucho de todo esto, estoy convencido que estamos ante una de verdad.
Tomé una calda, a modo de pausa dramática. - En este tiempo creo saber cómo se comportan los entes sobrenaturales y, si algo se caracterizan, es que son animales de costumbres, por decirlo así. Quizá sea por mostrar su personalidad o un reflejo de la maldición que les obligó a quedarse a medio camino entre los dos mundos, pero acostumbran a seguir siempre el mismo patrón de comportamiento.
- No sé si tengo que decir que creo que algunos de esos entes han aprovechado nuestras presencias para entrar en nuestros cuerpos y volver a sentirse vivos.
Entonces me detuve y señalé directamente a Jessy.
- Dice que ha matado dos veces a... ¿Luis? Pero sólo en la segunda vez se han apreciado dentelladas y mordeduras en las heridas. Así que, o se han metido dos entes diferentes en ese cuerpo o el porreta miente.
Di unos pasos hacia él, que permanecía atado. Sonreí. - Y no veo porqué dos entes se pelearan por un cuerpo como este, la verdad. ¿A quién encubres? ¿Qué as guardas en la manga para entregarte así a nosotros?
Luego me volví hacia los demás y me encogí de hombros, consumiendo mi cigarro con una última calada y apagándolo en el suelo con el talón de mi bota.
- Creo que voy a durar poco por aquí. - Pensé entonces. - Siempre he sido un poco bocazas. ¿Qué le voy a hacer?
Otra resurrección. Era extraño y enervante, pero al menos lo único bueno que pasaba en esa casa de locos.- Me alegro de tu vuelta, Janko- el joven le había parecido bastante cabal y quizá pudiera ayudarles a saber más cosas- Como dicen, Jessie confesó haber matado a Luis no una si no dos veces, creyéndolo, según él... un asesino. Pero como ha dicho Sophie no ha sido hasta que Phil lo descubrió asesinando a luis, por lo cual podría ser solo una excusa para justificar su acto.
Habían dudas en Richard. Si por un lado Jessie era un asesino malvado, ¿por qué iba a ir dos noches seguidas a por el mismo tío? ¿Sabía algo que los demás no? O, quizá, tuviera razón y sospechara de Luis. Pero sería absurdo que estuviera tan convencido cuando apenas se conocían y la muerte que el fumeta decía haber vengado podría haber ocurrido incluso después.
-No soy poli ni forense- le dijo a Jeese- a sí que yo no tengo ni idea de si la muerte de Salvatore fue antes o después de la de Luis. Aún en el caso de que fuera antes, me parece precipitado asesinar a Luis- la historia de la defensa propia a Richard no le parecía demasiado convincente- sin siquiera conocer los hechos ni a la persona que asesinó.
No obstante, no sabía si era por la locura del ambiente o por qué, pero pensó que quizá Jessie tuviera daños cerebrales pero que decía parte de verdad, al menos en cuanto a matar a luis 2 veces.
-Si los otros crímenes no los ha hecho Jessie- dijo meditando- ¿quién los ha cometido? Si es Luis como dice, ¿acabarán ya esos asesinatos?- No se mostraba muy optimista en ese aspecto- Según Jessie, solo vio a Luis cometiendo los crímenes, ¿podría tener cómplices o el haber presenciado los crímenes es solo una excusa para que lo creamos más pero en realidad solo lo hizo a "boleo"?
Ante la ausencia de respuesta de Jessie, no pude sino suspirar, y pensar que “quien calla, otorga”. Suspiré, negando con la cabeza, y tuve, sino claro, una incertidumbre acerca de su silencio.
Me aparté un poco del grupo, sopesando todo lo que se decía a nuestro alrededor. Miré a Abigael, encogiéndome de hombros, con la mente bloqueada.
—Esto es muy raro— murmuré, rascándome la frente, totalmente perdida.
Sin embargo, me quedé con la boca abierta cuando volvió Janko. Ahogué un grito, y lo miré de hito en hito, sin dar crédito a lo que estaba pasando.
Escuché su historia, y miré de nuevo a Jessie cuando lo mencionó. Torcí el gesto, y suspiré, mirándolo tendido, atado.
—No entiendo nada— murmuré, torciendo el gesto.
No tenía mucho que decir, estaba confusa y aterrada… todo esto se salía de madre y estaba a punto de un colapso nervioso.
Asesino o no, nadie debería tomarse la justicia por su mano – comenté abrazándome a mí misma - ¿podíamos creer que Luis era un asesino?- por qué no… dado que aquí no nos conocíamos cualquiera podía ser un maldito psicópata. No iba a volver a dormir bien en lo que me quedaba de vida.
Pero todo esto quedó en un segundo plan, Janko volvía a la vida tras una muerte horrible – Bienvenido – saludé al resucitado con un intento de sonrisa, ¿estaba realmente muerto? ¿Cómo era posible? – todo esto era una locura.
Hay que salir de aquí de una vez.
Tras su breve ritual de despedida el escritor y él volvieron al grupo, Salvatore de puños apretados constantemente, impidiendo que se viera como sus manos tiritaban por la mera adrenalina sin desgastar. Uno de sus puños había quedado suficientemente herido en el golpe para impedirle pensar en tocar piano por una corta temporada, índice de la fuerza del impacto que había esquivado el drogadicto al recibir la protección del resto y establecer una duda en su mente.
Miró a Erika con desconfianza. Sus preguntas sonaban a salvavidas, tratando de ayudar a alguien que se ahogaba en la culpa a encontrar una excusa para no ser enjuiciado. Sus ojos volvieron a posarse en Jessie, a quien no había oído responder. No los había visto interactuar más que eso, asi que se le hacía difícil creer que la chica tuviese razones para ayudarlo, pero no estaba en posición de creerle nada a nadie.
Escuchó el relato de la muerte de Janko, recordando la propia. El hombre no le agradaba, pero no le habría deseado aquello. Y aunque sus muertes habían sido, y se habían sentido, incomparablemente distintas, había una cosa en común. El silencio. Independiente de los motivos para guardarlo.
Miró a quien le había hecho compañía en el funeral, y luego a Sasha, a quien le dedico una breve mirada de agradecimiento conjunto a un movimiento de cabeza. Era fácil ver que agradecía porque lo devolvieran a la tierra, y que odiaba perder el contacto con la realidad.
Lo siento... Ya estoy de vuelta - dijo en voz baja, disculpándose por su ausencia y actos reprochables.
Janko había regresado a la vida, lo cual daba un poco más de esperanza a Geonwoo. Desafortunadamente, no parecía que volviera a pasar lo mismo para Andrea, o para bien o para mal, para Luís. Y pese alguna opinión que parecía firme, no tenía claro que pensar realmente de todo lo ocurrido con Jessie.
No se fiaba de él, pero de allí a... Sin duda estaban en un jodido infierno, sólo por las decisiones que tenían que tomar. Y no era lo más duro, lo cual lo hacía todo jodidamente duro y complicado de sobrellevar.
Al ver como Janko volvía a la vida, Katia dirigió rápidamente su mirada hacia el cuerpo de Andy, esperando ver un nuevo milagro. Pero no fue así.
Observó en silencio como Salvatore metía el cuerpo de su hermana dentro del saco de dormir, mientras escuchaba las diferentes opiniones que se iban sucediendo. Miró hacia Jessie y arrugó ligeramente el ceño, pero de momento prefirió no decir nada.
Escuchó la narración de Janko y un escalofrío recorrió su espalda. Se volvió a mirarle y después volvió a mirar a Salvatore, con los ojos como platos.
- Con vosotros dos utilizaron un cuchillo. Parece el mismo procedimiento. Pero con Andy, ha sido diferente - . Se mordió el labio y volvió a mirar a Jessie. - Yo creo que le mataste porque tuviste miedo - . Le dijo y arrugó la nariz. - Pero... Si es verdad lo que dices, ¿Por qué no diste la voz de alarma? ¿Por qué no dijiste nada ayer, para que pudiéramos protegernos de él? - Estaba asustada, pero no quería demostrarlo y se forzó a sí misma a hablar, exponiendo las preguntas que rondaban por su cabeza. A pesar de ello, continuaba abrazándose a sí misma, mientras un pequeño temblor sacudía su cuerpo.
Paco tenía razón, teníamos que actuar como polis si queríamos resolver todo este asunto tan turbio. Además es verdad que quedaban dos muertes sin resolver, pero yo ya sabía de donde podía haber venido todo. Empecé a asentir con una mueca de decepción en el rostro.
— Debes de haber matado a la pobre chica tu, Jessie... — lo señalé con el dedo — Tu eres quien disponía de un mechero para encenderse los porros. ¿Por qué lo has hecho? La pobre zagala no había hecho nada a nadie.
Una y otra y otra vez lo mismo. No paraban de repetirlo una y otra vez. Y por si fuera poco de nuevo con el regreso de Janko. También me atosigaron con preguntas, y la verdad, algunas ya me daba la sensación de que me las habían echo antes, y no se que más esperaban sacar. Pero finalmente Janko dijo algo interesante.
Si, o dos entes diferentes o miento, pero también es posible que quisiera asegurarse después de que la primera vez no quedase tan muerto como se esperaba.
Miré a Camille tras su comentario "Asesino o no, nadie debería tomarse la justicia por su mano " un tanto incrédulo.
-Ya no tengo nada más que decir, siento que solo sea eso, parece que os motiváis en intentar resolver lo que sea que está pasando aquí de una forma fácil. Cuando evidentemente no lo será. Y vale que lo confesase, pero...-Hago una pausa viendo si me estaban prestando atención-¿Ya nadie se acuerda de lo de ayer? ¿De verdad os parece más normal lo que paso con la negra y la chupasangres? ¿Me tomáis el pelo? Creo que todos sabemos en parte como llego a ocurrir eso, lo que deja lo de "tomarse la justicia por su mano" un poco irónico a estas alturas. Por esa regla deberíamos mirar a los que realmente pensaron que la chupasangres no era alguien de fiar. Y entre esos estoy yo...y...Andrea.-miré a Salvatore con cara seria.-¿También vais a acusarla de tomarse la justicia por su mano? Os reto a ello, pero antes soltadme para que le pueda dar una ostia a quien lo haga.
Y volví a callar, mirando al resto a ver si alguien se atrevía a hacerlo.
Pero el comentario de la chica de ojos azules "Pero... Si es verdad lo que dices, ¿Por qué no diste la voz de alarma? ¿Por qué no dijiste nada ayer, para que pudiéramos protegernos de él? " hizo que pusiese los ojos en blanco y le contestase con otra pregunta similar a la suya sin mirar a nadie y mirando a todos a la vez.
-¿Y por qué cuando Mona empezó a ser acuchillada sin compasión nadie se lanzó a impedirlo? Daros cuenta, no soy el único que tiene miedo aquí, vosotros también, y puedes tirarte al suelo y esperar tu destino, o enfrentarte a el.-Miré de reojo a la chica que Goro intentaba hacer entrar en razón, pues el entendería esto último, es lo que intetaba que hiciese Astrid.
¿Lo último?, el comentario de Chechu. Me levanté a trompicones al no poder separar las manos embistiendolo con mi cuerpo para tirarlo al suelo, cayendo yo al hacerlo.
-¡Vuelve a acusarme de eso y con las manos desatadas sin tienes cojones!-Pues aparte de que me dolió tal acusación, que me sería imposible haber cometido, lo decía como si fuese el único con un mechero allí o esa fuese la única forma de hacer uno.
Había una tensión palpable. No era para menos. La incomprensión, el peligro, las muertes, lo inexplicable. Todo ello un caldo de cultivo para que alguien perdiese los nervios. La vuelta del investigador le resultó tan inesperada como las dos ocurridas con anterioridad. Las cosas que este relataba con la calma de que las sabe como reales, no cabían en la cabeza de Michael como posibles...aún. Pero algo no cuadraba en aquella situación, en aquellas ruinas, en aquel lugar. Quería pensar que, el que no pudiese explicarse varios sucesos que habían sucedido, o significase que tenían una explicación más racional. Una vez atado el muchacho que había sorprendido a todos con una confesión tan clara e inesperada, se mostró pensativo, como si algo le resultase incoherente. Su mirada se clavó entonces en Salvatore, y la delicadeza con la que trataba de dar un último adios más digno a su hermana. Hizo un gesto como si quisiera aproximarse a ayudarle, pero se detuvo consciente de que había momentos que requerían de intimidad, y no lo hizo finalmente.
Perdonad el retraso. No ando muy fino, así que espero estar más inspirado mañana.
Sam se mantuvo sujeta a Soph, visiblemente alerta, escuchando a unos y a otros con el ceño fruncido y la preocupación brillando en sus pupilas.
Dedicó una mirada ligeramente esperanzada a Janko, cuando éste volvía a alzarse. Pero a pesar de que pensase que tener a alguien versado en aquellos temas entre ellos podía resultar útil, su vuelta no dejaba de ser un misterio, un asunto turbio y misterioso. Al igual que había ocurrido con Luis y Salvatore el día anterior. No tenía sentido. La gente moría, y si moría debía quedarse muerta. Pero el orden natural de las cosas parecía estar alterado entre aquellas estanterías de muñecas que eran su prisión.
Escuchó a Soph, y asintió ante sus palabras, apretando su mano con cariño tras notar que ella hacía lo mismo con la suya- Está claro que alguno de vosotros miente.- concluyó- Y mientras no sepamos quien miente, tenemos a un asesino confeso. No podemos quedarnos de brazos cruzados frente a eso.- añadió, suspirando- Y la chica tiene razón- señaló a Katia.
La adolescente, Ekaterina, tenía razón. Si Jessie creía que el hispano era un asesino, ¿por qué no había intentado convencerles el día anterior? Podía, si tenía miedo a que lo tomaran por asesino, haber dicho que presenció el crimen y reservarse el detalle para después. Pero solo había confesado tras pillarlo.
-Jessie, sigo sin saber si eres un asesino que quiere joder o ayudar, pero parte de tu actitud me huele a que mientes para salvar el culo. Eso, unido a que desconocemos quienes mataron a los demás, te convierten en mi principal sospechoso.
Le devolví la sonrisa a Janko y asentí compartiendo con él el deseo de que los demás también volvieran. Cuando contó lo que le había sucedido, se me pusieron los pelos de punta y tuve que taparme la boca con la mano para ahogar un gemido. Su descripción fue tan gráfica que pensé que probablemente tendría pesadillas.
Su teoría tenía sentido para nosotros pero, para los demás, todas las historias sobre posesiones y maldiciones, sonarían como de película. Asentí mostrando mi conformidad a lo que había dicho y escuché las opiniones de los demás. La mayoría coincidía en culpar a Jessie pero teniendo en cuenta que no debió de ser el único asesino.
Salvatore volvió a acercarse, cuando le vi parecía más centrado y le devolví el gesto. –No tienes que disculparte. –Le dediqué una pequeña sonrisa, que esperaba le diera a entender que contaba con mi apoyo.
Jessie acabó reaccionando a todos los comentarios y me sorprendió que se mostrara tan ofendido, teniendo en cuenta que había confesado el asesinato.- Lo siento, Jessie. También creo que lo correcto hubiera sido dar la voz de alarma.
Kim se frotó la sien mientras suspiraba. Toda aquella discusión le estaba dando dolor de cabeza, y no parecía que pudiesen sacar una explicación más convincente de Jessie. El joven no entendía por qué no intentaba defenderse, explicarse, darles pruebas de lo que había sucedido. En ese momento, vio cómo Salvatore volvía de la tienda tras despedirse de su hermana. Kim se mordió un poco el labio. Tenía que ser una experiencia terrible, e incluso si el chico le parecía un estirado y un soberbio, sintió lástima. No había hablado mucho con él, pero se acercó discretamente y le dio una suave palmada en el hombro.
Lo siento, tío - le susurró en voz baja, para no llamar la atención de los demás - Si necesitas cualquier cosa, hablar o lo que sea, no te lo guardes. No me conoces de nada, pero solo quiero que sepas que puedes contar conmigo.
El joven carraspeó y volvió a alejarse. No quería incomodar al chico en aquellos momentos que debía estar pasando. Escuchó a todos los demás, pero fueron las palabras de Janko las que más le llamaron la atención. Frunciendo el ceño, Kim se dirigió al investigador.
¿Alguna vez te has topado con una de esas puertas de las que hablas? Yo también he leído sobre ello, pero nunca se han encontrado pruebas que lo demuestren. Pero tiene sentido - Kim se rascó la nariz, pensativo - Lo que dices de que los seres sobrenaturales tienen patrones. Comienzo a pensar que lo que pasó aquí la última vez se está repitiendo. Quizás en la anterior expedición se desató algún tipo de experiencia paranormal y hoy en día siguen quedando restos de ese hecho, como un aura que se queda en el sitio. Tuve una vez un debate en internet con un tío que decía que lo sobrenatural deja un "polvo" en el ambiente - el joven sonrió ligeramente ante la desafortunada expresión - Por eso cuando... cuando pasó lo de Mona, tuvimos esa visión de los hombres. Como un flashback, ¿verdad?