Sam observó la marcha de Geonwoo, preocupada- Espero que no ocurran más imprevistos. -dijo, ligeramente temerosa- No quiero que salgamos de aquí menos de los que debemos salir por narices- suspiró- Al menos creo que esta noche no tendremos nada que temer, a menos que nuestras cábalas sean erróneas. Puede que hayamos cerrado el ciclo. Y que las almas que nos han invadido puedan descansar en paz de una vez.
Luis suspira deprimido.- Yo me reuní con Mona en el limbo, me dijo que podía ver al resto y saber que se ocultaba en su alma... Dijo que era una ayuda. Dios mio, si eso es verdad... asesine a un inocente... -
Al escuchar hablar por primera vez en este lugar a Janko, los ojos de la muñeca que se parecía a Andrea le buscaron. - Esperemos al amanecer. - Le dijo. - De todas formas, se suponía que en una semana volvía el autobús a buscarnos. - Recordó. Y al escuchar sus últimas palabras, asintió con la cabeza.
- Richard dijo que entre Paco, Astrid y yo mismo sólo había uno con el alma corrupta. - Le informó. - Como sabemos lo de Paco, eso debería descartar a Astrid. Creo que sólo está como una puta cabra. - Explicó, justo antes de ver cómo la muñeca de Geonwoo empezaba a desaparecer.
- ¿Pero qué coño...? - Murmuró, impresionada. Sin embargo poco había que se pudiera hacer al respecto. Durante unos segundos se quedó callada, observando el lugar en el que hasta un momento atrás se encontraba el oriental. Las palabras de los otros calaron en sus oídos, y no fue hasta que Luis habló que volvió a reaccionar.
- No dejes que te haga el lío, Luis. - Sugirió. - Perfectamente puede estar mintiendo. Y aunque eso sea verdad, no significa que no trabajase en favor de los asesinos.
- Sólo Paco podía impedir la realización del ritual. Y con ello protegía a quienes llevaban dentro un espíritu maligno.-dijo, mirando a Luis- Creo que con eso respondo a tus dudas.
Al ver cómo la muñeca de Geonwoo se desvanecía ante sus ojos, la que contenía a Sophia parpadeó y se revolvió con rigidez en su silla.
En silencio asintió a las palabras de Andrea y Sam y después se quedó mirando el sitio que aquella muñeca había dejado vacío.
- Pues a mí me ha contactado Jessie. - Dijo entonces después de haber estado escuchando al resto en el último rato. - Para seguir dándome el coñazo con las cuerdas y eso.
Terminó por mirar a Goro con curiosidad. - Oye. - Empezó finalmente. - Y ese muñeco rubio que nos recibía al entrar... ¿Quién era? ¿Lo pusiste tú ahí?
Tras las votaciones, tanto el "condenado" como quien ejecuta el resultado de la votación se "transforman", como si todos estuviesemos desdoblados en dos personas. Ese muñeco rubio vestido de traje negro es mi "desdoblamiento", suyo es el poder de sostener este constructo, este lugar, y a través de él sabía que ocurría aquí porque de alguna forma también soy yo. Pero era una comunicación en solo una dirección, solo sabía que ocurría sin poder participar.
Miró a Sophia, Así que te ha tocado Jessie? Pues también es mala suerte dijo divertido, sonriendo ligeramente, pues su actual forma no le dejaba más.