Miré a Jessie con el ceño fruncido, si se consideraba gracioso estaba muy equivocado. Tal vez lo fuera entre sus amigos, pero no aquí. Incluso aunque no hubiera confesado matar dos veces a Luis, no tendría ninguna gracia bromar con matar a alguien, teniendo en cuenta todo lo que había sucedido. Me parecía sorprendente que todavía quisiera parecer la víctima cuando había reconocido ser un homicida.
Me aparté de Astrid al notar que estaba más tranquila, parecía que esa chica tenía problemas que no tenían nada que ver con la situación en la que nos encontrábamos.
-Yo también bajo. No creo que vayamos a estar más seguros allí abajo que aquí. Al menos los derrumbamientos y esas cosas son algo físico que puedo entender.
Mike escuchó atentamente a todos sus compañeros y cuando pareció que todos habían dicho lo que tenían que decir se pronunció él.
Bien, me parece entonces que mañana por la mañana, después de desayunar los que queramos bajar, cogeremos algo de material de este campamento improvisado y bajaremos. En relación a las muñecas... me da igual si se pueden materializar en manos de otros o no... Sólo por precaución creo que cada uno de nosotros debe coger su respectiva muñeca y dormir con ella o, al menos, cerca de ella, en su misma tienda y, desde este mismo momento creo que lo más práctico será no separarnos de ellas, sólo por si acaso...
La mayoría desconfió de Jessie, o así lo manifestaron sus sospechas. Richard mismo dudó de él, y con los nuevos hechos y las palabras de otros como la persona que había resucitado ese día, Janko, sus dudas no hacían nada más que hacerse más fuertes contra Jessie. Su actitud, que le habían pillado y hasta su confesión, nada olía bien.
Pero aún con sus sospechas y los acontecimientos raros, Jessie no murió. Y Connors no creía que discutir esa noche sobre su culpabilidad o inocencia sirviera de mucho. No hasta el día siguiente, aunque para Richard estuviera cada vez más clara que el drogadicto ocultaba algo malo.
-Si es necesario- no le gustaba, pero cuantos más fueran menos peligro habría. O eso quería creer- os acompañaré a revisar los túneles. Podemos encontrar, con suerte, una salida o algo que dé sentido a este sinsentido.
Claro que, con la suerte que tenían, solo encontrarían algo aterrador que desafiara su cordura una vez más.
Estoy de acuerdo con esa mosión digo señalando a Mike por su comentario
Viendo que la mayoría quería bajar por la mañana, asentí en silencio y me abandoné a mis pensamientos, aderezados con el humo del tabaco. Cualquiera de los aquí presentes posiblemente no lo estemos mañana para bajar. No hacía falta hacerlo notar, pues de nada serviría más que para crear mal ambiente, y ya estaba la cosa suficientemente cargada como para sacar el dato a la luz.
Así que no abrí la boca y me preparé para pasar la noche.
Después de sus palabras Mike se retiro a su tienda de campaña, la cual dejó abierta mientras preparaba la mochila para la "excursión" del día siguiente por si alguien quería acercarse y charlar con él.
Mike no era demasiado hablador pero después de los sucesos de los ultimos días echaba en falta alguien con quien compartir sus pensamientos y su familia estaba lejos, demasiado lejos...
Todo en orden, aunque el escritor se hacia el avion. En cuanto a la expedición, un mar de contradicciones para Phil. Quería bajar antes, no después, o si... como ahora también. Todos o gran parte decidían bajar de nuevo a las ruinas para buscar una salida. Fuera ¡ya! o bien entrada la mañana... Tal vez fuera lo que la montaña les estaba pidiendo a gritos.
Bueno… - se rasca la cabeza, abre sus manos – …bajaremos entonces – y allá irían.
Lo de ir por la mañana sonaba bien. El hombrecillo se moría de sueño a estas alturas... y otra noche mas, se marcha hasta su tienda.
Ver como Sophia le saltaba a la yugular a Jessie le hace gracia por lo merecido que se lo tiene. A las chicas no se les falta al respeto, y con las lesbianas hay que tener cuidado, que muchas son más fuertes y fieras que nosotros. No me gustaría estar en su situación, la verdad. Que Chechu y los demás se sigan animando a bajar hace que se sienta más seguro de haber dado un paso adelante y decir que él también. Se acerca a Chechu y le da una palmada en el hombro con intención de ánimo. - Todo saldrá bien, tío. - Ladea la cabeza y una sonrisa tonta se forma en su rostro. - En nada estamos en casa y nos olvidamos de este lugar de mierda. - Dice con un cansancio evidente que borra esa sonrisa.
Escucha al tal Mike su propuesta de llevar cada uno su muñeca. Se le ponen los pelos como escarpias solo de pensar en ver a esa versión reducida de él en su tienda. Sacude la cabeza quitándose esa idea. Luego le sorprende que el tal Aurél esté de acuerdo con la propuesta, pero en el mundo hay gente con mucho cuajo aparentemente. Responde a Richard cuando este se medio propone en caso de ser necesario. - Mejor que vayamos todos. Una salida dudo que haya, porque yendo hacia abajo... Pero joder, otro día más así parados y me da fatiga. - Dice llevándose la mano al pecho y aireándose el pecho agitando la camisa.
Astrid levanta la mano antes de hablar, antes de bajar creo que deberíamos atar una cuerda o algo, me refiero como en el laberinto del Minotauro, no sabemos como es abajo, ni como salir si nos perdemos o nos pasa algo,os parece?
La propuesta de Astrid le hizo fruncir el ceño a Geonwoo.
No creo que sea necesario, por 2 motivos. - respondió - El primero, porque somos muchos, y con dispositivos electrónicos para ir recordando el camino. El segundo, porque si las fuerzas oscuras que hay en el lugar no desean que regresemos, no habrá cuerda, ni dispositivo móvil ni nada que nos ayude a regresar.
Sabía que no eran unas palabras alegres de pronunciar, y aún serían peores de escuchar, pero le costaba pensar algo distinto en estos momentos.
Que Paco intentase tranquilizarlo no estaba funcionando, más cuando Chechu ya era de por si un poco histérico. Se esforzó por mantener las apariencias pero la verdad es que estaba bastante asustado. ¿Cómo podían querer bajar ahí?, se preguntó.
La últimas veces que bajaron una de las muñecas abrió los ojos y desapareció, después murió gente. No se atrevió a decir nada más pero se esperaba lo peor de la próxima incursión en los túneles.
— Si, quizá las muñecas tengan algún tipo de magia oscura imbuída... Debe haber algún modo de revertir el proceso, de evitar que puedan usarse contra nosotros — enunció hacia el grupo mientras señalaba la entrada a los túneles. — Desde luego no vamos a conseguir nada aquí parados, ahí abajo en cambio es posible que encontremos la forma de evitar este voodoo sanguinario.
Al ver que parecía que nadie la había escuchado, Katia suspiró y se sentó con cuidado en el suelo. Se sentía cansada, llevaba todo el día de pie y no estaba acostumbrada. Estiró las piernas, colocando sus manos sobre los muslos, y empezó a masajearlos suavemente.
Escuchó a una chica, con la que no había hablado, comentar que ella no bajaría a los túneles. La miró y asintió suavemente con la cabeza. - Yo tampoco voy a bajar allí - Le dijo, formando una pequeña mueca con los labios.
Tenía miedo y no quería quedarse allí atrapada. Además, las escaleras estaban en pésimas condiciones y ya le había costado bajarlas la primera vez.
Miró hacia Salvatore y después deslizó su mirada hacia las dos chicas con las que había hablado el primer día. Le gustaría que no fueran, pero le daba corte pedírselo, así que apartó rápidamente la mirada y la clavó en las puntas de sus pies, mientras se quedaba pensativa y escuchaba la música que Kim arrancaba de su guitarra.
Michael escuchó a los demás mientras, poco a poco, iba recobrando la compostura y serenándose. Parecía haber gente que no quería bajar. Sintió quizás, algo de temor porque se quedasen solas, pero quizás fuesen las más inteligentes de todos los presentes. Aún así, trató de armarse de valor. Su mayor miedo era sentirse inútil e impotente ante todo aquello. Ya se había sentido de aquella manera desde...qué importaba. Era hora de hacer algo. Hace tiempo no pudo. Ahora...ahora al menos tenía una opción. -Yo no esperaré a la noche. Bajaré ahora. Si alguien quiere, puede acompañarme.- Dijo casi deseando que así fuese, aunque estaba claro que a pesar del miedo que todo aquello podía suscitar en él, lo haría igualmente. -No voy a esperar a amanecer muerto.-Sentenció, pues parecía que quién o quienes estuviesen actuando por las noches, no se detendrían por el hecho de las extrañas imágenes y circustancias que venían sucediéndose durante el día.
Mona se ocultó durante todo el día en su tienda, tratando de recuperarse de sus heridas. Las físicas cicatrizaban con una rapidez inexplicable, las psicológicas se hacían más grandes a cada hora. Toda una vida dedicada a la ciencia no podía explicar lo que ahora le rodeaba, los extraños sucesos del lugar, las muñecas, asesinatos, apariciones y, especialmente, su resurrección.
La joven quería llorar pero ni eso podía hacer, acurrucada en el suelo de su actual hogar en ese lugar de muerte. La locura podía ser una explicación para lo que había presenciado y vivido pero nada podía explicar una locura colectiva que afectaba a personas que no se conocían. Solo el envenenamiento por algún tipo de gas podía ser la causa pero no explicaría la imposibilidad de salir de allí.
Angustiada y harta de estar encerrada salió al exterior justo a tiempo para escuchar las últimas conversaciones y las palabras de Michael -Yo iré contigo. Esto, lo que nos ha ocurrido, debe tener una explicación. Una respuesta lógica. Debe tenerla, debe estar allí abajo...
Admiré la valentía de todos ellos. Una voz en mi cabeza no dejaba de llamarme cobarde, pero no podía ver de nuevo lo que a aquella chica rubia le había pasado materializarse en otra persona otra vez, y volver a vivir la pesadilla tan de cerca.
Sonreí a Abigael, traté de darle fuerzas con la mirada, y envidié su coraje. No debía sacarme mucho de edad, y tenía el valor de bajar allí para enfrentarse a lo que tuviera que hacer falta. Asentí para mis adentros, pensando que la fe en la humanidad volvía a mí.
—Lo tendré— le prometí a Abigael, despidiéndome de ella cuando volvió a su tienda de nuevo, y suspiré, obligándome a pensar que no les pasaría nada a los que bajaran allá abajo.
Escuché las palabras de Goro, y traté de sonreír con fuerza. Sí, eran valientes, todo ellos.
—Si tienes que dejar la cámara atrás o el móvil, o lo que vayas a usar para grabar— dije, mirándolo—, hazlo. No te la juegues por querer grabarlo todo.
Escuché los planes que se iban trazando para hacer frente a aquella expedición improvisada, pero una dulce voz me sacó de mi ensimismamiento. Una muchacha rubia tampoco bajaba a los túneles.
—Nos quedamos tú y yo, entonces— indiqué, sonriendo con algo de dificultad. Me acerqué a ella, y ensanché la sonrisa—. Los esperaremos a todos. A todos— enfaticé, como si quisiera yo también convencerme de ello.
Me quedé helada cuando uno de los hombres dijo de bajar ahora. Ahogué un grito, y negué con la cabeza.
—No, no— dije—. Esperad al amanecer— aconsejé—. No bajéis en mitad de una noche cerrada— aconsejé—. No lo hagáis.
Escuchó a dos chicas jóvenes negarse a bajar. No las culpaba, él mismo tenía dudas de que fuera sensato. Pero no moverse y quedarse en un sitio sin investigar haría que le diera más vueltas a la cabeza. Y en un estado de paranoia no es buena idea. Además, otros iban a bajar, y había menos probabilidades de que pasara algo con un grupo elevado.
-Yo bajaré, pero no creo que lo haga esta noche- a menos que la mayoría lo decidiese- Estaremos más cansados y nuestros estados mentales más susceptibles. Creo que lo mejor es ir descansados y preparados, pues no sabremos si nos perderemos o no. y a mí no me apatecería dormir ahí dentro.
Me pensé dos veces si bajar por la noche o esperar a la mañana. Cualquiera de nosotros podría amanecer muerto, pero la idea de internarme en esos túneles por la noche, me ponía los pelos de punta.
-Creo que esperaré a que sea de día. No sabemos la extensión de esos túneles, deberíamos llevar comida y agua. En cuanto a la posibilidad de perdernos, creo que bastaría con un papel donde poder ir haciendo un plano. Sea cual sea la fuerza que nos mantiene aquí, nos tiene bien atrapados. Ahora deberíamos intentar descansar en la medida de lo posible, sería lamentable que, además de lo que estamos pasando, cometiéramos el error de acabar heridos por un simple tropezón.
Un día más otra espantos muerte nos acompañaba y recaía al menos sobre mi consciencia, ¿Qué estaba pasando? ¿Qué nos estaba pasando? No sabía decir, pero cuando el cuerpo del muchacho calló inerte, apenas quedaba aire en mis pulmones, esto era una tortura macabra, no solo para quienes padecían tan horrendas muertes, sino que también para quienes éramos obligados a mirar. Cuando el ultimo respiro escapó de su cuerpo desvíe la mirada al fin, incapaz de mirar por mas tiempo, incapaz de soportar aquello que me estaba arrancando la humanidad. Pero como ya había pasado antes, el joven volvió a la vida, ya no sabía si esto era real o un truco bien diseñado, una broma escalofriante producto de una mente pervertida, pero fuese como fuese aquí estaba otra vez.
Me quedé pasmada, pero fueron las palabras de Janko las que me sacaron de mis meditaciones, ¿ una posesión? Esto solo corroboraba la versión de Jessie con respecto a Luis, pero ¿eso le daba derecho a matarle? Ahora mismo no sabía muy bien que pensar.
Alguien , no sabía definir quien habló de buscar una salida por los túneles, no me apetecía bajar, pero mucho menos quedarme mano sobre mano aquí arriba – Yo también bajo – dije con voz clara y sin dejar lugar a dudas, quedarme aquí solo serviría para terminar por volverme loca…más de lo que creo que ya estaba.
No sabía muy bien que hacer ahora, me apoyé sobre la pared de cristal, fumando y oservando como ahora, laúnica preocupación de los demás era discutir si bajar o no, y si hacerlo al amanecer o ahora, como si ahí abajo se fuese a notar si era de día o de noche. Lo hubiera dicho en voz alta, pero estaban en modo, "cualquier cosa que diga puede ser utilizada en su contra" y no era plan, pero por mi, también bajaría ya, cuanto antes se termine esto mejor, y así con un poco de suerte encontramos la salida antes de que continuasen con la idea de asesinar sin miramientos colectivamente y de forma macabra al que supuestamente asesinó a otro por asesinarlo. Un sinsentido por donde se vea.
-¿Enserio?..-Hablaba conmigo, en voz baja, sin querer que nadie me escuchase, al menos nadie que quisiese volver a buscar bulla-¿Como pueden intentar asesinarme como castigo por asesinar a un asesino? Además sucumbiendo a este juego macabro, ¿Es que no se dan cuenta? Estúpidos. Y me pensarán..¿Por que lo intentaste asesinar dos veces? Y yo me pregunto...¿Intentarán asesinarme ellos también dos veces tras no conseguirlo a la primera? ¿Serán tan osados de hacer lo mismo que yo supuestamente?-Todo esto, gesticulando tontamente y luego ya un poco más alto-¡Oh dios, yo, como casi pastafari, te pido respuestas para tal idiotez!
Michael trató de bajar pero los túneles estaban demasiado oscuros y el temor que sentía terminó por ganarle y decidir bajar en grupo. Todos se fueron a descansar con la incertidumbre de lo que podría suceder en la noche, quién no se levantaría la mañana siguiente, si realmente los túneles les darían una respuesta.
Wyatt se acercó a Michael para asegurarse que no bajara solo y al ver a todas las personas en sus tiendas, se fue a la tienda que compartía con Krysta, la cual parecía no haberse recuperado del todo. Por lo que él había mencionado esa noche sin saberlo, parecía estar cada vez peor.
- FIN DE LA NOCHE 2 -