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HLCN - Casa de Muñecas II: Ruinas

Lazos

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19/04/2015, 07:39
Salvatore Darthe

Su cuerpo adquirió un tono grisáceo, como apagado o cadavérico, a pesar de que la sonrisa seguía fija en su rostro. Las cicatrices se marcaron fuertemente en tanto su abdomen como pecho y rostro, mucho más de lo que estaban marcadas realmente en el campamento. Durante unos segundos, bajo sus ojos se marcaron las ojeras, y pareció que su largo cabello se hiciera pajoso y descuidado. Pero como un parpadeo, su cuerpo volvió a ser el mismo del campamento, y sus ojos se posaron en Andrea, al tiempo que las marcas de puñaladas y una reciente muerte cercana se suavizaron hasta casi desaparecer, mostrándose de incluso mejor apariencia que el día que habían viajado en busca de la verdad de la madre de su hermana. 

¡Ahá, así que lo admites! - contestó sonriente - Ojalá hubiese tenido una cámara para grabar este momento. De aquí a que me lo confieses de nuevo... - suspiró, fingiendo tristeza - Aunque no sé, creo que me tienes en muy alta estima o te gusta mucho subirme el ego. Dudo que lo haga tan bien o que todas las féminas se derritan por mí. Por otra parte, no las juzgaría si lo hicieran... - añade juguetón - ¿Así que no te extraña de Katia, eh? Es solo una niña. - se tomó una pausa, pensativo - ¿De verdad crees que quiera eso? Me refiero... de edad está bien, supongo, pero tu la has visto... Es una niña. 

El techo del lugar se transformó en el techo del anfiteatro del conservatorio dónde había aprendido a tocar el piano, con aquella tremenda lámpara colgante sobre ellos. Una mezcla extraña entre su refugio y su segundo hogar. Mantuvo su mirada en los cristales, perdiéndose unos minutos. 

Ah, cierto, lo de Kim - dijo de pronto, quebrando el silencio y apretando el cuerpo de Andrea contra el suyo, acariciando el costado de la chica mientras lo hacía - Él me buscó. La sensación que tengo con él es extraña, como de mentor y protegido, supongo. Como si tuviera que cuidarlo y guiarlo... - guardó silencio unos minutos más, pensando en qué consecuencias traería aquello y en cómo podría cumplir con ese trabajo sin descuidar a las únicas dos personas que le intentaba proteger en ese momento - Me dijo que podía hacer conexiones con algunas personas. Que solo había hecho una antes de mí, con Sasha, a quién se refiere como su "amiga especial", y que pensaba que eso sería todo... pero aparentemente tiene esto conmigo también. ¿Crees que podrá buscar la ayuda de otros? No sé si preguntárselo directamente. Ni siquiera sé si lo sepa. - respiró profundamente, de apariencia curiosamente calma - Además, tengo entendido que puede volver de la muerte. Pensé que querrías saberlo, así que me adelanté a preguntarle si había algo más. Preguntaré respecto al objeto, por si hubiese encontrado algo interesante... de todas formas lo que encontré yo no es muy revelador, y puedo cederle ese conocimiento.

Cuando iba a callar, recordó una última cosa por decir que se le quedaba en el tintero. 

Por cierto, le envié tu mensaje. Bueno, si vamos a ser precisos, no le dije "Andrea dice", pero le entregué la información. Si hay algo más que quieras decirle, solo dímelo.   

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19/04/2015, 12:48
Andrea Barbara Roots

Al ver la transformación por la que pasó su hermano, Andy se mordió el labio, preocupada. No entendía por qué le estaba pasando eso justo en ese momento. Y casi le daba miedo preguntar. Sin embargo pronto recobró su aspecto, y ella le dedicó una sonrisa, secándose el par de lágrimas que habían empezado a formarse en sus ojos.

- Sí, Katia quiere eso. - Afirmó, antes de emitir un suspiro. - De hecho lo que le pasa es que está celosa de que vayas a compartir otra estancia con alguien, pero no creí que quisieras que te lo dijese delante de mí. - Comentó, antes de hacer una pausa. - Y claro que es una niña. - Dijo con una pequeña sonrisa. - Pero las hormonas son las hormonas, y sin duda eres el mejor referente masculino de los presentes. - Explicó, antes de encogerse de hombros. - Si algo se le puede conceder, es que tiene buen gusto.

Después de aquellas palabras, Andy escuchó lo que Salvatore tenía que decir sobre Kim, y su rostro fue tiñéndose de preocupación. - No... - Susurró, antes de tomar aire.

- Lo que creo es que te ha tomado como referente. - Dijo. - Y que antes tomó a Sasha. Supongo que alguien debe haberle potenciado, como a ti hace unos días. - Expuso, pensando en voz alta.

- Cuando mi madre estuvo aquí pasó algo parecido a una chica que decía que le recordaba a mí, no me acuerdo de cómo se llamaba. Ella escogió a alguien... Y cuando esa persona murió la chica se convirtió en una asesina, con ganas de matarlos a todos. Si es igual... Si es igual Kim es peligroso. - Afirmó con temor.

- Pregúntale qué pasará si ambos morís, para estar seguros. Y también si sólo muere uno. A lo mejor tenemos una esperanza.

Después de aquella petición, Andy miró con tranquilidad a los ojos de su hermano, buceando en ellos. No le gustaba verle así. De modo que tomó su mano, entrelazando sus dedos, y volvió a hablar.

- Y tú... ¿Cómo te sientes? - Le preguntó. - ¿Hay algo que pueda hacer?

Y antes de que él respondiera añadió algo más, cinco palabras que tras lo sucedido le costó arrancar de su garganta. - Cuida de Katia esta noche.

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22/04/2015, 06:46
Salvatore Darthe

¿Celosa? – preguntó, alzando una ceja - ¿Está celosa de que vaya a estar a solas con alguien? Pero eso no tiene sentido… No voy a buscar a alguien con quién mantener relaciones, sino alguien de quién saco información. Y antes que lo digas, no, esa no es la única manera que tengo de sacar información – la miró serio, aunque esa última frase había sido con intención de broma. La verdad es que era la confusión por la primera revelación lo que lo mantenía con esa expresión. – El mejor referente masculino… Supongo que sí, la variedad aceptable no es mucha… - aceptó, sin siquiera agradecer el cumplido. Después de todo era cierto.

Le extrañó aún más la reacción alerta de Andrea frente a sus revelaciones sobre Kim, pero no pasó mucho tiempo antes de que las entendiera, gracias a la explicación de la morena. Un asesino descontrolado no era bueno para nadie. No te preocupes, preciosa, ya se lo estoy preguntando – respondió mientras ella entrelazaba sus dedos con los de él. Viendo lo profunda de su mirada supo exactamente lo que le preguntaría, y lamentó no tener una respuesta más completa que la verdad.

Estoy cansado. De morir, de agonizar, de ver tu cadáver, de temer que todo se repita. De los cambios… - como un flash, su cuerpo se reveló con las cicatrices que lo cubrían, las que pronto hizo desaparecer – Y sé que has sufrido lo mismo, o peor. Pero el que cada día vengan por ti o te afecte de alguna manera directa termina por agotar, y eso es lo que me pasa. Estoy agotado por la inestabilidad, la incertidumbre y la siempre presente amenaza a tu vida, cuando tienes tantos ojos encima por lo mucho que llamas la atención. Prefiero que vengan por mí, sí, pero nada me dice que lo harán. – acaricia el cabello de Andrea con el dorso de su mano, temiendo que lo calificara de débil. Seguramente se merecería ese adjetivo, pero era difícil enfrentar la muerte de manera casi cotidiana.

A continuación, su tono se tornó levemente más hosco, denotando frustración y sinceridad.

 Adicionalmente, y si me permites un pensamiento vanidoso, no me gusta mi nueva apariencia. Es vulgar, horrenda, indigna. Borra cualquier encanto y lo transforma en peculiaridad…soy un fenómeno de circo. Lleno de cicatrices en torso y en el rostro, apuñalado decenas de veces y con una cara que nadie, por mucho que me amara, podría mirar. Me da vergüenza que me veas así.

Aunque había escuchado las palabras finales de Andrea, no había interpretado bien a qué se refería. Había entendido solo cuidarla, como siempre hacía, solo metiéndose a la tienda con ella. No fue hasta que paso la noche que entendió lo que debía haber hecho.

Lo siento, entendí mal tu instrucción…  - susurró, aún medio distraído. – La muerte de Janko… ¿Estás bien? El periodista dice que lo traerá de vuelta, no te preocupes…

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23/04/2015, 11:30
Andrea Barbara Roots

Andy asintió con tranquilidad cuando Salvatore buscó la confirmación en cuanto a los celos de Katia. Luego dibujó una sonrisa, al escuchar cómo el mismo bromeaba. Luego, cuando la conversación se puso un poco más seria, Andy se abrazó a él, tratando de darle una parte del consuelo que necesitaba. Y cuando él acarició su cabello ella terminó por buscar su mano para besarla con cariño. Una vez pidió disculpas y habló de Janko hizo un gesto, quitándole importancia: ella también tenía claro que volvería a la vida.

- No quiero que te preocupes por nada. - Le dijo. - Yo estoy bien. Voy a estarlo. - Aseguró. - Creo que, a estas alturas, si me pasase algo tendría mi resurrección asegurada. Me preocupáis más vosotros. - Comentó, antes de besar de nuevo el dorso de su mano.

- Todo esto va a acabar pronto. Sólo queda Abigael. Es posible que muera esta tarde, es posible que no, pero tenemos cientos de formas de acabar con ella. Las votaciones, Geonwoo, Sam, Katia... No va a llegar viva a mañana. Y cuando mañana todo acabe nos marcharemos de aquí. - Aseguró.

- Y no te preocupes por tu nueva apariencia. - Dijo, acariciando su rostro. - No eres un monstruo. Eres un ser hermoso, totalmente bello, que está así por proteger a otras personas. Las cicatrices del torso las tienes por cuidar de mí en lugar de hacerlo de ti. Y lo de la cara es un recordatorio de lo que Katia hizo por ti, de que estuvo dispuesta a enlazar su vida a la tuya para salvarte. Por cómo eres. Eso es lo importante. - Aseguró. - ¿Has visto que deje de mirarte? ¿Te ha parecido que alguien te haya mirado distinto? - Preguntó. - Porque mandaré a Katia a matarlos a todos, si te han hecho sentir así.

Una vez terminó de decir todo aquello se quedó mirándole durante algunos segundos. Delante de ellos, mientras tanto, se materializaba un espejo. - Vamos a mirarte. Juntos. - Le dijo. - Muéstrate.

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26/04/2015, 01:01
Salvatore Darthe

Las palabras de Andrea  cayeron en oídos sordos, resultando en un esfuerzo vano por dar consuelo a quién no lo buscaba. Sin importar cuanto se lo repitiera la única persona a la que escuchaba, jamás aceptaría que su apariencia era agradable o que debía llevar aquellas marcas con orgullo, y no veía sentido en engañarla haciéndole creer lo contrario. Curiosamente, no había sido hasta ahora que se había dado cuenta de lo mucho que le importaba como se veía. Siempre había justificado sus gustos caros en ropa con prolijidad en su presentación, pero ahora que veía las cicatrices cruzar su piel se daba cuenta de que su reflejo siempre había significado algo más que una simple preocupación por la manera en que lo veía el resto por temas prácticos, sino que era su manera de buscar algún tipo de inclusión en una sociedad en la que no encajaba. Y hasta hoy, pensaba que jamás querría encajar en ella.

Al espejo aparecer y Andrea darle aquella orden, Salvatore la miró durante unos segundos más, transformándose en aquella versión de sí mismo que él percibía, monstruosa y grisácea.

Aquí me tienes. Aquí estoy – dijo para luego mirar de frente al espejo como si no hubiese nada frente a él. Buscó su mano inconscientemente, mucho más consciente de la imagen frente a él de lo que le gustaría admitir. Y aunque la salida de allí llegaría pronto, cumpliéndose así su deseo de ver a Katia y Andrea sanas y salvas, no estaba feliz. La mujer que amaba estaba a su lado, pero él mismo había construido una muralla que no dejaba que estuviese junto a él. Podía engañarse creyendo que la música lo sanaría, o que su mente sería suficiente, pero pensar cualquiera de esas dos cosas sería ingenua en un mundo así de superficial y eso lo sabía de sobra.

El acogedor departamento se deshizo en cenizas y cualquier luz de la habitación se extinguió, permitiendo solo un brillo azulado alumbrar las siluetas, como si se encontraran bajo el frío manto de la luz de la luna. Una canción se apoderó de la mente del músico, una de la que se había burlado miles de veces. Y como invadió cada ranura de su cerebro, lo hizo con la habitación, delatándolo.

Se giró hacia ella, sujetándola suavemente de la cintura y besando sus labios con ternura.  Su hermana era más de lo que se merecía, pero era lo único que quería. Y sin embargo, no podía permitirse arrastrarla con él. Sabía que no estaba pensando con claridad, y más aún, no se sentía capaz de dejarla ocupar el lugar que él había ocupado cuando ella había caído hacía más de diez años atrás.  El solo pensamiento de aquello como una posibilidad podía terminar de hundirlo.

Cuando volvamos… - tomó una pausa, pensando que decir a continuación. Podía inventar excusas, hacerlo gradualmente, pero al fin y al cabo haría lo mismo, lo admitiera o no - … me iré de casa. Ya no me necesitas. – acarició su cabello, poniéndolo tras la oreja de la mujer, y sonriendo débil y nostálgicamente. Lo que recordaría como sus mejores días habían quedado atrás. – Será mejor así. 

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26/04/2015, 01:45
Andrea Barbara Roots

Andrea se sintió como si Salvatore tardase una eternidad en obedecer su orden. Y cuando al fin su figura se vio reflejada en aquel espejo ella simplemente lo acarició, dejando un beso suave en su mejilla. 

Sin embargo, antes de que pudiera decir nada más vio cómo aquel refugio que él había construido para traerla de vuelta, ese apartamento en el que tantas cosas habían compartido, comenzaba a deshacerse sin remedio. Escuchó sus palabras, sintiendo cada una de ellas. Y recibió su cariño, sintiéndolo como una despedida.

- No digas estupideces, Salvatore Darthe. - Le dijo con cariño, sin querer entrar en el código de comunicación que él proponía, sobre todo por ser derrotista y pesimista. - Cuando volvamos celebraremos que estamos vivos. - Aseguró. - Sacaremos a mi madre de la clínica. - Continuó. - Y seguiremos con nuestra vida como hasta ahora: juntos.

- Aprenderás a quererte de nuevo. - Afirmó después. - Aprenderás a hacerlo y, si no lo haces, buscaremos ayuda. Yo te voy a querer así, como estás ahora. - Aseguró. - Pero si quisieras pasar por cirugía, te apoyaré. Sé que nunca te ha gustado la gente que se mete en quirófanos por estética, pero me la sopla: sería imposible decir dónde estaríamos ahora si no fuera por ti. Dónde estaría yo. Probablemente no habría podido recuperarme después de que Jessie oscureciese mi corazón. - Valoró, con los ojos encendidos en una mezcla de tristeza, frustración y enfado. - Así que aprender a vivir así o pasar una vez por quirófano son precios pequeño por nuestras vidas. - Expuso, antes de hacer una pausa para añadir algo más, cargada de seriedad. - Deja la autocompasión. Estamos vivos, y eso es lo importante.

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26/04/2015, 02:01
Salvatore Darthe

No.- respondió cortante, con una autoridad que ya no sentía tener - Tú no vas a gastar tu tiempo queriendo a quién no merece tu atención, no pasé mi vida entera preocupándome porque tuvieses lo mejor siempre para que ahora te eches a morir junto a mí por sentimentalismos. - su tono era un poco más marcado y fuerte, sin dejar de sonar triste, mientras su mirada intensa se fijaba en los ojos de ella, como si creyera que nunca más podría verlos. El salvajismo delirante en su brillo, la profundidad abismante en su color. La perfección, como cada parte de ella lo era - Tú estás bien sin mí, no sobreviviste por mi causa sino por la fuerza que corre por tus venas. - la agarró un poco más fuerte de la cintura, para luego alejarse un poco, dando un paso hacia atrás. 

No quiero que me malentiendas... - continuó, con voz suave, buscando tranquilizarla - No dejaremos de vernos. Te visitaré, seguiré queriéndote tanto como ahora... - bajó la mirada, su pecho hundido en vez de inflado como siempre - Por favor, déjame hacerlo. Lo necesito. 

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27/04/2015, 00:28
Andrea Barbara Roots

Andrea escuchó, intentando mantener la calma, cada una de las palabras de su hermano. Al hacerlo fue sintiendo un creciente frío en su pecho, y su rostro fue congelándose en una expresión mezcla de incredulidad y enfado.

- Yo decidiré en qué gastar mi tiempo o quién merece mi atención. - Aseguró, clavando su mirada en la de él. Una cosa era la tristeza o el pesimismo, y otra ese estado en el que él estaba entrando y que esperaba poder detener a tiempo. - No quiero vivir sola. - Le dijo. - No quiero vivir sin ti. - Aseguró, antes de dejar unos segundos para que aquellas palabras calasen en su mente.

- Dime qué es lo que ha cambiado. - Le pidió con rotundidad. - Dime qué es lo que ahora te hace decirme esto. Porque no lo entiendo. Por más que pienso en ello, no lo entiendo. - Afirmó, y esperó a que él diera su respuesta. Una respuesta que presuponía cargada de derrotismo, pero su respuesta al fin y al cabo. Su verdad.

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27/04/2015, 00:45
Salvatore Darthe

Suspira, sin querer responder a aquella pregunta. Debía haber supuesto que Andrea no le haría caso solo porque él lo dijera, y así mismo debería haber decidido actuar sin dar aviso. Entendía que estuviera enojada con él. Por supuesto, ella no comprendería como su alma había empezado a marchitarse desde que le habían robado la voluntad, incapaz de sentir por ella misma lo que es ser un esclavo de los deseos de alguien más. Saber que sin importar cuanto te ame la persona a la que sirves, si tienes dos dedos de frente recordarás siempre que eres inferior a ella, y tu sentimiento quedará postergado por un sentido del deber que te impide amarla como se merece. Un deber que cercena cualquier pasión o romanticismo y que busca aprobación antes que impulsos sinceros. 

Mi Lucy, si hay algo que puedo prometer es que jamás vivirás sin mí. Soy tuyo, y siempre estaré contigo, hasta el día de mi muerte. - le aseguró con tono firme, antes que nada - Pero yo ya no soy quién era al llegar. Si solo fuera mi imagen una operación bastaría, y mis convicciones al respecto no me detendrían para devolverte lo que ansías. - toma una pausa, bajando la voz - Te amo, más de lo que jamás he podido amar o amaré a alguien en esta vida o en la siguiente. Eres perfecta, y todo lo que hago lo hago por y para ti. - sus ojos buscan los de ella, nervioso - Pero ese no es el problema. Mi imagen, el cuerpo horrible y monstruoso que muestro aquí, aún peor que la bestia que soy allá afuera, es solo un retrato de lo que siento queda dentro mío. Y no quiero absorberte en esto... 

Volvió a acercarse, despacio, por si ella fuese quién quisiera mantener la distancia ahora. 

Quiero estar bien para ti, pero tu me has visto el último tiempo. Mi cabeza no está en su lugar. Mi temperamento fluctúa muy fácilmente, me he puesto agresivo y maleducado, caigo en errores estúpidos y me distraigo. - buscó su mano, queriendo acariciarla - No quiero ser quién soy ahora. Quiero ser quién siempre he sido. Y no puedo volver a serlo a tu lado, no por un tiempo...  

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27/04/2015, 17:17
Andrea Barbara Roots

Cuando Salvatore empezó a hablar de nuevo, Andrea hizo un esfuerzo por intentar cambiar su enfado por comprensión, y su frustración por empatía. Era consciente de que si no comprendía los motivos de su hermano no sólo se marcharía, sino que ella no podría ayudarle.

Escuchó sus palabras. Las escuchó con calma, tratando de no decir nada precipitado. Y cuando hubo terminado se mordió el labio, indecisa, hasta que empezó a hablar. Lo hizo despacio, acariciando el cuerpo y el rostro de quien tanto le había dado.

- Entiendo que no eres el mismo. - Le dijo. - Yo tampoco lo soy. - Aseguró. - A ti te han apuñalado, a mí me han quemado viva. A ti te han esclavizado, a mí me han robado el alma. Todos hemos cambiado. Esto nos ha cambiado.

- Ahora tenemos muchas cosas por delante. - Enunció. - Tenemos que sacar a mi madre de esa clínica, y ver qué hacer con todo esto. Porque esto no se acaba aquí, los dos lo sabemos. - Expuso antes de hacer una pausa. - Y tenemos dos opciones. O hacerlo solos, - Dijo, con un brillo triste en la mirada, antes de tomar su mano. - o hacerlo juntos.

- ¿No quieres ser quien eres ahora? - Preguntó de manera retórica. - Perfecto. Pero te equivocas en dos cosas. La primera es que nunca vas a volver a ser el mismo. Sólo podrías hacerlo olvidando todo esto, y no hay manera de que eso ocurra. Y la segunda es que tu recuperación no puede ser a mi lado.

- Tú has cuidado de mí desde que nos conocemos, Salvatore. - Le recordó. - Has sido fuerte cuando yo he sido débil, y por más que afirmes que podría haber conseguido lo mismo sola siempre estuviste ahí para mí. Para cuidarme.

- Hacer lo mismo por ti es mi derecho, y también el tuyo. - Aseguró mirándole a los ojos. - Sí, has estado más agresivo y distraído. Pero eso no tiene que apartarte de mí. Es lo natural en la situación en la que nos encontramos. Ha muerto mucha gente, Salvatore, nosotros entre ellos.

Tras aquellas palabras Andrea se quedó unos segundos callada, meditando seriamente lo que iba a hacer. No estaba segura de que fuera el paso correcto pero sabía con total seguridad que, de haber alguno, sería ese.

- Ambos sabemos que estás obligado a cumplir cada orden que salga de mi boca, como antes lo estabas con Katia. - Le recordó. - Pues tengo una última orden para ti. Quiero que seas libre. Quiero que me desobedezcas cuando creas que tienes que hacerlo, y que me trates como siempre lo has hecho. Quiero que seas tú, Salvatore. Mi hermano. Mi amante. La pieza que falta en mi cabeza.

- No necesitas alejarte de mí. - Añadió una vez más, con una mirada casi suplicante. - Déjame ayudarte a ayudarte.