Me giro hacia Ferriel con una sonrisa. - Nuraus ha hablado. Se pregunta por qué te importa tanto su opinión. Si crees que sus aguas ocultan algún gran poder secreto o algo así. Dice que sólo deberías preocuparte por él si le tocas un pelo a Neheri. Que mientras ella esté a salvo, le da igual lo que hagas, que no se opondrá.
- También dice que tienes que tener una sola cosa clara. Y es que él va a tratar de impedir que gane Zyba, Rakedus, Cell, Eir o cualquier otro bando. Nuraus sólo aceptará una salida que implique la renuncia a ellos. Le da lo mismo lo que pase con la Amalgama, si se reparte o no se usa, pero no quiere que se la queden las entidades superiores.
- Dice que en el momento en que el bando de Cell sea más poderoso, él actuará contra ellos, que lo que quiere es estabilizar la balanza entre los bandos. También dice que por lo demás, tienes su apoyo, y que si lo informamos a tiempo y considera que lo que le pidas es aceptable, ayudará con lo que pueda. Eso es todo. - Me encojo de hombros al terminar, esperando que sea de su agrado.
Asiento bastante complacido por su respuesta.
- Gracias, Rienott, por hacer de intermediaria, has sido de mucha ayuda. - Dicho eso permanezco un par de segundos en silencio - Y la opinión de Nuraus me importa porque lo considero una persona sensata, leal y justa, a diferencia de el grueso de los que siguen a Zyba, e igualmente sobre no permitir que gane Cell, ya he dicho que si me exige que me alce en contra de alguien que no esté con Rakedus o con Ara en cualquiera de sus formas, no lo haré y lo abandonaré, pero considero que es necesario usar el poder de la amalgama para encerrar a Zyba, y a Rakedus de nuevo, después cada uno deberíamos hacer lo que queramos.
Miro al anciano asintiendo. - Bueno, ahora ya está todo en marcha. Veremos qué sucede.