Ahora en la noche estais todos aislados en vuestras habitaciones. Podeis hablar entre vosotros y planear si quereis cosas para el día siguiente, si es que conseguis congeniar.
En esta noche también se realizarán los poderes nocturnos y los que acontecen en la habitación y no hacia un personaje, es probable que os pueda afectar a cualquiera de los dos, tenedlo en cuenta para vuestras elecciones.
Kiyoshi tiró sus cosas sobre una de las camas, y luego se acostó en ella. Se podía notar indiferente; ligeramente relajado, incluso, aunque algo pensativo.
-Mizushima-san, ¿eh? -dijo, acostado con ambas manos tras la cabeza, mirando la pared- ¿No tienes miedo? -preguntó, con cierta indiferencia- La clase, sus estudiantes; todo parece tan irreal. ¿Quién diría que iríamos a parar a un lugar así?
Ayami entra nerviosa a la habitación tras su compañero de cuarto, aún no podía creerse que fuese a compartir habitación con un chico. Deja sus cosas sobre una silla y se siento en su cama, parecía que no tenía ni pizca de sueño.
- ¿Miedo? No, al menos de momento, aún no sé que es real y que no, pero sí, todo esto es muy raro. Espero no tener que llegar a matar a nadie, despertar y que todo haya sido un mal sueño. ¿Y qué hay de ti? ¿Qué opinas tú de todo esto?
Sin voltearse hacia la chica, Kiyoshi se quedó mirando hacia el techo, meditando su respuesta por un momento. Al final terminó sonriendo, con cierta ironía.
-Opino que no deberíamos preocuparnos mucho por esto. Probablemente sea una mala broma. Cuando todo acabe no nos habrá parecido más que una estupidez. Por cierto -se volvió hacia la chica y, aún acostado, levanto una mano-. Soy Kiyoshi, aunque ya habrás leído eso en el papel. Diría que nos llevásemos bien, y todas esas mierdas, pero creo que es mejor ahorrárnoslo. No tengo demasiadas ganas de hacer amigos, no he tenido muy buenas experiencias con ellos -rió un poco, divertido, y se volvió a mirar al techo-. Cierto es que es raro que en los dormitorios aceptasen parejas mixtas, pero puedes estar tranquila, no tengo intenciones de molestarte, de ninguna manera. Espero que lo mismo aplique contigo para mí.
- Si, yo también lo espero, una mala pesadilla... Ojalá. Porque, ¿cómo esperan que matemos a alguien? Si solo somos niños, si todo eso es cierto Nagisa-sensei es un loco - la chica dejó escapar un suspiro- bueno no puedo obligarte a hablarme pero si vamos a ser compañeros de habitación deberíamos conocernos un poco al menos ¿no? Podríamos empezar por... ummm ¡ya sé! ¿Por qué has acabado aquí? A mi se me da fatal la educación física, y bueno puede que mintiera alguna que otra vez para no tener que hacer los ejercicios, ya sabes... ¿Y tú?
Ayami miraba a Satou entretenida, parecía que hablar de cosas normales la calmaba, haciéndole olvidar la extraña situación en la que se encontraban.
Kiyoshi cerró los ojos, mientras escuchaba a la chica. Cuando esta terminó de hablar, contestó con un tono indiferente.
-¿En serio has acabado acá por algo como eso? ¿No es algo excesivo? -no sonó con intenciones de cuestionarla, simplemente quiso remarcar lo evidente- Entré a muy pocas clases en lo que va de año. Y las pocas clases a las que entraba las usaba para dormir. Estudiar en un sistema tan cuadrado es aburrido. Estar rodeado de tanta gente, también lo es. Jerarquías y todas estas mierdas; festivales, diversión; esas cosas no están hechas para mí -por un momento abrió sus ojos, pero no fue más que un instante- Aunque admito que no estaría mal participar en alguna de esas cosas de vez en cuando -dejó escapar un suspiro y se encogió de hombros-, pero bueno, no he tenido esa suerte.
Ayami se encoge de hombros, fuese suficiente o no ella estaba allí.
- Eres un chico raro Satou y siento que te hayas perdido todas esas cosas, a mi me encanta todo eso, hacer amigos nuevos, ir a festivales, disfrutar de la compañía, y estoy segura de que tú puedes conseguirlo, solo tienes que poner un poquito de tu parte. Aunque supongo que en esta situación no será fácil, con todo el lío que se ha montado... En fin, ¿por qué no me cuentas algo más de ti? ¿Tienes hermanos? ¿Vives por aquí cerca? ¿Te gustan los animales?
Parecía que le hubiesen dado cuerda y no tenía pinta de parar.
Ayami hablaba demasiado; eran ese tipo de personas que eran totalmente opuestas a Kiyoshi. Tratar con ese tipo de personas siempre se le hacía... algo complicado.
-Oye -empezó a decir, con un tono cansado-, ¿escuchaste lo que te dije antes? No... -negó con su cabeza; no tenía caso alguno nadar contracorriente- No tengo hermanos, y realmente vivo muy lejos de acá. Me gustan los animales, sí. Son más inteligentes que algunas personas, y escuchan con atención cuando se les habla -dijo, abriendo los ojos y mirando a la chica.
- Asi que eres hijo único, pues ya tenemos algo en común, además a mi también me encantan los animales, siempre he querido tener un perrito, pero a mis padres no les hace mucha gracia así que tendré que esperar a poder vivir sola - Ayami suspira, no parece captar la indirecta de Satou - ¿y qué te gusta hacer en tu tiempo libre? A mi me encanta leer, jugar a videojuegos, salir a cometas de colores a la playa y si es verano bañarme - Mizushima parece tener planeado charlar toda la noche o al menos hasta caer dormida.
-Al menos haces cosas medianamente productivas -dijo el chico, después de chasquear la lengua, ya resignado de detener el contacto social con Ayami-. Yo también juego videojuegos y leo; eso es lo que hago casi todo el día, a parte de dormir. ¿Te gustan los RPG? -preguntó, mostrando un poco más de entusiasmo a tocar el tema.
Al oír a Satou más animado en la conversación Ayami no puede evitar sonreír.
- ¿Los RPG? Claro, son de mis favoritos, he jugado a un montón, tanto online como yo sola, para estos casi prefiero el ordenador a la videoconsola. Y en cuanto a lo de leer ¿qué te gusta? Yo leo de todo, mangas, cómics europeos, novelas... No me gusta aburrirme en mi tiempo libre así que siempre tengo algo entre manos.
Un rato después llego de nuevo a mi habitación, me quito los zapatos, me pongo el pijama en el baño tras darme una ducha relajadora y me quedo sentada en mi cama esperando a Satou. No quería estar sola, no tenía sueño después de todo lo acontecido, así que lo mejor para mi estado de ánimo sería hablar con él hasta que me entrase el sueño, esperaba que no tardase mucho en llegar ya debía ser bastante tarde.
Kiyoshi llegó luego de un buen rato, con la expresión indiferente que siempre le caracterizaba. Miró por un momento a Ayami cuando entró, mientras rápidamente se sentaba en su cama y se quitaba los zapatos.
-¿Y eso que no estás dormida? -preguntó, más por cortesía que por ganas de entablar una conversación.
Una vez terminó de quitarse los zapatos, se echó sobre la cama, con las manos atrás de la cabeza.
- Por fin llegas ¿todo bien? Pues... te estaba esperando - intento no sonrojarme, había sonado un poco cursi - no me malentiendas, no tengo sueño, después de todo lo que ha pasado tengo miedo a que alguien entre en nuestra habitación y nos suceda algo, ya has visto cuantos compañeros nuestros han muerto. Y bueno, ayer me dormí gracias a estar hablando contigo así que... pensaba hacer lo mismo... ¿Te importa?
Coloco la almohada contra la pared y me meto en la cama apoyando mi espalda en ella, sin tumbarme del todo.