Llega la noche

Noche 1

Ahora en la noche estais todos aislados en vuestras habitaciones. Podeis hablar entre vosotros y planear si quereis cosas para el día siguiente, si es que conseguis congeniar.

En esta noche también se realizarán los poderes nocturnos y los que acontecen en la habitación y no hacia un personaje, es probable que os pueda afectar a cualquiera de los dos, tenedlo en cuenta para vuestras elecciones.

Saiga no sabia si esa noche podría dormir o no. Necesitaba de sus cosas para evitar resfriados nocturnos, sudores fríos o que sus dientes se torcieran mas de lo necesario empujando a la lengua. Pero sobretodo nunca antes había compartida habitación con alguien mas y el tal Garou no parecía ese tipo de personas que perdonan las metedura de pata, así que prefirió presentarse antes de que hiciera algo mal y no pudiera arreglar las cosas por falta de confianza.

-Bueno nunca es tarde ¿verdad? Me llamo Masaru Saiga, espero que podamos llevarnos bien.

«Hola Masaru. Es un placer conocerte. Yo soy Garou» dijo el chico pelirrojo, tendiendo la mano para saludar a Misaru con una gran sonrisa en sus labios. Un momento después dejó de sonreír, preocupado. «Lo siento, no sé si tu condición es tan delicada como para no poder estrecharme la mano, ha sido una torpeza por mi parte. Espero que seamos buenos amigos, y si necesitas algo puedes contar conmigo en cualquier momento.» añadió después, sonriendo de nuevo. 

«Puedes elegir la cama que más te guste, yo cogeré la otra.» añadió finalmente, haciendo señas hacia ambos colchones.

Al saber que su nuevo compañero de habitación sería un hombre, Haruhi estuvo bastante tiempo ruborizada y sin saber qué hacer, limitándose a estar sentadita en su cama pensando en cómo hacerle para cambiarse.

-Esto... G-Garou... -le habló con su voz chiquita. No había hablado mucho con su compañera de cuarto, pero no debía ser grosera con nadie aún así.-¿P-por qué t-tienes dos personalidades? ¿E-estás bien?

Garou estaba tendido boca arriba en la cama mirando al techo, reflexionando sobre las cosas que habían pasado estos días en la academia cuando vio aparecer por la puerta a Aoyama. Observó en silencio mientras esta se acomodaba en la habitación, pareciendo avergonzada por algo. Cuando se sentó en la cama, esta se dirigió a él con una voz tímida, que hizo a Garou querer protegerla con todas sus fuerzas.

«Verás, Aoyama. Esto que me ocurre... es desde pequeño, que yo recuerde. Al principio no era tan grave, o eso me decían los médicos. Sin embargo conforme fui creciendo mi otra... personalidad se tornaba cada ves más agresiva y peligrosa. Nunca llegué a hacer daño a nadie... creo, pero tengo miedo de lo que pudiera hacer si algún día mi otra parte se descontrolara totalmente...

Tampoco ayuda el hecho de que no recuerde nada después de cada crisis... De forma que me es imposible saber lo que he hecho hasta que es demasiado tarde.»

El pelirrojo se quedó callado después de eso, mirando todavía al techo, inmóvil en la cama. Habló de nuevo después, sin embargo. 

«Quiero decirte que puede que veas algo horrible esta noche. Mi otro "yo" aparece cuando menos me lo espero, motivado siempre por cosas que se escapan a mi control. Ojalá pudiera controlarlo, pero el caso es que no puedo...» alargó la mano rebuscando en su mesita de noche, y le tendió a Aoyama una pequeña cajita de plástico. «Toma, esto son tapones para los oídos. No sé si te servirán de mucho, pero si llegara a pasar algo extraño... quizá evite que te despiertes por mi culpa. De todas formas, si llegara a pasar es algo que me gustaría que no vieras... así que la decisión de ponértelos o no es tuya. Quizá te ayuden a dormir...»

La peliazul escuchó la explicación que daba su ahora compañero de habitación y agradecía que él hablara mucho porque así ella no tendría que iniciar una conversación tan pronto, así se refugiaba en el silencio y así hasta parecía una chica normal, limitándose a asentir cuando consideraba que cierta información que él decía era relevante.

-S-sí quieres, c-cuando vayamos a d-dormir, t-te cuento de tus ata-ques, G-Garou-comentó Haruhi cuando éste le dio los tapones. ¿Sería tan extremo eso? Observó los objetos unos segundos más y suspiró para tomar fuerzas de quién sabe dónde y así sonreírle-. Y-yo te-tengo el sueño pesado, pero gr-gracias.

Decir eso le tomó tanta energía que se acomodó en la cama y se tapó la cara con la almohada. Había descubierto que si no veía a los demás su elocuencia mejoraba, así que no perdía nada.

-Entiendo que esto sea complicado de entender. Me resulta extraño, pero espero salir de aquí.... que todos o siquiera la mayoría logremos sobrevivir. ¿Raro, verdad?-su voz empezó a entrecortarse, pero continuaba hablando-. Si sale esa personalidad tuya... al menos sé que no eres un contaminado y podrías ser hasta objetivo esta noche... bueno, cualquiera. 

Se incorporó y volteó a verlo tomando una gran bocanada de aire.

-¡Hay que c-cuidarnos!

Garou quedó sorprendido ante la forma tan sencilla que tuvo Aoyama de tomarse su problema. Normalmente la gente lo miraba mal, como un bicho raro, e incluso algunos le tenían miedo. Pero esta chica no parecía más asustada por Garou que del hecho de estar encerrados en la escuela rodeados de asesinos. Sonrió a la chica, sintiéndose un poco aliviado gracias a ella.

«Tienes razón... Espero que todos podamos salir de aquí con vida y todo termine bien para todos. Preferiría que no te dieras cuenta siquiera de mis ataques nocturnos, pero si los vieras... no me importaría que me los comentaras.

Y sí, tenemos que cuidarnos. Intentaré cuidar de ti, Aoyama» dijo Garou, antes de volver a poner la cabeza en la almohada. Después rió un poco, sus músculos más relajados y en calma, y pensó una cosa curiosa.

«¿Y qué es de ti, Aoyama? Te he contado de mí, pero no sé nada de ti. No tienes que hablar si no quieres, entiendo que puede ser difícil. Solo... si tienes ganas, estaré dispuesto a escucharte.» dijo Garou, en tono conciliador.

«Buenos días, Aoyama. Espero que hayas dormido bien esta noche» dijo Garou, sonriendo de igual forma a la vez que la miraba a los ojos preocupado.

Había llegado de nuevo la noche y Haruhi aún no podía creer que Satou hubiese sido el pulpoide. Parte del peligro ya no estaba; pero el salir de ahí se le hacía más y más complicado. Cansada, se acomodó en la cama que le correspondía y miraba a Garou recordando que él le había hecho una pregunta anoche.

-Yo.. tengo una vida normal, creo...-ya no estaba tartamudeando, era un gran logro para la ojiazul-. Me cuesta relacionarme con la gente porque... así he sido siempre. Solo con personas de confianza es que puedo expresarme m-mejor. Por eso entré a esta clase "e-especial" y así mejorar, pero jamás creí que acabaría así...

Cerró los ojos por un momento y al abrirlos estaban cristalinos. No era que fuese a llorar, pero es que en verdad no esperaba que su clase se convirtiese en una donde debían matarse entre sí para vivir.

-A lo mejor mi f-familia me sobreprotegió, no lo sé-se encogió de hombros y vio directamente al chico-. P-pero si logro salir de aquí seré feliz. ¿Tú extrañas a alguien?

«Yo tampoco creí nunca que acabaría así todo esto... Lo cierto es que es un poco de locos, ¿no es cierto? Aunque claro, bueno soy yo para hablar de locos...» dijo Garou, riendo por lo bajo. Lo cierto es que no esperaba que Aoyama recordara la pregunta que le hizo ayer antes de dormir, creía que ya se había quedado dormida y no lo había escuchado, pero al parecer no era así. 

«Espero que logremos salir de aquí, Aoyama. De verdad. Y no, no me espera nadie allá afuera, ni espero a nadie. No te preocupes, estoy acostumbrado. Llevo mucho tiempo viviendo y arreglándomelas solo...»

-Si salimos con vida... yo creo que todos podremos ser a-amigos-la peliazul se quedó meditando un poco. ¿Es sano ser amigo de alguien que te acusó, así como de Sasha? Por otro lado, aún había gente que era inocente y con ellos podría congeniar luego de que esto acabe-. ¿T-Te gustaría entablar amistad con a-alguien?

¿Cuántos quedaban? No lo sabía con certeza y simplemente quería que todo acabase ya de una buena vez. Pero para ello debía sobrevivir esta noche... ¿Y si iban a por ella o por Garou?

-A-Así cuando salgas no estarías s-solo de nuevo.

«Ojalá poder ser vuestro amigo. Pero me temo que es mejor que me mantenga alejado de vosotros. Nada me haría más feliz que estar con vosotros y vivir una vida normal, pero "él" no me va a dejar.» dijo Garou, apesadumbrado.

«Me gustaría ser tu amigo, pero a la vez sé que eso sería problemático. Menuda encrucijada, ¿eh?» dijo Garou, sonriendo con tristeza. Su rostro era una antítesis enorme de lo que sentía por dentro, pero trataba de guardar las apariencias lo mejor que podía. 

«Cambiando de tema... ¿quienes crees que son los demás contaminados? Puedo suponer que tú y yo no lo estamos, o si no ya nos habríamos contagiado o atacado mutuamente... al fin y al cabo estamos en la misma habitación.» dijo Garou, con un poco de rubor tiñendo sus mejillas. «Yo no lo tengo nada claro, pero espero que al menos esta noche sea tranquila...»

Haruhi estaba bastante seria pensando en lo que había pasado el día de hoy, con la llegada de un nuevo profesor sádico y la caída de un contaminado. Ella había preguntado cuántos quedaban, pero nadie le hizo caso... y no le afectó, estaba acostumbrada a ese tipo de situaciones y no estaba mal por eso.

-¿E-esto ya casi acaba, verdad?-le preguntó a Garou acostada en su cama abrazando una almohada-. Y, respecto a tu pregunta de anoche... n-no se quién podría ser. He estado dando vueltas, pero no se me ocurre. ¿Tu tienes sospechosos?

Definitivamente no tenía un sospechoso como tal. Bueno, sí había alguien; pero a raíz de los acontecimientos del día estaba contemplando cambiar de voto aunque no sabía si serviría de algo.

-Anoche fue tranquila y nadie murió... E-Espero que se repita hoy ta-también.

Garou entró al dormitorio, cerrando la puerta tras de sí mismo mirando con cuidado de que nadie estuviera espiando detrás de ella. Acto seguido se sentó en la cama, tamborileando el suelo con su pie, mirando con preocupación a su compañera de cuarto.

«Pobre Suitei... Era un poco hipócrita, y ciertamente era difícil que cayera bien a alguien con esa actitud altanera... Pero aún así me da pena que haya muerto de esa forma... Nadie debería morir más.

Aoyama, dijiste anoche que si tenía sospechosos. En ese momento no sabía de nadie, pero hoy la cosa ha cambiado. Verás, aunque Suitei era tan odiable, pensé por un segundo que quizá no fuera él. Quiero decir, lo más probable es que lo fuera, ¿pero y si no? Pensé entonces que quizá el contaminado que queda es de los que no llaman la atención. Y eso me dejó con la sospecha de que podría ser Naoki... Porque de ti tengo cero dudas en que eres una inocente. Al fin y al cabo, si fueras contaminada, yo ya estaría muerto, ¿no?» dijo Garou, sonriendo amablemente a pesar de haber dicho algo tan macabro.

«Verás, Suitei era un poco... desastroso a la hora de dirigirnos a nosotros, pero era inteligente...» Garou se mordió el labio, pensativo e indeciso. Tardó un poco en levantar la mirada y mirar fijamente a la muchacha a los ojos.«Aoyama, necesito tu ayuda. Esta tarde... cuando mi otro "yo" salió... ¿Qué hice? No recuerdo nada, como ya sabes, pero tengo esto.» Garou sacó una especie de papel impregnado en algún líquido seco, y su color era rojo como la sangre. «No sé qué es esto, pero parece algún tipo de... ¿indicador? Creo que lo cogí de Suitei... O no, no lo sé. ¿Me acerqué a él en algún momento ayer? Si fuera así quizá lo cogiera en ese momento.» Garou suspiró con los ojos cerrados, tratando inútilmente de recordar los sucesos de ayer. Nunca lo conseguía, daba igual cuánto se concentrara en ello.

«Da igual, no recuerdo nada... Pero creo que es un indicador. Y lo tenía Suitei. Creo que estaba haciendo algo para descubrir a los contaminados con esto, pero no entiendo el qué... ¿A quién me acerqué más, Aoyama? Creo que este papel se tornó rojo al descubrir a uno de los contaminados. Y creo que ayer mi otro yo lo descubrió sin querer al coger esta cosa.» dijo Garou, señalando al papel y mirando expectante a Aoyama.

Haruhi continuaba inquieta porque aunque no quería que Suitei muriese, una parte de ella deseaba que con él acabara todo y salir de ahí de una buena vez; pero no fue así. Alicaída, estaba ensimismada en su cama cuando Garou le habló y escuchó lo que tenía que decir. ¿Naoki estaba en su lista de sospechosos? Ella ni siquiera lo había contemplado porque consideró que estaba muy afectado por lo ocurrido con su hermana y que estaba callado porque no sabía qué decir o hacer en sí... y sintió que debía hacer una confesión.

-A-antes de contarte... debo decirte algo...-soltó un suspiro, se levantó y se acercó a él haciendo una gran reverencia agarrando sus ropas para controlar su nervio-. Y-yo te reviví, Garou. Ese día te aseguro que muchos no votamos por ti y aún así se manipularon los resultados para que cayeses. N-No se me hizo justo dentro de lo que cabe, v-v-votamos aunque sea algo sádico y lo tuyo fue excepcional... y p-por eso quise que regresaras a la vida. N-No se si puedas perdonarme... y hoy he decidido traer a la vida a Kenichi*, al de lentes...

Se incorporó y sus ojitos estaban ya cristalinos. En realidad no le preocupaba si salía su otra personalidad, sino que pudiese perdonarle algún día.

-N-no se si ayudará en a-algo... porque quise revivir a S-Sora... pero no pude-frunció sus labios y en esa misma posición intentó retomar la pregunta que él le había hecho-. Y, según recuerdo, t-tu otro yo se burló de Suitei por haberse lastimado a sí mismo y le indicó cómo hacerlo c-correctamente con esa actitud e-extraña; y t-técnicamente quería matar a S-Suitei aunque saliese votado y que no lo hiciese Karma-sensei. Y cuando Suitei pidió que no se votase por él... te levantaste de tu lugar y te acercaste a él y luego a Naoki.

Observó el papel y... ¿Eso indicaba a algún contaminado? Si partía de eso, Suitei y Garou ya eran inocentes demostrados y Naoki no... ¿De verdad era el último que quedaba?

-¿No se podrá recabar más pistas para dar al 100% con que él es el que queda? 

Garou se quedó impactado ante la revelación de que Aoyama había sido la responsable de que hubiera vuelto de entre los muertos.

«Guau... N-no... no sé qué decir, la verdad...» 

La mente de Garou no entendía cómo la chica era capaz de revivir a las personas, pero era... fascinante.

«¡No! No, por favor Aoyama, no te sientas mal. Agradezco de todo corazón lo que has hecho por mí... Si fuiste capaz de traerme a la vida, es una deuda que nunca podré saldar... A fin de cuentas, solo tú has hecho que tenga otra oportunidad de salir de aquí, de mejorar en mi vida... De no ser por ti seguiría en ese agujero, rodeado de los demás muertos...» Garou cogió de las manos a Aoyama, sonriente, tratando de reconfortarla y de hacerle llegar todo el agradecimiento y cariño que tenía dentro. O bueno, lo hizo hasta que sus mejillas se encendieron como una tea ardiendo, recordando que estaba cogiendo de las manos a la que era probablemente la chica más tímida de la academia.

«L-lo s-siento, no pretendía... S-solo q-quería...» comenzó a balbucear Garou, abochornado y retirándose un poco del lado de la chica. Parecía imposible que ese chico pelirrojo, avergonzado e incapaz de manejar la situación fuera también un ser malvado y errático, dispuesto incluso a tomar la vida de un compañero por mero placer.

Respiró un par de veces, inspirando y espirando lentamente para retomar el control de sí mismo y calmarse un poco, antes de continuar.

«Dices que me acerqué a Suitei y a Naoki, ¿verdad? ¿No dije nada a nadie más, ni me acerqué a nadie más? ¿Sasha? ¿Yu? Si solo me acerqué a esos dos... quizá mi otro yo quisiera hacer algo...» Garou se llevó las manos a la boca, temeroso y temblando visiblemente. «¿Podría... podría ser que mi otro yo supiera quién era el contaminado, o que sospechara de esos dos? Este papel de aquí parece ser con toda certeza un indicador para encontrar a los contaminados. Y si me acerqué a ambos y Suitei resultó inocente... eso solo nos deja a Naoki como contaminado.»

Garou se llevó la mano al mentón, pensativo, mientras reflexionaba sobre las nuevas noticias. Finalmente levantó la cabeza, mirando a Aoyama de nuevo (aunque tuvo que bajar un poco la mirada, un tinte rojizo todavía asomando por sus mejillas).

«El indicador dice que Naoki es el contaminado restante. Visto lo visto, solo quedan dos opciones: O Naoki es de veras el último infectado, o alguien ha hecho parecerlo así, y por ello la prueba sería errónea. No sé qué hacer, dependiendo de lo que se diga y ocurra mañana, votaré por Naoki o no... Pero creo que es lo más sólido que tenemos hasta ahora, ¿no crees?»