Partida Rol por web

Una vez se ha asegurado de que sus reclutas están lo más presentables que pueden, Ballestero se acercó al Capitán, que ya estaba subido en su caballo.

Capitán, dijo, si metes mucho ruido y distraes la atención, podría acercarme al Amo de los Títeres, si es que hay uno. Si los magos me dicen dónde anda, por cierto. Quinta: ¿lo sabes tú? Tú lo has nombrado. Podría intentar meterle una flecha por el culo. Miró entonces a los magos. ¿Me podríais ayudar a pasar inadvertido? También se centró en Khadesha. ¿Podrías ayudarme tú? ¿Te atreverás a venir conmigo?

El Capitán termina de recoger su equipo y se monta a caballo. Le tiende algo a Khadesa: Es una bandolera con seis dagas.

- "Tranquilo, Ballestero, iremos poco a poco. La idea es ir despacio, paso a paso, con sigilo. Despejemos una zona de retirada por si los nuestros deben regresar." -

Los diez Reclutas Reservas de la Escuadra Ballestero se aprestan para la batalla, todos llevan armadura de cuero, escudo grande de madera de estilo K'Hlata, una daga al cinto y una lanza corta en la mano.

Las fuerzas del Cabo Cortaplumas abren las puertas y el Capitán sale del Campamento al trote, despacio.

Lo de la mirada peligrosa con que respondió al capitán era pura costumbre. Él ni se daba cuenta. En realidad, pensaba que había sido un simple gesto de adquiescencia.

Tornó a donde estaban sus hombres y susurró, proyectando la voz en su dirección: hemos ensayado esto mil veces. No me falléis. El que me falle, encontrará sus pelotas puestas a secar mañana. Tened en cuenta que lo que hay ahí delante es menos peligroso que yo. Oh, algunos me podrían en una pelea. Pero no tienen más interés en vosotros que quitaros de en medio, y basta. Yo tengo un interés personal en vosotros. Me emplearé a fondo.

Esa era su manera de animar a la tropa antes de la batalla. Un discurso corto pero elocuente.

Su método era este: su superior le decía lo que tenía que hacer. Él trasladaba la orden cuándo y como deseaba a sus hombres. Sus hombres esperaban a que él pasara la orden. Eran suyos. Sus pequeñuelos, les llamaba a la cara con sadismo cuando se encontraba de muy mal humor. Lo que seguía tras eso, comenzaba con un látigo, y había acabado con muchos en la tienda de los heridos.

Justo antes de abandonar el Campamento, el Capitán frena a su caballo y se gira sobre la silla para mirar a Guardaespaldas:

- "Quédate y protege al Cabo Cortaplumas. Es una orden." - Dice enérgicamente a Guardaespaldas.

Éste, con el ceño fruncido se cruza de brazos y acata la orden con evidente enfado.

El Capitán acaba de ajustar su armadura de placas y revisa que todas sus armas están preparadas. Lanza y escudo en su sitio. Ballesta ligera a la espalda, y espada y daga en el cinto.

Finalmente mira a Ballestero, Khadesa y los Reservas. 

- "¡Adelante!" - Exclama.

- "La escuadra está lista, Señor." - Indica  uno de los Reservas a Ballestero dando un pequeño paso adelante.

Alza la mano en un saludo militar y regresa a su puesto dispuestos todos a seguir al Capitán y a Ballestero.

Ballestero asiente a su hombre. Cuando él no esté, él será quien tenga el mando de la pequeña tropa. Sabe que no les respetan, pero es su tropa y él ha estado cuando sufrían, cuando aprendían cada pequeña lección. Los dioses le libren de demostrar siquiera una migaja de compasión por ellos, pero los respeta porque son suyos.

Tras dar la espalda al reserva, mira al capitán, para transmitir la orden cuando él lo diga.

BATALLA DE GALDAN: FASE IV: ASALTOS 8, 9, Y 10 DE 10.

MAPA SALIDA DEL CAPITÁN: http://pyromancers.com/media/view/main.swf?round_id=181250

- El Grupo de Rescate del Capitán sale del Campamento Principal.

Observo las piezas que me traen de armadura con presteza pero con la atención debida. Sopeso los cuchillos de lanzar en la mano. Parecen bien equilibrados. Me dirijo a mi tienda para cambiarme. Pienso en si dejar o no una nota. Finalmente decido no hacerlo. No hay tiempo que perder ahora. Añado a mi equipo la cuerda de cáñamo* y algunas hierbas y vendas, para una cura de mucha emergencia.

Bien, vayamos allá.

Me uno al grupo, al costado de Analista.

- No tenemos prisa. Dejadme margen para adelantarme e intentar ver más allá de vuestros ojos... El avance debe ser eficiente, no ganamos nada precipitando nuestra muerte.