Partida Rol por web

Yllka realmente era una gran bruja y lo estaba demostrando con creces, Suki intuía que esta ronda sería de su contrincante, pero no le importó en absoluto, no estaba allí para competir aunque realmente los duelos fuesen para eso, ella consideraba que había más en todo aquello y la joven Selwyn deseaba aprender al máximo.

Asintió cuando fue su turno y se cuadró frente a Yllka alzando su varita y conjurando de nuevo un Desmaius que resultó ser mucho más potente de lo que ella esperaba, lo cual la hizo asombrarse y asustarse a la vez, viendo como el hechizo empujaba con fuerza a su compañera.

-¡Oh lo siento! ¡¿estás bien?! - dijo corriendo hacia ella.

La verdad el poder que acababa de demostrar Anne para él no era ninguna sorpresa, sabía quien era y aun mejor, que podría llegar a ser, pero aun así la satisfacción que obtuve por su logro no dejaba de asombrarme. 

Aun estaba llevándose a Anastasia cuando un nuevo relámpago iluminó la estancia y con un reflejo automático se dirigió hacia el fogonazo. Esta vez era Suki, había invocado un potente desmaius sobre Yllka y solo pude ver como la joven Ravenclaw salía despedida varios metros hacia atrás y caía de mala manera sobre el suelo. Corrí hacia ellas mientras Suki hacia lo propio hacia su compañera con gesto preocupado. Cuando llegué a ellas apartó un poco a Suki para que dejase ver el estado de Yllka, había caído mal pero parecía estar consciente y en buen estado pese a todo.

- ¿Estás bien señorita Folks? ¿Puede oírme? - la voz era neutra, sin emoción ni preocupación real, de nuevo esto era lo que quería ver. 

La Ravenclaw musitó algo antes de poder articular una palabra que pudiese entenderse. - Sí, sí... Creo que sí... Me he caído de peor manera desde la escoba. - la voz sonaba menos sincera de lo que la joven creía y seguro que podría tener algo roto o al menos con contusiones. La ayudé a incorporarse y la dejé en uno de las sillas del salón comprobando su estado y luego corrí hacia el portón y di la voz a Megu y Bredan de que había otra alumna que llevarse.

Esperé a que todo volviese a la normalidad antes de proseguir con la ronda de duelos, además antes quería poder enseñarlos algo antes de seguir. Reuní a los vencedores de cada ronda: Anne, Randall, Lauren, Dana y Suki y les indiqué que se pusieran en fila. Los miré fijamente y me detuve por unos segundos en cada uno, dentro de ellos. Me llevé la mano al mentón y sonreí maliciosamente, tenía claro quienes se enfrentarían.

- En mi escuela cuando alguien se bate en duelo se eligen quienes se enfrentan mediante algo sencillo, quienes aguanten mejor una maldición del profesor se enfrentarán entre ellos y así sucesivamente. Si lo hiciese así aquí mañana estaría de camino a Rusia, y aunque me gustaría, de momento mi sitio está aquí. Así que lo haré más sencillo. Saqué de un bolsito unas piedras que contenían varias runas y extraje cuatro de ellas que mostraban números. - Quien saque el número más alto clasificará directamente, el segundo podrá elegir contrincante. Pero antes...

Aparté a los alumnos colándome entre los dos del centro y los animé a seguirme mientras me dirigía al resto de alumnos presentes. Saqué la varita y la moví entre mis dedos. Era blanca inmaculada y tenía impresas en dorado algunas runas que no alcanzaban a ver del todo sin querer fijarse bien, y la detuve al hablar.

- Bien, pero hoy no os he traído solo para que me enseñéis que sabéis hacer cosas que un mago aprende antes de encamarse, no. Hoy quiero enseñaros algo que os servirá para destruir al enemigo, a poder hacer que un problema desaparezca. Pensaba enseñarlo a todos los alumnos del club pero tendrán que esperar la señorita Folks y la señorita Bennet. - hice una pausa y miré a Anne y Suki con satisfacción. - Hoy os enseñaré en conjuro confringo.

Me separé varios pasos de los alumnos y señalé con mi varita hacia el fondo de la sala donde había un banco de piedra. Moví la mano simulando un semicírculo desde abajo hacia arriba y una espiral hacia delante cuando alcanzaba su punto más alto.

- Cofringo - mi voz sonaba grave pero templada, sin apenas expresión, mecánica. Las runas de la varita brillaron con intensidad. Un potente haz de luz naranja chocó a una inmensa velocidad contra el banco y lo hizo añicos que esparció por varios metros. Al terminar me giré de nuevo hacia los alumnos con total calma y con una reverencia sonreí. - Vuestro turno. Después por favor, los candidatos vengan a sacar la runa que les toque.

Lauren quedó muy preocupada por Anastasia que salió en malas condiciones de ese lugar aunque era parte de entrar al club de duelos y más con un hombre como Rusev, aún así su cara demostraba que no le agradaban ese tipo de cosas aunque aún así fue donde Suki y puso su mano en su espalda y luego la abrazó, echándole los brazos a los hombros, después de todo Yilka no había salido tan mal como Anastasia.

Ahora, y sin pensarlo, había pasado a la segunda ronda en donde aprenderían un nuevo hechizo, no quiso reparar mucho en la historia que les contó, quizás en un futuro psicoanálisis podría ser una de las razones de que él fuese así y justificaría su forma de pensar, pero eso sería tema para otro momento y ahora debían aprender otro hechizo. Lauren intentó seguir el movimiento, pero no era buena para eso así que a pesar de intentarlo, no logró hacer que de su varita saliera algo ni siquiera similar a lo que había hecho el hombre, lo volvió a intentar una segunda vez y no resultó y luego un tercer intento, tampoco pudo aunque estuvo apunto de conseguirlo.

Torciendo el gesto, bajó su varita, no le agradaba tampoco la idea de lastimar así a otra persona, y quizás por eso no había logrado intencionar el hechizo de manera correcta y por eso no salió su hechizo, pero ahora iba a sacar la runa y metiendo la mano, sacó un 8, mostrándoselo a los demás. 

No fue hasta que terminó su duelo con Daphne, que Dana se dio cuenta de lo que había ocurrido en los demás enfrentamientos. Anastasia e Yllka habían salido heridas y llevadas a la enfermería. La Gryffindor observó la situación desde la lejanía, evitando ser un estorbo, ya tendría tiempo de hablar con sus compañeras para saber su estado más tarde. No sabía si por los acontecimientos recientes, o por su animadversión por ambos Slytherin, pero se sorprendió a sí misma deseando que los dos lesionados hubiesen sido Avery y Lestrange. 

Pasado el shock, cuando regresó la calma, Dana siguió con la mirada a Boronov mientras éste hablaba, preguntándose internamente cómo era posible que hubiesen aceptado a aquel hombre como profesor en Hogwarts. No era sólo que hubiese sido mortífago, sino que sus métodos usuales eran... discutibles. Intentando dejar sus juicios a un lado, se concentró en el hechizo que pretendía enseñarles.

Sujetó con firmeza su varita, e, imitando los movimientos del profesor, intentó invocar la maldición. - Confringo. - Sin embargo, nada ocurrió, por lo que la animaga repasó mentalmente los movimientos de Rusev de nuevo, y practicó en silencio un par de veces, tras las que se atrevió a volver a intentarlo. - ¡Confringo! - Dijo con más ímpetu y, esta vez, de su varita salió un haz de luz naranja que, a pesar de ser menos potente que la del ex-mortífago, hizo que otro de los bancos de la sala estallase en pedazos. 

Tras haber conseguido aprender el hechizo, siguió el ejemplo de sus compañeras y tomó una de las runas del pequeño bolsito. Al igual que Lauren, había sacado un 8, así que, después de mostrarla al resto de alumnos, decidió esperar a que el profesor explicase qué debían hacer ahora.

Tras ver a Yllka salir despedida por el torrente de magia de Suki, Linus se preocupó. Se supone que debían seguir el torneo y enfrentarse unos con otros, con lo cual era inevitable el enfrentamiento entre Suki y Anne, y si volvía a lanzar un hechizo semejante el joven no estaba seguro de poder contenerse.

Su atención se desvió de estos pensamientos totalmente cuando comienza Rusev con su explicación. Al fin un hechizo realmente útil. El ansia del muchacho le traicionó y le llevó a ser imprundente a la hora de ejecutar el hechizo. Tras varios intentos de reproducir los mismos movimientos del profesor se paró un instante. Respiró con tranquilidad y volvió a ejecutarlo, esta vez con su habitual serenidad.

-Confrigno- Dijo en un susurro. El blanco estalló en pedazos. Sonrió.

Ahora sí.

- Gracias amigo. - respondo a Randall en medio de todo el lío por mi conjuro y la situación de Anastasia, agradeciendo aquel gesto mientras es Rusev quien me lleva junto a Linus, con quien me quedo conversando un largo rato un tanto ajena a los duelos hasta que Suki hace algo similar con mi mejor amiga. Rápidamente decido acercarme hacia el lugar donde ha quedado mi amiga mientras fulmino con la mirada a la rubia, me preocupa que la morena con semejante golpe que se ha dado, quede con alguna secuela. 

Rápidamente se la llevan, y la clase/duelo sigue sin más, aunque estoy un poco cabreada. Desvío la mirada hacia Rusev e intento averiguar qué hace con la varita y no capto absolutamente nada. Lo bueno es que prefiero estar cerca de mi novio mientras se decide a los próximos que estarán en el duelo. Si fuera por mi, ya me estaría retirando, pero es probable que el Profesor no acepte tal acción. 

Un poco reticente a todo, comienzo con el aprendizaje del conjuro que nos ofrece. Así que cojo un objetivo, el más cercano que esté y extiendo la varita susurrando cronfingo, siendo una sorpresa el haberlo aprendido rápido. Al menos tengo uno más, y la idea de explotar cosas sí que mola. - Felicitaciones. - digo a Linus que lo había realizado con éxito, y alzo el pulgar al ver que Randall también orgullosa por su desempeño. 

Daphne sabía que había combatido de tú a tú con Dana, habiendo librado ambas un gran duelo, por lo que pese a no superar la ronda, tampoco estaba decepcionada consigo misma. Sabía que las artes combativas no era su fuerte, pero tenía claro que se esforzaría por ir mejorando poco a poco y aprender a defenderse o defender a algún compañero que estuviese en serios problemas.

Aunque los profesores le habían protegido con los Protego al ser impactada, no dejaba de sentir un tanto dolorido el cuerpo, pero una vez se recompuso y se levantó del suelo, fue hasta su amiga y la felicitó.

- Has peleado muy bien, te felicito. Mucha suerte con las siguientes rondas... - le expresó te tendiéndole la mano y dándole un apretón.

Justo en ess instantes, un destello azulado iluminó la sala y giró la vista en dirección al origen. Annelie había dejado fuera de combate a Anastasia con un poderosísimo Petríficus totalus que ni los profesores pudieron contener. La verdad es que había sido bastante impresionante, y aunque no fuese a felicitarle, si que silbó y movió las manos dándole a entender que estaba impresionada. No tardaron en llevarse a la joven Hufflepuff a la enfermería, pero justo entonces se produjo un hechizo similar en potencia o incluso más poderoso, y es que Suki había lanzado un poderosísimo Desmaius que dejó noqueada a Yllka. En esta ocasión, más por cercanía y estrecha amistad, Daphne felicitó a Suki por el impresionante hechizo, aunque también se preocupó por el estado de su compañera de Quidditch.

- WoW, eso ha sido brutal, Suki. Menuda potencia... - y acercándose hasta Yllka, le preguntó qué tal se encontraba. Ey, ¿Estás bien? ¿Cómo te encuentras?

Tras aquellos sucesos, la clase continuó al poco y Rusev les enseñó un nuevo hechizo, la maldición explosiva o Confringo. Daphne observó como algunos de sus compañeros no lo lograban y otros si, ya fuese o no al primer intento, pero cuando llegó su turno, quiso demostrar que ella era igual o más hábil que las que hasta entonces se habían lucido. Concentró su poder y fijó su objetivo en un de los grandes bancos, y a la par que ejecutaba los movimientos de varita enunció con rotundidad - Confringo! Una potente luz anaranjada con apariencia de fuego hizo añicos el banco, forzando a los presentes a cubrirse el rostro con las manos. Daphne sonrió orgullosa.

- No está nada mal para ser la primera vez, ¿no creéis? - les susurró divertida a Suki y Dana, guiñándoles un ojo y sacando la lengua. 

Asintió cuando fue su turno y se cuadró frente a Yllka alzando su varita y conjurando de nuevo un Desmaius que resultó ser mucho más potente de lo que ella esperaba, lo cual la hizo asombrarse y asustarse a la vez, viendo como el hechizo empujaba con fuerza a su compañera.

-¡Oh lo siento! ¡¿estás bien?! - dijo corriendo hacia ella.

Al llegar junto a Yllka intentó ayudarla a levantarse cuando Rusev la apartó.

-Lo siento… - volvió a decir mirando a su compañera visiblemente preocupada. Notó entonces el abrazo de Lauren, y lo agradeció, nadie la conocía como ella. –Gra-gracias… - le susurró a Daphne cuando la felicitó.

Rusev dejó a Yllka en una silla y juntó a todos los vencedores poniéndoles en fila y mirándoles con una sonrisa maliciosa, la rubia apartó la mirada, fue cuando realmente se percató de que allí estaban Dana y Lauren y les sonrió levemente al ver que habían pasado la ronda, no se sentía muy animada después de aquello, solo podía pensar en Yllka y si se encontraba bien tras aquello, lo que le hacía pensar en si realmente quería o no quería estar en ese club…

Rusev entonces fue dando las instrucciones y les mostró el nuevo hechizo que iban a aprender, Suki miró seriamente el banco que el profesor hizo añicos, ¿no pretendería que usasen eso unos contra otros no? contra un enemigo… en una lucha, vale, pero allí… pues no.

La rubia sonrió cuando Daphne hizo aquel comentario, realmente lo había hecho genial.

-Mi turno… - Suki apuntó a uno de los bancos y realizó el hechizo que no logró.

La joven Selwyn bufó, había ido allí para eso, para mejorar sus habilidades, para aprender hechizos nuevos, y aquella culpa que sentía por dañar a su compañera le estaba haciendo perder la concentración, pero, ¿por qué culparse de aquella manera? Era un riesgo que corrían en realidad al apuntarse a aquel club, aunque nadie quisiese hacer daño a otro, o eso pensaba, al menos por su parte, y por supuesto aquello no lo había hecho a posta.

La rubia cerró un segundo los ojos y tomó aire antes de intentarlo de nuevo y esta vez lo consiguió, lo que le hizo sonreír, hacía tanto que no lograba aprender un hechizo…

Después se acercó a Rusev y cogió una de las piedras para ver cual sería su turno.

Observaba con detenimiento como cada alumno intentaba replicar mis movimientos para lanzar la maldición. Ninguna ejecución fue perfecta, salvo la de Daphne, pero para mi agrado casi todos pudieron replicarlo con éxito. Todos menos Lauren, me acerqué a ella con cara de pocos amigos.

- A veces me sorprende que hayáis podido llegar a los últimos cursos con vida. Pero bueno, tiene que haber de todo - dije al pasar frente a ella. En ese momento pude ver como Anne intentaba descifrar lo que decía mi varita, sonreí ante eso esperando que ella supiese que lo había notado.

Luego volvimos al tema del sorteo. Dana y Lauren habían empatado y decidí dar entre ellas un nuevo intento, resultando ganadora Lauren, volví a sonreír.

- Vaya, Lauren en la final. Será divertido. - dije mirando al resto de sus compañeros. - Señorita Lawrence elija oponente. Como habréis notado serán tres en la final... Será divertido.

Ya habían sucedido demasiados accidentes durante esa clase. Mentiría si dijese que le importaba algo la seguridad de los demás, lo que realmente le importaba era la de Anne. El chico estaba enamorado y como tal, en ese estado, no pensó las consecuencias. Quizás había perdido el duelo al ser únicamente exposición de poder, pero no tenia duda de que era de los mejores de allí, y lo demostraría para defender a Anne si llegaba el momento. No dejaría que acabase como las otras dos.

Linus sacó su varita y la mantuvo firmemente sujeta en la mano derecha, sin perder detalle de los duelos, esperando el momento de si la chica necesitaba su ayuda.

Con el desempate, se resolvió que sería Lauren quien pasase directamente a la final, mientras que Dana tendría que elegir rival para los duelos. Reflexionó detenidamente, debía escoger bien su contrincante. Suki y Annelie habían demostrado un nivel altísimo, y ambas dos merecían estar en la final, por lo que la Gryffindor no quería eliminar a ninguna de sus dos amigas, y también estaba Randall. La animaga había salido emocionalmente mal parada de su último duelo, a pesar de que el Slytherin había perdido, y salido corriendo, por lo que pensó que aquella era una buena oportunidad para intentar cobrarse la venganza, además... esta vez no podría huir.

- Me enfrentaré a Lestrange. - Dijo en tono seco. Este duelo no sería, ni mucho menos, tan amistoso como lo había sido el duelo con Daphne.