- Acaba de estropear "nuestro momento", Pomfrey. Es usted un aguafiestas - dijo Buzánsky con sorna, manteniendo su rictus serio habitual.
- Ya le replicaré, Circe. PODRÍA HABÉRMELO CONTADO.
Pero la cosa terminó ahí, de momento. Ahí, aunque realmente poco tenía ya que hablar Buzánszky con ella sobre todo aquello salvo echarse en cara el uno al otro.