Partida Rol por web

Acompañó a Mía durante toda la exposición de sus criaturas, realmente fascinantes. Linus se quedó sobre todo impresionado por los dos dragones de la misma especie, y sobre todo algo preocupado pues sabía lo preligrosos que podían llegar a ser, por que no decirlo: No se fiaba mucho de que alguno de sus compañeros no hiciera algo imprudente, sobre todo Ralph. Sin embargo, no dijo nada hasta que el resto del grupo se separo de ellos. Agradecido por la delicadeza con la que había tratado la situación, Linus le dedico una sonrisa, lo cual no solía hacer y le respondió:

-Es impresionante ese par de ejemplares de Ridgeback Noruegos, he oído que son muy difíciles de encontrar en la actualidad...- ¿Acaso mi tío me ha pegado su pasión por estas criaturas? Pensó para si, para luego aclararse la garganta y hablar de lo que realmente le había traído alli- Perdona por el secretismo, no estoy muy enterado de cómo esta el mercado de estos productos, así que prefería hablarlo a solas... Estaba interesado en adquirir un par de dosis de polvo de garras de dragón. ¿Sería posible?- Dijo mirando a los ojos a Mía intentando ver si su precaución estaba o no fundada.

Mia se dedicó a escuchar con tranquilidad las palabras del muchacho, sonriendo ampliamente cuando escuchó lo de los dragones, asintiendo un par de veces como respuesta a las palabras de Linus —En verdad lo son, afortunadamente pudimos rescatar a estos dos, seguro sera un buen añadido a cualquier reserva natural a la que vayan, aun falta para eso, asi que aprovecho a contemplar lo increíbles que se ven— Su pasión por aquellas criaturas era algo de lo mas grande que existía en ella, incluso en su época en Hogwarts había sido asi, era algo que no se podía evitar viniendo de ella, desde temprana edad sus padres le habían contagiado esa pasión por las criaturas gracias a la profesión de uno de ellos, pero el amor por los dragones en particular terminó siendo el que tuvo mas peso en ella al momento de salir del colegio, no fue sorpresa que terminara en ese rumbo realmente.

A continuación, escuchó tranquilamente el pedido del contrario, alzando una ceja de manera sospechosa pero también asegurandose de que pareciera graciosa, pues no quería poner nervioso al chico o algo asi con sus acciones, recordó por un momento el uso que se le solía dar a ese ingrediente en particular —Usualmente no es nada malo cuando se trata de la preparación de cierto tipo de pociones, aunque... Para los alumnos de Hogwarts digamos que si pertenece al mercado negro ese ingrediente ¿Algún uso en particular que le quieras dar?— Preguntó curiosa, mirando a Linus detenidamente mientras miraba que todos estuvieran haciendo caso a las indicaciones que les había dado, no se tenía que confiar demasiado y estar al pendiente siempre era algo necesario.

—El polvo de garras de Dragón es bien sabido que incrementa las capacidades cerebrales. Supongo que es lo que a ti te interesa ¿O me equivoco?— Terminó de decir divertida, recordando que en sus tiempos en Hogwarts se usaba este ingrediente especialmente en los últimos grados, por aquellas propiedades que había mencionado al chico, a decir verdad conseguir este ingrediente no sería nada dificil, despues de todo sabía tratar con dragones lo suficiente para incluso conseguir el mismo sin dañar o causar ningun inconveniente a las bestiales criaturas.

La mayor de los Blumer sonrió con timidez a las palabras de Ralf, de hecho sus mejillas se tiñeron ligeramente de rojo cuando mencionó que tenía una de las cualidades que destacaba en aquellos que tenían compañeros dragones, habían pocas cosas que podían sonrojar a la joven y una de ellas es que elogiaran algo más allá de su belleza física. De ahí, colocó un gesto pensativo, hasta hace solo unos instantes solo se veía como una digna propietaria de un gato, de un bebé gato de hecho, nunca se había imaginado así misma como la guardadora de un dragón. Con un poco más de determinación negó con la cabeza a la pregunta de Ralf.

— no me imagino cual de esas cualidades supuestamente tengo ni tampoco ser la humana de un dragón — Linus por su parte parecía más interesado en los dragones y en comprar algo, poniéndose misterioso. Lauren lo observo de reojo unos segundos mientras hablaba pero apartó su mirada, debía recordar que no debía dar impresiones erradas — solo me imagino como la humana de un mínimo... quisiera una mascota este año, desde hace años que no tengo una — agrega, bajando un poco su mirada.

Mia los lleva hacia el interior de la cabaña a petición de varios, querían ver Dragones y luego de las presentaciones de rigor realizadas por Krista y a lo cual Lauren levantó su mano cuando la presentó, todo el grupo descendió al santuario que mantenía la joven. Lauren quedó maravillada por lo que veía, todo ese enorme lugar y el hecho de que Mia se preocupara de rehabilitar a los dragones que rescataban para poder enviarlos a donde corresponde. Era una tarea titánica que se preguntaba cómo podía realizarla sola. Sanar un alma dañada y maltratada por otro era una labor enorme y muy difícil, más cuando se desconfía. Lauren se quedo mirando a la joven rubia, que era casi tan alta como ella misma. De hecho las cabezas de las dos destacaban entre los presentes, a excepción de Jacque, quien era más alto que las dos chicas. Lauren se preguntó si una carrera como  Magizoologista sería algo para ella. No tenía ni idea que seguiría haciendo una vez terminada la escuela porque su carrera de modelaje solo era un pasatiempo.

ya en la zona de los libros, uno de sus comportamientos casi compulsivos fue el de acercarse a los libros para revisar sus lomos, le picaban literalmente las manos por sacar uno y ponerse a leer, no es que fuera una asidua estudiante de dragones, pero es que eran libros y estaban ahí. En sí mismos eran preciosos para la joven de los cabellos lilas, pero su curiosidad fue cortada abruptamente ante la majestuosidad de los dragones que aparecieron, su primera reacción fue tomarse de la mano de la persona que estuviera justo su lado, Linus justamente, apretó ligeramente mientras sus ojos estaban fijos en aquella criatura. El chico podría sentir su mano suave y delgada, aunque estaba algo fría. Lauren no fue del todo consciente de esa reacción y cómo todos, se acercó lo más que pudo al límite impuesto por Mia para asombrarse ante la estampa de aquellas criaturas. Todos eran magos, muchos de ellos nunca han estado en el mundo muggle, pero aún así no necesariamente habían visto un dragón de tan de cerca y de ahí el asombro, la fascinación y porqué no el temor reverencial que producían. 

— wow son asombrosos... — exclamó, y luego se giró hacia Mia — ¿ellos están bien? — preguntó preocupada, todos conocían la historia de Harry Potter y compañía saliendo del Banco montados arriba de un dragón que rescataron de una cruel prisión — ¿los... los dañaron mucho? — volvió a preguntar, aunque esa pregunta era más personal. Si criaturas que habían sufrido tanto podían sanar, seguramente ella también podría. 

Escucho atentamente la explicación de Mía, realmente le empezaban a interesar ese tipo de criaturas. Maldito Lancel, su entusiasmo es contagioso...

Cuando le preguntó por el uso que le iba a dar Linus dudo en parte. Sin embargo, el tono y las caras que ponía Mía al preguntárselo le hicieron bajar la guardia, sumado eso a la belleza y juventud que irradiaba, decidió ser franco con ella:

-Lo suponía... No, no tenia intención de usarlo en pociones, pero tampoco quería usarlo para ningún examen o algo semejante, no soy de hacer trampas- dijo con seriedad. No lo necesitaba para sacar buena nota, y ese tono seguro de sí, casi pudo sonar arrogante ante Mía, pero Linus no se dio cuenta de ello y continuó- He comenzado a trabajar para el ministerio, en el departamento de misterios. Pensaba que llegada la ocasión, tanto mis jefes de departamento como yo podríamos beneficiarnos de ellos.​​- si bien era la verdad, no era toda la verdad, pero lo suficiente para no levantar sospecha.

Espero mirando a los grandes ojos de Mía su respuesta.

Linus había acompañado al grupo en la visita, aunque estaba mas impaciente por hablar con Mía de lo que venía a comprar que por lo que les estaba enseñando. Aunque eso cambió cuando vio a los dragones, los había distinguido a todos antes de la explicación de la dueña. Mi tío Lancel me ha pegado su pasión... Se dijo con una sonrisa viendo a tan majestuosas y poderosas criaturas. Esta sonrisa se apago al notar que alguien le cogía de la mano, era Lauren. Había sido algo repentino y no se lo esperaba en absoluto, sin embargo no dijo nada y la cogió con firmeza- probablemente se haya asustado por los dragones- se justificó a si mismo, pensando que así la estaba ayudando. 

La mirada que Mía le lanzo, cuando delimitó la zona para que el grupo no cometiese ninguna estupidez, fue suficiente para que Linus entendiese que el momento de hablar con ella había llegado. De mala gana soltó la mano de Lauren y se encamino tras Mía dejando al grupo atrás durante unos momentos.

La respuesta de Lauren, antes de bajar, hizo que el joven Ravenclaw asintiera, si ella no se podía imaginar cuál era la cualidad que Ralph creía que tenía y no se veía con nada más que un minino, probablemente sería más certera que él, pues se conocía a sí misma mejor que el muchacho.

Y descendieron, como una especie de Viaje al Centro de la Tierra, a un lugar enorme que, de no ser por que no se veía el cielo, podría ser un exterior perfectamente. Siguió al grupo y obedeció, hasta que los dragones comenzaron a salir, majestuosos. Los primeros momentos se quedó boquiabierto pero enseguida se giró para preguntar por la lista de... no importaba, pues Mia se marchaba con Linus. Se había quedado sin la lista, o eso parecía, tendría que buscar otro modo de conseguir lo que quería, o esperar su turno, así que volvió a centrarse, con una gran sonrisa, en los dragones.

Espero que no los dañaran mucho, pero lo más probable es lo contrario -comentó, con frialdad, ante Lauren-, no obstante ahora parecen bien. Eso es lo importante ¿no?

Dio un paso lateral hasta colocarse al lado de Krista, quien parecía haber enmudecido ante la presencia de aquellas criaturas.

¿Has visto eclosionar algún huevo?

Le preguntó a su amiga, al fin y al cabo era hermana de una gran drangonóloga, con lo cual probablemente habría visto cosas que muchos solo han podido pensar. Luego ya, en un tono más bajo -sólo audible para quienes les prestasen atención- preguntó.

¿Estás bien?

Ni siquiera sabía porqué hacía aquella pregunta. Pero sentía que algo no estaba en su lugar aquella tarde.