Partida Rol por web

Un nuevo día había empezado, y el auror había llegado temprano para comenzar con la investigación, sabía bien por dónde debía empezar, y tenía que ir al hospital para indagar con respecto a Ferreira, tomando el expediente y repasando lo una y otra vez, quería estar seguro de conocerle tan bien cómo la palma de su mano.

Había planeado llevarse a Dana, para que participará en la investigación y puliera sus habilidades en la detección de pistas y patrones, es una niña, pero una niña valiente que merece todo el apoyo de su mentor, y que había mostrado gran habilidad ayer en la tarde, realmente le estaba cogiendo cariño a la chica. 

Recordó que tenía que hacer un pedido, y enviar tres cartas, y una era para su pupila, mientras también esperaba los materiales del curso a distancia.

Tomó el pergamino, la pluma y comenzó a escribir, cuando terminó, las tres cartas estaban listas para ser enviadas, tomó la interdepartamental y a la lechuceria.

Tresde sonríe. El auror empieza a ser de su agrado. 

- Vivo de los grises, señor, la vida, en general, es una gama de grises .- le explica. 

Toma notas de todo lo que le dice el jefe de los aurores. 

- Entendido. Déjeme a mi la literatura, es mi especialidad.- comenta.- De todas formas no caeré en el morbo de la mutilación del cuerpo.- explica para que el auror tuviera claro por donde no iba a pasar. - Tampoco queremos generar pánico. 

Sigue tomando notas y cuando habla de Hoggen alza la mirada.

- A Hoggen le conozco yo. He escrito varias veces sobre él. Sé lo mucho que le gusta que le adulen sobre su trabajo. Puedo hablar yo con él, señor, de una forma más informal... tal vez así consiga más información. Si habla usted con él, puede sentirse cohibido... quiero decir, al tratarse de simbología de magia prohibida... tal vez ante un auror tenga la lengua más atada. - explica Martin. 

Cuando menciona a Boronov Martin cambia el gesto y comienza a respirar con fuerza.

- No me gusta Boronov. Fue un mortífago señor. Fui torturado por los mortífagos, asesinaron a mi mujer y a mi hijo .- le dice de carrerilla mientras su respiración va yendo cada vez más rápido.- No me fío de él. No me fío nada de él. Preferiría no tener que verle la cara a ese traidor.- casi escupe sus palabras.

Martin intenta calmarse. No entendía como tantos mortífagos se habían librado de la cárcel después de todo el daño que hicieron. No entendía muchas cosas de las que habían sucedido. 

Tresde deja pasar varios segundos tensos y se piensa la oferta del auror. 

- Trato.- dice finalmente Martin y estira su mano para cerrar el acuerdo con el jefe de los aurores. 

Keith estaba ahora seguro de que asociarse con Tresde era una gran idea, si compartían información, ambos podrían salir ganando, mucho.

- Sería estupendo que hablara con Hoggen de forma mas informal, de todas formas, aunque sea por protocolo de la investigación, yo deberé interrogarlo, también es importante para nuestro chico de prácticas, el señor Diggory, debo enseñarle lo mejor que pueda. Con respecto a Boronov, me cae como un una bludger en la entrepierna pero, por ahora, no puedo tocarlo.

Keith suspira, tamborileando con sus dedos sobre un expediente que hay en su mesa. - El Ministro accedió a dejarle volver y no enviarlo a Azkaban, personalmente no creo que un mortifago se reforme nunca, pero el Ministro me dijo que podíamos aprovechar la oportunidad para vigilarle y comprobar si realmente quería compensar sus errores o si se reunía con viejos amigos, para cogerlos a todos por las pelotas, es una de las razanos por las que un auror está dando clases en Hogwarts...

Keith meditó unos segundos antes de continuar con una sugerencia. - Hable usted en privado con Hoggen, nosotros habarlemos con ambos a la vez, así parecerá menos ofensivo para Boronov, y podremos estudiarles. Podemos intercambiar impresiones despues de que ambos hablemos con ellos. ¿Que le parece?

Keith pasó por la oficina como un rayo, necesitaba una cosa para el registro de la habitación de Floyd y había vuelto a buscarlo. - ¡Ey Bredan! ¿Cómo llevais la investigación? Creo que nosotros tenemos alguna pista, pero tenemos que continuar el registro, Diggory se está portando, el chico tiene buen instinto. ¿Haces buen equipo con Sándor? Si necesitas alguna cosa, ya sabes que me la puedes pedir. - Dice tratandode de animar a su amigo, que parece algo ocupado.

Se acerca a él y le pone una mano en el hombro, apretando ligeramente, en señal de apoyo. - No cargues con todo el trabajo, ¿de acuerdo? Si necesitas algo me mandas una lechuza y, recuerda, mientras tengas una investigación en las manos, no es estrictamente necesario venir a la oficina, atraparemos a esos asesinos.

Martin carraspea algo más tranquilo después de las explicaciones del auror. Boronov estaba siendo vigilado y si recaía llevaría directos al departamento de aurores a toda la madriguera de basura. No era un mal plan. Tresde creía que la gente merecía una segunda oportunidad, pero en el caso de Boronov iba a ser ya la tercera o la cuarta.. sin haber probado correctivo alguno. Eso no le hacía mucha gracia pero podía entender el por qué. 

- Hecho. Me reuniré con Hoggen, después pondremos en común lo investigado .- le dice asintiendo a sus palabras.

Martin saca una tarjeta de su bolsillo y se la da al auror. 

- Ahí tiene diversas formas de encontrarme y ponerse en contacto conmigo. - le explica. 

Martin se despide del jefe de aurores y se marcha.

Había dejado una pequeña marmita al fuego en su despacho y, como todavía le quedaba tiempo para que estuviese a punto, aprovechó para visitar el departamento de aurores. Prefería trabajar las pociones en su casa pero la carga de trabajo hacía que aprovechara el tiempo para hacer algunas pruebas allí, pues lo gordo ya estaba hecho. Sólo le quedaba afinar algunos efectos y minimizar los no deseados. Esperaba que quitar la sangre de centauro eliminaría aquella vil cabezonería ante cualquier propuesta que causaba la poción en sus últimas versiones.

- Buenos días- saludó al auror- ¿Qué tal fue tu entrevista con la joven Lawrence? 

Eso es bueno Keith, el chico es talentoso, pero espero que sea cauteloso-

Luego sonrió a su amigo de toda la vida, y asintió a sus palabras, no quería preocuparle, ya habían compartido muchas cosas desde que eran niños junto con Allen. 

Tu tranquilo, estoy bien, se que vamos a dar con ese maldito-

Estaba leyendo el expediente del sujeto, mientras tenía el libro y material de encantamientos al lado, en su escritorio, que se esmerba en mantener limpio. 

Después de que Keith se fuera, cogió el material de estudio de encantamientos y comenzó a leer.

Hasta que Sándor llegó, y su presencia también le alegraba bastante.

Buen día Sándor- Cuándo preguntó por la chica, Bred sonrió complacido -Tiene mucho talento, y es muy hábil, además de ser una chica muy respetuosa-

Sándor pensó que su compañero tenía la cabeza en otra parte, así que insistió.

- Me alegra saberlo- señaló, a modo de entremés- Entonces se mantiene fuerte pese a la tragedia de su padre. ¿Conseguiste averiguar algo?

He pensado ir ahora a San Mungo, en cuanto termine de mezclarse la poción que estoy ensayando. En Hogwarts no pude conseguir mucho, a falta de hablar con Abbot, aunque sirvió para mantenerles alerta. En San Mungo quizás podamos conseguir la lista de ingredientes necesarios para hacer el veneno del asesino. A partir de ahí podría mover cosas.

Por cierto, conocí a una amiga tuya, Beckia Weiss. 

A Bred le encantó escuchar que había conocido a Beck, solo sonrió a su amigo, dejó el libro de lado, se levantó para verle.

Eso es bueno, Beckia es muy talentosa, y además era una de las pocas personas que me vencieron en mi tiempo de escuela - 

Pero a lo demás, el auror no tenía respuesta, estaba un poco molesto por eso, pero lo dejó que se manifestará en su cara, ya que el estaba consciente de que debían avanzar en la investigación. 

Concuerdo, una vez reunamos la información, deberíamos buscar en el callejón Diagón, y averiguar a cuántos les habían vendido los materiales, bueno, vamos a San Mungo, usemos la red Flu. 

-Un momento.

Buzanszky fue a su despacho y miró si la poción estaba ya en su punto. Cuando lo consideró oportuno, apagó el fuego, guardó una muestra en un frasquito y marchó de nuevo con Ritcher.

-Ya estoy listo. Vayamos.