Partida Rol por web

Clase de Estudio de Runas Antiguas.

Al salir del comedor vería el mensaje del profesor y se preguntó si así sería en adelante con las clases del hombre aunque no le molestaba, el hecho de poder salir del castillo era agradable para todos, a pesar del frío de afuera y la nieve que se estaba acumulando desde hace días. La chica se fue con sus amigos y al llegar a la cabaña justo detrás de Altair y Suki, llegó a su nariz el aroma de la carne. Hasta el año pasado, Lauren era vegetariana, lo era desde los 15 años, pero ahora estaba comiendo cada vez más bocados de carne sin embargo no se acostumbraba a su sabor ni mucho menos a su sabor pero su cuerpo se lo pedía.

Lauren respingó la nariz por ese aroma que hizo que salivara pero era una reacción más bien física, no consciente, así que prefirió distraerse viendo el lugar que podría ser tan imponente como el reciento donde tenían el club de duelo, pero para su sorpresa, no tenía nada que ver con lo suntuoso de aquel lugar, lleno de pinturas y frescos en el cielo, este, en cambio, era un lugar agradable, rústicamente acogedor aunque el olor a carne asada y a cecina no era del todo agradable para la chica. De todas formas hasta ese momento no se imaginaba qué es lo que se traería entre manos el búlgaro pero mientras pasaba entre sus compañeros y vio las mesas con las runas, algunas luces dio todo aquello.

La elección se fue dando, uno a uno fue marcado por las runas y en algunos casos era evidente mucho más que evidente, y luego de que pasara Suki y Altair, y el resto de los chicos, ella avanzó hacia donde estaban las runas, observándolas con cierto recelo, no es que tuviera una razón de peso para sentirse así pero sintió la misma sensación cuando siendo pequeña, le pusieron el sombrero seleccionador. 

La joven alargó su mano y las pasó sobre las runas, hasta que esta fue a una de ellas, la que tomó pero no sintió nada, pensó que la magia era lo que la podría marcar, aunque internamente no deseaba quedar en esa casa, sin embargo cuando su mano fue a la runa de Mannaz y casi de inmediato sintió lo que había descrito el profesor y al soltarla, la marca estaba sobre su blanca piel.

¿el nacimiento? ¿el origen? ¿la tradición de los magos y brujas?, no es que se sintiera especialmente identificada con todo aquello que ahora le parecía tan extraño, ajeno incluso, pero aún así sonrió al girarse e ir al encuentro de los chicos, justo después de Anastasia a la que saludó con un pequeño movimiento de cabeza y se tomó del brazo de Suki, esperando a las demás instrucciones del hombre. 

Como era habitual en mi, había madrugado para poder coger algo de comer en aquel Gran Comedor tan bello y salir a los jardines mientras amanecía. Era mi rutina habitual, paseaba, dibujaba, tocaba la guitarra o cantaba, la acción era irrelevante lo importante era hacer algo mientras disfrutaba del aire fresco de la mañana por tanto fui seguramente el primero en enterarme de donde sería la próxima clase y el primero en encontrar aquella cabaña que destacaba tanto entre todo el estilo inglés que inundaba Hogwarts a pesar de eso no fui con prisas a clases si no que cuando ya vi que empezaba a llegar gente me acerque al lugar. Lo primero que note fue el cambio de aromas, un choque brutal entre el exterior y el interior, tan solo el olor me había el apetito. Este lugar era pintoresco, llamativo y distinto al igual que su habitante, el profesor Rusev...

Pensaba que las clases de Ulfric eran distintas pero esta se llevaba la palma sin lugar a dudas, nos trataba de explicar lo que el sabía de las runas gracias a su experiencia de crecer en una institución completamente diferente a esta. Mientras hablaba tuve completamente claro que dos runas intentaría coger por un lado Mannaz la cual mostraba a la propia humanidad, lejos del concepto de magos o muggles, lejos de hombre o mujer, lejos de cualquier diferencia tan solo conocía a la humanidad como un conjunto completo sin distinciones y por otro lado Algiz, protección, el sentimiento de querer mantener aquello que quieres y valoras, el deseo de dar lo que fuera por quienes amas. Espere hasta ser de los últimos y tome ambas runas... respire hondo me calme y deje que reaccionaran. Tardo un poco en pasar algo, pero cuando lo hizo me sorprendió completamente. Ambas runas me quemaron la piel con la misma intensidad exacta aguante el dolor pero solté ambas de inmediato.

- Me han quemado las dos... -dije mirando las marcas que me habían hecho, tenían exactamente la misma intensidad, ninguna prevaleció sobre la otra... sonreí, levante la mirada en busca del profesor- ¿Que hago ahora? -sabía que antes de mi Randall había reaccionado de forma igual respondiendo a exactamente las misma piedras pero seguía dudando- Si tuviera que elegir diría la runa de Algiz pero no me gusta la idea de olvidar Mannaz cuando también ha respondido hacia mi.