Partida Rol por web

Daphne asistió puntual, para no tener que entablar conversación con nadie y simplemente aprender el hechizo en cuestión. Llegando justo cuando el Ministro iniciaba su explicación, escuchó atenta y prestó atención a cada detalle del hechizo Potentiator, para poder inmediatamente ponerlo en práctica. Raramente tenía dificultad para aprender un hechizo nuevo, pero lo cierto era que su mente andaba muy dispersa con los últimos acontecimientos, por lo que confío en estar lo suficientemente centrada.

- ¡Potentiator reflejos! - pronunció con determinación, y tal y como le había visto hacer al ministro Allan Lawler, repitió los mismos movimientos de varita. De inmediato sintió como una corriente de energía mágica la envolvía desde la coronilla a los pies, y al percibir que uno de los presentes hacia caer un vaso de cristal al suelo sin darse cuenta, no tardó en moverse con suma agilidad y sujetarlo al vuelo antes de que cayese. Wow, si que es efectivo este hechizo... Gracias por la explicación señor Lawler, seguro que le saco mucho provecho.

Y acabado su turno de aprendizaje, se retiró del lugar en silencio, de igual forma que había llegado, no sin antes despedirse con la mirada de los presentes y realizar una leve reverencia, a la vez que susurró un "A más ver"

Megu llego al lugar en el que se iba a impartir el curso con su libreta en la mano y preparada para aprender aquel hechizo, sin embargo, no se esperaba que hubiera tanta gente allí del colegio, al entrar e inclina en señal de saludo. Rápidamente empezaron las lecciones, ella presto mucha atención e incluso empezó a hacer anotaciones y esquemas para después quedarse observando como lo hacían los demás en silencio.

Se fijo y tomo anotaciones tanto de los que lo consiguieron como de los que no lo hicieron, para una vez se produjo una pequeña pausa probar ella. Mueve su varita de la misma forma que el ministro de magia y dice:

Potentiator Atletismo

Noto como algo le rodeaba, una energía que hacía que se sintiera mas ágil, como si su condición física hubiera mejorado de pronto. Da un par de saltos dándose cuenta que saltaba mucho más de lo normal, con cierta alegría dice:

¡Qué bien! He sido capaz de hacerlo

Seguía saltando para darse cuenta donde estaba y detenerse mientras decía:

Lo siento… me he dejado llevar… muchas gracias por su lección señor ministro de magia-sama

Decia mientras se inclinaba

Había llegado a la sesión junto con los demás para aprender el hechizo, y aunque estuve atenta desde el principio, tenía una sensación de ansia por aprender aquel hechizo, ni yo reconocía el motivo por el cual estaba tan ansiosa aquel día pero me había despertado demasiado enérgica y eso que a veces solía quedarme en la cama dando vueltas mientras me despejaba.

La voz del señor Lawler era gruesa y algo áspera pero se le entendía perfectamente, por lo que escuché atentamente sus palabras mi mente las repetía una y otra vez para tener una mejor retención pero cuando todos comenzaron a lanzar los hechizos me bloquée: ¡Potentiator Buscar! - y no notaba ninguna diferencia, miré a mi alrededor esperando tener algún efecto como el de mis compañeros pero no había nada.

- ¡Pontentiator Sigilo! - lo había dicho algo desesperada y frustrada y notaba como seguía sin notar ninguna calma, nada. La verdad esperaba rendirme quedaba poco tiempo antes de que acabara la sesión que nos habían dejado y no tenía ningún resultado, por lo que cuando en el mismo momento me rendí, me relajé.

Notaba como mi cuerpo por primera vez en ese día se sentía más ligero, no... más calmado. Por lo que respiré profundamente varias veces sujeté mi varita, cerré los ojos, cogí aire y pronuncié en un susurro.- Potentiator Reflejos

Cuando abrí los ojos no notaba nada diferente pero si había algo, por lo que lancé mi varita al aire haciendo que diera vueltas y vueltas, coloqué mi mano justo debajo de su trayectoria y noté como a cámara lenta la varita se movía y mis manos a la misma velocidad, haciendo que girara entre mis dedos y la sujetara nuevamente por el mango sin la ayuda de mi otra mano.

- Funciona...- dije casi sin creérmelo y sonreí.

Buzánszky llegó justo a tiempo para la clase. Sólo reconoció a sus compañeros del ministerio, mas supo que algunos de los presentes eran estudiantes de Hogwarts. Se colocó, conforme a las instrucciones, haciendo círculo alrededor del Ministro y desenfundó la varita. Le hizo gracia ver como una joven oriental tomaba apuntes. De hecho, Buzánszky se colocó justo al lado para curiosear y se quedó flipado de como tomaba nota de absolutamente todo, dibujitos del movimiento de varita incluidos. Aquella imagen contrastaba con la de un rubio estirado que escuchaba reprimiendo bostezos.

Cuando empezaron las pruebas, el rubio realizó el hechizo con la facilidad y rutina que un funcionario de oficina te sella un documento. En realidad, los estudiantes lo hicieron todos con suma facilidad pero era normal, se habían habituado a practicar constantemente hechizos nuevos. Le hizo, de nuevo, especial gracia la chica oriental cuando comenzó a dar saltos y se disculpó con aquella encantadora remilguez tan sexy de las japonesas, en contraposición a la de las cristianas, que tanto odiaba.

- ¡Potentiator Ad...jeje...advertir!

Una chorrada que le vino enseguida a la mente desconcentró a Buzánszky, cuya varita no hizo ni amago.

-Perdón.

Probó de nuevo, tras despejar su mente de ocurrencias.

-¡Potentiator Advertir!

Y, de repente, advirtió las miraditas que se dedicaban el estirado y una chica menuda, la mar de mona, que había también allí, y en cómo una jaca bien alta les dedicaba sutiles miradas de odio. 

Allan miró su reloj de bolsillo y vió que era hora de terminar con la clase.

- Perfecto, aquellos que han logrado realizarlo, recuerden que los efectos durarán 2 horas. Y que deben esperar un mínimo de 24 horas para volver a usarlo. Aquellos que no han logrado dominarlo, quedarán automaticamente apuntados para el proximo curso. Pueden retirarse todos, que tengan un mágico día.

Agradeciendo las palabras del ministro, Ulfric hizo un gesto a los alumnos y a los demás profesores, y se dirigió con ellos hacia la salida, para volver al colegio, sabiendo ya un nuevo hechizo. Empezaba bien el día... 

Robert estaba muy feliz, le había salido el hechizo a la primera y delante del ministro y aurores. Siempre se le había dado bien usar la varita, no tanto empollar datos de los libros de texto. Se sorprendió que el ministro fuera tan buen profesor, tal vez lo había sido o lo sería en un futuro, desde luego tenía trabajo asegurado allí si quería. Despidiéndose del resto de compañeros cogió un ascensor para dirigirse a las chimeneas de la red Flu, aún debía terminar ciertos trabajos pendientes. 

Contenta por haber aprendido el conjuro, cojo la mano de Linus y me retiro de allí con una sonrisa. Ambos lo habíamos logrado y eso estaba más que bien. Así que tras de despedirme de los presentes, salí de aquel lugar con miras de hacer algo divertido, era necesaria esa dosis en mi vida de adrenalina. 

Al final todos habían hecho un gran trabajo, algunos lo habían conseguido a la primera, otros como yo habíamos necesitado practicar un poco mas, y algunos habian estado muy cerca de lograrlo. Nada que una buena práctica no arreglaría.

-Muchísimas gracias, señor Ministro.- Dije, reuniéndome con los profesores y los alumnos con una sonrisa y dando un pasito de baile en el camino, encaminándolos para volver a Hogwarts.

Tras terminar Megu inclina la cabeza y dice al ministro:

Muchas gracias por su tiempo, ha sido muy amable

Tras lo cual espera a que los alumnos estén preparados para marcharse junto con ellos de allí en dirección al colegio.

Suki escuchó cada palabra del ministro y tomó nota mental de ellas, fijándose en cada detalle y movimiento. No era buena aprendiendo hechizos, necesitaba mucha práctica, pero debía intentarlo, aquello era una oportunidad increíble.

La rubia se colocó en una parte de la sala donde no molestase al resto e imitó los movimientos del hombre.

-¡Potentiar estudiar! – y nada ocurrió, - ¡Poténtiator estudiar! – y nada, Suki suspiró y cerró los ojos, siguiendo el consejo del señor Lawler - ¡Potentiat estudiar! – pero nada. La rubia, resignada, se encogió de hombros, tendría que volver a intentarlo en otra ocasión.

Ingreso al despacho con muchos nervios por el inicio del curso. Veo que está el ministro dentro y lo saludo. Buenos días señor Ministro, vine hacía su despacho dado que me inscribí en el curso que tengo entendido que empieza el día hoy.

Me quedo mirando al ministro esperando una respuesta mientras tomo asiento.