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Las crónicas de Hogwarts: No me olvides

Capítulo 2. Entrando en el mundo mágico

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21/01/2022, 20:59
Luna Ferlet

Habitualmente no era agresiva, pero es que tampoco tenía motivos para pelearme. No había mucho por lo que mereciese la pena hacerlo. Se habían metido mucho conmigo, muchas veces, por mi aspecto, por ser tímida y todo eso, y no seguir lo que hacían los demás, pero nunca había dicho nada y jamás había encontrado fuerzas para hacer otra cosa más que salir corriendo, con la cara entre las manos, llorando.

Recordaba muchas de aquellas veces en las que había llegado a casa así y me había lanzado a los brazos de mis mamás.

Pero no desde hacía tres años. En ese tiempo, no había salido, ni visto a nadie, ni hablado prácticamente con nadie, por lo que no había tenido que llorar más porque alguien se metiera conmigo.

Sin embargo, en el momento en que habló esa chica, Alondra, me di cuenta de que sentía rabia y ganas de hacerle daño, no por mí, sino por los demás, y sobre todo por Ivy.

Podía insultarme y decirme cosas, pero los demás no habían hecho nada.

Los demás parecieron reaccionar todos a la vez para que aquello no fuese a más. Oí la voz de ese chico, Michael, diciendo que no nos peleáramos, e incluso llamándome por mi nombre para que lo dejase, pues podía tener problemas si como decía, algún prefecto me descubría.

Y después fue el turno de Ivy, que también intentó detenerme.

Yo sabía que no querían que me pasase nada y que Alondra estaba forzando las cosas de tal manera, que había conseguido hasta que yo pareciese peor que ella. Era terrible; de repente me sentí muy mal por haber actuado así, a pesar de lo cual seguía teniendo ganas de meterle aquella varita por uno de los agujero s de la nariz, porque pocas cosas más podía hacer, aparte de eso.

Ivy empezó entones a decirle a Alondra que se fuese, por lo que pudiera ocurrir. ¡Como si yo fuese capaz de lanzar un hechizo!

Así qué bajé la varita, muy lentamente, pero sin dejar de mirar con furia a Alondra. No entendía cómo era posible que alguien se hiciese tan odioso con apenas conocerla, pero la sola idea de coincidir en Slytherin con ella… me suponía ya un problema.

-No os preocupéis. No voy a hacerle nada. Solo quiero que se vaya de aquí si lo único que va a hacer es insultarnos. No soporto a la gente que insulta a los demás.

Me habían molestado demasiadas veces como para no ser capaz de reconocer a una acosadora cuando la veía. Alondra era una de aquellas chicas de las que era mejor huir en cuanto se pudiera y si no, al menos que no se sentara cerca de ti, porque lo único que hacía era hablar mal de todo el mundo.

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23/01/2022, 18:45
Úrsula Galloway

Comenzaron a hablar de aquel tema tan curioso, las casas, y Úrsula escuchó con atención a las dos chicas que se mostraban contentas de poder ayudarles a Colt y a ella. Ella sabía algo  muy importante, quien tiene la información, tiene el poder. Que se lo dijeran a ella que sabía donde se escondía el salchichón en casa.

-¡Ah, vale! Pues, no sé qué casa me gusta más, ya lo pensaré-dijo, no muy convencida porque no entendía del todo eso de las casas, pero no quería preguntar más para no parecer tonta-Un internado es un colegio donde los niños van todo el año, viven en él, no van a casa ni a comer ni a dormir, ni los fines de semana, solo en vacaciones. Como el colegio al que vamos-dijo con tono de saber muy bien de qué estaba hablando.

La chica pelirroja preguntó entonces algo a lo que Úrsula sí podía contestar-Si, somos muggles, ¿vosotros no?-preguntó curiosa-Si no sois muggles…. -dijo lentamente, pensando- ¿qué….. sois? 

Luna le contestó acerca de sus dos madres y Úrsula sonrió, despreocupada por que ambas chicas pudieran ser algo raro, como duendes sin orejas puntiagudas o vete tu a saber qué. Parecían simpáticas, eso era lo importante-Es la primera vez que conozco a alguien con dos madres, nunca lo había oído. Yo soy huérfana, no conozco a mis padres de verdad. Pero Mary es como si fuera mi madre, ella me quiere y me ha cuidado desde que casi nací. Tener dos madres hace que te quieran doble, ¡seguro!-puso una sonrisa soñadora acordándose de Mary-¡tiene que estar bien tener dos madres! ¿Edwina?-miró la lechuza de Luna. Era bonita, pero no tanto como la suya. Levantó la jaula en la que ella llevaba a la suya, a la de los ojos bonitos-Esta es la mía, no tiene nombre aún. Ando aún buscando uno bonito para ella. ¿La vas a soltar? ¿No se escapará?-preguntó con miedo de que Luna pudiera perder a su lechuza. Ella no soltaría a la suya, no se fiaba y había costado muy cara como para que se le escapara y no pudiera enviar cartas a casa. Ashley tenía que recibir sus cartas o la olvidaría.

El silbato del tren anunció la partida. Se le erizaron todos los pelillos del cuerpo.

-¡Nos vamos!¡Nos vamos!-exclamó excitada justo cuando el tren dio un tirón empezando a moverse. Miró a la lechuza para comprobar que no se había caído como todos los que había a su alrededor-Venga, sentaos, os hago sitio-dijo apretándose a un lado más para que el recién llegado se pudiera sentar a su lado-Hola Michael, puedes sentarte aquí, entras bien-mentira, pero si se apretujaban todos entraban, no había que dejar a nadie fuera.

El tren comenzó a moverse despacio, dejando atrás la estación. Úrsula miró por la ventana, ansiosa de poder ver a Mary y a Libra una última vez antesde que el tren abandonara la estación pero, desde donde estaba, no tenía mucha visibilidad del andén y poco a poco las caras se hacían imposible de distinguir debido a la velocidad ante la que pasaban por la ventanilla. Comprendió que Mary y su perra, junto con los padres de Colt, ya debían estar muy atrás en la estación. Se sintió rara, extraña, dándose cuenta de que estaba lejos de todo lo que ella había conocido hasta ahora pero, a la vez, llena de ilusión y nervios, unos nervios que presagiaban cosas buenas, muy buenas. Se sintió mayor. Iba sola en tren camino de un colegio nuevo.

Aventura. Aventura. ¡Aventura!

Pero arrugó la nariz ante las palabras de Nolan cuando lo escuchó hablar con Colt-Y solo los buenos chicos ayudan por ser buenos con sus amigos, no por bombones. Me recuerdas a mi hermano mayor. Te aprovechas de que no sabemos tanto como tú, ¡te he pillado! -le cogió la mano a Colt, evitando que el otro niño cogiera los bombones de su amigo-Se está quedando contigo, lo sé porque mi hermano mayor me lo hace a mí-pero las palabras de la chica pelirroja hicieron que mirara de nuevo al chico que se llamaba Nolan-¿Sois hermanos?-los miró a uno y a otro, ¡que sensación más diferente le daban los dos! ¡La chica parecía muy simpática!

En ese momento se abrió la puerta y apareció una chica que encendió las alarmas de Úrsula solamente por la forma que tenía de mirar a los que estaban en el vagón. Es como si el cuello del vestido le apretase y no pudiera bajar la cabeza y cuando hablaba era algo así como… ¿tonta? ¿La había llamado pobre? ¿Y cómo corcho lo sabía? ¿Y qué más daba eso en el colegio? Pero se dio cuenta de algo más, algo que no le gustó. Acababa de decir algo malo de casi todos los niños que estaban con ella en el vagón ¡y no los conocía de nada!

Entrecerró los ojos. Luna se había dado cuenta de lo mismo y, allí estaba, de pie en el vagón apuntándola con su varita. Úrsula abrió enormemente los ojos. ¡Luna sabía manejar la varita! Aquello se ponía interesante.

-¿Prefecto? Será perfecto, ¿no?-le preguntó a Michael que acababa de equivocarse al usar ese palabra, sería por los nervios de la situación. Pero no entendía por qué todo el mundo estaba tan nervioso. ¿Es que nunca habían tenido niños en el colegio que eran abusones? Pues Alondra le recordaba a ellos.

-Ya no hay sitio en el vagón para ir bien sentada-soltó cuando la niña pelirroja invitó a Alondra a entrar con ellos en el vagón. Algo le decía a Úrsula que con aquella niña allí el viaje no sería divertido, y no le apetecía que le estropearan el viaje. Además, es verdad que ya no había sitio aunque, a decir, verdad, quedaba un hueco libre en el suelo-Como no sea ahí, es lo único libre que tenemos-señaló el hueco entre lechuza, lechuza y gato, encogiéndose de hombros y aguantándose la sonrisa. Si aquella niña era tan creída, nunca se sentaría en el suelo porque se mancharía el vestido y que era muy caro y monísimo y ella no querría mancharlo. Estaba segura.

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23/01/2022, 19:09
(1S) Alondra Sparks

Alondra Sparks era un nombre que seguramente tendrían que oír a menudo, no solo todos cuantos estuviesen en Slytherin sino también de otras casas. Como Úrsula había deducido, era una abusona, aunque eso a ella le daba exactamente lo mismo. Lo único que parecía importarle era tener a más chicos y chicas pendientes de ella, pues estaba destinada a hacer algo grande, no solo a estudiar y “sacar buenas notas”. Oh, no. Ella debía destacar y deseaba que su nombre fuese recordado.

Pero no se esperaba la reacción de Luna y al ver como sacaba la varita, se echó hacia atrás, chocando de espaldas con la puerta del compartimento. Claro que al oír a Michael hablar de la posible presencia de un Prefecto sonrió, maliciosamente.

-Eso es, Luna. Será mejor que no hagas nada de lo que puedas arrepentirte. ¡Quién sabe! Si me lanzas un hechizo, a lo mejor te echan del colegio antes de que llegues. Serías la primera alumna de Hogwarts expulsada sin haber tenido una casa a donde ir.

Su voz sonaba como el veneno y había que ser muy frío para no tener ganas de hacerle tragar un buen puñado de grajeas con los sabores más asquerosos.

Ivy le pidió entonces que se fuese, y Alondra se volvió hacia ella.

-Yo no he provocado a nadie. Solo he dicho lo que he visto, a un compartimento lleno de auténticos per-de-do-res. Pero no te apures, a ti podría aceptarte todavía en Slytherin si quieres venir. No me importa. A ti, en cambio… no sé, tendría que pensármelo –les dijo a Ivy y después a Colton, mirando su caja de bombones -. En cuanto a ella…

La joven se volvió y lanzó una mirada que destilaba auténtico odio hacia Luna, seguramente porque nadie se había atrevido nunca a retarle. Quizás por eso, y porque la veía capaz, no se atrevía a hacer ningún movimiento. Luna parecía más que dispuesta a lanzarle un hechizo, ya fuese el que había dicho o cualquier otro.

Pero Luna bajó la varita y las aguas se calmaron. La propia Alondra lanzó un suspiro de alivio, antes de sonreír muy satisfecha.

-Vaya, si al final no es tan valiente como parecía –comentó al aire.

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23/01/2022, 19:10
(H) Brett Oleander (Prefecto)

Y en ese momento, entró un muchacho muy alto, que os miró con bastante seriedad a todos.

-¿Qué sucede aquí? –preguntó, viendo de reojo la varita que Luna aún sostenía en su mano, expuesta a todo el mundo -. No se pueden realizar hechizos y mucho menos contra otros alumnos.

El joven hablaba con bastante autoridad, llevaba la túnica de la escuela puesta y una insignia enganchada al pecho, en donde se podía ver con claridad una gran “P”.

Para Brett estaba muy claro que allí había habido algún problema y que de no haber llegado a tiempo, habría acabado de mala manera. Los alumnos tendían a querer solucionar sus problemas utilizando la varita y los hechizos que habían aprendido, aunque en aquel compartimento todos eran nuevos, pues no los había visto nunca, así que seguramente, ni siquiera sabrían hechizos para lanzarse maldiciones.

-Y tú, si este no es tu compartimento será mejor que vuelvas al tuyo –le dijo a Alondra, lanzándole una mirada reprobatoria. 

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23/01/2022, 19:28
(1G) Nolan Finn Connor

Nolan sonrió al ver que ninguno de los que estaban allí con él se tragaban aquella trola. Al menos no estaba sentado al lado de un grupo de ingenuos.

-La verdad es que no esperaba que os lo creyeseis, pero nunca se sabe –se explicó, encogiéndose de hombros.

 Entonces fue cuando entró aquella chica tan desagradable, que parecía mirarles como si quisiera hacerles desaparecer. No le caía nada bien y no se parecía en nada a los demás. Nolan se limitó a no decir nada, aunque a medida que iba hablando la chica, le fueron entrando más y más ganas de golpearla o algo por el estilo, hasta que Luna se levantó y la amenazó con la varita.

Eso le hizo despertar y se levantó de su sitio.

-¡Hazlo, Luna! ¡Lánzaselo, venga! ¡Lo está pidiendo a gritos!

Mientras los demás intentaban apaciguar los ánimos, él hizo todo lo contrario, estimular a Luna para que montase el caos. Y como no, la aguafiestas de su hermana, y aquel chico tímido que se había sentado a su lado, intentaron calmar los ánimos.

-¡Venga ya! Seguro que no va a venir nadie. ¡Yo quiero ver como le lanza ese hechizo y se le llena toda la cara de granos!

Para su decepción, vio como Luna bajaba la varita e incluso reconocía que no pensaba echarle ningún hechizo. Eso le hizo volver a sentarse y cruzar los brazos, enfadado.

La aparición de uno de los Prefectos terminó por arruinar la función. Ahora sí que no iba a ver nada de nada. Pero al menos, que no se fuese la otra como si nada de todo aquello fuera culpa suya.

-Ha sido ella. Ha entrado en nuestro compartimento y ha empezado a insultarnos –explicó.

Pero el prefecto ya parecía haberse dado cuenta de ello, así que al menos, le dijo que se marchara. Todo iba muy bien hasta que aquella tonta hizo su aparición. Pues si no iba a haber hechizos ni nada, al menos que se marchara de allí y les dejase con sus cosas.

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23/01/2022, 19:38
(1S) Alondra Sparks

Al final, la aparición del Prefecto hizo que todo se hubiese acabado, aunque a Alondra le daba lo mismo ya, puesto que había hecho lo que tenía que hacer, empezar a valorar a los que estaban en primero y podían ir a su casa, para tener únicamente a los mejores.

-Ya me iba, no te preocupes. Solo estaba saludando a los nuevos. Ya sabes, para conocernos un poco mejor por si vamos a la misma casa. Ese niño no sabe lo que dice así que será mejor no hacerle mucho caso. Seguro que es de Gryffindor, a donde van los más inútiles del mundo.

La chica se giró para volverse, lanzándole una sonrisa a Ivy y una mirada llena de ira a Luna, asegurándose así de a quien estaba dispuesta a aceptar y a quién no. Después, hizo amago de marcharse, aunque en el último momento se acordó de los bombones, así que se detuvo y cogió uno.

-Muchas gracias, Tonton, creo que me llevaré un bombón para el camino –le dijo, saliendo finalmente del compartimento, seguida muy de cerca del prefecto, que cerró la puerta y os dejó finalmente a solas.

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23/01/2022, 19:45
Directora

Finalmente, después de todo el despropósito que había supuesto la aparición de aquella chica, todo quedó de nuevo en silencio, roto únicamente por el traqueteo del tren sobre las vías y el aleteo de las lechuzas.

La calma había regresado a vuestro compartimento.

Después de unos segundos, volvió a abrirse la puerta, solo que en esta ocasión era una mujer de aspecto muy agradable, empujando un carrito lleno de cosas.

-Hola, queridos. ¿Os apetece algo del carrito? –os preguntó.

En él había toda clase de dulces y golosinas, pasteles y un montón de empanadas de calabaza en una gran bandeja.

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24/01/2022, 12:52
Luna Ferlet

Aquella chica era simplemente odiosa.

Todo estaba saliendo súper bien; Ivy era mi mejor amiga y habíamos pasado una noche genial, y todo estaba resultando increíble, a pesar de lop nerviosa que me sentía. Y una vez dentro del tren, esos dos chicos y la niña que entraron eran muy simpáticos y parecían muy buenos. Quizás algunos de nosotros hasta coincidiésemos en la misma casa.

Pero con la llegada de Alondra, todo se fue a la porra y aunque al principio le eché la culpa a ella, con el paso de los segundos empecé a darme cuenta de que también yo había tenido mucho que ver.

En cuanto saqué la varita, que había sido un acto instintivo y más por asustar que por otra cosa, todos se pusieron muy nerviosos. Entendía que se hubiesen preocupado porque pudiéramos pelearnos, y la verdad era que de haber conocido algún hechizo puede que sí que le hubiese lanzado alguno… pero como no era el caso, no había ningún peligro, con la salvedad de que pudiera sacarle un ojo con la varita.

Yo los tranquilicé asegurándoles que no iba a suceder nada, aparte del enfado que me había llevado y el disgusto general, pero de verdad que me hubiese gustado darle lo que se merecía.

Desde luego, de haber sido por Nolan habríamos acabado en una auténtica batalla campal. No hacía más que insistirme para que efectivamente, le lanzara un hechizo.  Nolan era un cabeza loca y lo de portarse bien no iba mucho con él.

Desde luego, la chica se merecía todo lo que pudiéramos darle, pero después de bajar la varita fui dándome cuenta de que no podía dejarme llevar por la rabia que sentía. Algo en mi interior había hecho que actuase así pero las consecuencias podían ser terribles. Si al final coincidía en la misma casa con ella, ¿cómo se suponía que iba a poder aguantarla?

La verdad era que la idea de caer en Slytherin me gustaba pero por estar al lado de Ivy, pero saber que esa chica iba a estar también, y teniendo en cuenta lo que había oído de esa casa y cómo había visto que era, no me extrañaba, ya no me parecía tan interesante.

A lo mejor todo ese enfado que sentía no se debía tanto a lo que había ocurrido como a mi nueva naturaleza. Quizás mi parte licántropa luchaba por salir siempre que podía o algo así. Definitivamente, tendría que investigar más. Seguro que en el colegio había una biblioteca en donde pudiera conseguir más información, porque mis madres se habían mostrado bastante reacias a darme más información. No es que hubiese muchas cosas más que descubrir, seguro que no, pero quizás sí que podía comprender mejor todos los cambios que me estaban sucediendo y poco a poco fuese capaz de controlarlos mejor.

Pero mientras tanto, tendría que intentar llevarlo lo mejor posible, claro que eso era bastante difícil con esa chica, que no hacía más que chincharme, seguramente para conseguir que al final sucediese justo lo que decía, que me expulsaran.

-Eso es lo que te gustaría, ¿verdad? –le dije entonces, mirándola con furia pero contenida, para mi sorpresa.

Además continuó insultándonos, y se defendió diciendo que ella no había tenido nada que ver en todo lo que había ocurrido. ¡Tendría poca vergüenza!

-Sí que lo has hecho –le corregí -. Has insultado a casi todos los que estamos aquí, como si tú fueses especial. Pues yo no veo que tengas nada de que presumir. Eres…

No terminé lo que iba a decir, y casi mejor, porque a saber lo que habría ocurrido en ese caso, y lo hice porque entró un Prefecto en el compartimento, un chico que era más grande que nosotros y que nos miró muy serio.

Nolan fue quien nos defendió y es que al menos estaba de nuestro lado. Yo me guardé la varita a la espalda, quitándola de su vista, y confirmé lo que había dicho Nolan.

-Eso es. Nosotros estábamos hablando muy tranquilos y ella ha venido y ha empezado a meterse con todos.

Hasta yo sabía que delante de un prefecto era mejor no crearse problemas, porque a pesar de no ser un profesor, podía quitar puntos y mandar castigos, así que terminó por marcharse, dejándonos por fin tranquilos.

En cuanto se fue, me acerqué a cerrar la puerta de un golpe.

-¡Qué niña más odiosa! –exclamé, muy enfadada, sentándome enfurruñada -. Ojalá hubiese sabido cómo hacer algún hechizo para lanzárselo. ¡Qué asco!

Me guardé la varita y crucé los brazos, pensando en que ojalá hubiese poca gente como esa Alondra y más como el resto de los que estaban allí.

Volví a pensar en lo que decían de la casa de Slytherin y aunque nunca me lo había creído, pies Ivy era muy buena, comencé a pensar que al final, todo dependía de muchas más cosas. En esa casa habría gente como Ivy, muy buenas, pero también otros como esa Alondra, insoportables. No entendía cómo podían existir gente así.

Claro que todos aquellos pensamientos eran consecuencia de mi enfado, porque en cuanto conseguí calmarme un poco, empecé a sentirme muy mal por haberme enfadado y haber sacado la varita. No me había dado cuenta de cómo se podrían sentir los demás al verlo, sobre todo porque nunca había actuado de aquella manera. Por muy mala que fuese esa Alondra, no pude evitar sentirme como una persona horrible. ¡No podía hacer eso!

Mis madres no estarían orgullosas de mí porque a ellas no les gustaba que me pelease, a no ser que fuese por defenderles, pero solo porque hubiese hablado mal de mis amigos. Bueno, no estaba segura de lo que dirían en este caso.

Por eso ni siquiera me di cuenta que había empezado a llorar, no mucho pero sí lo suficiente  como para tener que quitármelas con una manga y mirar cabizbaja hacia el suelo.

También sentía como mi corazón latía mucho más aprisa de lo normal y mis piernas me temblaban, debido a los nervios. Eso tampoco ayudaba a que me sintiese bien y pudiera tranquilizarme y tomarme las cosas de otra manera.

Me daba vergüenza mirar a los demás a la cara, después de lo mal que se lo había hecho pasar, al pensar que allí iba a haber una pelea porque yo no había podido aguantarme.

-Siento mucho haberme puesto así. Es que… no era justo que se metiese con nosotros –dije, intentando disculparme -. S-sé que seguramente estaréis juntas en la misma casa así que menos mal que no le has caído mal y no has hecho como yo.

Desde luego, si a Gryffindor iban los más inútiles del mundo, tal y como había dicho esa niña, yo iba a ir a esa casa, seguro. Era lo que merecía.

Tardé unos segundos en tranquilizarme y poder volver a hablar, y algo más en volver a mirar a Ivy a la cara. Nolan se había portado muy bien defendiéndome, pero también Ivy pidiéndome que no me metiese en líos; incluso ese chico que apenas había hablado, Michael, lo había intentado, aunque parecía haber sido más que nada porque no sucediese nada malo. Todo el mundo se había dado cuenta de lo que había que hacer, que no era otra cosa que aguantarse como pudiéramos, menos yo, Luna la tonta, la enfadadísima, la gran estúpida.

Al poco tiempo, la puerta volvió a abrirse y yo me giré sobresaltada, temiendo que fuese de nuevo aquella chica o alguien más como ella, pero se trataba de una mujer mayor empujando un carrito lleno de dulces y esas cosas. Tenía un rostro agradable, de esos que suelen hacer que parezca que todo va a salir bien, y al verla sonreí, sobre todo porque pensé en una manera de intentar arreglar un poco lo que había estropeado.

-H-hola. ¿Podría… esto... darme una bolsa de ranas de chocolate? –le dije a la mujer, sacando algo de dinero que llevaba en el bolsillo.

La mujer preparó la bolsa con diez ranas de chocolate y me dijo que eran 50 sickles y 2 knuts, así que rebusqué hasta encontrar las monedas.

-Muchas gracias –le dije a la mujer, cogiendo la bolsa y repartiéndole una rana a cada uno, empezando por Ivy.

Cuando me coloqué a su lado, la miré muy seria y con los ojos enrojecidos.

-Toma, para ti. Lo siento –le dije a Ivy. Después me volví hacia los demás -. Hay una para cada uno.

Empecé a repartirlas uno después de otro, y cuando acabé, cContando a todos, me sobraban cinco ranas de chocolate, así que me guardé cuatro y me senté para abrir una de las ranas, comérmela y ver qué cromo tenía. No me apetecía mucho comer, pero era una manera de agachar la cabeza y centrarme en otra cosa.

-Me ha tocado una bruja llamada Beatrix Bloxam, que escribió “Cuentos para leer bajo una seta” –dije en voz alta, mirando el cromo y comiéndome la rana de chocolate -. ¿Qué os ha tocado a vosotros?

Solo con sentir el chocolate en la boca, ya me sentí algo mejor, pero esperaba que los demás me perdonasen por haber reaccionado así.

Mira que había sido tonta al dejarme arrastrar por esa… bueno, por esa.

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24/01/2022, 20:41
Ivy Jade Connor

Fue un alivio para Ivy comprobar que Luna bajaba su varita y aseguraba de que no iba a hacerle nada a la desagradable Alondra, a pesar de que su hermano, maldito fuera, insistía en que le hiciera algún embrujo. Jade solo deseaba que la futura Slytherin desapareciera de aquel compartimento y les dejara en paz. Algo similar a lo que debía sentir Úrsula, pues había indicado que en el vagón no quedaba sitio para Sparks, a no ser de que que se situara entre el gato y la lechuza, algo que al animal de Connor no parecía gustarle, bufando ante tanta presencia humana.

No hay manera de calmar las aguas...

A la pelirroja no le gustaban los conflictos. De hecho, quería mediar para suavizar la convivencia con los compañeros con quienes compartiría el curso escolar, pero eso no iba a ser posible pues, si bien era cierto de que Alondra había actuado de manera muy despreciable, sus compañeros de compartimento eran del todo reactivos y no iban a permitir que la niña pudiera arrepentirse de sus actos y se suavizara.

A veces las segundas oportunidades valen de mucho. Cuando me equivoco y mamá me castiga, ella me perdona y suelo actuar mejor. Quizás eso también pueda pasar con ella. Yo no quiero llevarme mal con nadie...

Y no quería. De hecho, Jade no había sufrido nunca el maltrato inclemente de ningún abusón. Ella y Nolan se habían educado en casa, estudiando con sus padres los conocimientos básicos que todo hijo de mago debía obtener antes de ir a Hogwarts. Lo más pesado a alguien desagradable era precisamente su mellizo, Nolan.

Ivy estaba tensa, Alondra había temido la reacción de Luna, pero cuando su amiga bajó la varita, se envalentonó de nuevo y le indicó de que podían echarla del colegio. Un miedo que a Jade le podía quitar la respiración con solo pensarlo. Había pasado buena parte de su vida deseando ir a la escuela y aprender hechicería como sus padres.

- Déjalo ya, Sparks... - Le salió natural llamarle por el apellido, quizás una manera de marcar distancias con ella, ya viendo que no iba a ser posible ningún tipo de reconciliación - En este compartimento no hay perdedores - ¿O sí los había? Su abuena Joanna siempre indicaba que había magos que deberían ser muggles por su inutilidad. Sin embargo, su padre defendía que todos los que poseían magia solían tener potencial, algunos desarrollaban antes su poder y otros más tarde. ¿A quién creer? - No te metas más con ella.... - Se impuso su sentido de la lealtad. No deseaba alejarse de Luna, era su amiga y le caía muy bien. Aunque eso sí, iba a tener que trabajar con ella eso de sus "arrebatos" ante las provocaciones - No ha bajado la varita por falta de valentía, sino porque es inteligente y más que tú, que te dignas a enfadar a un grupo muy amplio de personas sin necesidad ni sentido... - Si esa era la astucia de Slytherin, que bajara Salazar y lo viera.

En ese instante entró un Prefecto y les indicó que no se podía efectuar hechizos contra compañeros, expulsando a Alondra del compartimento pues, al fin y al cabo, no era el suyo. Y, por supuesto, Nolan no pudo quedarse callado, señalando a la futura Slytherin como quien había comenzado toda esa refriega.

Al menos esto sí que lo haces bien hermanito. Menos mal que a pesar del por culo que das, tienes un corazón noble.

- La gente que va a Gryffindor no es inútil... - Y eso le había dolido pues implicaba a buena parte de su familia y para Jade, ellos lo eran todo

Y eso que no conoces a los Hufflepuff...

No lo dijo en voz alta, pero inevitable pensarlo cuando era un tema recurrente en casa. Ivy estaba muy aleccionada con algunas ideas y debería pasar por diversas experiencias de vida para poder reorganizar sus propias reflexiones y pensamientos.

- Y no te metas con él. Es mi hermano - Lo dijo tajante, no es que estuviera orgullosa y, a veces, hasta le estamparía. Pero Nolan era suyo y solo los Connor tenían derecho a criticarle.

Aún así Alondra le sonrió antes de marcharse, pero había reventado el buen humor de Ivy. No quería coincidir en Slytherin con ella, pero tampoco deseaba renunciar a la casa de la serpiente, donde su madre le había adoctrinado que debía estar, como todas las mujeres de su rama familiar.

Por favor, que Alondra Sparks vaya a Hufflepuff.... Por favor, que vaya a Hufflepuff... 

Luego miró a Michael y suspiró, pues el joven había indicado que su familia era tejón.

Pobrecito. No se merece sufrirla.... Que Alondra sea Hufflepuff y Michael sea Slytherin... Y que todos los demás también lo sean.... Menos Nolan, él a Gryffindor....

Sparks se retiró cogiendo un bombón de Colton, insultándole en el proceso, algo que hizo que la pelirroja resoplara. Pero por fin llegó la paz y era momento para tomar las anteriores conversaciones, recordando que Úrsula había comentado que era huérfana, algo que debía ser muy doloroso, así que prefirió desviar los comentarios hacia otro lado. Pero no hizo falta, pues Luna se levantó a cerrar la puerta del compartimento, despotricando contra Spark, razones no le faltaban.

- Tú no eres así, Luna. Nada ibas a ganar hechizándola... - Dijo con una suave sonrisa Ivy, intentando calmarla, quizás la naturaleza amable de la pelirroja ayudase a calmar a su amiga. Aunque con lo que no contaba Jade era con que Luna se pusiera a llorar - No, no, no... Por favor, no te pongas así... No eres rara, no hagas caso a Atolodrada... - Dijo esa pequeña maldad para intentar sacar una sonrisa a la que aún no sabía, tenía el mal de la licantropía - No llores, si vuelve a meterse contigo iremos a hablar con los profesores, yo te acompañaré... - Le dijo con completa seguridad. No entendiendo que el malestar de su amiga era por haber perdido el control.

La disculpa de Luna hizo que su amiga la comprendiera más - Eso ya está pasado, Luna. Y quizás la magia se ponga de mi parte y no la mande a Slytherin. Quizás tengamos suerte y vaya a... - Pensó Hufflepuff pero estuvo rápida para no soltarlo e insultar a Michael, el cual le caía bien - A... ¿su casa de vuelta?.... - Sonrió forzadamente - No dejemos que nos arruine el día esa niña... - Pero en el fondo lo estaba, y no por Luna, sino porque la propia Jade no podría soportar que a diario se metieran con la gente que apreciaba.

Una suerte de que llegase la señora del carrito vendiendo golosinas y corriese un tupido velo ante lo recién vivido. Ferlet compró una bolsa de ranas de chocolate y repartió una entre sus compañeros de compartimento. Ivy le sonrió, agradeciendo el gesto, pero ella quiso tener uno propio también.

- Oh.... Yo también quiero un paquete de ranas - Le pidió con amabilidad a la señora del carrito, estaba claro que la mejor manera de rebajar tensión era la "muerte por chocolate" - Muchas gracias, aquí tiene - Dijo pagando el precio estipulado y repartió una rana a cada uno de los compañeros que allí estaban, dándole una a su amiga - Yo también quiero que tengas un regalo - La mejor de las sonrisas - No te preocupes, Luna. Esto ya está pasado, solo quiero que no busques enfrentarte con alguien así, no merece la pena. Y tampoco deseo que te castiguen...

Llegó el mejor momento del día después de haber cogido el tren, coger la rana de chocolate que Ferlet le había regalado y explicar su propósito - No le he puesto nombre a mi gato, todavía, así que le dije a Luna que el cromo que sacara en el tren de camino a Hogwarts sería la base del nombre de mi mascota - Estaba completamente emocionada, miró a Úrsula - Podrías hacer lo mismo con tu lechuza. Es como dejar que el destino mágico del animal sea quien lo nombre... - Y es que Jade era muy poética y profunda, era en parte así por lo que le gustaba la lectura y el teatro a su abuela favorita, Candy. Y es que no todos los miembros de su familia eran desagradables.

Ivy guardó las cinco ranas de chocolate que le habían quedado en la bolsa y se dispuso a abrir el paquete que le dio su amiga, ese cromo debía ser especial por dos motivos: Uno, por ser un regalo de Luna y dos, porque sería el nombre de su gato.

- Me ha salido Myron Wagtail.... ¡Qué fuerte! ¡Qué fuerte! ¡Qué fuerte!... Es el vocalista del grupo musical las Brujas de Macbeth. Le hicieron una entrevista en Corazón de Bruja... ¡Es un nombre ideal!... Mi gato tiene los ojos de dos colores, y su mirada es muy bonita, así que llamarle Myron le pega*... Aunque también puedo llamarle Wagtail, porque menea mucho su rabo... ¿Qué os parece?... - Y es que el nombre le venía al felino que ni pintado. - Oh... Myron Wagtail va a dormir en mi habitación todas las noches... ¡Qué divertido! - Y sí, ya se le había pasado el malestar que Alondra había provocado.

Y por fin se calló, metiendo el chocolate saltarín a la boca.

- Tiradas (1)

Notas de juego

*Lo sé, muy castellanizado, pero algo debía inventar....XD

Jefa me descuento el paquete de mi dinero mágico. Hago constar que Ivy reparte una rana a cada uno, por lo que me quedan 5 que ella compra y el cromo que le regala Luna ^^

Disculpad la longitud, me he venido muy arriba....XD

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24/01/2022, 22:29
Colton Derrick

La chica pelirroja parecía salida de una de esas academias de chicas finolis, la de la señorita Pepis o algo así, y él no era tan finolis, podía ser educado pero tanto no. Así que le dijo - Igualmente - y se quedó tan pancho, la miró extrañado. ¿Que estaba prohibido en la escuela ser rápido?, pues que rollo, pero claro, luego habló de duelos y su sonrisa se iluminó su rostro - ¿Se puede pelear sin que te castiguen? Que guay! A ver, no es que me meta en muchas bullas, pero tampoco te puedes achantar, así que seguro que me apunto, lo que no se puede solucionar con una broma lo hace una pelea... Pues claro, soy muggle - Y entonce Úrsula preguntó si se podía ser otra cosa y Colton asintió, no se podía ser otra cosa que muggle - Soy mugglelísimo por parte de madre y padre, pero da igual, seas lo que seas eres una niña y no te voy a tratar peor, no te preocupes, soy un chico muy comprensivo - Le dijo mirándola con un poco de pena ¿Que sería la pobre?. Le tranquilizó al decir que no pasaba nada, ella debía tenerlo interiorizado y no se sentía mal por ello. Aunque según Luna quien era tonto era él, suspiró, debían haberse caído las dos del guindo a la vez. Ambas le contaron lo de las cuatro casas, lo del gorro que te decía a que casa tenías que ir, pero fuaaa, él a la segunda ya desconectó, iba a ir a Gryffindor de cabeza, y si el gorro se ponía tonto lo iba a meter al fondo de su cajón de los calcetines. Puntos, torneos y orgullo, pero él pasaba de eso, la única clasificación que le interesaba era la del Chelsea en la Premier - Sí, claro, super orgullo...seguro que es como esos concursos peñazos de deletrear o las olimpiadas esas para empollones, yo paso.  

Siguieron hablando y Nolan intentó tomarle el pelo, y todos le chafaron la broma. Él estaba viendo en su cabeza al cabeza panocha dando saltos del picor en la boca y todos ahí estaban, intentando defenderle, si es que no se enteraban, no se enteraban de que él se defendía solo, ni siquiera la conexión muggle con Úrsula pareció funcionar.

- Oh, era una  broma, me habías engañado... - Sonrió a Ivy y le guiñó un ojo, ¿O acaso era la única hermana del mundo que se llevaba bien con su hermano? - Pero para que veas que no soy rencoroso le doy igual los bombones, bueno, está bien, mejor no.

Pero si lo de Nolan había sido una broma inocente lo de Alondra era un ataque frontal, y nadie se metía con sus amigos, y Úrsula era su más mejor amiguísima y la había llamado pobre. Se iba a cagar. Literalmente. Ivy defendió a su hermano, que se ve que tenía sangre Slytherin, aunque no tenía sentido porque las casas no tenían sangre, pero por como se había inflado como un pavo debía ser algo importante, y luego le dijo que igual él era más de lo que parecía, pero eso quería decir que en cierto modo, le daba la razón. Frunció el ceño y le iba a soltar una bordería pero luego se portó bien defendiendo a Úrsula y Luna, así que se calló. ¿Que era más de lo que parecía? ¡Que mirara por ella! ¡Ella parecía una repipi niña de papá salida de la academía de la señorita Pepis! ¡A ver si la que tenía que ser menos era ella...!. Respiró, tenía que mantener la calma si quería que Alondra echara el cráneo por el culo, y no se le ocurrió otra cosa que decir que él quería ser también Slytherin y cuando ella dijo que también se la quedó mirando muy en plan ¿Really George? Pero algo le decía que Pivy calzaslargas no tenía ni idea de quien era George. Mientras Luna se enzarzaba con Alondra en una dispsta dialéctica, aunque también hubo para él. Colton sonrió

- Sí que es simpática, y muy guapa, yo creo que lo que pasa es que está nerviosa, sí, debe ser eso. Ey, ey, nada de hechizos, que los carga el diablo... Tranqui Luna, Alondra no se va a quedar, tiene que reclutar Slytherins por todos los vagones... tranqui, haz caso a Michael, nada de peleas, y nada de hacerle caso a Nolan. -Enarcó una ceja cuando Ivy dijo que en caso de problemas todos mentirían por ella. Eso no le gustaba, nadie le había preguntado y no le gustaba que hablaran por él, pero Alondra le gustaba menos. Al menos Luna parecía entrar en razón y bajaba la varita, y así podría llevarse su bombón y el se cagaría de la risa, nunca mejor dicho. Miró a Luna, le guiñó el ojo y le dijo - Tranquila, ya se va, no te preocupes.

Aunque le estaban dando ganas de dejarse de bombones y darle un puñetazo. Sonrió y negó - No es que seamos perdedores, es que no eres justa, nos comparas con lo mejor de la escuela... es como comparar un fuego con el sol...y es que además de lista eres tan guapa.....

Se le iba a salir el ojo de guíñárselo a Luna, que debía estar a punto de darle una paliza por panoli. En ese momento entró un chico con una P bien grande en el pecho. Era Pupermán!. Pupermán parecía haberse metido un palo de escoba por el culo, pero por la cara de todos debía mandar, y debía ser muy importante para que alguien con el ego de Cagondra le escuchara. Cuando cogió un bombón tuvo que poner cara de poker para no estallar en una carcajada

-Uy, Tonton, que chispa tienes....para mi es un honor que te lleves uno de mis bombones. Espero que pronto compartamos casa...sí...

En cuanto se marchó la sonrisa de Colton se volvió picara y su mirada llena de malicia. Cuando estuvo seguro que se hubo ido rompió en una carcajada mientras llegaba la señora del carrito, negó, sus padres habían trabajado duro para pagar sus estudios y no pensaba desperdiciar el dinero, menos teniendo chocolates. Sonrió a Luna, que parecía enfurruñada y lloraba de rabia. Le dio un golpecito y le dijo

- No te preocupes Luna, yo le he lanzado un hechizo... Verás como corre dentro de cinco minutos - dijo con una carcajada -Va a batir el récord de correr de Slytherin. Le tendió un bombón - Estos son seguros, pero los azules los había preparado especialmente por si aparecía algún abusón. Solo espera y verás....Los inútiles Gryffindors del mundo tenemos que estar juntos, anímate.... y nada de disculpas, yo le habría dado un puñetazo en la nariz. - Aunque igual debería haber dicho algo parecido a lo de doña perfecta, pero entendía como se sentía Luna y estaba algo molesto con las ínfulas que se daba Ivy, solo dijo con una sonrisa - No volverá, Cagondra no volverá.

Luna compró algo llamado ranas de chocolate, pero parecía que era una de esas cosas mágicas así que cuando le dio la suya dijo - Gracias, yo, igual me la como después...es que...no sé como se usan, pero si os veo a vosotros...

Se veía que venían cromos, y que los cromos molaban, y que había música mágica. Daba igual, ¡La rana saltaba! ¡Chocolate saltarín! Tenía que probarlo, por oscura que fuera la senda del chocogrial la recorrería. Abrió la caja con cuidado y la rana dio un salto, intentando atraparla se le fue el cromo por la ventana pero la tenía, le dio un mordisco en un anca y la saboreó. No, aquello no era el chocogrial, ni de cerca, aunque estaba bueno, muy bueno.

 

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25/01/2022, 12:14
Michael Cramson

Cuando el Prefecto llegó al compartimento del tren y vio la escena, Michael pensó que ya se había armado el lío. Afortunadamente, el chico pareció darse cuenta de la situación y fue indulgente con Luna, además de ayudarles a librarse de Alondra. Michael frunció un poco el ceño al comprobar que la chica era incapaz de marcharse sin dedicarles unas últimas palabras ácidas.

Uf... al fin —suspiró aliviado cuando Alondra se hubo ido. Miró al resto y sonrió—. Menos mal que he acabado en este compartimento con vosotros. Si llego a terminar en el suyo, hubiera sido un viaje bastante desagradable.

Se rió un poco para relajar la tensión y cuando Luna se disculpó, alzó una mano para quitar hierro al asunto.

No pasa nada, ojalá yo tuviera el valor de defenderme así si me pasara lo mismo —dijo—. Pero has hecho bien al ser prudente, sobre todo con ese Prefecto delante.

Miró a Úrsula al decir aquello y le susurró algo como "los Prefectos son alumnos mayores encargados de ayudar y vigilar a los más pequeños en Hogwarts". Seguro que era una palabra rara de oír para una niña de ascendencia muggle, así que su confusión era muy comprensible.

Mientras, Luna había comprado las ranas de chocolate y Michael se encontró de repente con una en las manos.

Eeh... ¡gracias! —atinó a decir—. No era necesario...

Pero aceptó la rana, ya que hubiera sido de mala educación no hacerlo y además, Luna le caía bien. Seguro que encontraría una ocasión para devolverle la invitación. Acababa de abrir el paquete y de meterse la rana en la boca cuando Ivy hizo aquél comentario sobre que quizá tuvieran suerte y que la casa en la que Alondra acabase fuera la suya de vuelta, y casi se atragantó al reír entre dientes.

No creo que tengamos tanta suerte...

Miró el cromo que le había tocado.

Orsino Thruston. Pues no lo tengo, qué bien —mientras le daba la vuelta al cromo, Ivy comentaba lo del nombre de su gato—. El mío se llama Fitzens. En teoría era mío y de mi hermana, pero siempre se venía conmigo y ella me dijo que me lo quedara. Se compró una lechuza el año pasado.

Cuando vio a Colton abrir la caja de la rana de chocolate con cuidado, sonrió. Sería de familia muggle, pero estaba claro que se adaptaba rápido. Y la rana no se le escapó la primera vez, como les pasaba a muchos hijos de muggles.

Volvió a sentarse y respiró tranquilo una vez más. Parecía que el viaje continuaba y al menos el incidente de Alondra no había sido grave.

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25/01/2022, 20:07
Luna Ferlet

Ivy hizo por convencerme de que no era así y no iba a conseguir nada actuando de aquella manera, y llevaba razón. No sabía si era mi nueva forma de ser o no, pero atacándola, si es que al final lo hubiera hecho, hubiera perdido más que ganado, puesto que quizás hasta me habrían expulsado, tal y como había asegurado que harían.

Después empecé a llorar y ella… intentó que me tranquilizase, sobre todo haciéndome sonreír.

-Sí, eso es verdad. Soy… un poco atolondradale dije entre lágrimas.

Afortunadamente, todo volvió a su lugar y esperaba que poco a poco los demás también se fuesen olvidando de cómo había reaccionado. La chocolatina quizás no fuese gran cosa pero… era al menos algo.

La propia Ivy compró también un paquete de ranas de chocolate y me dio una a mí, como demostrándome que ya había pasado todo. ¡Hasta les dio también una rana a los demás, así que al final, allí estábamos todos, abriendo las chocolatinas.

-Yo tampoco quiero que me castiguenle dije, cogiendo la rana de chocolate que me había dado y abriéndola -. Tengo que aprender a controlarme más.

Y mientras yo abría la que me había dado, Ivy recordó que no le había puesto nombre a su gato y que el primer cromo determinaría cómo se llamaría, así que la observé, expectante, hasta que dijo lo que le había salido.

-¡Hala, Myron ¡Es un nombre guay!¡Myrooon, Myrooon -llamé al gato de Ivy, sin acercarme demasiado, pues ya sabía que no le gustaba mucho.

Por su parte, Colton me dijo que él ya le había lanzado un hechizo, por lo que le miré algo confundida.

-¿Un  hechizo? ¿Cuándo?

Y entonces lo explicó. Los bombones azules eran especiales y no me costó demasiado imaginar qué era lo que tenían, así que empecé a desternillarme.

-Es genial, Colt. Toma, te lo has ganado. Aquí tienes otra rana de chocolate, por tu heroicidad en batalla –le dije, entregándole otra rana de chocolate, y volviendo a reírme con su manera de llamarle, “Cagondra” -. Ese nombre seguro que no se me olvida. La próxima vez que la vea ya se cómo la llamaré.

Michael también me dijo que no tenía importancia y que había hecho bien en no atacarle, así que poco a poco me di cuenta de que también yo había tenido suerte al haber caído en aquel compartimento, en donde no solo estaban Ivy y Nolan, sino otros tres chicos geniales.

Finalmente, desenvolví mi rana de chocolate, cazándola al vuelo antes de que acompañase a la de Colton, que había conseguido salir por la ventana, me la metí en la boca y miré el cromo.

-¡Oh, Salazar Slytherin! ¡A este no lo tenía! –comenté, mirando todos los que llevaba en esos momentos, que no eran pocos, y se los enseñé a Ivy, que estaba a mi lado -. Mira, todavía no me ha salido ninguno repetido.

Y es que ya tenía a Elfrida Clagg, Gulliver Pokeby, Uric el Chiflado, Bridget Wenlock, Salazar Slytherin, Elladora Ketteridge, Gideon Crumb,  Justus Pilliwickle y  Beatrix Bloxam.

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26/01/2022, 00:19
Úrsula Galloway

Úrsula se mantuvo sentada durante todo el enfrentamiento entre Alondra y Luna y no perdió detalle de todo lo que sucedió, atenta, sobre todo por ver si realmente Luna hacia algo con la varita y veía magia en directo. Pero no solo a eso sino, también, al resto de los niños que había allí y a las reacciones que iban teniendo unos y otros conforme se iban desarrollando los acontecimientos. Era todo nuevo para ella así que prefirió mantenerse calladita y mirarlo todo con atención.

Cómo se enfrentó Luna a Alondra, lo estúpida que le pareció esta y sus aires de grandeza, la llegada de aquel nuevo chico que lo puso todo en orden con solo un par de palabras, como Ivy defendía y cuidaba de Luna apoyándola y miles de cosas más que sucedieron en unos pocos minutos.

Cuando todo pareció tranquilizarse, Michael se acercó a ella y Úrsula se inclinó hacia él para ver qué quería comentarle. Él le susurró qué era un prefecto, porque al final, no se había equivocado al decir esa palabra y existía de verdad-Pues es la primera vez que oigo esa palabra, pero me la apunto, parece importante saber quien es un perfecto de esos para esquivar los castigos, ¿no?-le preguntó bajito también al niño que parecía conocer también mucho de todo aquello.

Ya sabía una nueva palabra y no llevaba nada más que un rato en el tren. Eso presagiaba aluviones de palabras nuevas desde ese momento hasta Navidad. Lo veía. Y, como si de la primera lección se tratase y, como siempre decía Mary, una imagen valía más que mil palabras, esa palabra quedó para siempre grabada en su mente con la imagen de aquel muchacho que acababa de irse del compartimento poniendo fin a la agria presencia de Alondra. La enorme "P" que lucía en su ropa y como reaccionaron todos ante su presencia, hicieron que la neurona que acababa de aprender la nueva palabra se moviera nerviosa al relacionar esa "P" con su significado, con las reacciones de la mayoría de los que la rodeaban y la explicación de Michael. Sonrió de medio lado y se quedó con la cara de aquel niño más mayor que ella.

-¡Capichi!-le agradeció la explicación a su nuevo amigo.

Así que tu, prefecto, cuanto más lejos mejor… y Alondra contigo. Fú, fú, fú. ¡Largo bicheja!

Y, como si de un encantamiento se tratase, Alondra y el prefecto habían desaparecido y, tras ellos, el ambiente rancio que se había creado que comenzó a diluirse automáticamente cuando Luna cerró la puerta tras ellos. Úrsula se dio cuenta cómo cambiaba la expresión de la cara de la niña y entendió sin problema el motivo.

-Es una abusona. Lo mejor para deshacerse de ellos es ignorarlos, eso me dice mi madre-asintió lentamente con la cabeza, pensando. Cogió un mechón de pelo y lo lio en su dedo índice-O plantarles cara y ser más fuerte, eso  lo opino yo a veces. Todos son iguales, se piensan los mejores y dicen cosas feas-sí, era curioso. Los abusones del orfanato se comportaban igual-No te preocupes, lo has hecho muy bien. Molaba eso de amenazar con la varita, ¿creéis que nos enseñarán a defendernos de los abusones con las varitas? -preguntó, curiosa, a quienes sabían de todo aquello que, básicamente, eran todos menos Colt y ella-Sería buena idea sabiendo que Alondra estará en el colegio. Y ya os digo, que si hay uno... hay más.

Inclinó la cabeza y miró por encima del carrito que ocupaba toda la puerta que se acababa de abrir de forma sorpresiva. ¡Cuantas cosas! Abrió los ojos como dos platos y vio como Luna e Ivy compraban algo llamado rana de chocolate. Se mordió el mechón de pelo, preocupada. Había que comprar lo que uno quisiera y, para eso, tenía que usar el dinero mágico que habían cambiado el día de antes en el banco. Mary le había explicado cuanto valía cada moneda, como saber a qué equivaldría cada tipo para no pagar más por algo que no lo valía y saber qué costaba cada cosa, pero a Úrsula se le hizo un mundo aprender en un rato a manejar aquellas monedas nuevas y, ahora que pensaba, no se acordaba de nada. Así que decidió que era mejor guardar el dinero de Mary para cosas útiles y, sobre todo, gastarlo cuando supiera si estaba pagando mucho o poco por algo.

-¡Oh!, ¿para mí?-tendió la mano para que Luna dejara sobre ella una de aquellas ranas de chocolate que acababa de comprar. Sus ojos se iluminaron-¡Gracias!-Y no solo Luna compró, también Ivy se animó y les regaló otra a todos. Ahora tenía dos cajitas de ranas de chocolate pero ahora, ¿qué se hacía con  una rana de chocolate? Miró aquello con ojo crítico, parecían dos paquetitos normales, ¿tendrían dentro una rana de chocolate?¡Oh!, ¡también tenían cromos dentro! ¡Cuánto sabían aquellos niños de todo lo que pasaba!-¿De qué son los cromos? ¿Cosas de magia?-Abrió con cuidado uno de aquellos paquetitos para que no se le cayera la chocolatina ni el cromo y se quedó mirando lo que había dentro-¡Es una chocolatina de rana!-exclamó contenta al ver que era cierto lo que decían y viendo que debajo de ella parecía haber un cromo como estaban comentando todos. Metió los dedos en el paquete empujando a la chocolatina para coger el cromo pero, ante el contacto, la chocolatina… ¡saltó! Dio un gritito, asustada por aquel movimiento inesperado y se encontró mirando a la chocolatina que ahora estaba pegada a la pared. Estaba… ¿viva?. Parpadeó y, al abrir los ojos, ya no estaba.

¡Mi chocolatina se ha ido!

Miró alrededor, buscándola ¿Dónde has ido? Pero ni rastro de la rana.

En el camarote de los Hermanos Marx había más sitio que en el que ahora viajaba así que aquella rana podía estar en cualquier sitio. Se acababa de quedar sin ella. Miró discretamente a todos, pero cada uno estaba entretenido abriendo sus ranas y viendo sus cromos, parecía que nadie se había dado cuenta de que acababa escapársele la suya. Decidió no buscarla por el momento y prestar atención a su cromo. ¿Saltaría ese también? Lo cogió con cuidado, esperando que, en algún momento, hiciera alguna jugarreta y también se le escapara. Pero parecía que era un cromo de los de verdad, de los que no se escapaba

-¿El destino mágico de mi lechuza viene en este cromo?-le preguntó a Ivy ante su sugerencia-Yo quiero que tenga un nombre especial, pero si es especial y mágico, mejor. A ver que cromo me ha salido…-sacó el cromo y le dio la vuelta. Leyó en voz alta el nombre que aparecía en el-Gaspard Shingleton,¿Lo conocéis? -les enseñó el cromo al resto mientras miraba a su lechuza-¿Gasparda?-La lechuza parecía de cera, mirándola con los ojos abiertos como dos soles y sin pestañear, tenía menos vida que la rana que ahora corría en libertad vete a saber por donde-¿Te gusta?-le preguntó, negando ella misma sobre la marcha. La lechuza ni se inmutó. Mala señal, no le gustaba. Miró a Ivy poniéndole, contenta, el nombre a su gato. ¿Sería verdad eso del destino mágico? Porque ella quería un destino así para su lechuza-Vale, aquí tiene que estar tu nombre o algo mágico relacionado contigo, así que guardaremos el cromo hasta que averigüemos qué es.

Su rana. ¿Dónde estaba su rana? Comenzó a mirar con detenimiento alrededor. Marrón, pequeña, con sabor a chocolate seguro, ¡tenía que encontrarla! Decidió, mientras agarraba fuertemente la segunda cajita para que no se escapara su contenido.

Tengo que encontrarla, pero necesito ayuda.

-Eh…. Tengo un problema…-dijo levantando un poco la voz para que se escuchara por encima de todas las demás-Se me ha escapad…¡ahí esta! ¡MI RANA!-se levantó, señalando a la ventana medio abierta y a su rana pegada en el cristal. ¡Ella no llegaba allí! ¡Se iba a escapar por la ventana! Y ella no llegaría a tiempo. Antes de llegar a ella tenía que  pasar sobre una jaula de gato, dos de lechuzas, algunas maletas y muchos pares de piernas-¡SE ESCAPA!

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26/01/2022, 08:43
Directora

La situación en el compartimento se había tranquilizado con la marcha del Prefecto y de la odiosa “Cagondra”, y el reparto de ranas de chocolate por parte tanto de Ivy como de Luna, haciendo que muy pronto hubiese un par de ellas saltando por todas partes, mientras sus dueños intentaban capturarlas.

Mientras que a Úrsula y a Colton se les habían escapado, Nolan había dejado la suya libre a cosa hecha para ver cómo se unía a las demás e intentaban zafarse de ellos.

Muy pronto, el pequeño habitáculo se encontró de nuevo dominado por las risas y conversaciones relajadas, ajenas a todo lo que había sucedido antes, mientras el paisaje cambiaba a su alrededor.

El Expreso de Hogwarts circulaba por verdes lugares que invitaban a pegarse a las ventanas con la boca abierta para disfrutar de ellos.

Quizás fuese el mejor momento y lugar para soltar a las lechuzas, si es que iban a hacerlo.

El resto del tren también se encontraba en su mejor momento, pues podían oírse gritos y risas, y carreras en un sentido y en otro a lo largo del vagón. Era como si por fin, todos los que estabais allí hubieseis descubierto que era el mejor momento para soltarse y disfrutar del viaje.

Seguramente habría más gente aparte de aquella Alondra entrando y saliendo en los compartimentos, pero la mala suerte había hecho que solo ella fuese quien entrase en el vuestro, hasta que la puerta se descorrió y dos rostros desconocidos pero de vuestra misma edad o similar, se asomaron, como si estuviesen buscando algo. Eran un muchacho con aspecto enclenque y alto, como si fuese un pedazo de mantequilla extendido en un pan, y otro niño, este de poca altura.

 

-Hola, me llamo Huck y este es Larry. habéis visto una rata por aquí? Es la mascota de mi amigo y se le ha escapado -dijo el niño alto y delgado.

-Me la dejó mi abuela. ¡No quiero pensar lo que va a decir si se me pierde! -comentó el chico, visiblemente preocupado.

Huck no ayudaba a buscar la rata, pero entró y se asomó a la ventana.

-Este paisaje está guay, ¿verdad? Me encantaría volar por aquí con una escoba. Ese es mi fuerte, volar en escoba. Y voy a ser el mejor jugador de Quidditch del mundo, ya lo veréis -dijo, golpeándose el pecho con el puño, muy orgulloso -. Pero es una lástima que no nos dejen tener una a los de primer curso. Pero mis padres están intentando que cambien de opinión. ¡Ojalá lo hagan!

Y mientras aquellos chicos y vosotros hablabais, de repente las luces se apagaron, dejandoos completamente a oscuras incluso en la ventana, que pareció cubrirse de una extraña neblina negra. Era difícil no tropezar unos con otros, pues no podíais ver absolutamente nada, ni siquiera vuestros propios pies.

Pero eso no fue lo peor.

Una voz áspera y terrible resonó por todas partes, como si alguien estuviese hablando a través de un megáfono, para Úrsula y Colton, o hubiese utilizado el encantamiento Sonorus, para el resto, que lo conocía bien, aunque no fue ninguna de las dos cosas.

“PRAETERITO ANIMA ”

Un enorme destello luminoso recorrió todo el vagón y todo quedó en el más absoluto de los silencios, hasta que empezaron a oírse pasos, golpes y gritos.

Y solo después de unos segundos, la luz volvió al vagón y al tren, y la ventana volvió a aparecer como estaba antes, dejando ver el hermoso paisaje que había en el exterior.

Por supuesto, todo aquello hubiera quedado solo en algo muy extraño, una experiencia confusa que daría mucho que hablar, a no ser por el grito que escuchasteis a continuación, fuera del compartimento.

Rápidamente, todos fuisteis a mirar, llenos de curiosidad pero también nerviosos, no solo por lo que había sucedido sino también porque aquel grito había sonado como que algo terrible había sucedido.

Y así fue.

Tendido en el suelo, a unos metros de distancia, había el cuerpo de una chica vestida con una túnica de Hogwarts y el símbolo de Slytherin en el pecho.

En cuestión de segundos, estuvo rodeada por un montón de gente que no podía apartar la vista de ella, pero que al mismo tiempo sentía como que la más terrible de las maldiciones les había alcanzado.

-¿Quién es? ¿Alguien la conoce? -preguntó alguien.

-No, yo no, pero parece de Slytherin -respondió un alumno.

En ese momento, apareció "Cagondra", con aspecto sudoroso, corriendo y sujetándose los pantalones, como si no hubiese terminado de ponérselos.

-¿Q-qué ha pasado? Estaba en el baño cuando se fue la luz y.... ¿ohhh, quién es esta? -preguntó, sorprendida. Si la situación hubiese sido otra, habríais disfrutado enormemente al verla de aquella guisa pero en aquellos momentos no era cosa de risa.

-No es de Slytherin. Estoy en sexto curso y nunca la había visto -respondió un muchacho de Slytherin a quien Ivy y Nolan reconocieron rápidamente como su propio hermano, Donovan. Al verlos, Donovan se dirigió hacia ellos para abrazarles.

Un prefecto llegó entonces a la escena, abriéndose paso como buenamente pudo. Era una chica y estaba muy seria.

-No es de la escuela. No sé cómo ha llegado aquí ni porqué tiene esa túnica, pero es la primera vez que la veo. Supongo que si fuese más joven podría ser recién llegada, pero me parece que debe tener trece o catorce años al menos.

Aquello no terminó de tranquilizar a nadie pero todavía fue peor cuando alguien dijo lo que todo el mundo, o casi todo el mundo, estaba pensando.

-¡Ha sido ese mago tenebroso, Ryland Shadefian!

Y nada más pronunciar aquel nombre, el caos empezó a extenderse por todas partes; el caos y el miedo, pues aquel brujo estaba o debía estar en el tren, si había conseguido traer a aquella chica hasta allí, aunque el motivo permanecía claramente oculto.

También hizo su aparición el prefecto que había entrado en vuestro compartimento, intentando que todo el mundo se calmase.

-¡No os pongáis nerviosos! ¡No podemos perder la calma! No es ninguno de nosotros así que estamos a salvo.

Pero el asunto era lo suficientemente grave como para que le resultase prácticamente imposible conseguir lo que pretendía. El miedo había encontrado un lugar en el que anidar y ahora sería casi imposible evitar que se extendiese por todas partes.

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27/01/2022, 18:59
Ivy Jade Connor

Por fin la tranquilidad había llegado al compartimento. Los alumnos de primer año comenzaron a abrir sus chocolates, mientras las conversaciones se iban relajando. Ivy prestaba mucha atención a Ferlet, como si le preocupase que tuviera otro arranque de genio y sus sentimientos fueran heridos de nuevo, pues estaba visto que cuando perdía los papeles se sentía mal. Ya le había pasado en el Callejón Diagon con Donovan, y ahora en el tren con Alondra.

- No te preocupes, Luna. Aprenderás a controlarte. ¿Ves? Eso mismo no puedo decirlo de Nolan... - Bromeó para provocar distensión en el ambiente.

Y sí, el nombre del gato de Jade iba a ser Myron Wagtail, como el vocalista del grupo las Brujas de Macbeth. A la pelirroja le parecía un nombre grandioso y por lo visto también a su amiga, así que Myron sería aquel bonito gato blanco de ojos azul y miel.

- No me digas que le has dado bombones especiales para... - El término Cagondra disipó toda duda - Oh, por toda la magia. Ya verás que al final la va a tomar con nosotros... - Y es que a pesar de la celebración de Luna, y las risas compartidas por varios del vagón, a Ivy no le parecía correcta esa manera de proceder. Sin embargo, sentía que no debía protestar mucho más, casi mejor cambiar de tema y centrarse en otra de las conversaciones.

- Fitzens es un buen nombre de gato, Michael. Aunque, ¿por qué iba más contigo que con tu hermana? ¿Le dabas más dulces y por eso te seguía? - Quiso preguntar mientras se fijaba en el cromo que a su compañero le había tocado - Orsino Thruston, ¡por todos los elfos domésticos!, es el batería  de las Brujas de Macbeth. ¿Alguna vez has ido a uno de sus conciertos?... - Estaba claro cual era el grupo favorito de Ivy - Me encanta. Dice la revista Corazón de Bruja que estaría más guapo con una poción crece pelo, pero yo creo que perdería parte de su encanto, porque así, calvo, los brillos de las luces del escenario siempre le dan a él... - Comentó disfrutando de la conversación, aunque quizás a Cramson le importase aquello más bien poco.

Lo que Ivy no podía creer era que a Luna le hubiera tocado el cromo de Salazar Slytherin, para ella el más valioso de toda la colección. Sus ojos azules brillaron ilusionados y determinó de que su amiga había sido realmente afortunada.

- Es... Es... Increíble... Te ha tocado el mejor de todos, Luna... - Dijo mirando y comparando los que ella misma tenía - Cornelius Agripa, Glanmore Peakes, Derwent Shimpling, Bowman Wright, Greta Catchlove, Gregory el Adulador, Gondoline Oliphant, Kirley Duke McCormack, Helga Hufflepuff, Myron Wagtail, Roland Kegg, Merton Graves, Daisy Dodderidge... No coincidimos en ninguno, eso es bueno, porque si se nos repite alguno podremos intercambiar... 

Cuando me coma todas las ranas de chocolate, si no me sale Salazar Slytherin le haré un buen cambio a Luna para poder conseguirlo, como si tengo que darle tres cromos por ese... ¡El fundador de Slytherin!... ¡Qué suerte ha tenido!... Y a mí me toca la porra de Helga Hufflepuf... Menos mal de que hay poca opción de que entre en esa casa... O mi abuela me hechiza... ¡Seguro!

Galloway y Colton conocían poco el mundo mágico, así que no estimaban que las ranas de chocolate saltasen. Úrsula dio un chillidito que incluso asustó a Jade, haciendo que irguiera la espalda por un instante, hasta que comprobó que su compañera estaba bien, aunque no entendió muy bien su reacción, pues estaba tan centrada mirando el cromo de Slytherin. 

- El destino mágico de tu mascota no está en el cromo - Sonrió ante esa idea mientras miraba quien le había tocado a la muchacha de muggle procedencia - ¿Gasparda? Suena mejor Gaspy o Señora Shingleton... - Miró el cromo de Úrsula y leyó - Gaspard Shingleton fue el inventor del caldero autorrevolvente... Interesante....

A Úrsula se le escapaba la rana por la ventanilla, la de Colton también iba por el mundo y Nolan, siempre ocurrente, dejó saltar la suya a conciencia.

Qué desperdicio de chocolate...

En ese instante se abrió la puerta y se asomaron dos niños. Huck y Larry, según les hicieron saber - Hola, encantada de conoceros, soy Ivy Jade Connor - Ella siempre se presentaba tan formal, sonriendo con simpatía - Aquí no hay ninguna rata. Lo siento. Espero que la encuentres Larry - Le deseó al muchacho más bajito mientras escuchaba a Huck, su alma gemela - ¡Oh! ¡Yo también adoro volar! Aunque mi madre no me deja. Estoy deseando que lleguen las clases de escoba. Soy capaz de ahorrar para comprar una a escondida de mis padres... - Le había salido del alma el comentario, quizás su primer desliz oficial, pues Nolan allí estaba y podía arruinar sus planes - ¿De dónde eres Huck? ¿Londres?... Si en algún momento pudiéramos conseguir una escoba podríamos volar juntos... - Quizás una gran manera de que ella rompiera con las normas. Y es que si los padres de Huck le apoyaban tanto como para hablar con el colegio, seguramente tendría una escoba y podría compartirla con ella - ¿En qué posición te gustaría jugar? Eres muy delgado, serías un buen buscador...

Lo que nadie esperó allí fue que se hiciera la oscuridad, resonando una horrible voz y luego lo que Ivy supuso, debía ser un hechizo. Un fogonazo de luz tuvo lugar y tras un silencio sepulcral, la normalidad llegó al vagón.

- ¿Qué?...¿Qué ha sido eso?... - Tenía miedo, pero aún así su curiosidad se impuso. Salió al pasillo, donde sonaban voces y cotilleó en el exterior - ¡Pobre!... - Se llevó las manos a la boca, más asustada al ver el cuerpo de la niña tirado en el suelo, eclipsando toda la escena hasta el punto de que Cagondra perdió interés.

La aparición de Donovan calmó a Jade. Su hermano tras decir que la chica no era de la escuela, o al menos no de Slytherin, se acercó para abrazarles, y la pelirroja se dejó envolver por él, sin separarse ni un ápice de su lado.

- ¿Ryland Shadefian es el mago que papá intenta capturar, Donovan? - Si así era, ¿por qué diablos metía a una alumna en el vagón de Howarts si no era de la escuela? - ¿Está viva?... - Preguntó con malestar la niña, deseando que así fuera - ¿Está aquí? ¿Por qué? ¿Qué hacemos Donovan?... - Él era el mayor y sabía que sus padres en esa situación querrían que le obedecieran, así que la pelirroja le miró con atención esperando indicaciones, completamente atemorizada frente a un enemigo invisible que había alterado a toda la comunidad mágica.

Notas de juego

*He editado por ver una falta que me ha dolido la vista. Que ayer no revisé mi rol...^^uuuu

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27/01/2022, 23:34
Michael Cramson

El viaje volvió a hacerse agradable después de que Alondra se marchase y a Michael el tiempo se le estaba pasando muy rápido.  Era de los que menos hablaban, pero no porque Ivy, Luna, Colton o Úrsula le cayesen mal o le cohibieran. Al contrario, se sentía cada vez más cómodo junto a aquellos nuevos compañeros de colegio y empezaba a sentirse realmente agradecido de haber acabado en aquél compartimento del Expreso. 

Se rió por lo bajo cuando Colton dijo lo de los bombones, aunque le dio un poco de pena imaginarse a Alondra pasando un mal rato en el cuarto de baño. Al fin y al cabo, era una chica desagradable, pero Ivy tenía razón... sería mucho peor si le daban motivos para que se llevase mal con ellos, especialmente si alguno acababa en Slytherin siendo su compañero. Cruzársela en la Sala Común no iba a ser nada divertido.

¿Eh? Pues... —la pregunta de Ivy sobre Fitzens le cogió desprevenido, era algo que nunca había pensado—. Pues no lo sé, la verdad. No hice nada especial, supongo que le caí en gracia. A lo mejor mi regazo le gustó más para hacerse la rosca en él.

Luego sonrió cuando la chica comentó su cromo y le preguntó si había ido a algún concierto de las Brujas.

Yo no he ido a ninguno, pero a mi hermana Keira le encanta el grupo. Seguro que si se entera de que me ha salido el cromo, me desaparece en cuanto me despiste —rió. Luego vio el cromo de Luna y abrió mucho los ojos—. ¡Ahí va, Slytherin! Menuda suerte, ese sí que no vas a tener problemas para cambiarlo si te sale repetido.

El tren siguió avanzando y traqueteando mientras tanto, y a Úrsula se le escapó su rana de chocolate. Michael se aguantó la carcajada, porque era muy divertido cuando eso pasaba, pero no quería que Úrsula se molestase. Al fin y al cabo, era de ascendencia muggle y quizá no supiera que las fugas de ranas de chocolate eran motivo habitual de bromas.

Espera, te ayuda... ¡Epa! —la rana era más rápida de lo que habían calculado. Estaban persiguiéndola cuando llegaron aquellos dos chicos. El compartimento estaba de lo más animado, no cabía duda.

Pero mientras Huck alardeaba de su habilidad con la escoba (seguro que ni de lejos volaba tan bien como Keira, pero bueno...), de repente se hizo la oscuridad en el tren. ¿Cómo era posible? ¡Si era de día!

¡Ey! ¿Qué... qué pasa aquí? —preguntó en voz alta, tanteando en la oscuridad—. ¿De quién es esa voz?

Michael apenas tuvo tiempo de asombrarse por el destello y por que la luz regresara como si tal cosa, cuando escucharon aquél terrible grito. Salieron en tromba del compartimento y pudieron ver a aquella chica tendida en el suelo. A Michael se le hizo un nudo en el estómago y no pudo decir nada. ¿Estaría...?

Cuando ese chico llegó y abrazó a Ivy y a Nolan, Michael le miró sin hablar, pero se sorprendió al escucharle decir tanto a él como a los dos Prefectos que esa chica no era del colegio a pesar de estar en el Expreso y llevar una túnica de Hogwarts.

Qué raro... tiene todo el aspecto de ser una alumna —murmuró—. Pero si no lo es... ¿Quién es y cómo ha llegado aquí?

Cuando el pánico empezó a propagarse por el vagón con la sola mención del nombre de Shadefian, Michael tragó saliva y miró por encima de sus hombros buscando con la mirada a Keira. Ojalá su hermana estuviera a salvo. Pero estaba tan preocupado por aquella chica desconocida que se acercó a la Prefecta que acababa de llegar, se aclaró la garganta y se atrevió a preguntar.

¿Está... está bien? ¿Se pondrá bien?

No se atrevía a acercarse más al cuerpo inerte de la chica, pero se moría de ganas de que se levantase o diese algún signo de vida, fuera quien fuera.

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28/01/2022, 21:20
Luna Ferlet

Ivy volvió a intentar tranquilizarme después de haberme puesto tan nerviosa. Sin duda alguna, era una buena amiga y sabía que se preocupaba de verdad por cómo me sentía. Para mí, eso era más importante que nada.

Y mientras tanto, el tren continuaba su viaje y yo sentía que cada vez estábamos más cerca del colegio. Al pensar en ello me imaginaba todas las cosas buenas que podían pasarme e intentaba bloquear las malas, porque no quería dejar de disfrutar de aquel momento.

El paisaje era precioso y mientras abría mi rana de chocolate y descubría mi cromo, decidí que iba a soltar a Edwina en cuanto pudiera. Ella se lo merecía.

Entonces vi el que me había tocado; era Salazar Slytherin, el creador de la casa de Slytherin. Sonaba importante la verdad, pero más que para mí, para Ivy, porque abrió mucho los ojos al verlo.

-¿T-tú crees? –le pregunté, insegura.

Ella me enseñó entonces todos los que tenía, al mismo tiempo que yo le mostraba los míos. ¡No coincidía ninguno! Y estaba segura que sufría por no tener el de Salazar. Yo lo miré de nuevo, aun cuando ya había desaparecido, y entonces se lo entregué a Ivy.

-Toma, te lo regalo. O si crees que es mucho… considéralo como un préstamo. Si alguna vez te toca el mismo, pues me lo das a mí y mientras tanto, tú me lo cuidas, ¿de acuerdo? –le dije, pensando que a lo mejor no quería aceptarlo porque lo consideraba demasiado valioso y que de aquella manera le sería más sencillo hacerlo.

Después de dárselo, cogí la jaula de Edwina, le abrí la puerta y me dirigí hacia la ventana del tren para bajarla.

-Te voy a dejar que vueles un rato, ¿de acuerdo? Pero solo para que estires las alas un rato. Después tienes que prometerme que volverás al compartimento antes de que lleguemos –le dije, mirándola muy seria. Edwina ululó un poco y restregó su pico contra mi dedo, y tras sacarla de su jaula, echó a volar.

Si ya la había visto preciosa en la tienda, con las alas desplegadas y agitándolas en vuelo estaba simplemente magnífica. Era muy bonita y además volaba muy bien. Supuse que todas las lechuzas volarían más o menos igual y que a mí me gustaba más porque era la mía, pero bueno, me daba lo mismo. Quería pensar que Edwina era especial porque yo así lo sentía.

Después, regresé tranquilamente a mi asiento. Los demás también estaban abriendo las ranas de chocolate pero estas se les escapaban con mucha facilidad. ¿Es que no sabían que había que agarrarlas con fuerza o saldrían huyendo? Bueno, pues no, y era normal si nunca habían abierto ninguna. Se me olvidaba que no eran del mundo mágico y que todavía tenían mucho que aprender. A mí me daba lo mismo que no fuesen de familia de magos; sabía que en muchas familias se tomaban muy en serio eso de la sangre pura y las cosas esas, pero yo nunca lo había entendido.

A mí solo me importaba que la gente fuesen buenos y nada más.

Mientras estábamos hablando y compartiendo los cromos y las chocolatinas, entraron dos chicos que parecían estar buscando algo. Bueno, al menos uno de ellos, porque el otro dio la sensación de estar acompañándolo nada más. Eso sí, al menos parecían normales, no como “Cagondra”, y se presentaron de buenos modos.

-Ah, hola. Yo me llamo Luna –dije, acompañando al saludo de Ivy -. No, no. Aquí no hay ninguna rata, lo sentimos.

Ivy también le dijo lo mismo y es que allí nuestra única visita era mucho, muchísimo peor que una rata, que por otra parte me parecían muy monas y graciosas.

El tal Larry parecía más tímido y estaba muy preocupado, porque la rata no era suya sino de su abuela.

-Seguro que aparece antes o después. El tren está cerrado así que no habrá podido irse a ningún sitio. Solo… estará dando una vuelta –le dije, para intentar tranquilizarle.

Los dos chicos terminaron por entrar y el que se llamaba Huck, miró por la ventana y empezó a hablar de Quidditch. Eso a Ivy le iba a volver loca, pensé entonces, como así fue, efectivamente, porque a ella le encantaba volar, y también a Nolan. En realidad, parecía ser una fijación en los dos y por desgracia, tendrían que aguantarla porque los de primer curso no podíamos tener escoba y mucho menos participar en el torneo de Quidditch.

De todas maneras, yo no estaba muy segura de que eso fuese seguro. Nunca había volado pero me parecía peligroso.

-No sé, Jade. Si lo tienen prohibido puede que sea porque hay demasiado peligro. He oído que a veces las bludgers se han vuelto locas y han atacado a los jugadores y todo, y que incluso a veces se han perdido algunos que no han vuelto a encontrar hasta muchos años más tarde –le dije, negando con la cabeza -. De todas maneras, a mí creo que se me dará fatal.

Pero Ivy estaba lanzada y ya se había echado a hablar de Quidditch con aquel muchacho, antes de que ninguno de nosotros pudiera evitarlo. No es que fuese malo ni nada de eso, pero como no podíamos jugar todavía, pues a lo mejor no era muy recomendable pensar en ello.

Y entonces, de repente y sin previo aviso, todo se volvió oscuro. Fue como si alguien hubiese apagado la luz o de pronto los relojes se hubiesen adelantado hasta que ya fuese de noche.

-¿Qué ocurre? ¿Qué es esto? ¿Por qué está oscuro? –pregunté, poniendo en pie, chocando con alguien que no sabía quién era -. Ay, lo siento. Perdona. ¡Alguien me ha pisado!

El apagón no duró demasiado, porque en cuestión de segundos, vimos todos un extraño resplandor que había fuera y oímos aquella voz terrible que resonó por todas partes.

¿Un hechizo? ¿Eso era un hechizo de alguna clase?

-¿Q-qué ha sido e-e-eso? –pregunté, pegándome a alguien que no sabía ni quien era, pero que al final vi que se trataba de aquel chico larguirucho, Huck.

La luz regresó pocos segundos más tarde y todos salimos al pasillo, encontrándonos aquel cuerpo en el suelo. Había gritos y voces de sorpresa por todas partes, y yo me llevé una mano a la boca para tapármela, nada más verlo.

Era el de una niña, más grande que nosotras, pero por su vestimenta parecía una alumna, y de Slytherin. Un montón de niños y niñas se acercaron y rodearon al cuerpo y empezaron a preguntar quién era, pero nadie lo conocía.

¿Cómo no podía conocerla nadie si estudiaba en la escuela?

Estaba tan concentrada en aquella chica que ni siquiera reparé en Cagondra hasta que se colocó al lado. La miré y le respondí con mala cara.

-No lo sabemos, pero parece de Slytherin. Lleva el escudo de la casa en la túnica.

Donovan, el hermano de Ivy y Nolan aumentó todavía más el misterio. No era de Slytherin porque no la conocía, y él estaba en sexto curso así que debía saberlo. Vi como los tres hermanos se reunían, mientras una prefecta llegaba y confirmaba que no era del colegio.

Aquello era muy extraño de veras.

Y entonces, alguien nombró al mago que todos perseguían, ese que había aparecido en los periódicos. Yo había visto su nombre porque salía todos los días en las noticias, pero nunca me había detenido a leer sobre él, pero parecía claro que era terrible y si lo habían nombrado, debía ser porque a lo mejor sí que estaba allí.

Pero… ¿ninguno lo habíamos visto?

Ivy preguntó entonces sobre él pero quizás ninguno sabíamos mucho más que lo que había aparecido en las noticias. Pero tanto ella como Michael hicieron la pregunta que de verdad todos nos estábamos haciendo en aquellos momentos. Y ahora… qué.

Incluso sin querer hacerlo, todos teníamos miedo y era evidente. El chico prefecto que había entrado en nuestro compartimento también llegó entonces e intentó que nos calmásemos, pero la verdad era que no había manera de quedarse tranquilos sabiendo que había un mago tenebroso allí, en el vagón.

Instintivamente, me acerqué a Nolan, Ivy y Donovan, pues de alguna manera era toda la familia que tenía en esos momentos. De haber estado mis madres, habría corrido hacia ellas, pero ahora solo tenía a Ivy, mi mejor y única amiga, y eso hizo que buscase refugio a su lado.

Mientras tanto, nadie se atrevía a acercarse a la chica, ni los prefectos, ni ninguno de nosotros. Michael pareció querer intentarlo pero… cómo iba siquiera a tocarla si no sabíamos cómo la habían hechizado ni qué le pasaba.

-A-alguien debería mirar… si e-está… viva, ¿no? –dije tímidamente.

“Alguien” significaba que cualquiera de los chicos o las chicas que eran mayores tenían que coger aquella responsabilidad, porque los demás éramos muy jóvenes todavía. Si lo éramos para volar… ¿cómo no íbamos a serlo para ver si aquella pobre chica, fuese quien fuese, estaba viva… o muerta?

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29/01/2022, 16:12
Colton Derrick

Finalmente Cagondra se había marchado y los había dejado tranquilos. Según sus cálculos la que no iba a estar tranquila iba a ser ella, en cinco o diez minutos. Asintió a lo que decía Michael, el viaje hubiera sido desagradable en compañía de esa subida. Asintió dándole la razón al tímido chico pero no estando de acuerdo con la forma pasiva de resolución de conflictos de Úrsula al principio, pero asintiendo vigorosamente después.

- Ursula tiene toda la razón. Hay que defenderse de los abusones, sino siempre abusarán de ti. Yo creo que has hecho bien... Cuando lleguemos a Hogwarts y tenga un momento te enseñaré a hacer un tirachinas, que no es como una varita pero ya te digo yo que si te dan con un garbanzo seco pica de verdad. No llores, anda... porfa. - Negó - No es cuestión de control, hay veces que no se puede, lo que hay que hacer es no te pillen, si no te pillan no te castigan, especialmente los pupermanes esos que han entrado para acabar la pelea. -Sonrió y cuando le preguntó que le había pasado a Cagondra respondió con inocencia fingida. Cogió otra de sus ranas y negó con la cabeza - No, no debes llamarla así, sino pensará que tú lo hiciste. Hay que ser inteligente para esquivar los castigos, ya te enseñaré, no te preocupes... Nadie se mete con mis amigos. - Pero a doña perfecta no le parecía bien - No la tomará si nadie se lo dice... - Y la miró elocuentemente. Si se chivaba era una chivata, y punto.

Se repartieron ranas y aceptó la suya, dándola a cambio de los bombones "seguros" que había preparado. Le gustó mucho lo de que la rana saltara, pero si algo tenía Colton eran reflejos, así que la pilló con sus manos, aunque el cromo si que se le fue por la ventana. Úrsula no parecía estar teniendo tanta suerte, así que saltó intentando atrapar su rana pero esta le esquivó. No fue el único que se puso a la caza de la rana, ya que Michael se sumó

- ¡Maldita rana, no huyas! ¡Se me ha escapado! ¿Alguien la ve?

Al menos ella no había perdido el cromo, y lo iba a usar como inspiración para ponerle nombre a su lechuza. No podía prestar mucha atención porque estaba buscando la rana de Úrsula así que dijo - Llámala onza, porque las onzas siempre son menos que las libras. - y entonces Úrsula la detectó, se iba a ir por la ventana. Saltó intentando cazarla y la cazó al vuelo, aunque para ello estampó su cara contra el cristal. Dolorido pero contento se la enseñó colgando de una pata.

Se la devolvió con una sonrisa cuando dos chicos entraron en su vagón buscado una rata. Los recibió la siempre demasiado correcta, amable, señorita Pepis de Ivy, y cuando terminó de darles la bienvenida en formato largo Colton se encogió de hombros y les dijo - No, no hemos visto ninguna rata, a excepción de Alondra, a esa sí que la hemos visto. - Se pusieron a hablar de quidditch, que debía ser algo muy importante y las luces se fueron y alguien se puso a hablar con un megáfono. Aquello como broma había sido genial, los pupermanes se iban a poner como locos, estaba entusiasmado hasta que aquel destello recorrió el vagón. Se cubrió con las manos, aquello podía ser el rayo láser de la muerte. Suspiró tranquilo cuando vio que seguía vivo y preguntó

- ¿Estáis todos bien? ¿Eso es normal en magilandia? - pero mientras preguntaba miraba por todo, preso de la curiosidad. Había una chica, una de Slytherin. Apareció Cagondra con cara de estar disfrutando el bombón y eso le hizo sonreír. Parecía que la estudiante no era de Slytherin, pero iba vestida como tal. Colton silbó y dijo - Wala, una espía de Slytherin, se han cargado a una espía. - Sabía que no debería estar mirando, pero es que nunca había visto un muerto, aunque no estaba muy seguro de que lo estuviera. Miró a Ivy la perfecta y le dijo - ¿Estás segura que quieres ser de Slytherin? Ya no es solo aguantar a - sonrió - Alondra, sino que hay espías y eso...

Hablaron de un mago tenebroso, que debía ser como Venger en dragones y mazmorras, pero no tenía ni idea de quien hablaba. Pupermán intentaba poner calma, pero no estaba nervioso, sino decidido. Se acercó a sus cosas y sacó su tirachinas y se puso sutilmente protegiendo a Úrsula. El que viniera a hacerle daño se iba a llevar un tirachinazo en un ojo, porque él fuerte no era, ni alto, probablemente ni siquiera era guapo, pero tenía puntería, como ojo de halcón, y al que viniera le iba a poner el ojo de cartón. Parecía que el mago chungo era un viejo enemigo de Nolan y como era de esperar estaba asustada. Colton sonrió y le dijo

- Tranquila Ivy, tengo mis armas muggles preparadas y si alguien se acerca aquí se va a ir ciego... - Entonces Luna sugirió que alguien comprobara si estaba viva y Colton se ofreció - Yo iré, pero cubridme las espaldas - Le dio el tirachinas a Úrsula, porque estaba seguro que los no muggles no sabrían ni como se utilizaba. Asintió, confiaba en ella completamente y se acercó a la chica. Se agachó y se acercó mucho a ver si respiraba.

- No sé, ¿Como se sabe si está viva? A ver, voy a hacer una prueba - Le dio un pellizo en la punta de la nariz. Si estaba viva iba a pegar un respingo que se iba a quedar colgada del techo, y si no...bueno, si no es que estaba muerta.

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29/01/2022, 17:33
Úrsula Galloway

-¡Oh! ¿Vas a soltarla?-miró preocupada a Luna y a su lechuza-¿sabrá volver al tren? ¿volará igual de rápido que vamos? ¡y si se queda atrás!-miró a su lechuza y negó con la cabeza-Tú no, que no se si sabes el camino…

Cuando Luna abrió la puerta de la jaula de su lechuza, esta no tardó en echar a volar por la ventana y perderse de vista. Solo habían sido unos segundos pero a Úrsula le había sorprendido algo-Oye, es muy bonita tu lechuza y es… ¡enorme! ¿Has visto las alas tan grandes que tiene? -miró a la suya. Era mucho más pequeñita de porte, era de otra raza, estaba segura, pero ahora tenía curiosidad por verla con las alas abiertas. Se las había imaginado pequeñitas pero, después de ver la de Luna, pensaba que estaba equivocada.

-Ummm onza… vale, es una idea, pero no prometo nada, tengo que hablarlo con ella. ¡Ey! ¡Gracias, Colt!-cogió la rana por la pata libre y la miró con condescendencia-¿A dónde pensabas irte? ¿Eres de chocolate con leche o negro clarito?-pregunta estúpida, pues a ver cómo le contestaba la rana saltarina. La metió en su cajita justo cuando la puerta del compartimento se abrió dejando paso a dos chicos que no había visto antes.

-Úrsula Galloway-les contestó levantando la mano y saludando con alegría una vez recuperada su rana y contenta porque no era la única a la que se le escapaban los bichos. Pero una rana era una cosa y una rata otra bien diferente-¿La rata era de tu abuela? ¿Y te la ha dejado que te la traigas?-no sabía si le sorprendía más que una abuela tuviera una rata mágica o que se le hubiera dejado a su nieto para que fuera con él al colegio de magia. Ella veía más a las abuelas como gritando asustadas y llenas de asco al ver una rata, por lo que la imagen de estar sentada viendo la tele mientras acariciaba el lomo de ratatuí  no le cuadraba demasiado. ¡Tenía que conocer a esa rata!-Si la veo os llamaré, Huck y Larry. Me gustará conocer a tu rata, Larry, nunca he visto una que sea la mascota de alguien, en serio…¿Cómo es?

Y salió la conversación de las escobas. ¡Qué afán por tener una y volar en ella! ¡Ojalá que en primer curso no les dejaran tener ni probar una! De pensarse suspendida en el aire y sujeta solo por el fino palo de una escoba, le daba susto. Pero habían dicho una palabra que no conocía, ¡su segunda palabra mágica!-¿Qué es Quuuuiiiidditch?

Y, de repente, Úrsula lo vio todo negro. Mejor dicho, dejó de ver, alguien había apagado la luz. Se quedó quieta y en silencio porque no tenía sentido eso de apagar la luz, ¡era de día! Y, entonces, escuchó esa voz grave e inquietante por todos sitios, como si saliera de todos lados, diciendo esas dos palabras extrañas antes de que la luz volviera y el día estuviera de nuevo ahí fuera, tras el cristal de la ventana. Miró a todos los que estaban con ella en el compartimento y vio sus caras de desconcierto, que tenían que ser igual a la que tenía ella.

-¿Alguien sabe qué significan esas dos palabras? Han sonado mal, como si fuera algo malo… -y los gritos empezaron fuera. Úrsula y los demás corrieron fuera del vagón y pudieron ver a aquella chica en el suelo. La visión de aquel cuerpo sin movimiento en el suelo impactó a Úrsula que se lo quedó mirando mientras a su alrededor comenzó a cundir el miedo y el caos. Todos los niños parecían sentir miedo, nombraban a alguien y decían que era un mago malo, el chico mayor y otra chica casi de su misma edad y con la misma P en el pecho intentaban poner tranquilidad donde era imposible y, entre todo eso, Úrsula seguía mirando a la chica.

¿Por qué nadie la ayuda? No puede estar muerta, es una niña…

-¿Cómo va a ser una espía? ¡Es una niña, más mayor que nosotros, pero una niña!-le contestó a Colt cogiendo el tirachinas que le pasaba en ese momento-Vale, yo te cubro, pero voy contigo. No me quedo aquí. Mira, sigue a Michael que va para allá.

Se dio cuenta de que Michael se aproximaba a la prefecta y así se lo señaló a Colt, por lo que ambos le siguieron la estela que les iba abriendo entre la gente y que les ayudó a llegar junto a la chica que seguía tirada en el suelo sin moverse mientras su amigo preguntaba a la prefecta por ella. Se agachó junto a ella y al lado de Colt-No tengo ni idea de qué podemos hacer-miró a uno y a otro lado buscando algo que le diera una idea, pero no encontró salvo rostros asustados hablando entre sí y nombrando mil y una veces aquel nombre tan raro. Así que lo único que se le ocurrió fue darle la mano a la chica y apretarla, tirando un poco de ella con suavidad pero con firmeza, como había días que despertaba a Ashley cuando se quedaba dormida-Despierta… ¡Hola! Soy Úrsula… ¿me oyes?

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30/01/2022, 12:29
Directora

La voz de Colton preguntando si todo aquello era normal se prolongó en una especie de eco silencioso en las mentes de todos cuantos estaban allí. ¿Era normal que cosas así ocurriesen allí? No, desde luego que no; pero desde la aparición de aquel mago terrible, los cuerpos de desconocidos no dejaban de aparecer y sin dejar rastro.

La pregunta de Úrsula sobre aquellas dos palabras quedó en el olvido, pues en realidad ninguno de los que allí estaban las había escuchado con anterioridad, pero lo que parecía más que claro era que tenían mucho que ver con la aparición de aquella pobre muchacha y cómo se encontraba esta.

Donovan continuaba abrazando a sus dos hermanos pequeños, intentando que no se dejasen llevar por el pánico. Nolan sería un caso, pero solo era un niño y ni él ni Ivy estaban acostumbrados a cosas como aquellas.

No él tampoco, por supuesto.

Ante la pregunta de su hermana, Donovan se separó un poco para mirarla y poder responderle.

-Sí, eso es. Pero nadie lo ha visto por aquí, ni en el tren ni en la estación, o sea que no hay motivo para pensar que se trate de él –le explicó, subiendo el tono para que todo el mundo pudiese oírle y se tranquilizase.

Luna no tardó en unirse a ellos y Donovan simplemente abrazó a los tres niños con fuerza, mientras miraba a los dos prefectos.

Mientras tanto, a su manera, Colton intentó calmar a Ivy, pero lo cierto era que ni él ni nadie podía eliminar la sensación de inseguridad y miedo que en aquellos momentos recorría el vagón.

Michael también tenía razón en preguntar que si no era una alumna, tenía que haber llegado allí de alguna manera y aún nadie se había puesto a investigar cómo ni tampoco de quién se trataba, o lo que era lo mismo, qué hacía en el tren hacia Hogwarts.

En cuanto Luna dijo que alguien debería comprobar si estaba viva, el propio Colton se acercó a mirar, dándole un pellizco que hizo a todos dar un paso hacia atrás, y Úrsula tiró de ella para ver si reaccionaba, pero de ninguna de las dos formas lo consiguieron.

La muchacha continuaba sin moverse, lo que significaba que seguramente, estaba muerta.

-C-creo que está muerta –dijo entonces el prefecto que estaba allí.

La chica prefecta le miró con cierto desdén y se encaró con él antes de responderle con tono sarcástico. Parecía haber cierta enemistad entre ellos.

-¿Ahora eres un especialista en la materia?

-¡¡NO ESTÁ MUERTA, PERO MÁS LE VALDRÍA ESTARLO!! –dijo una voz al fondo del vagón, que hizo que todos se volviesen a mirar.

Se trataba de un hombre que llevaba un sombrero y un abrigo con aspecto usado, que caminaba lentamente, a grandes zancadas.

-Si esa joven ha sido víctima de Shadefian aún está viva, pero sin alma. Eso es lo que les hace. Les arranca las almas y deja sus cuerpos como simples contenedores vacíos –explicó con voz tenebrosa, mientras se aproximaba a vosotros.

Cuando llegó a donde se encontraba el cuerpo, recorrió con la mirada a todo el mundo que estaba rodeando el cuerpo, se agachó y colocó dos dedos en el cuello de la joven.

-Aún vive –decretó.

Después los retiró y miró a Úrsula y a Colton.

-Habéis sido muy valientes, jovencitos.

A continuación se levantó y giró 360 grados para echar una mirada a todo el vagón.

-Una vez deja a sus víctimas, Shadefian desaparece igual que aparece, sin dejar rastro, y no regresa. Es demasiado tarde para esta chica pero para todos los demás, ya no hay peligro, así que volved a vuestros compartimentos. Dentro de poco llegaremos a Hogwarts y estaremos a salvo.

Después se volvió hacia los dos prefectos.

-Ocuparos de que todos los alumnos estén dentro de sus compartimentos y que no salgan. Yo informaré al colegio para que estén preparados.

La chica prefecta iba a decir algo cuando entonces aquel hombre se volvió para mirarla.

-Ah, por cierto. Soy Balthasar Persimom, profesor de Artes Oscuras.

Después, se volvió hacia el cuerpo de la joven, sacó su varita y apuntó directamente a ella.

-¡Mobilicorpus!

El cuerpo se elevó en el aire y el profesor pareció dirigirlo con su varita, haciendo que se deslizase a unos centímetros por encima del suelo, hasta colocarse delante de él. Después, comenzó a caminar hacia la salida del vagón, llevando el cuerpo delante como si lo estuviese transportando encima de alguna clase de carrito invisible, hasta salir del vagón por la puerta que había al final del mismo.

En ese momento, los dos prefectos se rehicieron y comenzaron a dar órdenes para que todo el mundo regresara a sus compartimentos, momento en el cual Keira, la hermana de Michael, apareció de pronto corriendo y al verlo, se abalanzó en un abrazo pegajoso.

-¡Menos mal que estás bien! ¡Se ha corrido la voz de que habían encontrado el cuerpo de un alumno en el tren y… bueno, me tenías preocupada! –le dijo.

Por su parte,  Donovan miró a sus dos hermanos y a Luna.

-Meteros en vuestro compartimento y no os mováis de allí. Si tenéis que salir por cualquier motivo, no lo hagáis solos, ¿de acuerdo? En cuanto pueda mandaré una lechuza a papá y a mamá para que se queden tranquilos, porque seguro que esto se sabe dentro de nada y que les entra el pánico.

Keira miró entonces a Michael.

-¿Lo has oído? Haz caso a los mayores y no-salgas-solo. No tengo ningún hermano más a quien fastidiar, ya lo sabes –le dijo, revolviéndole el cabello, dándole un nuevo abrazo y volviendo a marcharse a su vagón, pues se había subido en otro, con el resto de compañeros de su casa y su curso.

Mientras todos ibais volviendo a vuestros sitios, Cagondra sufrió un nuevo retortijón que se escuchó en todas partes.

-P-perdón. T-tengo que irme ahora… mismo… -dijo, antes de darse la vuelta y salir corriendo.

Por otro lado, una rata circuló atravesó todo el pasillo, haciendo que más de uno y una saltaran en el sitio, sobresaltadas.

-¡Fido! –exclamó Larry, lanzándose al suelo para cogerla -. ¿Dónde te habías metido?

Y mientras todos volvíais a vuestros lugares, nadie o casi nadie se percató de que justo en el lugar en donde había estado antes el cuerpo de la muchacha, había algo con aspecto aplastado, una especie de lámina rectangular que no parecía especialmente interesante. ¿Una fotografía, quizás?

Notas de juego

TIRADA DE PERCEPCIÓN. DIFICULTAD 7. 1 éxito para darse cuenta de ello y recogerlo (el primero que lo saque y escriba lo coge, claro).