¡Hola hijo! Por fin en casa. - comentaba Caroline mientras corría a darle un beso a James. - ¿Qué tal fue el día? ¿Te quedaste estudiando en la biblioteca?
- Hola mamá. James saludó a su madre sin quitar la mirada del móvil. - He ido a la bolera con unos compañeros de clase...
No se podía quitar las imágenes de la cabeza - No tengo mucha hambre, me voy a estudiar a mi cuarto.
Dejó su mochila a los pies de la cama y se sentó en la mesa a inspeccionar bien el vídeo. Examinó el vídeo intentando encontrar algún indicio de que fuera un montaje, o algún reflejo que delatara al equipo de producción. Si era falso, la realidad era que estaba muy bien hecho.
¡James! - pronunció con una voz no muy agradable. - ¿Dónde demonios estabas? No solo tienes que estudiar, si no que un asesino anda suelto, no puedes volver a estas horas hijo. A partir de mañana quiero que nada más acabar el instituto te dirijas aquí. ¡Inmediatamente! - el padre de Jimmy parecía realmente molesto ¿sería todo preocupación por la tensión de la situación?
¡James! - gritó con un tono bastante preocupante. - No quiero que salgas más, la cosa se está poniendo muy muy peligrosa con el asesino por ahí suelto. ¡Quédate en casa!
- Sí Mamá... me fui a mi cuarto y me metí en la cama.
Un día surgió de nuevo y James se despertó en la cama, sabiendo que su madre lo tenía ligeramente encerrado, como si de un confinamiento por coronavirus se tratara. ¿Qué haría James?
Aporreé la puerta de mi cuarto - Hola, ¿mamá, papá? seguí golpeando la puerta intentando que alguien me escuchase - ¿Hay alguien? Me he quedado encerrado en el cuarto.
¡No vas a salir de ahí jovencito! ¡Hay un asesino suelto! ¡Si te pasara algo nos moriríamos! - la voz de su madre sonaba preocupante. Sin embargo, James siempre podía salir de allí por la ventana, desobedeciendo así a su madre y yendo a hacer lo que gustase en realidad.