Samuel llegó al Bowling center. Estaba bastante vacío, pero aun así estaba abierto, por lo que podría jugar a los arcades si así lo quisiera, ya que no se aceptaba más gente para jugar a los bolos a tan tardía hora.
El paseo hasta bowling center en bicicleta me había aireado un poco la mente de aquella tarde tediosa familiar, nada más entrar envío un mensaje a mi prima, ya habría terminado en la biblioteca y tal vez le apeteciera airear la mente un poco también.
Mientras espero su respuesta me engancho a un arcade que me llevaba loco desde hace meses.
Mileena recibió el mensaje y sin contestar, pasó enseguida por la bolera. Allí pudo ver Samuel como aún cargaba con los libros de la biblioteca entre sus brazos. - Hola primo ¿Cómo estás? ¿No has quedado con nadie esta noche? - preguntó sorprendida, ya que a Samuel parecía encantarle salir con sus amigos. - ¿Has visto el vídeo que pululaba en las redes? A mí me ha dejado bastante impactada... ¿Estabas en esa clase? Creo que es una broma, pero ten cuidado, primo... - a Mileena se la veía un poco perturbada por aquél vídeo, por lo que a lo mejor jugar un rato con su primo le sentaba bien.