Al llegar a la increíble casa de los Clarke, pronto las dos chicas se dieron cuenta que los padres de Odette no estaban allí. Andarían quizá, hablando con los Summers. Después de todo las tres familias más ricas se habían reunido en el evento benéfico de la tarde y no es de extrañar que sus famosas broncas se extendieran durante días.
Le paso la botella a Tessa mientras abro la puerta y enciendo las luces, no me molesto en llamar a mis padres, no están, enciendo las luces de la piscina.
- Dale a la Ginebra, qué mañana no hay clase. No pensaba beber, pensaba ser buena, como siempre, pero a mí esta situación me supera y parece que no hay manera de relajarse. ¿Tendrá mi padre güisqui en algún mueble?
Me adentro por el salón y busco donde guarda padre el alcohol, o el vino, lo que coño sea.
Tessa respiró con alivio al ver que los padres de Odette no estaban en casa. Quería molestar lo menos posible. Sus ojos se abrieron entonces como platos cuando vio que su compañera encendía las luces de la piscina.
-¡Ala! ¡No sabía que tenías piscina! -exclamó, sorprendida. Tal y como estaban las cosas, quizá no le vendría mal darse un baño-. Lástima que no me traje el bikini... -bromeó, aunque se la notaba un tanto apenada por ello.
La pelirroja agarró la botella de ginebra y comenzó a beber con avidez de ella, mientras buscaba un sofá o una en la que sentarse mientras veía a Dett buscando alcohol en el salón.
-Menos mal que mañana no hay clase -reconoció, con una sonrisa, tras darle un largo trago a la botella-. Algo me dice que terminaría presentándome demasiado resacosa...
*Ding dong, ding dong* Sonaba el timbre tras llamar Samuel.