Partida Rol por web

No termino de entender que pasa hasta que veo como Madison se viene abajo, parece mareada y la tomo por inercia. ¿Qué diablos habrá escuchado? Sujetando a la rubia busco el teléfono y lo tomo llevándomelo a la oreja.

- ¿Quién está al otro lado, quién es? - digo alterado mientras miro a mi alrededor por si ese lunático anda cerca, mi estado de nervios no es el mejor y poco a poco retrocedo hasta salir al pasillo.

Chillé. Chillé tanto que seguramente se podría oír desde abajo y hasta con la música a mil por hora.

Mi pulso temblaba. Mis manos parecían ajenas a mí. El cosquilleo me retumbaba. El pitio en los oídos me ensordecía. Pero me levanté -mi madre, Seth, han matado a mi madre- pensé rápidamente en el paquete que había dejado abajo -traidora, ponía traidora.

Terminé diciendo mientras andaba (sin ni siquiera saber cómo) hacia el sótano.

Todos vieron en mitad de la fiesta como Madison bajaba corriendo del piso de arriba, sobretodo después de haber pegado un grito que resonó por todas partes. Bueno, Alex solo vio una mancha rubia. Mary un elefante volador.

- ¿Lo dices en serio? - mi rostro se congela por un momento y no puedo creer que esto esté pasando La madre de Madison muerta ¿por quién? ¿Por ese loco? ¿La policía metida en todo esto? ¿Qué mierda de días son estos, está el mundo loco?

- Tranquila Madison, traidora ¿por qué? - no esperaba respuesta alguna de ella, no en este momento y la sigo, apoyando mi mano en su espalda paya ayudarla a caminar viendo como está visiblemente afectada, fijándome en quienes estaban aun por allí. 

Bajo corriendo a la par que Madison buscando con la mirada a los presentes, no me fío una mierda de nadie ya. Procuro pese al momento, quedarme con las caras de todos allí, por si más tarde me es útil.

Madison y Seth ahora se encontraban en el sótano. Donde antes estaba ocurriendo la fiesta.

Me llevé las manos a las orejas, asomándome nuevamente hacia el interior de la fiesta. -¡Mandacojones! ¿No ven que trato de hacer una jodida llamada?- Dije, intentando ver quien era el idiota vestido de elefante rosa y peluca rubia.

Al ver a Seth le trato de hacer una señal. -¡SETH, NECESITO TU PUTO COCHE!- Pero no se si me llega a escuchar.

Cuánto más cerca estaba de los invitados, más erguida me ponía.

Estaba acostumbrada a fingir, a no tener nada que me doliera. Tenía el control, el control de una reina. Y ese momento era igual, tenía que hacerlo yo, no necesitaba a nadie. Tal y como había aprendido. La manera en la que había crecido.

Así que, no dije nada, avancé directa al sótano, pasando de los que estaban delante.

Siguiendo a la rubia mientras observo la escena un grito de una voz que conozco bastante bien capta mi atención. Es Mary. Me detengo un momento y la miro y observo que Mark también está allí. Que cojones... ¿Y Ele? Miro como Madison sigue su camino y rebusco las llaves del coche hasta dar con ellas.

- ¿Mi coche? ¿Para qué queréis mi coche? - mi voz estaba apunto de colapsar, desde hace unos minutos el día se había complicado aun más si eso era posible. - Madison, espera por favor. - no espero que me escuche ni haga caso pero si la pasota de Mary estos días pedía mi ayuda es que algo de verdad estaba pasando y tras lo ocurrido por teléfono con Madison ya por mi cabeza solo pasan las peores situaciones posibles. Tengo que decidir, puedo bajar ahora cuando me entere de que coño pasa. - ¿¡MARK, DÓNDE ESTÁ ELE!? - puede que me preocupe por nada, a lo mejor estaba en un baño o en mi coche esperando, pero mi estado no da a razones en este momento. Lo miro con furia, pasando de Mary, Madison y todos por un momento hasta que me conteste. - Te he hecho una puta pregunta camello de mierda, ¿dónde está Ele? - la voz de Mary vuelve a retumbar en mi cabeza con el grito sobre mi coche. Miro hacia donde ha ido Madison, odiándome por no ir de inmediato, otra vez, pero había dejado a Ele con este tipo y no estaba allí. Comienzo a insultarme de mil modos tras recordar que había tirado mi teléfono al lago y puede que ella me telefoneara explicándome que se iba a casa o algo, pero eso sería lo lógico y esta noche, nada es lógico.

- Así que Mack Floyd y Nathan Snider... me acerqué al botiquín y saqué algunas tiritas.

- Eso es todo lo que necesitaba saber... Si me entero de algo te aviso. le dejé las tiritas en la encimera y me dirigí a la puerta, estaba claro que Emily no quería que siguiera insistiendo.

- Deberías unirte a la fiesta, sal y tómate algo, seguro que te encuentras mejor.

Por supuesto que Seth pasó de mi. Pero vuelvo a llamar su atención pasándole mi móvil. -se la hpa llevado un cochye ade policíea, que smi padrne los llamó por llevqar dos días sin apceraer en casa. ellza estuvo en casa esta puta mañana syeth, y sabes ebien que xele sae fha odesaparecido más días antes.- Coño Eleanor, ¿acaso no te pareció extraño que dijeran eso? ¿Cuando papá se ha preocupado por ti, por nosotras?

-quoiero imr a lla estación rde policía. intento llamra a casa para ver vsi contestan y edicen si ebleanor ya llegóe.- Volví a intentar llamar a casa, a ver si alguien atendía. Quien fuera.

 

Para: Eleanor

Coño Ele, espero que lo de no contestar el móvil sea sólo una broma macabra de tu parte...

Te digo ya que no tiene puta gracia. Contestame.

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De: Eleanor

¿No te has atragantado aún con la pastilla?

Cuando Mary me habla me dirijo de nuevo hacia ella. Lo que estaba escuchando no me lo podía creer. De verdad que no, hoy no iba a terminar bien el día.

¿Un coche patrulla? Joder Madison ha dicho... ¡La puta policía no va a hacer nada si lo que ella me ha dicho es verdad! A ver cálmate Seth, cámlate. Puede ser todo una coincidencia, puede que así sea pero... Ele pasa muchos días en mi casa sin pisar por allí, primero me hubiesen llamado a mí o a ella, preocupándose. Joder, joder, joder... ¿Ele dónde coño estás? No puede ser que unos policías la lleven a casa, ni que fuese una delincuente y sobre todo ¿cómo sabían que estaba en el lago y no en la fiesta? 

Mi cabeza es un laberinto de preguntas, hipótesis y conjeturas que no me van a llevar a nada hasta que Mary me enseña el sms. No, ni de coña esa es Ele, nunca escribiría eso y no daría a entender algo más. Joder... Que no sea el loco ese... Por favor...

Y reacciono, cojo las llaves en la mano y me dirijo hacia la puerta esperando aun una respuesta de Mark que como no llegase pronto me iba a importar una mierda, luego lo pensaba ahogar con mis manos. 

- ¡APAGAD LA PUTA MÚSICA, SE ACABÓ LA FIESTA! - digo mirando a los demás, en especial a Mark, Nathan, Alex, James y las secuaces de Madison. - Ese loco ha estado aquí, Madison lo ha visto y creo que... - no me atrevo a decirlo. - Madison os necesita. - digo mirando a las secuaces de Madison, Alex y Ethan, no pensaba dejarla sola tampoco. - Bajad con ella y me importa una mierda vuestra opinión, creo que han matado a su madre. - digo sin más, necesito ser contundente para atraer la atención. - No al dejéis sola. - me giro de nuevo hacia Mary y Mark, esperando que este último responda. - Y tú, desembucha y nos vamos los tres. 

Mark estuvo mirando también su móvil mientras que Mary le preguntaba Tessa qué pasaba, e intentaban aclarar el lío con Eleanor. Él también estaba preocupado y tan concentrado que casi ignoraba los griteríos de Seth. "Vino un coche de policía a por ella, a llevarla a casa... ¿qué coño querías que hiciera, negarme y que le pegaran un tiro? ¡Joder!"

Recuerdo que mi madre me decía de pequeña que era una hermosa princesa. Y yo me reía.

Esta escena os sonará, pero en mi caso era diferente, pues seguidamente me señalaba con su dedo índice en mi pecho diciendo: aquí hay una casa, aunque su interior es oscuro. Y allá en la penumbra, están las otras habitaciones con pequeñas luces. Puedes encontrar pasillos, escaleras: tu inconsciente. Todo lo que está latente, vivo, el instinto, eros, tabú, los pensamientos prohibidos, recuerdos que hemos desterrado de la luz…todos danzan, nos atormentan, nos susurran, murmuran, nos atemorizan y enferman…Pero tú no tienes miedo, porque no eres una niña, si no una mujer hecha y derecha, Madison Montgomery.

Rápidamente subí del sótano y contemplé la escena.

Volví a decepcionarme, pero no expresé nada, simplemente me acerqué a Nathan –tienes que llevarme a casa - mi gesto se mostraba impasible, pese a un brillo especial en los ojos que era diferente. Algo inusual. Como cuando hacía unos años conseguíamos un cromo en dorado o amarillo, con un muñecajo que ni nos gustaba, pero bueno, ahí estaba.

Sin más palabras me acerqué a la puerta tratando de salir. No quería saber de nadie, ni siquiera pensaba despedirme del que volvía a querer dejarme tirada: Seth.