Partida Rol por web

Las hermanas Cole, llegan a la pequeña heladería, no mucho tiempo después, con un ruido atronador debido al motor del ferrari, apareció Seth en la entrada de la heladería, donde aparcó para reunirse con las dos.

Estábamos de camino a la heladería cuando me frené en seco, agarrando el brazo de Eleanor. -No me jodas.- La miré directamente a los ojos. Eleanor no bromearía con algo así... Cabrón. Jodido cabrón. Cerré mi puño muy fuerte, temblando, sintiendo que me ponía en tensión. -No puedo creerlo. ¿No le basta con humillar a mamá, también nos humilla a nosotras?- Podía imaginar las risas de Madison cuando nos miraba. Sin mencionar los problemas legales en que aquello podría meter a mi familia. ¿Acaso mi papá no veía las consecuencias de sus acciones?

Seguí caminando, esta vez silenciosa, envuelta en furia. Al llegar a la heladería, miré a Eleanor. -Oye, ve pidiendo, voy al baño.- Y sin darle tiempo a responder me fui al lavado.

Una vez en el baño, saqué con prisa las pastillas de mi bolsillo, metiéndome dos a la boca, y bajando la cabeza en el labavo, bebiendo agua del grifo. Me metí en una de las taquillas y esperé a que comenzaran a hacer efecto, mientras sacaba el móvil y respondía al mensaje de Seth.

Soy consciente de que se lo tomaría a mal, tanto como a mí en su momento, pero la revelación de aquella verdad encierra otra cuestión, una posible venganza hacia la rubia sin escrúpulos. - No te jodo hermana, sabes que no miento con esas cosas. - respondo sincera y la miro a los ojos. 

- Los seguiré de nuevo y haré fotos, habrá que comenzar a extorsionar a la rubia y tú me ayudarás. - digo sonriendo de lado, con un gesto malicioso que en mi es raro. Estoy tan cansada de todos, que ahora el hecho de exponerlos me resulta hasta agradable. - Madison no querrá que se sepa, se le arruina el estatus, y se convierte en una zorra. - agrego divertida. 

- Y vale, pido. Mira, ahí llegó mi amigo. Ponte bonita. - digo al encoger mis hombros y voy al mostrador para pedir. - ¿Chocolate tu?- pregunto a mi hermana antes de que se pierda en el baño. 

Tras tomarse la pastilla, Elizabeth se empezaba a sentir cada vez más y más relajada, de hecho el exnovio de su hermana cada vez le parecía menos hijoputa, solo... Un chiquillo, haciendo el tonto. ¡Tonterías de adolescente!

¿Y que la enfermera quisiera humillarlas públicamente y se follara a su padre? ¡Bah! ¿Qué más da? Tenía una hermana genial, a la que quería un montón ¡además de un buen helado esperándola fuera!

Ya en el mostrador, le digo a quien atiende el tipo de helado y los gustos que tendrá cada uno. Recordando también los de mi amigo, así que me dispongo a comprarlos y al escuchar el rugido de ese auto, siento que me vibra todo dentro. Amo ese motor, el auto en sí y daría lo que fuera por tener uno, pero no tengo la misma suerte que él. Nuestro Padre es un capullo de cuidado con ello, así que no tengo esperanzas ahí.

Aún con aquel sentimiento tóxico/malicioso rondando en mi interior, giro sobre mi misma para llamar a Seth así me acompaña ya que mi hermana está dentro del baño. Se habrá ido a corregir el maquillaje o algo similar. De momento me mantengo con esa falda corta negra, el top y mis medias a mitad de muslo. Siempre en tonos sombríos, para no variar. Mi cabello suelto, cayendo por la espalda apenas. 

Miré mi expresión en el espejo, y me mojé el rostro varias veces antes de salir. Estaba más calmada; mucho, mucho más tranquila. Como siempre luego de estos "momentos", tenía una media misteriosa sonrisa dibujada en los labios, como si fuera dueña de un secreto que sólo me pertenecía. Sería más fácil unirme a los locos planes de extorsión de mi hermana estando bajo la deliciosa infuencia de las "pastillas felices". Aunque una parte de mi quería disuadirla de eso. Algo así podría destruir por completo a la familia, y aunque en parte me daba muy igual, me preocupaba que significaría eso para Toby, que era el menor de todos. Si hacíamos las cosas bien, podíamos hasta ser una bonita familia feliz. ¿No sería increíble?

Había ido tan rápido al baño que había pasado por alto el comentario de que Seth había llegado. Cuando me acerqué hacia Eleanor, noté al chico deportista que se acercaba, y le dediqué una sonrisa fugaz. -Chocolate, perfecto.- Dije a mi hermana, tomando mi helado.

Al final había dejado tirado a Nathan y al entrenador pero sinceramente hoy no me apetecía ir a entrenar para el partido, prefiero salir a hacer algo fuera de las paredes del instituto y aunque no iba a poder ser una escapada deportiva, un rato con Eleanor y Mary era igual o más de tentador que mi plan. Cuando llego a la altura de la heladería aparco el coche delante del escaparate y ya puedo ver como Eleanor está pidiendo los helados, seguro que acertaba en el mío. Me llevo la mano instintivamente la mano al bolsillo para ofrecer pagar el mío pero seguro podría ser molesto para ellas que pensasen que no pueden invitarme a un simple helado así que retiro mi idea y entro con una agradable sonrisa. 

Cuando llego a la altura de Eleanor puedo ver en sus manos mi helado, de limón con mandarina. Perfecto.

- Gracias por acordarte de mí - digo a mi amiga mientras tomo el helado y me acerco a darle dos besos y luego dar una leve lamida a mi fruto prohibido. Como me vea el entrenador... - Estás alucinante, como siempre, amiguita. ¿Es que quieres ir siempre perfecta o lo haces sin querer? - le digo con un tono de guasa. Miro entonces a Mary, su estilo me vuelve loco en secreto pero no dejo que nadie pueda ver eso reflejado en mis miradas hacia ella. - Mary, tú también vas... Muy a tu estilo, debes tener locos a todos los nerds del instituto. - guiño un ojo esperando que entienda bien mi mensaje, había que cuidar las apariencias. - ¿helados entonces? Yo pensaba ir a mi casa un rato, ver algo si os apetece. O dar une vuelta en el coche nuevo. - lo señalo por la ventana de la tienda de helados. - Precioso, aunque alguna de las dos va a tener que ir en el maletero. - bromeo con esa sonrisa estúpida que a veces pongo por no saber bien que decir.

Seth aparece con su aura de chico pija que nadie puede evitar, galante, educado y con esa sonrisa compradora. Si habré bebido los vientos por él en su momento cuando era una cría con ganas de sentir algo. Pero bueno, eso es arena muy pasada, extinta por así decirlo y queda nuestra amistad que dentro de todo es mi pilar para caminar a diario por este hastío de vida. 

- Eso siempre, te debo una. - digo sincera, recibiendo los besos que me da siempre con una medio sonrisa, que para mí es como una completa. Luego ante el halago le saco la lengua y me encojo de hombros. - Cuando uno es lindo, no importa lo que te pongas. - bromeo, algo que solo con él y con mi hermana suelo hacer. Son las personas con las que más confianza tengo, eso es innegable. 

Ya cuando le echa una mirada a mi hermana, le doy un codazo y susurro. - Sus braguitas son de encaje. - susurro al oido y le doy un codazo. - Ya que estás aquí... ¿Cómo es esto de que se mensajean? ¿Desde cuándo hablan por móvil? - pregunto directa, mirando fijamente a mi mejor amigo. - Pues, vamos a tu casa. ¿Mi hermana también invitada? ¡HALA! Suceden cosas raras hoy en este pueblo aburrido... - digo al exponer a ambos porque me resulta raro, soy amiga de Seth de años pero jamás los ví hablando ni nada. Es más, mi hermana detesta la gente pija como él. 

Rodé los ojos ante el halago de Seth. -Los nerds son raros, creen que voy a chuparles la sangre y hacer extraños rituales.- Me encogí de hombros, sin dejar claro si era algo que realmente hacía. -Claro, con lo de que son vírgenes son más aptos para sacrificios.-

Había comenzado a dar lametadas a mi helado cuando escuché las preguntas inquisitivas de mi hermana. En otro momento aquello me pondría nerviosa, pero en este estado me limité a encogerme de hombros. -Se equivocó de número, seguro. Luego de la "magistral" clase de Educación Sexual, dudo que tuviera sangre en el cerebro.- Desvié la mirada hacia el coche que señalaba Seth para evitar mirarlo a él, y tuve que soltar una carcajada, un poco tétrica, al ver el jodido coche rojo brillante.

-¿Qué? ¿No pudieron regalarte un coche con luces de neón diciendo "Coche molón de Seth"?- Dije. -Están dementes si creen que voy a montarme en eso.- Dije, continuando con mi helado. -Tú ve si quieres, Eleanor. Tengo cosas que hacer, que no sea verme en el deportivo de un deportista.-

Niego con la cabeza sin quitar mi arrebatadora sonrisa de la cara. Y es que si algo había aprendido en estos años es que si mantenía mis rostro con ese gesto ninguna solía resistir. No es que buscase eso en Eleanor pero, igualmente lo hice. Doy una nueva lamida a mi helado y con mi mirada sobre ella finjo estar molesto.

- No me debes nada, ese capullo... No pienso dejar que te deje así en clase ni en ningún sitio, aun no sé que pudiste ver en ese idiota. - bueno, a veces el idiota era yo mismo con algunas chicas, pero jamás hubiese dicho algo así de ninguna. Y Eleanor lo sabe. - Así que cuando uno es lindo da igual ¿eh? Ya entiendo porque hasta en pijama vuelvo loco a mi vecina de enfrente, cuando viene a pedirme algo siento que lo hace solo por verme. - finjo hacerme el interesante a medida que digo todo lo anterior e imito un gesto altivo sin borrar mi sonrisa de la boca. 

Mis ojos se abren de par en par tras el susurro de Eleanor. - ¿Que lleva braquitas... QUÉ? - no puedo evitar que ese que suene mucho más elevado que el resto de la frase. Me sorprende que me diga eso, ¿acaso...? No, imposible, Mary me lo hubiese dicho.

Escucho a ambas hermanas mientras compruebo lo distintas que son a veces, me pregunto en ocasiones si alguna de las dos son adoptadas. Algo molesto respondo a Mary. - Pues no, chica "sombra", supuse que estabais juntas y no quiero que tu hermana piense que tengo algo en contra tuya. - resoplo y doy una nueva lamida al helado, no dejando que escape un pequeño hilo que se estaba derritiendo. - Así que había decidido invitaros a ambas, pero si estarás ocupada mejor. A saber que te pones a hacer en casa, lo mismo a buscar espíritus o a pintar las paredes con sangre. - me encojo de hombros pues realmente no se que coño suele hacer en sus ratos libres. - Los raritos sois vosotros, no los deportistas. Que os vean con nosotros debería gustaros, tarada. - respondo sin estar enfadado a la última frase de Mary.

Voy comiendo mi helado de fresa mientras escucho a Seth, no hablo sobre el capullo con el que salí porque eso es tema que me genera dolor y es mejor dejarlo pasar. Así que asiento con mi cabeza y sé que él comprende aquel gesto, dando por cerrado aquello que no pienso omitir un juicio. Después ante el susurro suelto una carcajada, porque la reacción del chico es muy graciosa, de verdad que sí. - Uff esos pijamas sexys que tienes... Dime qué has dejado de usar ese azul feo y compraste uno mejor. 

- Ve y averígualo o... Ya lo vienes haciendo. ¿Ah?- susurro con la intención de picarlo, mi hermana está un poco feliz y me pregunto si es por Seth o por algo que no me he enterado. Se ponen ambos a hablar de rituales y no sé qué tontería, haciendo que me aleje un poco de ellos con mi helado, entre lametones. - ¿Les pago la habitación?- pregunto de forma maliciosa, es que algo sucede entre esos dos. No parece la típica bronca que se tiene uno con el otro, quizás hay algo más o me equivoco. 

- Que cortés, de ahí los mensajitos... - río a carcajadas, que mala excusa. - Tiene un muñeco con tu rostro, lleno de agujas. Te tiene bronca mi hermanita, algo le habrás hecho. - bromeo mientras salgo del negocio y miro el auto con atención. - ¿Me dejarás conducir? - pregunto divertida. - Como gustes hermanita, pensaba dejarte sola con él. - digo y le guiño un ojo. 

Mientras hablaban de capullos y de pijamas, divagué un poco con el helado, a veces riendo para mi sola mientras veía las curvas que le iba dejando al helado con cada lamida. Volví a prestar atención a lo que decían cuando el amiguito de Eleanor se dirigió a mi. -Hago muchas cosas divertidas en casa...- Dije encogiéndome de hombros, antes de reír por la mención de mi "muñeco voodoo" en la habitación. No era más que un Ken con muchas agujas en el cuerpo, pero no estaba pensado para Seth precisamente.

Esta vez, entre mi media sonrisa misteriosa, decidí aprovecharme de la última frase de Eleanor para distraerla un poco de esa extraña insistencia. -¿Y a dónde pensabas ir, hermanita? ¿Algún plan del que no me has dicho nada?- Le pregunté tratando de aparentar total inocencia, algo bastante difícil con mi aspecto de seguidora de Satanás.

Suelto una carcajada, Eleanor siempre sabe conseguir eso de mí y le doy un leve golpe en el hombro con mi puño. - Serás idiota, mi pijama azul era bien bonito... Ahora uso uno con anclas... Cuando me dejan. - muevo las cejas arriba y abajo insinuando con ellas algo. Hace tiempo que me permitía hacer este tipo de bromas con ella, es cierto que en el pasado estaba enamorada de mí, pero eso ya había quedado en el pasado y podía permitirme ser yo mismo con ella. - Aunque sean feos, es mejor que aquel que usabas cuando te quedabas en mi casa a dormir. Mi madre siempre ha sido un desastre eligiendo ropa de niños ¿era una rata o un ratón el dibujo que tenía? - hago ejercicio de recordarlo pero no lo consigo. - Horroroso y encima te quedaba grande. - Eran buenos recuerdos, todo era más sencillo.

Estoy acostumbrado a tratar con chicas, en todos los aspectos, pero que Eleanor me mencione cosas sobre su hermana me pilla de total imprevisto, sigue con ello y de reojo miro a Mary intentando averiguar que pasaba. - No, de esa casa solo conozco tus braguitas infantiles, Eleanor. - sonrío con una maldad fingida y termino el tema con una torpeza propia de mí. - Eh... Si quisiese, ya tengo mi casa ¿o no Mary? - Mierda, pienso tras decirlo. Esperaba que solo lo tomase como un comentario sin más.

Miro entonces a Mary tras el comentario primero de Eleanor sobre un muñeco con agujas y el de ella sobre hacer cosas divertidas en casa. - ¿Aun jugáis a los muñecos? - digo con total inocencia. - Con agujas... No me sorprende de ti Mary, solo hay que verte... Pero si eso te parece divertido, espera el día que salgas de casa de verdad. El fin de semana me han invitado a algo, si queréis podéis venir. - digo con nula esperanza de que acepten. - Y no, Eleanor, ya te he dicho el porqué de cruzar mensajes, no he tenido tiempo de hacerle nada a esta mini bruja de Salem. - una nueva lamida y me dirijo hacia la salida. Intento obviar el comentario que hace una y otra sobre dejarme solo con Mary y ésta última sobre los planes de Eleanor. - Oye, si estáis muy ocupadas os dejo con vuestras cosas, Emily quería quedar y puede que... - digo a modo de intentar molestar a ambas, cada una por diferentes motivos, sin despegar mi sonrisa.

- Bonito dice, ja. Ni de cerca. - digo entre risas mientras niego con la cabeza. Luego cuando habla de aquellas noches donde me quedaba a dormir en la casa de Seth, niego con la cabeza animada. - Espera, que encima tenías miedo y tenía que dormir contigo. Que cabrón eras de niño. - comento y recuerdo lo de su pijama, lo grande que me quedaba, pero era feliz en aquella época y no tenía tantos mambos como ahora. En verdad que echo de menos aquello. 

- ¿Las que tienen a Minnie? Porque esas me las robastes, seguro que las llevas puestas. - bromeo en el oído mientras sigo comiendo mi helado, es una delicia. Además meterme con mi amigo es algo de todos los días. Ante el comentario de la casa, le guiño un ojo divertida y después soy yo la que le da un puñetazo suave en el hombro por cabroncete. - ¿Ya conoce tus dotes? Pufff. Ya veo que terminas siendo mi cuñado. - digo sorprendida para bien y rodeo con mi brazo libre el cuello de Seth. - Cuñiiiiii. - le grito en el oído, así me la cobro. 

- No venga, yo quiero ir en el ferrari. - respondo sin ganas de cambiar los planes. - Luego si debo hacer algo, pero unas horas tengo con mi mejor amigo. - le comento pero cuando habla de Emily, lo miro a los ojos. - No me digas que te la follas... Cotilleo, ahora en el ferrari. -insto a ello y ahora la atención a mi hermana. - ¿Segura que no quieres venir? Te dejo que vayas adelante y le toques el muslo. 

Tuve que contenerme de lanzarle una mirada rápida a Seth luego de hacer aquella broma. Seguí pendiente de mi helado, hasta escucharlo mencionar a Emily. Esta vez volví a levantar los ojos en su dirección. Solté una carcajada. -El chico enmancipado con casa y coche para follar; mucha queja de tus padres pero qué abierto estás a recibir sus regalos. Deberías mostrarle que es lo que piensas realmente de esto, es más, te ayudo.- Me acerqué entonces a la parte de atrás, y con la llave de la casa, comenzé a rayar un pentagrama en la pintura, con una sonrisa divertida y maquiavélica. El chirrido del metal de la llave con el metal del coche perforaba los oídos, pero disfruté cada segundo de ello. Luego me retiré unos pasos para ver mi obra.

-Mucho mejor, ¿no crees?- Los miré a ambos con una sonrisa gatuna de oreja a oreja. Me di la vuelta y comencé a avanzar por la acera sin dirección fija. -Te veo en casa Eleanor. Lindo coche, idiota.- Dije.

Mi mente se sitúa en esa época donde aun no tenía la presión de sus padres encima y que solo importaban los días que Eleanor venía a casa o yo iba a la suya para pasar tiempo juntos. Las risas eran una obligación en esos días y surgían a cada minuto, desde entonces prometí que siempre compartiría eso con ella. A veces se que había sido algo posesivo con ella, pero odiaba que le hagan daño y verla como es ahora, que no se muestre como realmente es, me daba sensaciones opuestas. Por un lado agradecía poder compartir eso con ella pero por otro, sabía que su vida no es igual de sencilla que la mía.

Vuelvo a este instante, mi pijama sigue en liza y doy un pequeño empujón a mi amiga cuando suelta el tema del miedo. - ¡Oye! Fue tu culpa, te dije que esa película no me gustaba y me obligaste a verla o no me devolverías mi disco favorito. - la miro y me pongo frente a ella con un gesto de enfado que no se retener en serio. - Yo era algo cabroncete, pero tú eras y... ERES un demonio. - y aprovechando que se cuelga para susurrarme algo la pellizco el vientre en la parte sin ropa y muerdo el carrillo a la vez. - Te lo mereces, y yo no sé de que braguitas me hablas hablas... - aparto un poco mi pantalón y puede ver el elástico de mi bóxer Calvin Klein. - No llevo eso puesto y menos tuyas, que seguro aun tienes piojos como ese verano... - corto de pronto el tema al escuchar a Mary. - Si ellos piensas que así voy a volver y me haré cargo de sus cosas, bien por ellos. ¿Qué coño te importa? - digo algo molesto, aunque en realidad exagero mi tono. Tiene razón pero yo siempre aprovecho las situaciones a mi favor. 

Devuelvo mi atención a Eleanor y vuelvo mis ojos en blanco. - ¿De verdad crees que yo me atrevería a hacer nada con tu hermana? Seguro me roba sangre mientras duermo... Quien sabe. - apuro mi helado y tiro lo restante en una papelera. Cuando veo como Mary se acerca a mi coche intento ir a detenerla pero al no saber que iba a hacer solo me quedo perplejo mirándola hasta que escucho el sonido contra el metal del coche. Mi cara es un poema y mis ojos bailan entre el coche, Mary y Eleanor, sin saber reaccionar hasta que la primera acaba. Me acerco hasta "su obra" y con enfado real veo como se va alejando.

- ¡Estás loca Mary, siempre lo has estado y por eso estás so...! - me contengo antes de decir algo que luego me arrepienta de haber dicho y miro a Eleanor. Tirando las llaves para que las coja al vuelo. - Conduce tú, sí, así puedo relajarme mientras te cuento como me follo a Emily. - digo más alto de lo normal para que Mary me pueda escuchar. 

No puedo evitar soltar una carcajada, es que a ver, esto recordar a Seth a punto de mojar la cama por miedo, es algo que sola he podido disfrutar y un motivo por el cual me metería con él de por vida. Tanto como él cuando me crecieron los pechos en demasía y debía soportar sus bromas sobre el cambio de mi cuerpo, es nuestra dinámica, una que se mantiene durante años. 

- Shh que te hacías pipí. Que horror, si lo supieran tus amigas sexuales, sería un bajón. - comento a modo de broma, y cuando dice aquello mientras me pellizca el ombligo, le muerdo la mejilla por ello. Estamos muy acostumbrados a esto de usar nuestros cuerpos como motín de guerra u objeto de extorsión. - Joderrrr, te la comes. Idiota. - digo mientras tomo distancia y le saco la lengua. Mi hermana medio zombie en el medio, no sé qué tenía el baño, pero está sonriendo más. ¿Será que le gusta Seth a la condenada? 

Miro con descaro a ver qué ropa interior lleva puesta y me río. - Esos lo he usado, pero tienen agujeros... Te pones ruidoso por la noche y ahí tienes el resultado. O...¿ Es una ventilación personal para el verano?- pregunto entre susurros, somos así los dos. Es inevitable. - Tu metes la polla en cualquier agujero disponible, de ahí que mi hermana dudo que sea la excepción... Peroooo no digo que seas fácil Mary, sino que tú no tienes tantas mierdas como yo para eso. - digo a modo de aclaración, que me como la hostia de mi hermana. Hay que evitarlas. 

Después mi hermana se pone tonta y le raya el coche, que es un Ferrari. Está loca. Voy corriendo hacia ella y la cojo del brazo, enfurecida. - ¿Que te fumaste boba? No ves que ese chiste no cuela, vale mucho dinero un arreglo semejante. Además... ¿A cuento de que le rayas el coche a mi mejor amigo? ¿Te pones celosa por lo de Emily? - la increpo sorprendida y sigo. - Ve juntando dinero, hay que pagar eso. 

Ya indignada, cojo las llaves y miro a Seth. - Eres otro idiota. ¿Por qué tan blando con ella? No debería hacer eso, sin importar que sea mi hermana. - digo al subir al auto, bufar y encender el motor, ahí casi tengo un orgasmo, se me olvida todo mosqueo con ese rugir del motor. Que cosa más hermosa. 

Y así Mary llegó al super mercado, con un poco más de ánimo. O al menos un poco de relax después de gritarle a Mark un poquito.

Bueno, ya estaba allí. Intenté ubicar el coche del padre de Seth en el estacionamiento, segura que el jodido coche iba a resaltar entre tantos otros coches de pueblo. Saqué el móvil para ver si Eleanor me había respondido.