Partida Rol por web

El vestuario de Mark era bastante limitado, así que siempre alternaba entre los mismos conjuntos de ropa. Siempre limpios, aunque ya algo gastados. En aquella ocasión llevaba su chamarra de cuadros marrón, por encima de una camisa negra y unos pantalones también oscuros.

Tan poco acostumbrado que estaba al contacto íntimo, que cuando Eleanor se lanzó a abrazarlo Mark se quedó cortado, no le devolvió el abrazo al principio. Pero bastaba con mirarle la expresión en el rostro, una tímido pero alegre, esperanzada, para dar cuenta de que no rechazaba aquello, sino que le hacía feliz. Así que sí, aunque tardó unos segundos, levantó un solo brazo dándole primero dos palmaditas a la espalda, y luego la estrujó contra sí. Mirándola a los ojos, sonrió y dijo su nombre: "Eleanor." le dio un besito en la cabeza. "Siento no haber podido estar libre antes, esta tarde."

Sé que todo es demasiado brusco, quizás sin querer puedo agobiarlo y aún así, lo intento. Soy consciente de que conectamos, de que en el fondo ambos tenemos ese punto donde hacemos chispas, donde hay un vestigio de luz entre tanta oscuridad. 

Y por esa razón cuando siendo aquellas palmadas en la espalda, sonrío ampliamente y termino por sorprenderme cuando me abraza con fuerza ya quedando muy pegada a su cuerpo, recibiendo aquel beso que me resulta tan tierno. Ahí ya suspiro corazones, pero intento contenerme y mantener esa invisible distancia que se difumina poco a poco. 

- Mark... - digo su nombre al conectar visualmente con él. - No te preocupes, lo comprendo. - aclaro y me pongo en puntillas, solo para disfrutar de la cercanía y así, darle un efímero beso en los labios a modo de saludo. - Aún no sé cómo manejarme con esto, no quiero agobiarte. Perdona si lo hago... - confieso al tomar una pequeña distancia, sin soltarme de sus brazos. 

Soy consciente que de ahora en más, compartiremos muchas cosas y justamente eso es lo que no olvido. - Ya me contarás qué tal todo, ahora solo disfrutemos del momento. ¿Vale? - digo al dejar una dulce caricia en torno a su mejilla. 

Odette, Tessa y Nathan salen los tres de la cafetería. Por otra parte James, Morat y Samuel siguen en la calle, esperando a algo... O quizá simplemente observando las estrellas.

Por su parte Morat mira con cierto recelo lo que este grupo parecía querer hacer, si hablar con él o si por el contrario tan solo querían hacerle perder el tiempo, viendo que pese a que estos se dirigían hacia él, estos finalmente cortaron su línea de comunicación con el muchacho de morado para marcharse o distraerse con los celulares, este no pudo hacer otra cosa que agacharse de hombros y marcharse a su casa.

-Como sea... -Masculló con indiferencia- tengo cosas que hacer...

James miró al otro grupo, pero no tenía nada que decir, continuó con su camino.

Ninguno de los dos sabía cómo llevar aquello. ¿Cuán hacia adelante o hacia atrás debía ir la relación, habiendo empezado nada más hacía un día? Era como una muñeca de porcelana, preciosa y preciada para ambos, ninguno de los dos quería siquiera hacerle un rasguño. Pero había un detalle, algo que sin duda no les fallaría, ya que de hecho había sido el motivo por el que se habían enamorado el uno del otro: disfrutar de la compañía del otro en silencio. Pero Mark añadió algo nuevo: ir cogidos de la mano.

"Yo tampoco, no pasa nada... Poco a poco." le sonrió, extendiendo la mano hacia la suya para tomarla. "Ven, te voy a llevar al infierno." curiosa elección de palabras, pero el tono fue completamente inofensivo. "El edificio de mis pesadillas..."

Y me sujeta la mano, allí siento que todo es posible por un hecho tan particular, es que necesito ese paso suyo para dar otro yo y así, construir. Ahora que caminamos por aquellas calles, que serán diferentes desde que estoy con Mark, quiero decir algo más. 

- Me encanta estar contigo, y no tendría problema de que nos vean juntos. Aún así, lo dejaré a tu elección. - digo un poco avergonzada, con la mirada hacia el suelo. - Adoro esto. - digo y sonrío ante su comentario. - ¿Al infierno? Pues, entonces creo que estoy acorde vestida para ello. Vamos. - comento ya decidida. 

No imagino lo que debe ser su casa, aún así, infierno es lo que tengo en la mía. Curiosamente. 

Eleanor parecía feliz, igual que él, y verse así a ambos les hacía felices. Quizás por eso, por estar cómodo, Mark quiso llevarla a ver, desde lejos, la fachada de aquel 'infierno'. A no ser que Mark viviera en un hospital, no parecía que se tratara de su casa aquello que quería enseñarle.

//Imagen 'random' ilustrativa'//

Desde lejos, que era donde observaban, el Hospital Psiquiátrico de Anderson Creek parecía más bien un centro penitenciario, con barrotes en las ventanas y todo. Mark se echó la capucha y todo, no queriendo que le reconocieran quizás. "Sí..." respondió entonces a la pregunta implícita que había sacado ella de que si le suponía o no un problema que les vieran juntos. "No vamos a poder ocultar por mucho tiempo que estamos juntos, pero cuanto más lo hagamos, mejor... especialemente para que no nos relacionen cuando... bueno... ya sabes." ahí si pareció incómodo, aunque el brillo en sus ojos se mantenía, esa chispa de voluntad, de determinación. "...Cuando Ghostface acabe con el Doctor Regan Stannard..."

Mark llevó la mano libre a uno de los bolsillos de su chamarra y le pasó a Eleanor una fotografía del hombre. ...¿Era ese el que Mark quería muerto?

Dispuesta a acompañarlo al infierno que el llama, avanzo a paso firme con mis dedos entrelazados a los suyos. Es bonito estar así, incluso me sorprende bastante ya que nunca he caminado con alguien de aquella forma. Al escuchar su respuesta, asiento y soy consciente de lo dicho por él. Es que si queremos transitar ese camino oscuro, hay que conservar las apariencias. 

- Solo con tener las noches para nosotros, me conformo. - respondo en alusión. - Este lugar... ¿Has estado aquí? - pregunto y cuando habla de Ghostface, asiento. - Si. 

No tengo ni idea quien es aquel Doctor, pero observo la foto con detenimiento. Algo me dice que le hizo daño a Mark, y quisiera saber sus secretos, no solo por el simple hecho de que somos una pareja, novios. Es más que nada para ayudarlo en esto, entender y darle una base sólida a lo que vayamos construyendo. 

- ¿Me cuentas sobre él? - pregunto Intercalando miradas entre él y la foto. - Lo que sea, Mark, te quiero... Y sabes que estaré contigo sin importar tu pasado. No olvides que estamos juntos en esto. 

Los muchachos comenzaron a marcharse uno a uno cada uno a sus respectivos destinos, Samuel y Jimmy se miraron y cuando el último chico se marchó lo despidió - Hasta mañana, Jimmy!! - y comenzó a andar camino de casa mirando su movil.

"Estuve ahi dentro... varios años." Mark tuvo la ocurrencia espontánea de que Eleanor si se lo propusiera podría ser una excelente agente secreta. Él no le había hablado de esto, de su pasado a nadie, nunca, nunca. Y pensaba que nunca lo haría, era más sencillo así. Sin embargo allí estaba, llevándola a ver la fachada de su peor pesadilla. Presentándole una foto de su peor enemigo, la persona que más odiaba en el mundo entero. Mark no sabía si Eleanor era capaz de hacer a la gente sentir cómoda y hablar como n talento innato, o si solo funcionaba con él, pero en cualquiera de los casos le parecía una habilidad verdaderamente admirable.

"Él... es uno de los doctores psicólogos ahí dentro..." obvio quizás, pero por algún lado tenía el chaval que empezar. "Él me..." sin embargo, se le hacía difícil seguir. Muy difícil. "Él me..." Mark empalideció, y empezó a respirar de manera más agitada. Estaba claro que lo que fuera que le pasó había fuertemente marcado su psique, traumas del pasado de los que no se le hacía nada, nada fácil hablar.. "Él me..." su voz se quebró. Mark no dijo nada más. Sin soltarle la mano, simplemente acercó su cabeza al hombro de Eleanor, apoyándola con suavidad, mientras intentaba superar lo que claramente se trataba de un silencioso ataque de ansiedad.

Estamos frente al edificio que reconozco como tal por su estructura, pero sé que mi Padre no trabaja allí. No es el Hospital donde he ido tantas veces a buscarlo, ni nada similar. No obstante estoy más pendiente de los gestos de Mark, de como este gran secreto es revelado desde lo doloroso que puede llegar a ser. 

Y cuando ese silencio se vio interrumpido por su voz, que a mí me suena desgarradora, miro sus ojos con ternura y asiento ante su primer respuesta. Imaginando de que iba la cosa, amando más a este chico al saber esto. Quizás para cualquier persona podría ser una locura, pero yo lo entiendo y lo quiero así. 

De repente continúa hablando, yo solo escucho y lo abrazo mientras sigue. Alguien le hizo mucho daño, lo ha roto tanto que se me parte el corazón, pero a su vez me une en demasía a nivel emocional. Por esa razón cuando apoya su cabeza en mi hombro, lo aferro contra mi entre mis brazos y susurro en la cercanía de su oído mientras con una mano acaricio su cabello. 

- Mark, estoy contigo. Respira... - susurro y beso su cuello. - Conmigo ya nada más pasará, te quiero. - digo entre caricias, buscando que en verdad sienta que estoy, para él, siempre. - Entre nosotros no habrá secretos y nos cobraremos cada una que nos han hecho. Cada una... Se hará justicia... 

Muñecas de porcelana quebradas. Eso es lo que eran, ambos. Quizás por eso temían romperse. Mark ni siquiera se había atrevido a preguntarle a Eleanor sobre sus propios problemas, pero sabía también los tenía. El chico se culpaba por ser débil, por ni siquiera poder decirle y contarle clara y rotundamente los crímenes del doctor Stannard. Pero se consolaba con saber que pese a tambalearse, a caerse, tenía un soporte al que agarrarse. Las caricias de Eleanor, su presencia, su apoyo emocional y también su apoyo para el futuro, para aquel asesinato que Mark venía deseando desde pequeño, le suponían una agarradera a la que asirse, y también la esperanza de poder, una vez resolvieran ese problema, ser entonces él el que pudiera convertirse en la agarradera para ella.

Asintió, por fin ya más calmado. "Vámonos de aquí, Eleanor..."

No dijo nada al respecto, pero lo comprendo en este silencio que se convierte en noche, en un todo. Así que tras asentir a sus palabras, me quedo allí sujetando su mano mientras caminamos por aquel callejón que nos dirige hacia su casa. Es la primera vez que iré a ese lugar, y la verdad es que no me preocupa como sea, tan solo me da felicidad saber que pese a todas las nubes que ambos podamos tener, juntos estamos. 

- Si, vamos. -digo al sonreír. 

Lo conseguí. Aunque he hecho fotos en mi móvil, te las envío por mensaje. - comentaba mientras lo hacía. - Debo decir que ha sido bastante fácil, estaban todo en la mesa del señor Wayne, creo que se ha dado cuenta de que al menos las he ojeado, aunque no parece haberle importado demasiado y ha hecho la vista gorda. Sobretodo porque cuando me he quedado a solas en el despacho con él me ha dicho "¿Sabes que leer y/o llevarse documentos archivados es un delito? Hasta si te los diera en mano sería un delito. Anda márchate muchacho." - imitó lo mejor posible la voz profunda del inspector.

Creo que no nos podía dar los datos... Pero por otra parte quería que los tuviéramos. Se habrá hecho el tonto adrede. ¡Aunque ya me invitarás a algo, estaba acojonado! Solo he hecho una foto a cada archivo en la mesa, ni si quiera los he leído por miedo a que nos pillaran. - sonrió - ¿Bueno que querías ver exactamente? - Alex tenía curiosidad por todo aquello, después de todo Emily no le había dicho que quería exactamente de aquellos informes. 

¿Quería que lo tuviéramos?, esa frase revoloteo por mi cabeza un tiempo, ¿porque el inspector querría que Alex y yo tuviéramos esa información?... ¿Podría ser por lo que me había dicho el "asesino"?, que si unía lo que había pasado sabría que estaba ocurriendo... Agite mi cabeza sacándome esa idea de mi cabeza, ya pensaría en eso luego. 

-Muchas gracias Alex, de verdad te debo una- solos digo eso, antes de sumergirme en la inmensa lista de nombres, claramente me llamaron la atención dos, por el que habíamos hecho todo esto, el nombre que estaba tachado, y el nombre de la persona que había desaparecido... Claramente tenía que investigar acerca de esto pero ahora no tenía un lugar realmente "privado" para hacerlo. Asi que supongo que eso también queda aplazado. 

-Quería ver el nombre que estaba tachado, sabes como soy, no puedo soportar que alguien me oculte algo. -le dedico una sonrisa y le muestro el nombre de la persona desaparecida - Además mira esto, en los archivos de la biblioteca no había una persona desaparecida y aquí sí, Talvez esto tenga que ver con el asesino... Por cierto el inspector me lo confirmó... El asesino tiene algo que ver con el orfanato. 

Saque mi móvil y vi la hora ya se estaba haciendo tarde, y me apetecía un montón pasarme por la fiesta benéfica. 

-Bueno, creo que es suficiente investigación por hoy, ¿te apetece ir a la fiesta de los Nixon?

Aunque la investigación aún no paraba primero debía averiguar que había hecho Alex después de ayudar a su madre con el sofa. 

¿El viejo orfanato? - se quedó pensativo por un segundo. - ¿Qué tiene que ver contigo? Y ese nombre tachado... El desaparecido... Parece que alguien se ha tomado muchas molestias en ocultar información en aquél lamentable incidente. - parecía estar bastante ofuscado en aquello, pero tras escuchar las palabras de Emily intentó despejarse.

Está bien. - asintió - vamos a la fiesta benéfica, pero después debo ir con Madison. Ayer en la cafetería dije que iría a vigilar que todo estuviera bien con ella. No me fío nada de la panda de sociopatas que votaron en su contra.

Debido a la gravedad de la situación, Seth va conduciendo su coche a toda velocidad por las calles de Anderson Creek. Por desgracia para ellos, la casa de los Cole y casi cualquier otra ubicación, estaba relativamente lejos de la casa del lago de Madison.