Cuando Karla llegó a cubierta encontró que estaban ya al lado del Emperador, descargando gente hacia el buque insignia, mientras los marineros sacaban carga para que la grueta de la galera las fuera cargando. Les estaban quitando peso.
Dylon, el segundo al mando, se acercó a Karla y le dio un par de palmaditas en el hombro, y luego un apretón. Dylon estaba totalmente de su parte, pero procuraba no armar guerra... por ahora.
Tranquila... mmm?
Ardell se sorprendió al ver cómo bajaba el Almirante a su cubierta. ¡El almirante! ¡Todo el mundo presentable! Dijo a la tripulación. Había que dar buena imagen!