Partida Rol por web

 
Junto con cincuenta hombres (Veinte soldados de infantería, veinte exploradores, 4 clérigos, dos magos y otros cuatro mercenarios) Orlamm y Gargun se pusieron en marcha hacia el bosque. Su avance era más bien lento ya que Orlamm recogía muestras de todo lo nuevo que se le ponía por delante (Ya que estaba, aunque no fueran objetos de su campo) y tomaba notas.

Todo fue bastante tranquilo, ya que un grupo tan grande ponía en fuga cualquier fiera natural que andase cerca, sin embargo no perdían atención por si los nativos.
El bosque en esa latitud era más bien templado, y tampoco demasiado sofocante, aunque sí espeso y rebosante de sotobosque.

Al mediodía hicieron un alto, para no cansarse en las horas más duras de la solana, y se siguieron adentrando un poco más por la tarde. Sería responsabilidad de Orlamm decidir si volvían para regresar al campamento entrada la noche, o se adentrarían más.

Tras comprobar con diversos ácidos, sierras y un juego de fijadores fuertes qué madera, de los tipos de árboles más abundantes de los que por allí se encuentran, va mejor para la construcción por sus propiedades de dureza, densidad etc, hago que los soldados corten uno entero para llevarlo al campamento. También llevo las hojas y ramas propias de esa especie, para repartirlas entre los leñadores para que sepan reconocerlo.

También reparto entre los soldados jaulas en las que apresar a algún animalillo que hayan podido coger para llevarlo al campamento y cocinarlo, a ver que tal. Si está bien será cuestión de comentarle a Grower que diseñe un corral al efecto.

También recojo en bolsas y cestas, que llevan los soldados, frutos silvestres y setas varias que he podido encontrar. Tanto los que los clérigos han identificado como venenosos como los que no. Los nombres que les pondré serán, simplemente, iguales que su fruto más parecido de Faerun. También llevo hojas y ramas de esas plantas y, si algún arbusto tiene un tamaño portátil, lo planto en un tiesto y a la bolsa de contención. Para que los colonos vean en vivo y en directo el arbusto y, si van al bosque, no cojan otra cosa parecida. Si se me acaban las bolsas, pido a los soldados se metan muestras (hojas, frutos) en los bolsillos o algo.

Como no pediré a los soldados que vayan mirando eso, busco cuando me agacho a los yerbajos pepitas o piedras metálicas de algún tipo. Nunca está de más.

Si me encuentro algún animal de madriguera, le preguntaré (hablar con los animales de gnomo) si hay nativos por esos bosques.

Si encontramos algún fruto en abundancia que no sea venenoso y esté bueno, llenaré mi olla de hierro con ellos y los llevaré al campamento, para alegrar a la gente.

Si llego a algún lugar elevado desde donde ver panorama, utilizaré el sextante y el catalejo para caltular distancias y alturas.

Por supuesto, escucho sugerencias de cualquiera que quiera aportar algo.

Volvemos entrada la noche, no quiero que nos retrasemos el primer día y tengamos un disgusto por novatos.

Gargun Dun va mirando hacia los alrededores, siguiendo al tan estudioso y dedicado gnomo Blimm. Aunque el tambien va pensando en que valor comercial o si habria forma de hacer conocer ciertas plantas, minerales para hacer muestras como subastas, curiosidades, exotismo.
Por eso comenta en voz baja el enano al Gnomo Blim
"que bueno! cuantas materias primas, verdad amigo Blimm? que valor comercial o cuantos curiosos pagarian por hacer viajes y ver estas maravillas, eh? yo tambien traje algunas cosas de mercantil, para ver que calidad tiene... Puede ser de todo, pero mas que nada Piedras, Metales, Gemas, algunas maderas, alimentos especiales, como le sea util mi compañia, mi buen amigo blimm jejeje!" le comenta dando miradas hacia los costados, dandole una sugerencia mientras tambien revisa lo que sea que haya al alrededor mientras camina tranquilamente como si diera un agradable paseo pero dando vistazos a lo que haya por ahi.

Las alimañas y animalillos huían del estruendo de cincuenta personas atravesando el bosque como una manada, así que a no ser que se preocupara expresamente de buscar y capturar alguna para preguntarle, por las buenas no iba a cruzarse con ninguna.

Desde luego, las variedades de casi todo lo que se cruzaba eran nuevas así que tenía las bolsas de muestras bien llenas. Dieron con una variedad de árbol que parecía bastante buena para la construcción, dura y pesada de narices aunque los ejemplares que encontraron eran más bien pequeños. No era la más común, la más común era una madera que sería buena para muebles, pues era ligera y razonablemente resistente, y en un momento dado podría usarse para construir si no quedase más remedio.

Frutas encontraron a montones, aunque habría que ser muy cuidadoso. No porque no fuesen venenosas sentarían bien al estómago!

Con el sol casi escondido emprendieron el regreso, más ligeros ahora que no tenían que pararse a cada momento. No tardó demasiado en surgir el primer problema: uno de los exploradores gritó asustado y aparentemente herido.

 AAGHHH! ¡¡MIS OJOS!! ¡¡MALDITA!! ¡¡NO VEO!! Gritaba echándose las manos a la cara ¡¡AYUDA!!

Dos docenas de filos salieron de sus vainas al unísono, prueba de la tensión que llevaban encima los soldados, y algunos se acercaron a ese explorador que estaba a unos metros del cuerpo principal de la tropa.

Orlamm se acerca apresuradamente a atender al explorador. Va sacando su material de curandero y varita de curación.

 
Cuando llegan todos, el soldado está de rodillas en el suelo cogiéndose la cara con ambas manos farfullando y maldiciendo, además de muy nervioso, y sus palabras ponen nervioso a todo el mundo.

¡No la miréis! Solo mirad adelante! ¡Salgamos de aquí! Sacadme de aquí y salgamos de este maldito sitio!!

En un momento que se descubrió los ojos, éstos parecían totalmente normales.

Sin dejar de miraral soldado y sin apartar la vista a ninuna otra parte.

Vale, qué no hemos de mirar? No nos vamos a ir a ninguna parte hasta que sepamos que ha pasado de malo.

Considera la posibilidad de que este hechizado de alguna forma. Hace un gesto a los demás para que estén atentos a cualquier cosa, aun que sabe que ya lo están.

Gargun Dun mira hacia todos lados, hacia el alrededor haciendo un pequeño gruñido enano y gesto fruncido de dudas, sospechas e intriga hacia los alrededor.
Se acerca al gnomo Blim y le comente en susurro "uhmmmm, es posible que alguien nativo de esta selva haya tirado dardos o alguna arma semejante... tengamos algo de cuidado compañero gnomo, quizas sean nativos de Maztica que piensen que somos invasores, jejeje!" dice con una mezcla de inteligencia perpicaz y una pizca de humor.

Al rato Gargun Dun, le da unas ligera palmadas al humano explorador para darle animos diciendole "no se sienta asi, compañero humano... Solo estamos explorando, no mucho mas! El buen gnomo Blimm con sus magias lo hara sentir mejor, vamos vamos!" y se para con un par de golpesito de buen compañero en sus hombros, dejando que la actividad del gnomo con el humano pueda darse bien

 
¡No, diablos!! No ha sido ningún dardo!! Era una mujer!! Me miró, la miré... Diosa, tenía que ser una diosa o algo, una hija de Sune como poco, de repente pareció enfadada y dejé de ver nada...!!

¡No la miréis!!!

Ninfas. Guardianas de los bosques de belleza sobrenatural. El soldado se queja, pero quizá puede considerarse afortunado de haber visto una ninfa. No todo el mundo puede presumir de ello. Es comprensible que esté cabreada: forasteros extraños paseando por sus bosques partiendo ramas, arrancando arbustos y con un árbol a cuestas.

Vale. Se dirige al resto del grupo. Volvamos al campamento tal y como estábamos haciendo. Se dirige a dos soldados cercanos Acompañad al soldado procurando que no tropiece. A la comitiva ¡En marcha!

¿Como he de tomar que haya ninfas por aquí? ¿Será tan diferente este mundo al nuestro, como nos hemos llegado a imaginar?

"jajajaja! ninfas? en maztica? tan poderosas son esas damicelas parecida a jovenes humanas y que los hombres humano les escapan? ja... deberia de verlo y escucharlo el elfo rubio Oropher, a el si le gustan esas cosas..." comenta con gracia el enano hacia todo

Luego poniendose algo serio pero mirando con cautela hacia los costados, va volviendose junto al gnomo Blimm diciendole en voz baja "mas alla de todo chiste, creo que deberiamos tomar encuenta esas cosas...
Imaginemos que si en Faerun habian misterios, aca han de haberlos muchos mas no cierto compañero gnomo? andemos con cautela, Mastiza nos es nueva y cualquier cosa puede suceder, si señor!"

Tras eso se abraza de buena camaraderia al gnomo y a los otros humanos presente, con un golpecito amistoso en el hombro al joven encantado "vayamos juntitos y sin temor, aunque Maztica sea una tierra nueva muchas cosas aun hay por descubrir, no se sientan desalentados camaradas... Vayamos al campamento y descansaremos todos, señores!" dice con una voz amistosa y de alabanza para que todos se sientan bien y volver como se vino, haciendo una señal de vuelva con su brazos y manos un par de veces.
Empieza a caminar en camino de regreso al campamento...

 
El viaje no tuvo más incidentes, aunque cargados con el tronco y yendo con mil ojos para no toparse con nada más que fuera peligroso, el regreso se retrasó