—Me llevaré a Sirouten —dijo Karla—. Estaré aquí en un periquete.
Esperó a que el misterioso elfo se reuniera con ella y fue a tierra para buscar a algún oficial al que pedir instrucciones.
Tirada: 1d20
Motivo: Pelao
Resultado: 4
Laure era la única que seguía "levantada" a aquellas horas, y se quedó mirando lo que sucedía en cubierta.
Azar llegó guiñando un ojo a Karla cuando le llamaron, y enseguida estuvieron en tierra. Azar hizo mago de rodearla la cintura para ir de esa guisa, aunque fue una broma que no llegó a hacer.
Llegando al grupo, otro marinero que Karla no conocía se acercó a ambos.
-Eh Azar!
Sirouten saludó con la mano.
-A ver cuando echamos otra partidita, potrero!
Sirouten guiñó el ojo levantándole el pulgar ¡Dalo por hecho! Dio la sensación de que apretó un poco el paso, avanzando para llegar a donde iban.
Karla observó a Sirouten de reojo unos instantes.
—¿Qué, haciendo trampas en los juegos para sacarte un sobresueldo?
Sirouten levantó una ceja mirando a Karla, repentinamente serio.. Daba la sensación de que si hubiera sido un hombre habría soltado la lengua.
Perdone, señorita... jugador sí. Tramposo, no.
Karla enarcó una ceja ante la repentina seriedad del risueño Sirouten.
—Sólo era una broma —aclaró Karla, encogiéndose de hombres—. Parece que te lo tomas muy en serio.
Sirouten sonrió.
Nah, lo siento... es que me lo dicen muy a menudo, y acaba por tocar la moral sabes.... ¿Qué me dices tú? ¿Te consideras afortunada? Podríamos echar unas partidillas a los dados, las cartas o algo así, aunque sea sin apuesta, ¿heh?
Karla se encogió de hombros.
—Teniendo en cuenta todas las desgracias que me ocurren últimamente, no. No creo que Tymora esté correspondiendo mis plegarias. Hasta el momento me ha sido más provechoso el trabajo duro que la confianza en mi buena fortuna —suspiró—, aunque Ardell opine lo contrario. En fin. Quizá podamos utilizar un poco de tu buena suerte y que no nos metan en algún fregado militar para el que La Revivida no esté preparado.