La verdad que para ser un besito a la desesperada no había estado nada mal, claro que Tara sacudió pronto cualquier pensamiento que fuese en aquella dirección porque se conocía y no podía pararse a pensar en sentimientos, consecuencias y cosas que no tuviesen que ver con las heridas de Nicky en ese momento. Más que nada porque andaba más preocupada por le corrompide que otra cosa y además ver brotar tanta sangre la estaba poniendo un poquitito nerviosa. No es que tuviese fobia o aversión a la sangre ni nada así sino que era algo más profundo, una especie de miedo despertando por algún motivo que por supuesto, no llegaba a recordar.
Al ver la primera reacción de elle no pudo evitar soltar una risita encogiéndose de hombros y la miró, esperando que sucediese algo. Solo al fijarse que no parecía ocurrir nada, el hada frunció un poquito el ceño.
— No ha funcionado... —Murmuró casi para sí misma, algo pensativa.— Ay... ¿Y cómo era? Señora Pax usted que es muy leída —dijo en voz alta hacia adelante— no sabrá por casualidad cómo se usan los poderes de hadas ¿no? Hay algunas cosas que quizá debería repasar —parecía algo confusa—. Lo siento Nicky —expresó sintiéndolo de corazón a juzgar por su expresión— a veces no recuerdo cómo funcionan estas cosas. Espera, usa esto para apretar los cortes.
Se puso a separar del gurruño de ropa su camiseta interior y se la pasó para que se apretase las heridas mientras se ponía su jersey, entonces continuó hablando.
— Max, Nicky tiene unos cortes feos y tú estás hecho mierda, duerme un poquito hasta que lleguemos con el doc de Debbie hermano —le dijo con calma y se giró hacia Nicky—. A ver, tener, tener... Siempre tengo algo, podría mirar en mi bolso pero ¿no le prometiste a Debbie que no te ibas a drogar, prime? —Una sonrisilla divertida se formó en los labios de Tara y dándole un toquecito mágico en la nariz, guiñó un ojo.— Tranquile que tengo algo mejor para el dolor.
El toque mágico de Tara, el que sí sabía usar y hasta Max conocía, aquel que pretendía sumir en tal estado de relajada felicidad a su guardaespaldas endemoniade que ni se acordase de que le estaba doliendo algo.*
*Confusión. Elijo deberle una deuda a la monarca (creo que en esta escena en total he acumulado 2 deudas a la monarca).
**Perdón me dejé esto:
Tara, ¿qué sientes por Nicky?
A Tara Nicky le cae genial y más allá del pacto que tienen cree que son colegas así que le tiene cierto cariño, por eso le ha sabido mal que haya acabado herida.
Aleister solo dejó escapar un gruñido de asentimiento ante los cambios de planes. Si ir al hospital más cercano por unas heridas superficiales era mejor que volver a su santuario, a su boticario, a su biblioteca arcana, a su círculo de concentración... Bueno, vale. Igual Nicky no estaba para aguantar en condiciones todo el viaje, pero es que el mago no estaba para muchas sorpresas sin una buena sesión de descanso en su círculo de concentración.
—Está bien, lo que tú digas, pero de camino, y para entretenernos vamos a tener que jugar a las adivinanzas...
Aleister giró la cabeza y vio como la negra le comía la boca a le rubie y se le puso mal cuerpo sin saber si era por el golpe desde el techo, por pura envidia o porque le daba repelús imaginarse un cruce entre un hada y une corrompide. Luego miró de soslayo la herida de Nicky y le dio un toquecito amistoso con la cabeza del bastón —Tranqui, sobrevivirás... mala hierba nunca muere. Fíjate a la edad que he llegado yo...
Y sin embargo el comentario de Max le dieron directamente ganas de estamparle el bastón en la cabeza —Otros no creo que tengan tanta suerte... Lo siento señor Morris. Tengo capacidad de teletransportarme yo pero me resulta francamente difícil hacerlo con otra clase de ganado.
Volviendo a la señora Paxton Aleister hizo memoria antes de captar su atención —¿La biblia que hay en el estudio de Jester es suya, señora Paxton? Alguien ha marcado sus lomos con números de dos dígitos. Si no recuerdo mal eran el 22, 13, 15, 41, 19, 21, 22... —Se quedó unos instantes contemplativo mirando por la ventana y luego remató la cifra —18 y 19. Y no Tara, no es la última combinación de la Powerball* ¿Se os ocurre algo?
Por supuesto obvió mencionar la combinación que había hecho y el versículo que había leído pues si algo sabía en la vida es que a pesar de cualquier evidencia cada uno al final vería lo que deseaba ver.
*La lotería más jugada en los Estados Unidos.
Todo le estaba resultando algo confuso a Nicky, que agarró la camiseta de Tara para apretarse las heridas mientras les escuchaba decir cosas raras y algo lejanas. Intentó hacerle un gesto con el pulgar arriba a Maximus como respuesta, pero no le salió muy bien.
—¿Prometer? —preguntó extrañade de lo que decía Tara. No le sonaba nada de eso. Si Nicky había prometido no drogarse tenía que haber sido estando drogade, con lo que poco sería el valor de esa promesa—. No, no. —Y entonces, el toquecito en la nariz y… —Woaaaaa. Qué bueno esto, Tarita.
Echó la cabeza hacia atrás, mirando al techo que oscilaba y se ondulaba para sus ojos. ¿Sería una consecuencia del beso del hada? Nunca antes se había besado con una, no que recordase al menos, y le pareció una explicación muy buena para el colocón que le estaba entrando. Saliva alucinógena, debía ser eso. Y de pronto tenía ganas de repetir. Lo que no tenía eran fuerzas, ni siquiera para esquivar el bastón del mago.
—No me moriré —aseguró hablando despacito, con una sonrisilla colgada de los labios—. Pero no tengo ganas de ir al infierno ahora otra vez.
Es la primera vez que Nicky besa a un hada. No creo que sea un momento de intimidad con todos delante, pero sí creo que allana el camino para uno más adelante.
— ¿A que sí colega? —Le contestó a Nicky con una risilla al ver su estado alterado, al menos eso había funcionado.— No voy a echarme flores pero me han comentado alguna vez que sé guiar unos buenos viajes.
A pesar de sus palabras divertidas, no desvió mucho la atención, asegurándose que le corrompide se sujetaba bien la camiseta contra los cortes. Escuchó al señor King mirando con algo de pena a Max.
— Bueno, bueno... Claro que al menos hoy no va a morir nadie, ni irá al infierno, no nos pongamos funestos. ¡Hay aguante de sobra en esta furgo colegas!
Una dosis de buen humor no sobraba y más después de haber vivido aquello. Volvió al tema que ocupaba, al de los acertijos y torció levemente el morro, pensativa.
— ¿Y eso tiene alguna relación con la biblia Aleister? Lástima que no sea la powerball —bromeó—. Pero si tiene que ver el librote de los beatos... No tiene sentido. ¿Verdad? O sea, se supone que los textos siempre se organizan con dos números relacionados, ¿No? El capítulo más el versículo. Lo sé porque cuando llegué hace años a L.A la primera casa de acogida en la que me metió la poli parecía la puta casa de la pradera. Se escandalizaron a tope al ver que no tenía ni idea de eso y me tuvieron leyendo el dichoso testamento ahí... Yo que sé cuantos días fueron, hasta que les robé la cubertería de plata y me piré a un motel con la pasta que me saqué —hizo una pequeña pausa, suspirando—. Qué tiempos aquellos... ¡Hostias! —Hablando de robar se acordó de algo.— Señora Pax, me encontré una figurita de madera dabuten en su armario, hace juego con la mía. ¿Le importa si me la quedo?
—Oh, ¡Por favor! — lanzó una mirada fulminante a Max a través del retrovisor —llegaremos en unos minutos, Maximus Morris. No se va a morir, es más exagerado que... Iba a nombrar a su abuelo, el viejo adivino, pero se calló a tiempo. Aprovechó un instante de retención justo antes de la salida de la Ciudad para lanzar un vistazo a Nicky.
—Hmf — no se le pasó el estado de cuelgue de le joven. Volvió al volante.
—Es mi biblia — confirmó — y esas marcas parecen capítulos y versículos, en efecto ¿La ha traído, Aleister?. En realidad, da igual, llevo una biblia de bolsillo en el bolso.
Un capítulo y una serie de versículos de numeración correlativa. — Continuó. Nunca olvidaba esas cosas que aprendió de niña, antes de descarriarse y volverse intensamente hippie . — Diría que los dos últimos son de Job y estoy razonablemente segura que uno de ellos es aquel en que se describe al Leviatán — rodó los ojos. Parecía más animada. Resolverlo enigmas le daba la vida —. Si yo fuese un demonio me describiría como el más terrible que existe. Es de pura lógica.
Sonrió a Tara. La perdonaba, como siempre, por ir hechizando al personal. La perdonaría también, si algún día le robaba la cubertería de plata.
—No había visto nunca esa figurita — dijo — Pero que haya aparecido ahí precisamente no parece demasiado casual. Es como si alguien la hubiese dejado para tí.
Ya claro como si fuera tan fácil...
Pensó ante la propuesta del hada sobre dormir. Le dolía todo el cuerpo, hasta cerrar los ojos y además en aquel estado pasaba de tener algún sueño raro que fuera a empeorar todo aquello.
-No, no, me quedaré despierto, alguien tiene que hablar con la conductora, ella si que no se puede dormir. ¿Va bien Señora Paxton? -No estaba del todo seguro con ella conduciendo, al fin y al cabo si había traído a Nicky para eso era porque ni ella misma confiaba, claro que podría habérselo pedido a cualquier otro del grupo. Entonces el Señor King le anunció que eso de teletransportarse no era una opción viable.- Ohhhh vaya, es una pena. ¿En serio puede hacerlo? La verdad es que lo decía en broma. ¿Y como funciona? ¿Puede teletranportarse a cualquier lugar?
Aquello era interesante aunque no mucho más que lo que el mago había averiguado en la casa sobre La Biblia y aquellos extraños números que a él no le decían nada.
-Su bolso es como el de Doraemon Señora Paxton. ¿Sabe quien es no? -Había tenido hijos y tenía nietos, seguro que lo conocía. En aquel bolso se podía encontrar de todo.- Disculpadme si no me ofrezco voluntario para leeros lo que pone.
Sin las gafas sería misión imposible, casi tan imposible como que alguien hubiera dejado una figurilla para Tara en la casa perdida de la señora Paxton, pero si al hada le hacía ilusión tenerla había sido un bonito gesto.
Si no, la hubiera mangado de todas formas.
-¿Falta mucho?
Tal como dijo la señora Paxton, no tardaron en llegar al hospital, y de inmediato entraron a Nicky y a Maximus para ser atendidos por Urgencias. Mientras tanto Debbie, Tara, y Aleister podrían esperar en una sala que de momento estaba con unas cuantas personas más, a la espera de ser atendidos o que se les permitiera ver a sus familiares ingresados.
Una televisión estaba encendida en la sala por la estación de enfermeras, puesta a un volumen suficiente para que todos allí supieran lo que pasaba en la pantalla. La presentadora del noticiero terminaba de dar una información. [i]-Y ahora, Farándula. El director Dorian Bain acaba de anunciar el inicio del casting para la tan esperada película Sueños de una Noche de Verano. El llamado está abierto para todos, por lo que no duden en que la próxima semana tendremos un variopinto espectáculo de aspirantes rondando las calles en extravagantes atuendos. Una de las candidatas que más está llamando la atención es Julie King, y hay rumores de que la actriz ya ha firmado contrato con los productores. ¿Será la hija del famoso Aleister King la protagonista de la película del año?- Imágenes de Julie llenan la pantalla, en distintos atuendos y con una sonrisa ganadora. -Hacemos una breve pausa comercial y ya regresamos.-
Continuará.
Realicen el movimiento de Fin de Sesión.
Fin de sesión
Al final de cada sesión, si has aprendido algo significativo sobre una Facción, súmale 1 a la puntuación que tengas en ella y réstale 1 a la puntuación que tengas en otra Facción. Dile al Maestro de Ceremonias cómo ha cambiado tu relación con esos grupos sociales. Si alguien te ha hecho un favor con un coste, díselo al grupo; tienes una Deuda con él. Si le has hecho a alguien un favor por el que no has obtenido compensación, díselo al grupo; esa persona tiene una Deuda contigo.
Si quieren, también me gustaría que pusieran un último post con las impresiones de sus personaje sobre lo que ha ocurrido hasta ahora.
En el hospital atendieron sus heridas y los calmantes ayudaron a disminuir el dolor. No pudo evitar preguntarse si su vida iba a ser así: entrando y saliendo de hospitales hasta que en alguna ocasión ni siquiera llegara vivo. Estaba claro que era el objetivo de alguien pero no sabía porqué. Los demonios andaban tras él y tras su amiga Sway. ¿Estaría bien? No le gustaba pensar en la idea de que durante su ausencia le había podido pasar algo y tampoco le gustaba saber que Lana estaba implicada en cierto modo, la había visto en sus visiones. ¿Sería capaz de matarlo a él también si Frederick se lo ordenaba? La pregunta lo corroía por dentro y le llenaba de angustia. Apretó el colgante que llevaba al cuello y cerró los ojos, quería descansar pero tenía miedo a soñar, a volver a ver el futuro, porque el futuro nunca le traía buenas noticias. Si tan solo pudiera renunciar a su don lo haría, pero no funcionaba así, era algo con lo que tenía que vivir y no sabía si podría hacerlo, ni las enseñanzas de su abuelo le ayudaban a sobrellevar aquella pesada carga.
Sobre el movimiento de Fin de sesión:
Max averiguó que la facción de los demonios va tras él, así que le sumaré un punto. Supongo que da igual donde quitar en este caso sugeriría en poder.
En cuanto al tema de deudas... No creo que nadie haya contraído ninguna con Max en este tiempo. No se si que me sacaran de la casa y me llevaran al hospital cuenta como deuda, de ser así tampoco se a quien se la tengo que deber, quizás a todos.
Espero a ver que me dice Lía antes de hacer ningún cambio en la ficha.
Maximus, adelante con el cambio en los puntos de Facción. En todo caso diría que le debes una deuda a Debbie, al ser quién tuvo éxito en crear una oportunidad.
No iba a negar Tara que no le extrañase que Debbie no reconociese tampoco aquella figura. ¿Por qué le recordaba algo a ella entonces? A saber. Dejó el tema estar, agradeciéndole a la buena mujer poder quedarse con la figurita, de algún modo totalmente irracional aquello calmaba su espíritu, le daba paz mental y eso que le dolía la almendra a rabiar.
Discutió un poco con una enfermera una vez en el hospital y eso que había intentado camelarla para que le dejase pasar con los enfermitos, pero casi le faltó darle una patada en el culo a la muy... Cerda. Pues allí que se sentó en la sala de espera con la tercera edad a esperar que le atendiesen el corte de su pie, mientras se abrazaba con fuerza a su bolso. A decir verdad, quien más le preocupaba era le corrompide, no tenía ni idea de si resultaría rare o común allí en aquel hospital y no tenía muchas ganas tampoco de tener que salir pitando de otro sitio más. Con dos huidas al día ya tenía más que suficiente, solo necesitaban paz, tranquilidad y paracetamol en cantidades industriales para arreglar el día. Subió los pies a la silla, rodeando también sus rodillas y se quedó mirando la tv, frunciendo el ceño mientras escuchaba las noticias. Aquello no era tranquilidad, era lo contrario a la tranquilidad, eran los putos tambores de guerra.
Tendría que cerrar aquel asunto con Rowan al día siguiente. Pero mañana será otro día.
Resumiendo: Termino la sesión con 2 deudas a mi monarca y 1 a Debbie por la ayuda para escapar.
Considero que a Tara el encuentro con el fantasma le habrá marcado de alguna forma, no sé si positiva o negativamente, el caso es que toparse con uno a ese nivel puede que influya.
No creo que haya tenido contacto suficiente o haya hecho algo más relevante, a parte de enemistarme con la poli y besar a une corrompide, que no creo que influya demasiado pues ha sido cosa mía. XD No sé, creo que este es el resumen más acertado dígame usted maestra.
Nicky había sabido desde el principio que aquel grupo de gente tan rara tenía que estar metido en algo turbio. Estaba segure de eso, pero no le había importado lo suficiente como para no juntarse con elles y ahora estaba en un hospital esperando a que terminasen de coserle el hombro.
Tampoco podía decir que se arrepintiese. En líos peores se había metido elle más de una vez y siempre salía airose. Peor había sido cuando había terminado en el infierno, esa sí que había sido una liada turbia pero de las gordas. Pero el choque con el fantasma… meh. Le iba a quedar cicatriz, eso había dicho un enfermero buenorro que había pasado por ahí, pero envuelte en la nebulosa del polvo de hadas a Nicky le parecía que esa cicatriz bien valía la pena por haberse llevado a cambio el beso de un hada.
En realidad los pensamientos en ese momento se le arremolinaban de un modo confuso, sin orden ni consistencia, pero principalmente lo que sentía le corrompide era curiosidad. Curiosidad por el lío en el que se estaba metiendo con ellos. Curiosidad por el sabor de los labios de Tara. Curiosidad por todo ese asunto del accidente (había tomado nota mental de cambiar las matrículas a la furgo en cuanto pudiera). Curiosidad por el marido-ahora-fantasma de la señora Paxton. Y sabía que iba a seguir metiéndose más y más en aquel asunto aunque solo fuese por saciar esa necesidad de saber. El mayor defecto de Nicky siempre había sido la curiosidad.
Yo tengo una deuda menos con Dedos de Plata y lo demás no sé. ¿Tengo una deuda con alguien por llevarme al hospital o con Tara por narcotizarme para el dolor? ¿Y el encuentro con el fantasma cuenta como para subirme esa facción o no es suficiente?
Aunque como buen mago, Aleister quiso distraer la atención del dolor y el miedo que provocaban las heridas más pronto que tarde cada uno de los integrantes de aquella furgoneta fue sumiéndose en sus pensamientos. Y fue entonces cuando el mago se sintió el frío que emanaba de su pecho y todo le dio un poco más igual, le iba a responder al hada pero algo dentro de sí le dijo que todo le importaba poco, encontrando reconfortante el tacto del medallón de luna sobre su piel. Y recordó que necesitaba un descanso, un largo y reconfortante descanso para volver a canalizar su energía. Puede que la próxima vez que necesitara sus poderes fuera la última. Desde que todo este asunto había empezado toda ocasión parecía ser la última.
Llegaron al hospital y el mago se desentendió de los ocupantes, no tenía ganas de que lo reconocieran así que evitó abrir la boca y se fue directo a la sala de espera hasta que llegaron la señora Paxton y Tara. Sentado en una silla con los pies en alto sobre otra miraba el televisor con cierta desidia hasta que el anuncio sobre la película tensó todos los músculos de su cuerpo. Estaba claro que no iba a ser fácil descansar. Menos aún cuando su hija se había vuelto, de la noche a la mañana, en el blanco de prácticamente toda la corte de Otoño de Hollywood.
Miró a Tara, pero no le mencionó nada. Tan solo un suspiro rabioso salió de su boca mientras volvía la mirada al televisor. Esa película venía a poner L.A. patas arriba, como estaba empezando a sentir que se estaba poniendo toda su vida. Ver algunas de las imágenes de su hija en la pantalla lo hicieron sentir viejo, demasiado viejo, pero lejos de lo que muchos decían de él, Aleister no estaba ni mucho menos acabado. Al contrario, es posible que el mago estuviese en su mejor momento, en su máxima experiencia, muy cerca de la cúspide de su poder. Y aún guardaba un par de trucos bajo la manga.
Aleister no mueve facciones. Considero quedarme como estoy ya que en esta sesión considero que no ha aprendido nada determinante y no ha mantenido un encuentro destacado con ningún miembro de facción.
Rectifico. Creo que sería interesante sumarme Velo por el encuentro con el espectro y restarme Mortalidad.
Ni genero ni descarto Deudas.
—¡Doctor Pashnik! — La señora Paxton había conseguido que el doctor Pashnik volviese del aparcamiento para atenderla; ya había terminado su jornada.
—¡Dios mío! — se le humedecieron los ojos —. ¡Los pobres chicos! Vinieron a ayudarnos a hacer la mudanza y se les cayó un armario encima... Dios mío.
El cirujano no sabía donde meterse. Alzó un dedo pidiendo permiso para intervenir.
—Señora Pa..
—¿No habrá problema con ellos, verdad, Doctor? Mi Jester, que en paz descanse, dejó dispuesta una buena prima anual y estoy segura que cubre los gastos médicos necesarios...
—La verdad es que eso debe dec...
—... Porque si no, siempre puedo irme a otro hospital con los chicos. Y mi prima anual conmigo
El doctor calló unos instantes mientras asumía la amenaza monetaria de Debbie Paxton
—Seguro que encontramos una solución — dijo diplomáticamente. Los dos chicos estaban heridos, pero no de gravedad. Y había un par de hospitales cerca —. Al fin y al cabo es una de nuestras mejores pacientes.
Creo que Debbie baja, a su pesar, un punto de mortalidad y se sube uno de ¿Noche? ¿Los espectros son noche?
Ninguna deuda de mención.