Rowan se pidió una hamburguesa con papas y una de las cervezas artesanales que Cassandra preparaba en su local. No eran lo suficientemente buenas como para atraer clientela, pero los sospechosos habituales del garito que provenían de Arcadia decían que tenía un muy sutil sabor a hogar. A la sugerencia de Tara de que había vendido su alma soltó una risotada de falsa indignación. -¿Por quién me tomas? No me hace falta vender mi alma por éxito, cariño.- Le hizo un guiño. Algo en su gesto parecía a dar a entender que sabía algo más, o que pretendía saberlo para picar el interés de Tara.
Con el comentario respecto a Julie mostró una sonrisa pícara. -Malone, cualquier mundano que nos liguemos va a ser muy joven para nosotros. Y en cuanto a guapo...- Se señaló con suficiencia, dando a entender que se consideraba tremendamente atractivo. Bebió de su cerveza. -La chica como actriz es... decente. No digo que vaya a ser la próxima Meryl Streep, pero si hace caso a papi Rowan puedo hacerla llegar a la cima. ¿Sabes lo útil que es que alguien popular e influyente te deba unos cuantos favores? Yo miro a futuro, nena.-
El hada desestimó con un gesto de la mano respecto a las protecciones. -Esa chica es la niña de Aleister King. Los de la Corte de Primavera no van a intentar tocarla mientras el viejo siga en el estudio. Ya está chocheando, pero sigue teniendo influencia en el medio.- Bajó un poco más la voz. -Aunque se rumorea que antes de dos semanas le darán la patada fuera, eso si no le da un infarto antes.- Se encogió de hombros y tomó un puñado de papas. -Lo que la chica tiene que hacer es mantener el perfil bajo hasta el día del Casting. Si queda seleccionada... bueno, sólo digo que no tendrá que preocuparse de nada más por el resto de su vida.-
La petición de trabajo llamó la curiosidad de Rowan, quién colocó la mano en el muslo de la morena. -¿Estás corta de pasta, choco-bombón? Seguro que puedo conseguirte algo...- Se quedó en silencio, sugerente. -¿Aún sigues con el negocio de los polvos?-
Tara, ¿quien es tu proveedor de "polvos mágicos" a.k.a drogas?
Tara también rio con la contestación mientras negaba con la cabeza.
- Ah, sí, sí, había olvidado por un momento que tu sudas éxito -dijo dándole un toquecito en la punta de la nariz y con el mismo dedo lo señaló amenazadoramente en broma, cabía una pequeña posibilidad de haber echado en falta a su colega-. Eh, tú sabes más de lo que largas, algún favor te debe fijo jajaja.
Con el asunto de Julie levantó una ceja con suspicacia y sin decir nada al principio le robó unas patatas y se puso a comer descaradamente.
- Joder. ¿Ves? precisamente por eso no me apasiona tanto follarme mundanos, hay ahí algo turbio siempre rondando y eso que yo no me acuerdo de mi puta edad -soltó una risita y dio un trago a su refresco mezclado con helado, para luego seguir robando patatas a Rowan-. Sí Rowan... ya sabemos que eres el puto amo, cuéntame algo que no sepa -dijo con una media sonrisa y añadió-. ¿Y qué valiosos consejos le ha dado papi Rowan para conseguir la clave del éxito a la pequeña Julie? Pregunto, que igual me viene bien alguno. Ajá... ya veo, intercambio de favores, no eres tonto Rowan, nunca lo has sido.
Volvió a dar un traguito y casi se le sale la cocacola por la nariz de la risa que le dio escuchar lo que decía del señor King. «Ojalá estuviese aquí el viejo escuchando.» Pilló al vuelo un par de servilletas para limpiarse la nariz y evitar que una mezcla de bebida, tos y risas causase el desastre universal. Terminó de tragar y se agarró el estómago.
- La hostia... que me muero, jajaja. Con que la criatura de Aleister King, pues tampoco está tan viejo ¿eh? Tiene su puntito, yo me lo trajinaba, esa barba mmm... -se mordió el labio mirando fijamente a Rowan levantando las cejas repetidamente, justo antes de empezar otra vez a partirse el culo. El rumor fue lo que apagó sus risas y se acercó más a Rowan entre preocupada e interesada.- ¡Hala! ¿Y eso por qué? Si su programa sigue siendo el éxito de las madrugadas ¿no? —Joder, pobre señor King, voy a tener que avisarlo...— ¿Y tú crees que la seleccionarán? He oído que hay gente potente optando al casting.
La mano de Rowan en su muslo le provocó algún que otro conflicto interno, asuntos del pasado entre otros, pero se quedó aparentemente relajada sin hacer mención de apartarse y se encogió de hombros.
- No sé, por un lado no me falta el curro, -comentó, prefería decirle parte de la verdad a Rowan que tirarse el moco y que la pillase- estoy trabajando en un par de academias de arte pero voy demasiado justa. -Con la sugerencia ladeó la cabeza dibujando una sonrisilla un tanto pilla- Depende. ¿De qué clase de polvos estamos hablando? -Bromeó acortando distancias, solo para separarse poco después y darle un trago despreocupado a su bebida mientras se metía una patata en la boca-. En realidad llevo un huevo de tiempo sin mover nada, me he estado "portando bien". ¿Por?
Tara conoce a un tipo que conoce a otro tipo. Con el que ella trata es un hada de la corte de la estrella de plata (a la que ella pertenece) que se mueve por el mundo del espectáculo en los barrios bajos, trabaja de club en club haciendo espectáculos de drag queen.
Rowan se limitó a hacer un guiño a Tara sin contestar a su insinuación.[*] Que Tara le dejara sin patatas parecía ser algo que ya el hada le conocía, puesto que enseguida pidió otro plato de patatas pero sin negarle el placer a la morena de seguir robando. Se encogió de hombros. -Ya sabes: con quien le conviene hablar, qué fiestas debería asistir... Para triunfar en esta ciudad hay que tener los contactos correctos, y sobretodo, demostrar hasta que punto eres capaz de mojarte para llegar a la cima. Quien no arriesga no gana, Malone. Lo sabes tan bien como yo.- Tomo una de las papas y lo hundió en la bebida de Tara para llevárselo a la boca.
Soltó una carcajada al ver a Tara babear por el viejo King. -Para gustos...- Nuevo encogimiento de hombros. -Sólo digo lo que oigo. Puede que ya el rating no sea tan bueno, o quien sabe. En este medio nunca se sabe, el talento es lo de menos.- Asintió luego. -Esa Julie tiene buenas cartas a su favor aunque no lo sepa aún, sólo tiene que saber aprovecharlas. Nunca apuesto a un caballo perdedor, preciosa.-
Rowan tomó la broma de Tara como una invitación, pasando su mano a su muslo. -Ese otro "polvo" lo podemos arreglar si quieres, acabamos aquí y nos vamos a mi departamento...- Aspiró el aire entre los dientes con sonrisa lupina, mirándole los labios. -Hagamos algo: consígueme algo para esta semana, daré una fiesta en unos días y quiero pasarlo muy bien. Has eso, y te meto de asistente de arte para el casting. ¿Tenemos un trato?-
[*]Tara, puedes intentar Calarlo si quieres.
Rowan te está ofreciendo deberte una Deuda (meterte en el Casting) a cambio de conseguirle drogas para una fiesta. ¿Qué haces?
- ¡Oh, venga ya! -se quejó de forma jovial ante aquel silencioso guiño, entrecerró los ojillos pensativa y comenzó a juguetear con el cuello de la camisa de Rowan sin ningún pudor, mientras bajaba la voz para evitar oídos indiscretos- A ver, a ver... ¿Qué es lo que tiene que hacer aquí una vieja amiga muy cotilla para enterarse de los tejemanejes que te traes con la Reina primaveral? *
Entre que el hada le contestaba a aquello, se cruzó de brazos apoyándose de nuevo en el respaldo de su silla y escuchó asintiendo.
- Oh sí, lo sé bien... Habrá que ver la dulce palomita hasta donde pretende llegar -dijo mojando ella también un par de patatas en el batido antes de comerlas, aquello era una completa guarrería, pero una guarrería deliciosa que acostumbraba a hacer con Rowan-. Desde luego que has apostado a caballo ganador, si se parece un poco a su padre seguro que como mínimo no le falta talento. Ni talento, ni un buen padrino -dijo refiriéndose al hada de cuerpo presente-. Ahora, como dices el talento no lo es todo, así que solo espero que encuentre su hueco. Aunque he de decir que todavía estoy alucinando con lo del despido de Aleister King. ¡BUAH! Menudo cotilleo primo, voy a ver de qué me entero por ahí, a lo mejor solo son rumores. ¿No? En cualquier caso, tampoco es que nos concierna el asunto a las hadas.
Dijo encogiéndose de hombros, era cierto aunque a ella algo sí le interesaba no era un asunto en general que concerniese a su entorno feérico. O no mucho, suponía. Lo que tenía claro es que en cuanto pudiese tenía que hablar con el señor King en persona, que no eran temas para hablar por teléfono, por si acaso. Estaba absorta en sus pensamientos después del chascarrillo, cuando notó subir la mano del hada por su pierna y casi se arrepintió de inmediato de ser una boca-chancla. Casi, pues había una mínima parte en ella que disfrutaba del tira y afloja. Así que, a pesar de sonreír con picardía, aflojó un poco porque si algo tenía claro es que no le apetecía una mierda tirarse a Rowan, al menos no hoy.
- ¿Sabes a dónde hace más tiempo que no vamos? A la bolera tío... lo que deberíamos hacer es ir directos a echar unos bolos en cuanto acabemos con nuestro delicioso banquete -propuso como un plan alternativo acercándose de forma más íntima, aunque su viejo amigo no dudó en interrumpirla en su afán de ayudarla a su modo-. ¿Una fiesta? -preguntó con curiosidad, valorando la situación de forma positiva- Joder, dos por uno, fiesta y curro. Cuenta conmigo.**
Motivo: Calar a Rowan
Tirada: 2d6
Resultado: 7 [2, 5]
*Elijo:
**Acepto la oferta.
Rowan dio un golpecito con la uña al cristal de la cerveza. -Te van a hacer falta varias de estas si quieres tirar de mi lengua, Malone.[*]- Rió bebiendo un poco más. -Sólo digamos que si me aburro de los mundanos hay algo jugoso esperándome en Arcadia.-
El frenazo que le aplicó Tara a Rowan le hizo mirarle incrédulo. -¿La bolera? ¿Me estás...?- Sin embargo la sonrisa volvió a sus labios. -Vale, la bolera.- Retiró la mano, aunque no parecía que fuera a rendirse tan fácilmente. A lo otro se mostró bastante animado. -Te mando lugar y hora por mensaje.-
[*] -¿Cómo podría Tara hacer que Rowan hable?
Con bastante licor, Rowan te canta lo que quieras.
-¿Qué espera conseguir Rowan de la reina de la primavera?
Te contesto con una pregunta: ¿Después de la Reina, qué títulos importantes tienen dentro de la Corte de las Hadas?
No hay mucho más que puedas sacarle a Rowan; puedes hacer un post donde cuentes qué hicieron el resto de la tarde/noche (recuerda que el coste para que Julie se fuera fue aceptar pasar el resto del día con Rowan). Así, en la próxima actualización puedo meterte con Debbie, que está solita y aburrida la pobre...
Tara entrecerró los ojos, mirándolo con suspicacia desde detrás de los cristales de sus gafas, mientras se le dibujaba una sonrisilla traviesa en los labios. Sacó su monederito del bolsillo de sus estrechos vaqueros y abriéndolo sobre la mesa, le dio la vuelta del revés, vaciando su contenido sobre la mesa, dos botones nacarados y una moneda de cincuenta centavos.
- ¡Vaya primo! Me parece entonces que hoy no será... -Le guiñó un ojo divertida, tal vez hoy no era el día, pero sin duda sería otro, de eso estaba segura. Apuró su bebida sorbiendo sonoramente de la pajita y levantó una ceja ante lo siguiente que largó el colega. En el fondo el cabrón se moría por contárselo a alguien y fardar de trato.- Con que algo jugoso... ¿Eh? Joder con la corte primaveral, están que tiran la casa por la ventana. Bueno, ya me contarás de que va el rollo, ahora levanta ese culo blancucho de ahí que vamos a echarnos unos bolos.
Puede que su amiguito no hubiese sido todo lo específico que espera, pero con todo lo que había dicho Tara se podía hacer una ligera idea de por dónde iban los tiros y saldría de dudas esperaba que pronto, al menos a la próxima que coincidiese con él, con suficiente alcohol y drogas por delante para que soltase la lengua de lo lindo. De momento barajó las posibilidades de un cargo importante en la corte. Por lo que sabía Tara, después de la reina estaban los consortes, la reina tenía derecho a tener hasta cinco consortes. Aunque rara vez se llegaba al límite, bien porque a la reina no le apetecía diversificar, bien porque algunos acababan repudiados antes de cumplir el año, o bien... porque algunos terminaban con un puñal en la espalda, el caso era que era un puesto imprescindible pero peligroso. Y sinceramente, no veía a Rowan tan estúpido, ni jurándole un amor eterno a la reina que no sería capaz de cumplir. El siguiente peldaño lo ocupaban la escolta personal de la reina, esto lo descartó de inmediato por motivos obvios. El tercer escalón, lo compartían el guardián del tesoro y los consejeros. Y Rowan era más capaz de gastarse el tesoro que de guardarlo, así que lo más probable era que le hubiesen prometido un hueco en el consejo. ¿Que qué hacían los consejeros? Bueno, ocupar el asiento de los cargos que se inventase la reina de turno. A Tara le contaron que una de las reinas de cortes menores había nombrado consejero de los paseos a su caniche.
Asintió a lo del mensaje y se levantó de su asiento, llamando a la camarera. Al menos Rowan se había conformado más o menos con su plan, retirando su manaza y pagó el festín que se habían dado. Aunque no tardó en volver a la carga paseando sus manos ociosas por la morena de camino a la bolera. Y entre partida y partida, manoseos y cuchicheos, al final ocurrió lo inevitable. Lo que Tara había tratado de evitar yendo al apartamento del artista. Solo que en lugar de acabar entre las sábanas limpias de una mullidita cama en aquel luminoso apartamento que olía a trementina por los cuatro costados, había acabado empotrada salvajemente contra los azulejos de aquel diminuto, cochambroso y apestoso baño. Joder, si es que no sabía cómo se lo montaba, pero al final siempre la acababa liando. Tara volvió dando un paseo, un largo paseo, desde el punto en el que se despidió de Rowan hasta el barrio de Debbie. Se lo había pasado bien, pero no podía evitar sentir cierta frustración por como había acabado la tarde. Estaba ya llegando a su caravana cuando se paró a escribir un mensaje al señor King y cuando levantó la vista vio el coche. ¡Aquel cabrón había aparcado pegadísimo al morro de su caravana! A Tara se la llevaron los demonios y sacó su navaja multiusos, dispuesta como mínimo a rallar la carrocería de aquel mamón y como máximo rajarle los neumáticos. Pero ya con el pincho en alto, a punto de pegarle una patada al retrovisor, le dio por pensar que quizá era algún amigo de la señora Paxton y le entró la curiosidad, así que volvió a guardar la navaja, como si no hubiese pasado nada y se acercó a la puerta de su adorable vecina. Por alguna ventana se escapaba el dulce olor a galletitas y Tara se terminó de relajar como un corderito antes de llamar al timbre. DING DONG.
*¿Después de la Reina, qué títulos importantes tienen dentro de la Corte de las Hadas?* Lo especifico en el texto.
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