Maximus cabeceó decepcionado.
-¿No hay ninguna pista? ¿El coche? Y habla usted en plural Señor B. -Añadió sin poder evitar una sonrisa, podía ser la B de Burke, pero también la de bigotón, no había que perder el sentido del humor ni aunque uno estuviera machacado en el hospital.- ¿Es que hay varios sospechosos? -Lo que le faltaba, a falta de uno eran varios. ¿Quien estaría detrás de todo aquello?- Ah... Pero eso está bien, la herida quiero decir. -Le hizo un gesto a Thomas para que se acercara un poco, en confidencia.- Vale, soy negro, pero le aseguro que no estoy metido en ningún asunto de drogas ni nada turbio. ¿Cree usted en la mala suerte? -Se señaló.- Pues últimamente parece que la atraigo. -Salvo con Lana, en ese aspecto por fortuna la chica no parecía estar afectada, al contrario, se sentía afortunado.- Con la de estrenos que hay en esta ciudad, adivine quien fue al único con un loco disparando. Y adivine también quien recibió el disparo. -Volvió a señalarse con cierta gracia, era mejor reír que llorar.- Quiero pensar que tengo mala suerte y no que hay un o unos locos disparándome y atropellándome por ahí, yo no he hecho nada a nadie, voy a clase, por las tardes tengo un trabajo a tiempo parcial para pagarme el alquiler y me gusta hacer deporte, paso de las drogas y esos temas tío, te destrozan el cerebro y el cuerpo a la larga. Así que...
Ya no tenía mucho más que decirle a aquel tipo y entonces sonó el teléfono, hizo un gesto a su amigo como que le disculpara porque iba a cogerlo pero este no se movió, ni siquiera iba a dejarle hablar tranquilo, quizás era su abuelo o Lana preocupados, aunque seguramente ninguno imaginaba lo que le había pasado. Al coger el teléfono no conoció el número, pero en aquellos momentos cualquier cosa era mejor que un interrogatorio.
-¿Si? ... Soy yo ... ¿En serio? -Dijo sorprendido y con una voz emocionada. Tapó el micro un momento con la mano y se dirigió a Burke.- Tío, esto es la leche, son los del concurso ese de la radio, si acertamos todas las preguntas me gano una cena en uno de los mejores restaurantes de la ciudad. -No había ni concursado y ya se veía elegantemente vestido y acompañado del brazo por una bellísima Lana. Por un momento su imaginación patinó, cosa de la medicación probablemente, y Burke apareció agarrándose al otro brazo, lo borró pronto de su memoria e intentó centrarse. Quizás el tipo fuera de utilidad, parecía listo.- Venga, tienes que ayudarme y cambiar mi suerte. -Alguien hablaba al otro lado.- Sí, sí, sigo aquí, la emoción del directo.
Pues me llaman de un concurso de la radio XD.
Burke negó con la cabeza cuando Max le dijo que si no había alguna pista que seguir y no hizo ningún gesto cuando el chico preguntó si había más sospechosos. Al fin, admitió algo. -Sí, sí creo en la mala suerte. Y en la buena.-
Cuando el teléfono sonó y al otro lado de la línea se escuchó la voz del concurso, Burke se levantó. -Suerte con el concurso, Maximus. Y cuídate.- Dijo, con una sonrisa y un guiño. -Ya nos veremos.- Dicho lo cual, salió de la habitación, dejando al oráculo apañárselas con los de la radio.
Unas cuantas rondas de preguntas más tarde, Max conseguía la cena para el 71Above, el restaurante más alto de todo el oeste de Mississippi, con unas preciosas vistas desde Malibu hasta Laguna Hills, para canjearlo cualquier día de las próximas dos semanas; en caso de no hacerlo antes de esa fecha perdería la reservación. Aún debió esperar un rato hasta que finalmente un doctor le dio de alta. Le informaron que Sway continuaba anestesiada y posiblemente pasaría la noche en el hospital.
Maximus, ¿cuando fue la última vez que revisaste tu propia fortuna?
Vamos a ir cerrando esta escena, en el apartado correspondiente discutiremos qué dirección quieres tomar.
Thomas Burke abandonó la habitación sin ayudarlo, ni con el concurso ni con el asunto del accidente. No tenía claro si se había guardado información, pero tenía la sensación que el hombre no era mala persona y tan solo pretendía ayudar, quizás lo averiguaría con el tiempo, en su despedida había implícito que volverían a verse. Se concentró en el concurso.
-Ummmmmm ¿Venezuela? ... Los Ángeles Lakers ... Lincon ... ¡Paella! ... El Pacífico ... ¿Si? ¡TOOOOMAAAAA!
Había ganado, no se podía creer la suerte que había tenido, aunque no compensaba un tiro en la pierna y un accidente de tráfico, pero no iba a rechazar una alegría. Ya había decidido llevar a Lana al restaurante, una buena forma de agradecerle todo lo que estaba haciendo por él. El médico se pasó más adelante para indicarle que podía marcharse a casa, aún le dolía todo el cuerpo, cojeaba aún más de su pierna por los golpes y tenía pequeñas heridas y moratones en diferentes lugares aunque su color de piel los disimulaba un poco. Preguntó por Sway y asintió con el diagnóstico, aunque antes de irse se asomó a su habitación para comprobar que todo estaba bien, al día siguiente volvería a visitarla, estaba preocupado.
Al salir llamó a su abuelo y le contó todo lo que había pasado. Ekon estaba preocupado por lo que había pasado y se preguntaba si tenía algo que ver con esa extraña sensación de estar siendo observado que tenía, no era un hombre que creyera en las casualidades y no quería que sus asuntos salpicaran a Max.
-Será mejor que no vengas esta tarde, cógete unos días libres, sería lo normal por el accidente. Llámame si pasa algo importante, podemos quedar si somos discretos, pero de momento creo que es mejor así mientras averiguo algo más. -Hizo una pausa.- Y no hagas ninguna tontería.
La llamada lo dejó más preocupado pero estaba claro que su abuelo sabía como proceder, había pasado casi toda su vida sobreviviendo en esa ciudad y era mejor hacerle caso.
¿Pero a qué venía lo de no hacer tonterías?
Meneando la cabeza y con una sonrisa en los labios volvió a marcar en su teléfono esta vez a Lana.
-¿Hola? Lana, cariño, soy yo. No te vas a creer lo que me ha pasado...
Maximus, ¿cuando fue la última vez que revisaste tu propia fortuna?
Pues con Lana de novia, Tara dándome felicidad de la suya, Debbie haciéndome galletas y Aleister haciéndome trucos de magia era un chico muy afortunado. Fue aparecer la pelirroja y me disparan, me atropellan, un señor con bigote sexy me hace replantearme mi sexualidad... Creo que me ha cambiado la suerte jajajaja.
Vaaaaleeeee!!! En serio!!! A Maximus no le gusta mucho revisar su propia fortuna, más que nada porque las visiones suelen ser negativas, pero su abuelo le obliga a hacerlo con frecuencia porque es la forma más sencilla de tener visiones y aprender después a interpretarlas y saber las consecuencias de hacer algo o no hacer nada. La última vez fue hace un par de días cuando tuvo la visión de la noche cuando le dispararon.
Y por mi parte cerramos la escena y vamos a lo importante: las galletas de la señora Debbie XD.