Partida Rol por web

Tras haber bloqueado la puerta desde dentro y comenzar a dormir, algo te despierta sobresaltándote, Fuki no para de ladrar asustado por lo que acababa de ocurrir. A los pies de tu cama, se encontraba no otro que aquel oso que os había encerrado en aquel lugar, y su miraba demostraba odio.

¿Pero se puede saber qué estás haciendo?

Las reglas prohíben de forma explícita dormir en lugares ajenos a los dormitorios

Tras esto, el oso salta sobre la cama y te da un capón usando un martillo de goma, y otro capón al perro usando otro martillo de goma relativamente mucho más pequeño y acorde con su tamaño. El Oso suspiraba mientras negaba con la cabeza. Al parecer estaba demasiado cansado como para llamar a todos de vuelta al gimnasio y castigar publicamente a la incumplidora.

-Tienes suerte, no serás castigada públicamente. ¡Pero sí serás castigada!.

Monokuma rapidamente saca una hoja de papel y escribe por encima algo, la cual te entrega. Ahí puedes leer lo siguiente:

Almacen

Tubo grande de plástico

20 conos de plástico

35 conos pequeños de plástico

10 vallas de madera

-¡Ve al almacén, coge esas cosas y ven inmediatamente al gimnasio! ¡Es hora de vuestro castigo!. Upupupupu...

Enfermería

Monokuma logró arrastrar a Kazuhiko Yamada desde su cuarto hasta la enfermería, no tardó mucho en ver con su ojo "bueno" que aquel lugar estaba desierto, una zona con medicinas, un bidón de basura, un ordenador apagado, un pequeño taburete morado con ruedas, más estantes cerrados con medicinas y otros aparatos médicos cortinas abiertas y cerradas y las dos camillas cercanas a la puerta visibles. Monokuma decidió colocar al joven estudiante en la más alejada que pudo.

Los momentos de consciencia e inconsciencia venían y se iban mientras las heridas de Kazuhiko Yamada eran tratadas, por suerte para el joven, aquel oso se contuvo, o quizás falló en su ataque, sea como fuere, ahora estaba tratando al joven herido y poco a poco reconstruyendo como podía el rostro... eso sí, las toallas manchadas de sangre y las vendas no faltaron en aquel operatorio improvisado.

Extrañamente junto al acompañamiento de las campanadas, pudiste ver a un segundo Monokuma en la televisión mientras el otro seguía jugueteando con tu rostro, en concreto, sobre tu nariz la cual había sufrido los daños más graves en cuanto a las garras del osezno.

Diiiing - Dooong - Diiiing - Dooong

-Ahem, ¿Puedo tener vuestra atención, por favor?. Ahora mismo son las 10:00 P.M.  Entramos en el "Tiempo de Noche". La Cafetería está fuera de los límites y la puerta se cerrará momentaneamente. Y con eso os deseo buenas noches, que tengáis dulces sueños...

Una vez hubo terminado, la mitad izquierda del rostro del joven estaba cubierta en vendajes y la otra mitad del rostro estaba visible; por último, la ropa del joven fue sustraída y puesta una bata de enfermo y finalmente unas mudas fueron colocadas en la silla cercana a la cama en la que se encontraba.

^{_{Yo creo que ya...}}

^{_{Métele un tranquilizante o algo, de ese tipo con cara de caballo no me fío...}}

^{_{Jajaja... ¿Quieres que te raje?}}

^{_{¿Veis? A eso me refería...}}

^{_{¡Que viene la guarra!...}}

Monokuma, claramente con prisas inyectó una aguja dentro del brazo de Kazuhiko y este poco a poco se fue durmiendo mientras Monokuma corría las cortinas y desaparecía como era natural en él, aunque olvidando la aguja en el brazo del joven, por otro lado, se escucharon las puertas de la estancia abrirse y unos ligeros -y excitables- pasos hacia la cortina... entonces Kazuhiko Yamada cayó en un profundo sueño...

Enfermería

Kaori Miyazono entró en la Enfermería y tan solo vio una camilla de las 3 que había, por lo que suponiendo que su querido Katsumoto quería jugar un poquito más antes siquiera de ponerse el estetoscopio, decidió acercarse a las dos camillas escondidas tras las cortinas y... ¡Abrir de golpe la que daba a la camilla del medio!.

Lo que vio ahí la asustó, dio un respingo hacia atrás, allí se encontraba no otro que... Kazuhiko Yamada, durmiendo, con el rostro cubierto de vendas y ensangrentado, con un brazo fuera de la camilla con un pequeño puntito de sangre. 

Otro sonido inundó la estancia, unas campanadas hizo que te giraras hacia una de las pantallas de la estancia; en la imagen puedes ver el logo de la academia y tras este a aquel oso que ya habías visto con anterioridad, al parecer quería dar un anuncio importante.

Diiiing - Dooong - Diiiing - Dooong

-¡Buenosos días a todos!. Son ahora mismo las 7 A.M. y el "Periodo Nocturno" ha acabado oficialmente. ¡Es el momento de levantarse y saludar al nuevo día con una amplia sonrisa. Upupupu...

Tras eso la pantalla se apaga.

Logras despertar, te duele todo, pero al menos sigues vivo. Poco a poco te vas quitando las vendas y pasas tu mano por encima de tu rostro; no notas ningún tipo de cicatriz por tus mejillas, puedes ver con ambos ojos, y tu nariz sigue en su sitio, milagrosamente, aunque tiene un pequeño corte que va de lado a lado que notas y te duele al pasar tus dedos por encima.

Pese a todo, estás bien... mirando a tu alrededor notas que las cortinas del habitáculo en el que te encuentras están cerradas, la ropa sigue estando en la silla al lado de la cama.

Tras despertar me es imposible no llevar mi mano a mi ojo izquierdo, por alguna razón me duele demasiado, más que todo mi cuerpo. Me cuesta mantenerlo abierto, pero eso no es lo único que me consterna en estos momentos. He despertado anteriormente sin recordar nada sintiendo dolor en alguna parte de mi cuerpo, no es algo nuevo que digamos, lo que realmente me está exasperando ese el aroma de esta habitación. 

Podría haber reconocido en donde me encontraba sin la necesidad de mirar a mi alrededor. Este sutil aroma a Hospital me traía malos recuerdos, pasé mucho tiempo cuando pequeño en instalaciones médicas, y pese a que mi madre es Enfermera, detesto este aroma. Mi estómago se comenzó a revolver, y poco a poco las náuseas eran incontrolables. 

Me afirmé lo mejor que pude de la cama en la que me encontraba y vomité en el suelo. Limpié mi boca con la bata de enfermo y me la quité de inmediato. Necesitaba salir de allí lo antes posible. 

Como pude tomé me vestí con las ropas que estaban sobre la silla al lado de la cama y salí de la habitación sin un rumbo fijo, no tenía idea por qué había despertado en la Enfermería de este maldito lugar.

Enfermería

Nada más entrar en la enfermería Takumi Akio pudo ver a Fuki juguetear con un hueso de plástico, probablemente del esqueleto a trozos que había en uno de los armarios, mientras que Asuka Mori se encontraba de puntillas rebuscando en los estantes por algo.

Por otro lado, lo que resaltaba en la enfermería era que la camilla central estaba deshecha y llena de sangre, a parte de eso, no había nada resaltable y reseñable en aquel lugar.

Me sorprendió ver a alguien en la enfermería pensé todos estaban en los baños o en el equipo de búsqueda lo que mar me sorprendió era la cantidad de sangre en la camilla -Fuki-chan Mori-san ¿Que hacen aquí?- pregunte al primero con un tono muy afectuoso mientras a mi compañera la saludé con algo de sorpresa,al ver como Mori-san se esforzaba por tomar algo de los estantes me acerque a ver si necesitaba ayuda.

La verdad es que había entrado tan rápido buscando el medicamento para obinata que no me había dado ni cuenta de si había alguien más.

Hola perdona, fuimos a buscar a obinata a su cuarto y... Digamos que no estaba en las mejores condiciones, venía a buscar algo para darle, es como si se hubiera tomado un laxante. ¿Y tú? ¿Estás bien? a la vez que rebuscó miró hacia la camilla llena de sangre.

Así que un laxante sólo quedaba pensar si estaba enfermó o se trataba realmente de un engaño y alguien intento incapacitarlo incluso el mismo Obinata-san pudo hacerlo por su cuenta -Ya veo espero encuentres algo para que se mejore,por mi lado estoy buscando un par de cosas en especial una bandita para la herida de Yamada-kun.

Bueno si estáis bien es lo que cuenta. Me he preocupado al ver la camilla. Las tiritas juraría que las vi por alli.

Me pongo a buscar también las tiritas y se las pasó una vez que las tengo. Luego vuelvo a buscar lo mío.

Bueno ya lo tengo, me voy corriendo a la habitación de Obinata. Nos vemos luego. Sí el corte es muy grande venid a buscarme allí que me encargaré de la cura. [/B]

Una vez he cogido el medicamento me despido con la mano y salgo corriendo de la habitación.

Tome las banditas y me despedí de Mori-san con mi mano mientras salía toda prisa -Gracias espero Obinata-san también se mejore cuídate.

Ya que Mori-san se había marchado podía seguir buscando las otras cosas que tenía en mente lo principal que eran las banditas ya estaban en mi poder,ahora solo faltaba encontrar pastillas para dormir,una jeringa,algodón,desinfectante,unas vendas para llevar todo en mis bolsillos y aún más importante un bisturí.

Sin mayores problemas encuentras todo eso en botes y envases cerrados hermeticamente. Al parecer habías sido uno de los primeros a la hora de coger tales cosas, pues en la basura no había ningún envase de los mentados.

Al ver que al parecer era el único que había buscado medicamentos en la enfermería decidí tomar un botiquín llenandolo con el algodón,el desinfenctante,las bandita,las pastillas de dormir y en mis bolsillos envueltos en vendas el bisturí y la jeringa,ahora solo me quedaba volver a los baños con Yamada-kun.