Partida Rol por web

Y MonoBarter termina electrocutado, sus ojos saltan de sus cuencas y sus extremidades se contraen y estiran hasta finalmente caer rendido de espaldas. Quizás no se podía considerar como que MonoBarter se encontraba muerto, pues nunca estuvo con vida en primer lugar; pero pese a ello, se podría confirmar y se confirmaba que este no funcionaba.

¡Upupupupu!

Unas tijeras de coser salieron del fondo del trono de Monokuma, con un sonido cortante un tajo fue creado de lado a lado, y del interior del mismo salió no otro que aquel 16º Estudiante, en concreto "Tsubasa Yôshi" o "Hitoshi Yushi"; sea como fuera, ahí estaba, el cual, de un salto impulsándose con sus brazos, terminó al lado de Monokuma. Antes de hablar, mostró una amplia sonrisa a todos los presentes.

¡Hola a todos, queridos compañeros!

¡Muchas gracias, Takumi por acabar con el último Monokub!

¡Eso ha ayudado a mis planes... de una forma que ni te imaginas...!

Tras decir esto, mostró lo que parecían ser dos pequeños controladores o accesorios de belleza con la forma de dos Monokumas. Por la parte superior eran esponjosos, pero por la parte inferior, tenía algo similar a un clavo o una clavija que, probablemente, sería implantada directamente en el cráneo del que fuera el controlador.

¡Con esto ordenaré que te autodestruyas!

¡Vengaré la Muerte de mis compañeros del 78-B!

¡Vengaré la Muerte de los Rechazados que no pude salvar durante el Juicio de Yoshida Tadayo!

¡ESTE ES EL FIN DE LA DESESPERACIÓN!

Y levantando ambas manos, con un controlador en cada mano, se empala el craneo con ellos con gran fuerza y determinación.

Y junto a los gritos de dolor de Tsubasa, Monokuma dejó de reír y quedó en silencio. Poco a poco parte del pelaje sedoso de Monokuma fue cayéndose al suelo hasta finalmente dejarlo en un estado deplorable, sin movimiento alguno y con sus ojos apagados, Monokuma cayó de espaldas del atril y permaneció inmóvil.

Y con todos los Monokubs destrozados, con el control de Monokuma en manos del Local Hero, el final del Oso de la Desesperación había llegado. Ese Oso quizás no fuera a explotar, pero tampoco iba a reactivarse, los recuerdos, experiencias y conocimientos de Enoshima Junko habían desaparecido de ese hueco, pese a que poco tiempo había tenido para mostrarse, el final ya había llegado.

Y los cinco héroes, los cinco supervivientes del Segundo Juego de la Matanza Mutua ahora podrían subir por el ascensor, caminar por los pasillos, salir por la enorme puerta principal y vivir sus vidas, el final había llegado y ellos, con sudor, sangre, lágrimas -y en el caso de Katsumoto otros líquidos-, habían finalizado aquella vida escolar, una experiencia que al fin habían dejado atrás.

Ahora es el momento de mostrar los créditos.

Eh... ¿Esto está bien? Yo no... No entiendo nada. - Katsumoto estaba tan confundido por lo que acababa de pasar, que se hirió a si mismo. Cayéndose de espaldas, mareado, pensando en todas las deducciones lógicas que pudieran llevar a ese final sin verlo. Simplemente se quedó allí tirado en el suelo, porque su pobre mente no lo soportó más.

Y-yo tampoco lo termino de entender... pero esto, esto significa que hemos sobrevivido, que podemos salir? *toco ligeramente el cuchillo clavado en mi frente, sonrojandome un poco, finalmente mi mala suerte habia terminado, a partir de ahora podria tener una vida normal con el resto* Finalmente podemos salir, podemos vivir de forma normal, p-puedo vivir de forma normal, muchas gracias Tsubasa, muchas gracias a todos *se seco una lagrimilla que habia comenzado a caer* Por primera vez, por primera vez siento que lo que me espera mas adelante no es muerte y sufrimiento, T-tsumiko, n-no se lo que habra pasado con el piso donde antes vivia, p-pero crees que me podria mudar contigo?

"¿Hemos... ganado? ¿Se ha acabado? ...¿Por fin se ha acabado?"

¡Estabamos vivos! "Monokuma ha muerto... y Enoshima Junko no ha resucitado..." casi no me lo creía, casi no podía ni sonreir del shock, ni de verdad creerme que por fin, por fin estabamos vivos, que por fin esta pesadilla había acabado y para siempre. Me acerqué y agaché para medirle el pulso al décimo sexto estudiante Tsubasa Yôshi. Se había... se había clavado unos enchufes en la cabeza. ¿Estaría vivo? "Por favor... héroe, sigue vivo. Tienes que estarlo. No puede acabar así..." ...¡Seguía vivo! Gracias al cielo. Solté un suspiro de alivio, e intenté ayudarle a levantarse. "¿Seguro que estarás bien? Te podemos acompañar a la enfermería si lo necesitas... Tsubasa... o Hitoshi... o como quiera que te llames. Si te conocí antaño no me acuerdo, tío. No me acuerdo de nada de lo que pasó en la Academia antes de... bueno, este infierno. Pero, joder... nos acabas de salvar a todos la vida no sé ni cómo... Gracias. Gracias, héroe local. Y tú también, Takumi..." me giré hacia el peliazul. "Me pegaste un susto de muerte..." me apoyé sobre uno de los atriles, dejando caer el peso sobre mis brazos. "Desde luego que me pensé que se te había ido la olla. Pero no... has vengado a Yamada-kun, nos has salvado, tú también. En serio, no sé cómo agradeceroslo lo suficiente. ¡Estamos vivos! Por fin... esta pesadilla se terminó" miré el cuerpo del pobre de Monobarter. "El pequeño robot... ¿de verdad tenía un trocito de la personalidad de Enoshima Junko? Da miedo pensarlo... De veras que parecía majo... D-de hecho, si no fuera por él... Quizás Tafuna-tan no estuviera..."

Me giré hacia ella. Me preguntó tímidamente, adorablemente, si podría mudarse a vivir conmigo... ...Donde quiera que fuera a vivir. Creo que era la primera vez que la veía tan feliz. Su sonrisa era verdaderamente contagiosa.

"Claro que sí, tonta... si casi somos como hermanas ya..."

Creo que hasta me sonrojé un poquito. Primero le puse una mano en el hombro como solía hacer yo. Ser tan importante y especial para alguien me hacía muy feliz. Y puede que yo no la viera de la misma forma romántica que ella me veía a mi... pero aún así la quería como querría a una hermana. No, prácticamente ya era como sangre de mi sangre, como la hermanita que nunca tuve. "Ni siquiera sé... dónde voy a vivir, ni qué voy a hacer. Demonios, ni siquiera sé qué nos vamos a encontrar cuando salgamos de aquí... Pero me alegrará los días verte sonriendo a mi lado. Si no fuera por ti y tu afecto y apoyo... creo que me habría terminado de volver loca estos últimos días. Gracias... por ser de verdad tan buena conmigo y los demás..."

Ah, y-y... hablando de sentimientos... y cursilerías... había alguien a quien todavía tenía que decirle algo importante. No tenía ni idea de qué iría a contestarme, pero tenía que decirlo. "Oye, Obinata-kun... ¿estás bien?" todavía seguía el pobre de rodillas en el suelo, mareado con toda esta confusión. "Venga hombre. Levanta..." intenté ponerle en pie. "Heh, te dije que había sido Monokuma, no Haroshi. Te he ganado el último asalto." sonreí burlonamente. "Creo que son... ¿dos victorias mías contra cuántas tuyas? ¿Cinco? Te he ganado el último asalto contra Monokuma, sí, pero tú nos has llevado a ganar la guerra. A ti especialmente también te debemos el haber podido sobrevivir, escritor." le di un par de palmaditas fuertes en la espalda.

"Gracias, Katsumoto. De verdad."

"Has sido... p-prácticamente como... c-como un príncipe azul para m-... todos."

Aparté la mirada sonriente, mirando hacia abajo... Al final, no me había atrevido a hacerlo... a confesarle mis sentimientos... N-ni siquiera a abrazarle... Quizás... q-quizás en otra ocasión... p-porque habría otra ocasión ¿verdad? A lo mejor se había hartado de nosotros... ¿qué querría hacer con su vida ahora? ¿Qué querríamos hacer, todos? ¿A dónde iríamos? De hecho... tenía una idea sobre eso. "Chicos, creo que no deberíamos separarnos demasiado... De hecho quizás... deberíamos intentar contactar con los supervivientes del primer juego de Monokuma. Los tipos esos del cómic. Los informes de Ainam River que hemos ido leyendo... no hablaban demasiado bien del futuro. Creo que... antes de que todo esto se hiciera pedazos... estabamos intentando trabajar por reconstruir el mundo. Tenemos una segunda oportunidad. Más nos valdría no desaprovecharla..."

Y hablando de cabos sueltos... De caminar hacia adelante, de dejar atrás este pasado de muerte para ir hacia un futuro más brillante... "Akio-kun... todavía tenemos... tenemos que enterrar a Kazuhiko Yamada. Y honrar a los demás compañeros caídos... Todavía quiero hacerles un pequeño monumento y listar sus nombres, para que no queden en el olvido..." me giré hacia Tsubasa Yôshi. "...Si quieres, puedo añadir a tus amigos del 78-B... y a los Rechazados... Yo no los conocía, pero... eran importantes para tí ¿no?"

"Ah y, tengo... tengo que recoger la bolsa de... piezas... del portatil de Ainam River, que guardé en la habitación de Katsumoto. Quizás... quizás algún día pueda repararla. Y hablando de reparaciones, por el bien de lo de Tafuna-tan con el tema de su la mala suerte... tengo entendido que si la electrocutan hay que recalibrar el chip, pero no sabemos cómo hacerlo. Quizás preguntarle a Motherkuma. Pero para eso necesitamos el módulo ese de voz, o algo que nos haga el apaño..." me giré hacia Tafuna-tan, y empecé a reir burlonamente de nuevo, con aquella risa y aquel tono sarcástico que me encantaba hacer. "Bueno... siempre podemos fabricar uno, no, Tafuna-tan? Con... ¿cómo era? Un tubo, un lápiz... Hehe. Hehehehe..." me giré hacia el décimo sexto. "Oye, Satoshi... Hiroshi... eh... Héroe. ¿Por casualidad sabes... dónde andará el módulo ese de voz? Tal vez lo tenga Monokuma por aquí cerca..."

Finalmente despues de ladear mi cabeza una y otra vez como un descerebrado pensando en que decisión tomaría había terminado,estaba hecho MonoBarter estaba destrozado y Monokuma hecho pedazos por una vez parecía que confiar en las palabras de otra persona me beneficio recuperando un poco la confianza en los demas que habia perdido despues de ver tantos asesinatos,solo pude dejar un pesado suspiro mientras me apoyaba en un atril intentando no desplomarme en el suelo -Ese idiota puede ser un héroe increíble pero tienen la apariencia de un villano.

Me vi impulsado a romper las condiciones que yo mismo había impuesto,aún de luto elimine al maldito robot era una jugada complicada y jamas deje de pensar que nuevamente sería traicionado pero por una vez desde hace tiempo quería confiar en alguien aunque la verdad lo que me impulsó a hacerlo no fue la confianza de sus palabras ni mucho menos un intento de hacer algo,simplemente era una cosa que si funcionaba los presentes podrían ser felices pero si llegaba a fracasar,no tenía nada que perder aun así.

Las palabras de Tsumiko me aliviaron un poco era como si finalmente hubiéramos despertado de una pesadilla infernal pero no estaba de acuerdo con lo que decía,al menos no en su totalidad estaba perdido sin saber que hacer,una vez Kazuhiko murió me resigne y acepte quedarme aquí por siempre -Kazuhiko- realmente podía considerar que lo había vengado que ahora podría descansar en paz,aun estaba cubierto de su sangre aun recordaba las últimas gotas de vida que se apagaron en mis labios,con ese pensamiento en mente simplemente coloque el botiquín que había cargado desde que empezó esta masacre conservando la foto,las cartas del pelirrojo y su mechón de cabello,finalmente colocando mi chaleco sobre el atril,encima los cuchillos el taser y la pistola de Monokuma.

Finalmente sentía un poco de paz,por fin pude soltar mis armas y respirar con tranquilidad cerrando mis ojos sin miedo de ser asesinado un momento de paz que quería durará más tiempo pero eso era lo que menos teníamos,no debemos desaprovechar esta oportunidad no soportaremos más tiempo encerrados aquí -Vayan a sus habitaciones tomen sus cosas,las cosas de sus amigos,arreglen sus asuntos pendientes no sabemos qué nos depara afuera,así que debemos llevar provisiones,por mi parte tomare mis cosas y las de Kazuhiko en especial sus diarios- agache la mirada antes de continuar pero ya me había decidido -Si quieren hagan la lápida en el jardín,Honren a los que murieron pero yo por mi parte sacare el cuerpo de Kazuhiko de este lugar aunque me toque llevarlo cargando,lo enterraré en un lugar que le de paz,quizás en su diario mencione alguno- parecía que volvería a romper en llanto pero en vez de eso levanté mi rostro mostrando una pequeña sonrisa -Finalmente somos libres,aunque no todos pudimos escapar,debemos vivir por ellos.

Planear el futuro no sabia como hacer eso,siempre me había dejado llevar por los demás y simplemente aceptaba lo que pasaba desde un amor fugaz hasta un amor destinado,los numerosos cuerpos que vimos,las acciones de cada uno,y los diferentes tipos de desesperación a los que llegamos,era un final agridulce -Al final solo quedamos nosotros,parece un sueño o quizás una pesadilla- quería salir de este lugar lo más rápido posible eso era seguro.

Tras aquella risa diabólica y gutural que se asemejaba tanto a la de cierta criatura; una voz electrónica comenzó a sonar a espaldas de los cuatro estudiantes que participaron en el coliseo académico y habían sobrevivido hasta ahora; lentamente Katsumoto Obinata, Tafuna Iwa, Tsumiko Komachi y Takumi Akio se giraron para reconocer a la persona que había hablado.

No...

Yo no me llamo Tsubasa ni Hitoshi....

Usando las tijeras del Ultimate Tailor, Tsubasa Yôshi había rajado la espalda de Monokuma para sacar, lo que parecía ser el Modulador de voz de M.O.T.H.E.R. y este  se lo conectó, como si de un robot se tratara, en la garganta por medio de una clavija, algo que, ni siquiera se quejó en absoluto.

Yo soy...

Una voz mucho más femenina pudo ser escuchada en esta ocasión. Mientras una peluca rubia, un traje de colegiala y unos sets de maquillaje salían volando del interior de aquel Monokuma destrozado, Tsubasa Yôshi había cambiado de manera de que este quedó practicamente irreconocible. O mejor dicho, demasiado reconocible por todos los presentes...

"No... me jodas... ¡NO ME JODAS!"

¡Ni siquiera el sacrificio del Ultimate Local Hero había podido detenerla! Nos quedamos completamente paralizados mientras que esa loca sacaba una peluca y se la ponía en la cabeza, la peinaba tranquilamente, y luego con esa misma tranquilidad y descaro, como si el tiempo no siguiera fluyendo en absoluto, empezaba a maquillarse tranquilamente. A pintarse las uñas de rojo, a desvestir el cuerpo de Tsubasu Huyoshi o como demonios fuera que se llamase el Ultimate Local Hero... y ponerse lo que creo era su versión del uniforme femenino de la Hope's Peak.

Mientras lo hacia, yo sentía escalofríos de completo terror por el cuerpo. Desesperación... sí, creo que era eso. Absoluta y completa desesperación. Ya me estaba viendo venir lo que haría. Le arrancaría el cuchillo a Tafuna-tan... reiniciando su mala suerte otra vez para que nunca más pudiera estar en compañía de nadie, ser feliz. Y luego nos mataría a todos menos a ella... la que sencillamente no podía hacer nada físicamente. ¿Pero para qué dañarla físicamente, si podría destruirle el alma, el corazón? "No... no..." di un paso atrás, y otro, y me topé de bruces con el atril donde Takumi Akio había dejado, al fin, sus armas.

.......

Cogí el cuchillo  y me lancé desesperadamente a intentar asesinarla.

Del entresuelo salieron una manada de "Basura-Kumas" que con un salto, no solo recibieron el impacto del cuchillo que Tsumiko tenía en mano, sino que además, tiraron al suelo a la Ultimate Arts and Crafts. En un abrir y cerrar de ojos, un ejercito de aquellos Monokumas destrozados y terroríficos rodearon a los Estudiantes Supervivientes -al menos Supervivientes de momento- mientras que, Enoshima Junko, lentamente volvía al Trono y quedándose encima de el, señaló a aquel grupo.

¡UPUPUPUPUPUPUPUPUPUPUP!

¿Acaso pensabais que no iba a tener un plan cuando acepté alegremente morir?

¡Los Remanentes debieron haber quedado desesperados al ver mi cuerpo muerto!

¡SOY JUNKO ENOSHIMA! ¡ULTIMATE DESPAIR!

¡TODO HA SIDO PLANEADO CUIDADOSAMENTE HASTA AHORA!

¡Y ahora es el momento de llevar la Desesperación a nuevos hitos!

¡Con este ejército de Junk-Monokumas podré acabar con la Resistencia que se hubiera formado!

¡Al final la Dulce Deliciosa Desesperación cubrirá el mundo y Saldrá de la Academia Pico de la Esperanza!

¿No creéis que es Adorable? ¿Divertido? ¿Inteligente? ¿Osiastico? ¿Super?

¡CLARO QUE LO ES!

¡Aunque he de admitir que este cuerpo no es el que buscaba!

¡Ese maldito criajo me la ha jugado pero bien! ¡Quien hubiera dicho que habría sobrevivido hasta ahora!

¡Pero vamos! ¡Por los viejos tiempos! ¡Adivinad!

¿Qué cuerpo es el que quería poseer?