Partida Rol por web

PRIMERA PARTE

Buenos días chicos, el día de hoy vamos a estudiar dos encantamientos, el primero de ellos es Aquamenti, un hechizo capaz de apagar casi cualquier clase de fuego normal, pues les permite conjurar un potente chorro de agua desde la punta de su varita. - dice la profesora haciendo una rápida floritura con su varita.

Como ven, es un hechizo demasiado sencillo, sin embargo, la palabra clave de esta clase es precisión y es justamente eso lo que quiero ver esta clase. - sentencia la profesora mientras hace aparecer 10 velas encendidas en el centro del aula.

Cada vela se encontraba al interior de su respectiva caja de cristal, las cajas estaban completamente cerradas, salvo por un pequeño agujero en en la parte superior de las mismas.

El objetivo es apagar la vela sin innundar la caja, un sólo chorro debe bastar, el asunto es, ¿Lograrán hacerlo?

SEGUNDA PARTE

Muy bien chicos ahora el encantamiento Tergeo, este encantamiento bien usado, no sólo mantendrá su ropa limpia, sino que los ayudará a pasar desapercibidos entre los muggles si alguna vez tienen que ocultase entre la multitud.

Supongamos que necesitan escapar de un enemigo o lugar peligroso y para hacerlo deben cruzar un lodazal, aún cuando lograsen escapar del peligro, a su adversario no le reaultaría nada difícil encontrarlos, pues vaya que van a destacar entre la multitud con su ropa hecha un asco. - sentencia la profesora con seriedad.

Sin embargo, si son capaces de conjurar este sutil encantamiento sin ser notados, les aseguro que podrán esconderse entre la multitud sin destacar, pues sus ropas se veran tan impolutas como las de los demás. 

Ahora bien, para superar este ejercicio, no sólo necesitan aprender el hechizo, sino que deben ser capaces de realizarlo con total sutileza y eso sí requiere de mucho talento.

Pues piensen esto, que sentido tiene intentar esconderse si alguien nota que lo están haciendo. Ahora yo los invito a pasar al frente e intentar usar el encantamiento con la varita oculta entre la ropa. - dice la profesora mientras realiza una gran floritura de varita y hace aparecer manchas multicolores sobre sus túnicas.

Buena suerte, la necesitarán si quieren escapar a mi vista.

Tras luchar contra acromantulas, contra el principe de la agonía, el emperador del tormento, tener que burlar a Bucón, hacer planes contra un enemigo invencible, y encima de todo, tener que correr con tacones de 12cm todo el día, que tengamos un ejercicio tan simple, y hasta divertido es casi un refresco.

"Si, señora Pendragón"

Ella intenta disparar, aunque acaba salpicando la habitación, por aquí, por allá y por acullá ¡Jackie acaba con la camisa empapada!

"Esto..."

¡Por suerte, el hechizo de Tergeo le sale impecable a la primera! Menos mal, que si no... Jackie siempre lleva una blusa blanca. Y cualquiera puede hacer la ecuación:
Una chica joven e inocente + una blusita blanca + mucha agua + una clase llena de de adolescentes  =  Sin comentario

Después de todo lo vívido ¡¡por fin!! Volvía a tener clases como una estudiante normal.

•Primera parte.

Este fue fácil, ya había aprendido el hechizo desde primer año con el maestro anterior de conjuros, lo difícil venía al hacer un disparo de agua con precisión. Cuando fue su turno cerró los ojos y se concentró en ese recuerdo, viéndose a sí misma otra vez frente a una casa de los gritos en llamas y sólo su varita para contener las llamas que rodeaban a sus amigos. De golpe abrió los ojos y conjuró:

—Aquamenti.

Un disparo certero de agua apagó la llama de la vela rápidamente. Dio una reverencia a su profesora y volvió a su sitio. Ciertamente, la vida real era la mejor maestra.

•Segunda Parte.

Ahora tocaba un ejercicio difícil, no sólo se trataba de un hechizo nuevo sino de ponerlo en práctica contra una profesional. Respiró hondamente, despejó su mente y se puso a idear como engañar a la profesora. De pronto tuvo una idea; ya frente a la profesora mostró ambas manos vacías frente a esta.

—Cómo verá no traigo mi varita en mano, pero no quita que yo pueda decir "Tergeo"—al hacer un ademan en donde su brazo derecho paso a través de su torso y mientras lo hacia las manchas desaparecían. —Ta-da.

Rápidamente de la manga de su túnica saca la varita y la enseña.

—La escondí en mi antebrazo, fue una mala actuación pero me sirvió para disimular los movimientos necesarios para ejecutar el conjuró.

Da una reverencia y regresa a su sitio.

Primera parte

Bostecé cansada, no había dormido mucho por la noche y ni siquiera me había pasado a desayunar. Arrastrando los pies me senté junto a Kat y saqué mis libros. Distraída, tomé notas de lo que la profesora nos decía. No parecía un hechizo difícil y podía usarse para muchas cosas.

Con movimientos pausados practiqué el movimiento de varita antes de intentarlo y en cuanto terminó agité la varita y pronuncié - Aquamenti.

Un fino chorro de agua salió de la punta de mi varita, apagó la llama de la vela y paró poco después antes de que la caja se inundara.

Segunda parte

Este día parecía que la clase de encantamientos estaban dedicados a ayudarnos con nuestra vida cotidiana, pues después de aprender a echar un chorro de agua, aprendimos a arreglar nuestra ropa. Me encantó este hechizo, era muy útil cuando ibas desarreglado a algún lugar o si tenías algún imprevisto. También a escapar entre los muggles, como decía la profesora. La dificultad del hechizo estaba en hacerlo con sutileza, algo que no era mi mejor habilidad. Me gustaban los movimientos de varita exagerados y vistosos. Sin embargo, conseguí que mi muñeca no se moviera lo suficiente para que resultara lo suficientemente sutil. Me aproximé cuando llegó mi turno y con un ligero movimiento señalé a mi ropa.

- Tergeo - las manchas desaparecieron y mi túnica volvió a estar impoluta. 

Primera parte

A pesar de haber dormido medianamente bien, el cansancio era notable en la cara de Allison. No le había dado tiempo a pasarse a desayunar, aunque llevaba una manzana en la mano que devoraba con avidez. Una vez en clase, procuró prestar atención a la profesora haciendo un gran esfuerzo en ello, era extraño y a la vez relajante tener un clase tranquila por una vez.

Aguardó su turno para ir probando los hechizos que tocaban aquel día. El primer hechizo ya lo conocía de primer año, ahora solo faltaba afinar su puntería. - ¡Aquamenti! - apuntó con decisión al agujerito de la caja y un potente chorro de agua acertó justo para apagar la vela, con un giro de varita cesó la corriente de agua como había pedido la profesora, para no inundar la caja. Sonriente, regresó a su sitio para atender al resto de la clase.

Segunda parte

Ahora tocaba una parte más compleja, realizar un hechizo sin florituras de varita, algo que hasta ahora no había probado. El hechizo en sí se parecía a aquel que Hellen le había enseñado tiempo atrás por lo que no debería ser muy complejo de aprender. O eso esperaba.

Practicó varias veces el movimiento de varita hasta que le tocó su turno. Con la varita metida bajo su manga derecha y el brazo en reposo, se sacudió la toga con la izquierda a modo de "distracción" mientras realizaba el conjuro lentamente, casi sin mover la diestra. - Fuera manchas, tergeo. Aahá. - dijo satisfecha al tiempo que comprobaba que las coloridas manchas desaparecían de su túnica. - Guay. - soltó contenta, mientras asomaba una sonrisa al ver que lo había logrado.

PRIMERA PARTE

Esta mañana la profesora Pendragón parecía querer probar más nuestra precisión que nuestra destreza para realizar conjuros.

El conjuro resultó muy sencillo de ejecutar, pero realizarlo con la precisión quirúrgica que nos pedía la profesora, eso ya era otra cosa.

El agujero de la caha de cristal era excesivamente pequeño, por lo que tendría que poner todo mi empeño en el conjuro si no quería echarlo a perder. Afortunadamente para mi, logré conseguir un disparo limpio y apagué la vela al primer intento.

SEGUNDA PARTE

El segundo conjuro fue un tanto más simplebque el anterior, sin embargo, realizarlo con una varita casi estática eran palabras mayores.

La profesora nos observaba como un águila en busca de su presa, la mujer apenas si apartaba la vista de nosotros algunos segundos.

La ventana de oportunidad era muy pequeña, pero por suerte encontré el momento adecuado y logré realizar el sortilegio sin llamar su atención, lo que me permitió abandonar el aula sin problemas. 

PRIMERA PARTE

Encantamientos... ¡buf!

El pensamiento me había estado atormentado desde que habíamos terminado el desayuno y todo por la engreída profesora que la impartía. No la soportaba y tenía la certeza que estaba llena de mierda hasta arriba, por lo que cada clase suya era siempre un suplicio, más aún cuando nos tocaban tonterías como la de hoy. Para empezar, cierto que mi puntería solía ser pésima a cierta distancia, pero el primer ejercicio ni siquiera podía considerarse un reto, por lo que sin moverme de mi sitio apunté con mi varita y realicé el encantamiento con total hastío.

- Aguamenti.

El chorro de agua brotó de la punta como si de un escupitajo se tratara, apagando la vela sin ningún esfuerzo. Con suerte el próximo será algo que llame mi atención, pero no apostaba por ello..

SEGUNDA PARTE

Una vez escuché lo que pretendía, no pude evitar dejar escapar un bufido.

- Hay mejores hechizos para pasar desapercibidos.

Señalo sin ningún miramiento cuando me hace pasar adelante para realizar el segundo ejercicio, para lo cual meto mi mano en la túnica y, no contenta con resultar lo suficiente discreta, incluso evito pronunciar el hechizo de forma comprensible y opto por usar el pársel para hacer desaparecer las manchas con total facilidad, y una gran dosis de aburrimiento.

Primera parte

Freddy llegó pensativo a la clase. Las últimas semanas las había pasado pensando en todo lo que había sucedido y las posibilidades que ello entrañaba. No quería que eso interrumpiese sus clases, pero a veces se sentía inseguro sobre su futuro.

- Aquamenti-pronunció el joven Townsend mientras apuntaba su varita hacia la vela sin ningún problema-. Bastante fácil, el hechizo ya lo conocía.

Quizá fuera útil aprender a dominar este hechizo para apagar algún incendio o empapar a alguien, aunque no veía muchas más posibilidades en ese momento.

Segunda parte

El lanzar un conjuro de forma silenciosa era algo que si le parecía útil, pero opinaba que limpiar la ropa no era el mejor hechizo para conjurarlo de manera desapercibida.

Colocó su varita bajo la túnica ensuciada por el hechizo de su profesora y, pasando desapercibido, conjuro silenciosamente el hechizo que limpiaba su ropa.

Pensativo volvió a su asiento mientras recordaba algún momento en el que pudiera ser útil el conjurar sin pronunciar palabras.

- ¿Cómo podríamos lanzar un hechizo sin pronunciarlo?-preguntó a la profesora cuando todos los alumnos acabaron de practicar los hechizos.

Hechizos no verbales, eso normalmente se ve en cuarto año, son bastante complejos, en teoría cualquier hechizo puede ejecutarse de manera no verbal.

Todo es cuestión de práctica, incluso hay magos que no requieren de la varita para ejecutar ciertos sortilegios, el profesor Dumbledore por ejemplo conoce una gran cantidad de hechizos que ejecuta sin varita y sin articular palabra alguna, no en vano es uno de los magos más grandes de todos los tiempos. - responde la profesora con calma.

La respuesta de la profesora hizo que me hirviera la sangre.

- Seguro que alguien tan perfecta como usted también es capaz de realizarlos a la perfección ¿verdad profesora? - estaba intentándolo todo para no parecer sarcástica, pero era difícil - ¿No puede darnos un adelanto de cómo funcionan?

Tenía la sensación de que con esa petición iba a vomitar, por lo que estaba obligando a mi bilis a permanecer en su sitio.

Jackie mira con estrañeza a Hellen

"Freddie, no se que es lo que pretende" le musita en voz baja a uno de los dos únicos chicos¹ de la clase "Pero ¿Acaso no es Hellen una animagus? Ella hace magia sin hablar y sin moverse todos los dias, para convertirse en la Pantera Umbran?" Jackie sigue un pelín desorientada, pues cree que ser Animagus es tan simple como dominar un único hechizo.

La profesora asiente ante lo dicho por Jackie, sin embargo, decide complacer a Hellen y sin previo avisohace caer un adorno de su escritorio al suelo, el mismo que se hace pedazos.

Pues bien, para no dejar a la señorita Greystoke con la duda, voy a mostrarles como realizar el encantamiento reparo sin usar la fórmula verbal. - dice la profesora apuntando su varita y haciendo el movimiento respectivo mientras clava su vista en el adorno roto.

Acto seguido, el adorno retoma su forma original.

La clave de la magia no verbal está en la concentración, una distracción, por mínima que sea, y el conjuro será un desastre.

"Señora Pendragón" le pregunta en algun momento cuando se acerque a ver por qué lo hace tan mal, por qué salpica a todas partes menos a la vela, y por qué todas las chicas con camiseta blanca estan empapadas.

"Profesora, quisiera preguntarle ¿Aprenderemos métodos de curación, o el curriculum de Hogwarts no tiene pensado más allá de alguna poción sencilla? Estoy intentando dominar el Episkey por mi cuenta y otros conjuros, pero con lo preocupada que nos tiene a todos la señora Sinistra y sus salidas, quizá necesitemos saber algo más que narices torcidas y dedos dislocados"

Algunos los vereís el próximo curso en Defensas contra las Artes Oscuras y otros pueden aprenderlos por su cuenta, pero los buenos, los verdaderamente buenos, los vereís sólo en la escuela de medimagos y Sanadores. - responde la profesora con serenidad.

"Hum... ¿Y por un casual sabe de... alguien alguno de esos encantamientos?" le dice con interés. Si alguien sabe de esta magia, deberian de ser esta clase de peofesores.

"Estoy dominando Episkey. Pero creo que necesito algo mas capaz que intentar arreglar rasguños o deros torcidos"

Jackie le pone ojitos. La mirada de una estudiante REALMENTE motivada.

"Por favor"

Lo más que puedo enseñarte por ahora es cómo inmovilizar un hueso roto, si quieres aprender más busca a Madame Pomfrey, pues es ella quien domina la magia de sanación.

Mi especialidad son los encantamientos. - responde la profesora con tranquilidad.

Ahora, presta atención. - añade la docente mientras te muestra como realizar la floritura de la varita.

¡Ferula!

El encantamiento le parece bastante útil. Quizá pueda usarse para inmobilizar no solo un miembro herido, sino tambien maquinaria, u otras cosas ¡Un encantamiento bastante interesante con el que practicar!

"De acuerdo, señora. A ver como funciona" le comenta a la profesora. Jackie dobla su propio brazo, hace la floritura y conjura "¡Férula!"

Lo único que consigue es... ejem... bueno... una pifia es una pifia

¡Muerta de miedo, lo intenta una segunda vez! Esta vez si funciona

Cuando fallas el conjuro sientes como tus huesos crujen y tu antebrazo se disloca de forma muy dolorosa.

"¡AUUUUUUUUU! ¡Arrrrrghhhhhhhh!"

La Voorhees, que estaba hablando hasta ese momento con la profesora pendragon, cae de rodillas al suelo. Su brazo está torcido en formas antinaturales

Ante lo ocurrido con Jackie, la profesora Pendragón procede a suspender la clase y acompaña a Jackie hasta la enfermería.

Bueno jóvenes, la clase ha terminado por hoy, revisen sus apuntes porque tendremos un examen escrito la próxima semana. - dice la docente mientras se apresura a conducir a Jackie fuera del aula.