Partida Rol por web

Existen dos escaleras, cada una dirige al dormitorio de los hombres y las mujeres respectivamente. Las escaleras de los dormitorios de las chicas están encantados para convertirse en un tobogán si un chico intenta subir por ellas

Durante las primeras dos semanas, las pesadillas fueron bajando en intensidad, pero eso era debido al enorme grado de cansancio mental al que estuviste expuesta.

Sin embargo, debido a que la intensidad de las clases había bajado, éstas volvieron con más fuerza que nunca. En ellas, el enorme demonio te perseguía incansablemente por los pasillos del castillo y justo cuando estaba por atraparte, te despiertas sudando frío.

En ese momento algo te impulsa a dirigirte hacia la sala común.

Todos los días, bostezo. Todas las noches, despierto en el suelo. A veces tirando la mesa, a veces tirando solo la lámpara, a veces tirando solo las almohadas, una con la sábana tan enredada que parecía un taco (y tardé media hora en salir de la trampa de la muerte).

¡Intentemos algo, no dormir!, pensé tras la segunda vez que volví a caer y llevarme la lámpara de la mesa de noche conmigo.

¿Leer libros? Me dormí. ¿Estudiar lo pendiente? Me dormí aun más temprano y solo hice que las hojas volaran al volver a despertar. ¿Jugar? No tengo muñecas y a veces no me llaman ya tanto la atención. ¿Dibujar? ¡Al final solo hago rombos y vuelvo a dormir!

¿Ahora donde desperté, por cierto?

- Al menos no vuelo por la ventana… aun.

No me gusta despertar a mis compañeras que ya deben de verme como una rara. ¡Pero estoy tan cansada!

- Suficiente, me voy. - ¿ahora a dónde?

Iba a buscar el baño, cuando algo me detiene sobre mis pasos. Fue tan súbito y fuerte, que no supe si fue mi consciencia, o estaba soñando despierta. Pero sè que una voz en mi me dijo “ve”.

- Al comedor… ahora.